domingo, 16 de agosto de 2015

Guerra Restauradora de la República Dominicana


Guerra Restauradora de la República Dominicana

Restauracion
Uno de los graves errores cometidos por el General Pedro Santana, quien presidia la nación, fue anexar la isla a España por voluntad propia, sin derramamiento de sangre y sin consentimiento del pueblo, quienes ignoraban la decisión del mandatario. El 18 de marzo del año 1861, Pedro Santana dispuso que la bandera tricolor fuera bajada en todo el país e izada en su lugar la bandera española, desconcertando a la ciudadanía al escuchar de sus propios labios el anuncio oficial de que, a partir de ese momento, la República Dominicana quedaba anexada a España con el argumento de que quería librar al país de la amenaza haitiana.
La Soberanía Nacional fue cedida por el Presidente Pedro Santana, quien había sido honrado por la  Corona de España con ostentosos títulos, tales como: Gobernador Civil, Capitán General de la Colonia, Senador del Reino, Teniente General de los Reales Ejércitos y Marqués de las Carreras.
La respuesta del pueblo no se hizo esperar, rápidamente, las protestas fueron iniciadas en todo el territorio dominicano. En Santo Domingo, los primeros en mostrarse en contra de la anexión fueron  el padre Fernando Arturo de Mariño, el General Eusebio Manzueta y el prócer Matías Ramón Mella.
La anexión produjo tiempos difíciles, siendo los más vulnerables los cultivadores y comerciantes, frente a la marcada protección a los productos y navíos españoles. España implementó medidas impopulares, impuso el aumento de los impuestos y de la burocracia, también sembró discriminación y censura. Ante esta situación y al llegar el Decreto Real fechado 19 de marzo de 1861, donde la reina Isabel Segunda aceptaba la Anexión, incrementaron las presiones, por lo que el 11 de agosto de 1863 fue declarado el estado de sitio en todo el país y se solicitaron tropas de refuerzo a Cuba y Puerto Rico.
El 16 de agosto del año 1863 comenzó de lleno la Guerra de la Restauración, cuando los patriotas Santiago Rodríguez, José Cabrera, Benito Monción y Pedro Antonio Pimentel, junto a otros once valerosos dominicanos, cruzaron la frontera norte y enarbolaron la bandera tricolor en el Cerro de Capotillo, como indicio de que no había marcha atrás en la lucha para rescatar la Soberanía Nacional.
El 6 de septiembre se produjo en Santiago una de las batallas más sangrientas, cuando alrededor de seis mil dominicanos expulsaron de la ciudad a los españoles que en ella se encontraban. Al otro día, los nacionales victoriosos constituyeron un Gobierno Provisional presidido por el General José Antonio Salcedo. Inmediatamente, las autoridades de este Gobierno redactaron un Acta de Independencia.
En esta batalla de Santiago se consagraron los Generales Gaspar Polanco, quien alcanzó el grado de Generalísimo por su ardua participación y Gregorio Luperón, quien se destacó como una de los héroes más honorables, por la extraordinaria manera en que comandó a sus tropas.
Durante casi dos años estuvo en pie la Guerra Restauradora, ésta le costó a España más de diez mil soldados caídos y más de treinta millones de pesos. Las tropas españolas fueron asediadas por los nacionales, quienes recurrieron a la táctica guerra de guerrillas, y en cada comunidad organizaron fuerzas de combate que hostigaron y persiguieron sin tregua a los españoles.
En esta Guerra de la Restauración las tropas invictas fueron comandadas por hombres de portentoso ímpetu y audacia, entre ellos: el General Gregorio Luperón, Santiago Rodríguez, Benito Monción, Benigno Filomeno de Rojas, General Gaspar Polanco, Ulises Francisco Espaillat, José Antonio Salcedo y Pedro Francisco Bonó.
La República Dominicana recuperó su Soberanía Nacional el 3 de marzo del año 1865, cuando la Corona de España firmó el decreto que revocó la Anexión

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