viernes, 21 de agosto de 2015

Benito Monción Durán (1826-1898). Prócer dominicano que participó tanto en las guerras por la separación de Haití, entre 1845 y 1858,

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Benito Monción Durán (1826-1898). Prócer dominicano que participó tanto en las guerras por la separación de Haití, entre 1845 y 1858,
 
 
 
 
 como en la Guerra Restauradora que procuraba la expulsión de las tropas españolas del territorio nacional.

Nació el 29 de marzo de 1826 en La Vega. Hijo de José Monción y Sebastiana Durán. Desde temprana edad se trasladó con su madre a la comunidad fronteriza de La Visite, en Dajabón. Perteneciente a los estratos más pobres del campesinado, se caracterizó por poseer una inteligencia natural pero con escasa formación; se afirma que no sabía leer ni escribir. Trabajó como jornalero al servicio del rico hatero y acaudalado comerciante Santiago Rodríguez.

La posibilidad de vivir cerca de la frontera, junto a su valor y voluntad para el combate le permitió encontrarse entre los primeros dominicanos que enfrentaron las invasiones haitianas, alcanzando en 1845 el rango de Sargento de Granaderos en la Batalla de Beler y luego subteniente de Batallón en Dajabón.

Al producirse la Anexión a España en marzo de 1861, ostentaba el rango de teniente de las reservas. En 1856 participó como Capitán en la Batalla de Sabana Larga y el 21 de febrero de 1863 fue promovido a general cuando formó parte del movimiento insurreccional de Guayubín, organizado secretamente en Sabaneta por el general Santiago Rodríguez y que había sido programado para el 27 de febrero, pero fue descubierto debido una delación y tuvo que adelantarse de fecha al día 21.

El general Lucas Evangelista de Peña, junto a otros oficiales, apresó al personal militar del destacamento español en Guayubín. Al cabo de dos semanas, el levantamiento fue sofocado por el comandante de Armas, José Antonio Hungría, de Santiago, lo que obligó a Monción a cruzar la frontera domínico-haitiana desde donde se mantuvo hostigando a las tropas españolas junto a los demás oficiales dispersos por la zona, quienes querían mantener vivo el ánimo de rebeldía, mientras se reorganizaban para continuar la lucha a partir de la búsqueda de armas, alimentos y dinero que realizaba Santiago Rodríguez.

El 15 de agosto, Monción se reunió con Rodríguez, Cabrera y otros revolucionarios más en la población haitiana La Visite, cerca de Juana Méndez, y al día siguiente cruzaron la frontera hasta llegar a la loma de Capotillo, donde enarbolaron la bandera y con esto dieron inicio a la Gesta Restauradora de la soberanía, entregada a España por Pedro Santana.

El 17 de agosto junto al general Pedro Antonio Pimentel derrotó a las tropas españolas comandadas por el general Bruceta en la localidad de Macabón y tres días después, resultó herido tras breve combate en un nuevo encuentro con Bruceta, quien logró escapar. A pesar de estar herido, pudo participar en el asedio a Santiago, hasta el triunfo. En toda la contienda, su figura se destacó por ser siempre el primero en la batalla.

Como Comandante de Armas dirigió las primeras resistencias contra La Gándara, cuando en 1864 este desembarcó por la región de Montecristi. Fue durante décadas jefe regional de la Línea Noroeste y defensor de los intereses de esta comarca, donde logró imponer autoridad, matizada con politiquería, y dando muestras de su condición de caudillo. En 1879 se le designó gobernador de Montecristi, donde instauró un feudo particular, asumió ínfulas principescas, caracterizado por usar un vestuario cubierto de lujo. Al fracasar la revolución de Casimiro de Moya contra el dictador Ulises Heureaux, fue apresado por este último y finalmente expulsado del país. Se exilió en las Bahamas, y retornó de nuevo en 1886, después de acogerse a la amnistía dada por el gobierno.

Figura controversial, se caracterizó por mantener una trayectoria política errática al secundar a Pedro A. Pimentel en el derrocamiento del gobierno de Gaspar Polanco y luego organizar la insurrección que contra el gobierno de Pimentel emprendió José María Cabral y Luna para de inmediato rebelarse contra él, lo que terminó con su apresamiento. De igual forma, respaldó la dictadura de los Seis Años de Buenaventura Báez y los proyectos antinacionales de este. En los conflictos políticos internos fue partidario de los azules, rojos, verdes y antililisista. Su mayor aporte a la patria fue haber luchado por su independencia y el mantenimiento de la soberanía, contra Haití y España.

Fue incluido en una lista de sospechosos por orden de Lilís, quien gobernaba desde hacía 12 años el país y confinado a vivir en Santiago, sometido a la vigilancia de la alta policía. Enfermo de gravedad, pidió que se le permitiera morir en su casa en Guayubín donde falleció el 11 de febrero de 1898 a los 72 años de edad. Fue despedido por una gran multitud que asistió al funeral que se le preparó. Cuando se cumplió un año de su muerte, el Congreso Nacional decretó Duelo Nacional, y el 16 de agosto de 1944, Rafael Leonidas Trujillo dispuso que sus restos reposaran en la Capilla de los Próceres, de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana, y más tarde fueron trasladados al Panteón Nacional.



Bibliografía activa

“De Capotillo a Santiago”, Clío, 16, núm. 33, enero-junio de 1948.

Bibliografía pasiva

Álvarez-López, Luis: Dieciséis conclusiones fundamentales sobre la anexión y la guerra de la restauración (1861-1865), Santo Domingo, Editorial Argos, 2005.

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