jueves, 6 de agosto de 2015

Velázquez, el genio que se enamoró de Madrid y tenía un esclavo morisco

Velázquez, el genio que se enamoró de Madrid y tenía un esclavo morisco

Día 07/08/2015 - 00.20h
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http://www.abc.es/madrid/20150807/abci-diego-velazquez-aniversario-muerte-201508062036.html

Tal día como hoy, de 1660, muere en en la capital el gran Diego Velázquez. Así fue su vínculo con la Villa

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez nació en 1599 en Sevilla. Fue precisamente esta ciudad la que le vio dar sus primeras pinceladas, pero su carrera artística quedaría permanentemente ligada a la Villa de Madrid, lugar donde falleció en 1660.
Su primer viaje a la capital fue en 1622. El idilio comenzó por fortuna. Un año antes había fallecido el monarca y Felipe IV se codeaba con Gaspaz de Guzmán, conocido después como Conde-Duque de Olivares, un noble de familia sevillana que logró que la corte se llenara de andaluces. El joven Diego Velázquez se había casado cuatro años antes con Juana, hija de su maestro, que moviendo hilos logró que el joven andaluz aterrizase en la capital. Allí intentó retratar al rey, pero finalmente solo logró pintar a una figura de la época, nada más y nada menos que Luis de Góngora, capellán del rey.
Tras su visita a Madrid, Velázquez quedó impresionado con la calidad artística de la capital y se dio cuenta de que Sevilla se le empezaba a quedar pequeño. Tras algunos enchufes y mucha insistencia logró retratar al rey, una pintura que a día de hoy no se conserva. El monarca supo ver que el joven sevillano tenía un don y un año después Velázquez se traladó a Madrid.
Allí prosperó rápido, algo que le granjeó algunos enemigos. En 1628 se convirtó en pintor de cámara cuya tarea principal era retratar a la familia real. Viajó a Italia en un par de ocasiones, maduró como artista e hizo de la capital su hogar. Allí se relacionó con pintores con Rubens, conoció y retrató a aristócratas y nobles y realizó obras esenciales de la pintura española. Además participó en la decoración del Palacio del Buen Retiro.
Su último encargo fueron cuatro pinturas en el Salón de los Espejos del Real Alcázar de Madrid, en 1659. Sus últimos años al servicio del rey los pasó como Aposentador Real, algo que le quitaba mucho tiempo para pintar. A la vuelta de un viaje de trabajo cayó enfermo de viruela. El 6 de agosto de 1660 murió en la capital. Fue enterrado en la Iglesia de San Juan Bautista vestido como caballero de la Orden de Santiago.
Tiempo después la iglesia desapareció y con él sus restos. En la plaza de Ramales, donde se ubicaba la iglesia, hay un monolito en honor al pintor y su idilio con la ciudad.

El ayudante «morisco»

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