lunes, 24 de agosto de 2015

LOS JUDÍOS DE SOSUA


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LOS JUDÍOS DE SOSUA

A raíz de la Segunda Guerra Mundial y el holocausto de manos de los nazis, República Dominicana hace 75 años, el 7 de mayo de 1940, abrió las puertas del país, otorgando visas para que el pueblo judío pudiera inmigrar y refugiarse en la comunidad de Sosúa.

El mundo de esa época se presentaba dividido en dos partes: los países que expulsaban a los judíos y los países que se rehusaban a recibirlos (o que lo hacían por cuenta gotas).En ese contexto en julio de 1938, el presidente norteamericano Roosevelt convocó en la ciudad francesa de Evian les Bains a una conferencia internacional en la que participaron entre otros USA, Australia, numerosas naciones europeas y algunas latinoamericanas. El tema de la conferencia: «La organización de la emigración y el reasentamiento de refugiados políticos y de las personas perseguidas por razones raciales o religiosas». La Conferencia de Evian (a las cuales, por otra parte, las organizaciones de perseguidos fueron tardíamente invitados y solo en calidad de observadores) se concluye con muchas bellas declaraciones de principios, ninguna condena hacia la Alemania nazi y casi ningún resultado concreto. Fueron poquísimos los países que se mostraron listos para favorecer la emigración y la reinstalación de los perseguidos; entre aquellos poquísimos estuvo la República Dominicana, que se declaró lista para recibir cien mil personas.

Las organizaciones judías norteamericanas se dedicaron entonces a crear un organismo que se ocupase de resolver los problemas concretos de los traslados de los refugiados a la República Dominicana. Esa organización fue llamada “Dorsa”: Dominican Republic Settlement Association. La Dorsa negoció con el gobierno dominicano un acuerdo donde la República Dominicana garantizaba sustancialmente a estos expatriados tres cosas: 1) procedimientos rápidos para la emigración 2) libertades y derechos iguales en todos los niveles de la vida civil; 3) exenciones de los impuestos para los residentes.Por su parte la Dorsa se hizo cargo de tres cuestiones: 1) la elección de las personas que emigrarían; 2) el costo de su trasferencia; 3) la adquisición de las tierras necesarias para la reinstalación.

La elección de nuevas tierras para los refugiados recae sobre una región casi deshabitada sobre la costa atlántica de la República Dominicana. Así en 1940 con la llegada de los primeros pioneros judíos – casi todos alemanes y austríacos – nace el pueblo de Sosúa. Sin embargo por los enormes problemas políticos y burocráticos opuestos a la emigración de sus países de origen o de los países de tránsito produjeron un resultado limitado: en 1942 vivían en Sosúa poco menos de 600 judíos. Es necesario recordar sin embargo que en el mismo período la República Dominicana había provisto de 5,000 visas a los judíos que necesitaban huir de Europa para salvar su vida. Por lo tanto, aunque la mayoría de esos refugiados no se quedó y eligió trasladarse a otros lugares, esas visas salvaron a 5.000 vidas.

La foto muestra la llegada de los primeros colonos judíos a Sosúa, el 7 de Mayo de 1940

Compilación de H.D.G y sosuaonline.net

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