sábado, 31 de marzo de 2012

Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos»

Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos»
Día 02/03/2012 - 13.58h
Cuando el 8 de diciembre de 1961 Wilt Chamberlain (1936-1999) batió el récord de puntuación de la historia de la NBA con nada menos que 78 puntos contra Los Angeles Lakers, a Elgin Baylor le preguntaron si estaba molesto por haber perdido su estratosférica marca de 71: «No. Un día el tipo anotará 100 puntos», respondió indiferente.
Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos»
REUTERS
Chamberlain, en octubre de 1962
Chamberlain no tardó ni tres meses en hacer realidad los vaticinios de su rival, que un año antes se había convertido en el primer jugador en la historia en superar los 70 puntos. Una hazaña tan solo alcanzada en 10 ocasiones en la mejor liga de baloncesto del mundo: Elgin Baylor (71 puntos en 1960), David Thompson(73 puntos en 1978), David Robinson (71 puntos en 1994) y Kobe Bryant (81 puntos en 2006). ¿Saben quién consiguió las seis restantes? Chamberlain, él solito, entre 1961 y 1963.
De aquellas marcas hubo una que destacó por encima de las demás: los 100 puntos conseguidos por Chamberlain el 2 de marzo de 1962 ante los New York Knicks, pulverizando su anterior registro en más de 20 puntos, en una cita de la que están a punto de cumplirse los 50 años.
Aquel día tan solo acudieron al Hersheypark Arena, en Pensilvania, unas 4.100 personas. Los Philadelphia Warriors en los que jugaba Chamberlain ya se habían clasificado para los «play-off» y el partido no tenía muchos alicientes. Ni tan siquiera fue televisado, por lo que aquellos pocos incautos ni se imaginaban que estaban a punto de ver uno de los partidos más memorables en la historia del baloncesto mundial.

Más de 50 puntos por partido

¿Podrían hoy Kevin Duran, Lebron James, Kevin Love o Blae Griffin meter 100 puntos en un partido? Parece imposible ni tan siquiera paraKobe Bryant, que ya en 2006 sorprendió al mundo llegando hasta esos 81. Pero aquel Chamberlain de los Warriors era quizá el jugador más dominante de la historia del baloncesto, promediando aquella temporada más de 50 puntos y 25,7 rebotes por partido, y encabezando dos rachas de 14 partidos seguidos anotando más de 40 puntos. Una brutalidad, en una época en la que ni tan siquiera existía el triple: «Es tal la facilidad de encestar de este jugador que llegó a cansar a sus seguidores, que no sentían emoción alguna en su juego, que le llevaba a realizar las más difíciles jugadas con la mayor sencillez», decía ABC en 1969.
Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos»
ABC
Foto de equipo de Philadelphia Warriors en 1962
Phil Jordan se quedó fuera por lesión, por lo que toda la responsabilidad de defender a Chamberlain recayó sobre Darrall Imhoff, un pívot blanco de 23 años y 2,08 metros de estatura al que conocían como de «Big D».
Pero nada pudo hacer contra un Chamberlain que dos años antes, con 24, había aterrizado en la NBA, procedente de los Harlem Globetrotters, para romper todos las marcas habidas y por haber: en su primera temporada en la NBA (1960) fue el máximo anotador de la liga (37,6 puntos y 27 rebotes por partido), el primer jugador de la historia en ser nombrado MVP y «Rookie» del año en la misma temporada y MVP del «All Star Game» (25 puntos y 27 rebotes), pasando su equipo de ser el peor de su división a poseer el segundo mejor récord de la historia de la liga.

23 puntos en un cuarto y el ceño fruncido

Los Warriors comenzaron el partido dominando, con 13-9 en los que todos los puntos de su equipo fueron de Chamberlain. Pero tal era su ambición que, cuando terminó el primer cuarto con 23 puntos en su haber, aún tenía el ceño fruncido. Quería más.
Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos»
F.P.
En los Harlem Globbestrotters
Los New York Knicks trataron de sacarle de sus casillas, intentando evitar por todos los medios que se cerrara en juego en torno a él y que no le llegaran balones. Pero no había manera. Sus 2,16 metros de estatura y su enorme calidad, que le posibilitaron jugar de base años atrás, propiciaron que al descanso (79-68) ya acumulara 41 puntos, más de la mitad de la anotación de su equipo.
Durante el descanso, el entrenador de los Warriors, Frank McGuire(1914-1994), que no tenía asegurada la victoria, insistió a sus jugadores en que siguieran dándole la bola a Chamberlain, y el público gritaba «¡dádsela a Wilt, dádsela a Wilt!» o «¡queremos 100!».

