Raúl Morilla ¡Presencia impactante en La Habana!

Por Amable López Meléndez
amlendezlopez[@]hoy.com.do
2:00 am
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En su video-instalación “Ensimismados”, presentada durante siete meses en la sala de proyectos del Museo de Arte Moderno (2012), el joven artista vegano Raúl T. Morilla, uno de los más talentosos y productivos representantes del arte dominicano de la actualidad, nos plantea una reflexión conmovedora sobre el ensimismamiento, el individualismo, la enajenación y el hedonismo que signan las relaciones humanas e institucionales en la sociedad contemporánea, determinando esta realidad “que hasta la naturaleza se vea afectada y ejecute también su parte”…
En la ocasión, el propio artista nos advertía que los elementos estructurales de su majestuosa orquestación, configurada por cinco “fuentes” colgantes y envueltas en una especie de tejido, trama o malla textil, similar a la usada en las redes de la pesca tradicional, sobre las cuales se proyectaban múltiples imágenes, “expresan el miedo tácito a dejar de ser, a enfrentar la posibilidad de la inexistencia, a convertirnos en un reflejo de nuestra propia introspección, a perder el control de nuestra humanidad para ser solo un recuerdo conmemorado y solapado”…
Ante tal declaración, no resulta difícil establecer que Raúl Morilla justifica su distintiva presencia creadora en Santo Domingo desde la hermenéutica del arte y sus diálogos multidisciplinares; concentrado en la materialización de una poética eminentemente lúdica, dialéctica, investigativa y transformadora que asimila, sintetiza y transmuta una sorprendente diversidad de medios, tecnologías y recursos expresivos…

La riqueza metafórica y recursiva; el ardiente espíritu de ruptura y el alto vuelo conceptual; la profundidad especulativa y la misma eficacia interactiva que caracterizan las instalaciones polivalentes de Raúl Morilla, le han permitido representar en grande a la República Dominicana en la XII Bienal de La Habana, celebrada con la participación de artistas de más de 40 países en distintos centros culturales y espacios públicos de la capital cubana entre el 22 de mayo y el 22 de junio del año en curso.
En esta ocasión, Raúl Morilla se ha instalado de manera impactante en el Parque Trillo, en el mismo centro del barrio habanero Cayo Hueso, con su propuesta titulada “Entrando en las afueras”, una video-instalación configurada por un conjunto de siete cilindros o conos elaborados en tela de diferentes tonalidades y texturas, conectados y sostenidos por cables de tensión de acero, evocando las tramas, redes y trazados arquitectónicos que traspasan las relaciones interpersonales al mismo tiempo que signan el espacio urbano de la posmodernidad.
Más que una instalación sonoro-visual interactiva a escala cívica, “Entrando en las afueras” es una intervención integradora de las infinitas dimensiones y percepciones de lo social, lo arquitectónico y lo urbanístico en uno de los espacios públicos más visitados de La Habana. Los siete cilindros penetrables, permiten al espectador la comparación entre el exterior y el interior, ya que dentro de los que no son transparentes se proyectan imágenes sonoras en movimiento. Así, los límites del adentro y el afuera, resultan pulverizados en tanto la interacción con los espectadores suscita la contradicción entre lo propio y lo extraño; entre las experiencias y visiones de lo íntimo y lo colectivo, lo público y lo privado.
En este sentido, Aurora Martínez, curadora responsable del proyecto, puntualiza: “Entrando en las afueras es una obra en la que Raúl Morilla nos propone abrir las fronteras entre el exterior y el interior, enfrentando la manera en que se mira y se vive la experiencia pública en lo privado. Al producir una especie de apertura espacial, Morilla nos emplaza en una experiencia contraria a la lógica de la dinámica urbana. Con esta obra, el artista proporciona un laboratorio de experiencias públicas en espacios reducidos, privados, casi íntimos, situados al aire libre y de acceso para todo el que transite por la ciudad”…
Por su parte, Raúl Morilla precisa: “Entrando en las afueras” es jugar conceptualmente un poco con esa dualidad de lo que es el exterior y lo que es el interior. Jugar con los límites, pero no solamente los límites físicos, sino también los límites que impone la sociedad. Las diferencias, las fronteras. Los espacios generales que no son de nadie, pero que la sociedad nos ha ido canonizando para decirnos qué va fuera, qué va dentro y qué es lo que te pertenece”…
Así, “Entrando en las afueras” se constituye en otra prueba incontrastable del alto nivel de elaboración conceptual que trasluce una buena parte de la producción artística dominicana contemporánea. Además, con su impactante e integradora intervención en el Parque Trillo, la extraordinaria capacidad dialógica de las instalaciones recientes de Raúl Morilla ha llamado nuevamente la atención de los espectadores y especialistas inteligentes en razón de sus múltiples posibilidades de “lectura”, así como de la particular intensidad reflexiva con que él se aproxima a las problemáticas espirituales, ecológicas, políticas, urbanísticas y socioculturales más sensibles de nuestro tiempo.