«Me estaba saliendo todo»

En el tercer cuarto, hubo momentos en los que Chamberlain tenía hasta dos o tres defensores encima con una defensa bastante sucia, y lo único que consiguieron es que se volviera loco, anotando otros 28 puntos en 12 minutos y poniendo a su equipo 21 por delante.
Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos»
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Cuando jugaba en Kansas
Wilt ya sumaba 69 puntos y tenía al alcance de la mano batir su propia marca de 78 puntos lograda tres meses antes. «Me estaba saliendo todo, no hacia mas que batir récord tras récord. Tuve la sensación de que estaba en racha», declararía tiempo después.
Al inicio del último cuarto, Imhoff había sido expulsado por faltas y los Knicks ya no tenían ninguna esperanza en ganar, por lo que centraron todos sus esfuerzos en que Chamberlain no les avergonzara con un nuevo récord de anotación personal. Aguantaban el balón durante largos periodos de tiempo en una época en la que eso no se penalizaba. «Parecían dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de detenerme», dijo.

A la búsqueda desesperada del punto 100

Wilt supero los 78 puntos cuando aún faltaban ocho minutos para el final. A falta de 2:30, sumaba 92. Después, a pesar del mal pase de Guy Rodgers, Wilt metió a tablero su punto 94. Una bandeja inmediatamente después puso su récord en 96 y, en la siguiente jugada, York Larese –un base que tan sólo jugó aquella temporada en la NBA– se cruzó la cancha corriendo hasta que lanzó un «alley oop» que Wilt no desaprovechó. Era el punto 98, quedaba 1:30 para el pitido final.
Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos»
NEW YORK TIMES
Chamberlain, felicitado por sus fans tras meter los 100 puntos
Después de 44 segundos caóticos en los que Chamberlain falló tres lanzamientos a la desesperada, consiguió irse de sus dos defensores y recibir un pase. Recibió la bola cerca del aro y, mientras caía, cuando aún restaban 46 segundos, la lanzó hacia el tablero y terminó entrando. Y la precidión de Baylor se hizo realidad, aúnque pareciera un sueño: «Un día el tipo anotará 100 puntos».
El estadio explotó y el público, fuera de sí, invadió la cancha. El partido tuvo que ser detenido durante nueve minutos hasta que la gente desalojó la cancha para poder disputar los últimos 46 segundos que quedaban, cerrando Chamberlain una estadísticas que no se ha vuelto repetir: 36 de 63 tiros de campo y, más sorprendente aún para un jugador con sus porcentajes, 28 de 32 tiros libres.
«No fue tan asombroso. Si no hubiera salido la noche anterior y hubiera dormido un poco más, podría haber llegado a los 140», sentenció. Pero jamás lo volvió a repetir… ni él, ni nadie.
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Hasta 8.000 dólares por el pene de Rasputín


Hasta 8.000 dólares por el pene de Rasputín

Un urólogo ruso dijo haber adquirido el enorme miembro del hombre que cautivó a la familia del zar para exponerlo en un museo erótico

Día 21/02/2012 - 09.34h
Hay alguien dispuesto a pagar 8.000 dólares por el pene de un hombre muerto hace casi un siglo. Resulta difícil encontrar explicación a un dispendio de apariencia tan enfermiza. Pero es que el pene en cuestión no es un pene cualquiera, ni por sus dimensiones ni por su supuesta procedencia. Se trata de un ejemplar de, nada menos, que 28,5 centímetros de longitud, grueso fuste, y que perteneció a uno de los personajes de la historia de Rusia, el misterioso monje Grigori Yefímovich Rasputín, enigmático personaje que, allá por la década de 1910 consiguió ganarse el favor de la familia del Zar Nicolás II, especialmente el de la zarina Alejandra.
Rasputín era una especie de brujo, cuya mirada penetrante, intrigante atractivo y, según cuenta la leyenda, vigor sexual, convirtieron en un personaje con gran predicamento entre las damas de la corte. La familia Romanov, reinante entonces, no fue una excepción, y sucumbió a los encantos del hechicero palaciego, sobre todo después de que Rasputín lograra, por secretos medios, remediar la hemofilia que padecía el único hijo varón del matrimonio y, en consecuencia, heredero del trono. Rasputín terminó sus días en diciembre de 1916 asesinado por el príncipeFélix Yusupov y el gran duque Demetrio Romanov. Ambos aristócratas querían terminar con quien, controlando a la familia real, se había convertido en uno de los personajes más influyentes de Rusia.

Escritos

Muchos años después de aquel crimen, en 2004, el urólogo Igor Kniazkin, dijo estar en posesión del miembro con el que, según cuenta la leyenda, el siberiano Rasputín hizo las delicias de muchas en la corte del Zar Nicolás. Kniazkin dijo que se había gastado nada menos que 8.000 dólares en la adquisición del histórico adminículo. Según la versión del urólogo, le pagó tan elevada cantidad a un anticuario francés que estaba en posesión de una serie de escritos supuestamente pertenecientes a Rasputín. Pero de la adquisición que el eminente urólogo se mostraba más orgulloso era del pene, que debidamente conservado en formol, exhibió en elMuseo del Erotismo que abrió en la ciudad rusa de San Petersburgo en 2004.
El promotor del museo no aportó pruebas sobre la autenticidad del falo, pero, sea de quien sea, o de lo que sea, la reliquia asombra, y desagrada, por su calibre y estado de conservación.