Cleopatra, la última faraona de Egipto, visita Madrid
Los depósitos de Plaza de Castilla acogerán una muestra en noviembre que reunirá más de 400 piezas sobre la mujer más poderosa del Antiguo Egipto
Majestuosa, extraordinariamente
bella, envuelta en oro y piedras preciosas y con una astucia y un poder
de manipulación únicos. El mito de Cleopatra VII (69 a. C.-30 a. C.), hija del faraón Ptolomeo XII, ha convertido a la última reina ptolemaica de Egipto en la seductora infatigable
que enloquecía a los hombres. Pero también en la hábil estratega capaz
de contener al Imperio Romano. Su figura ha inspirado a los artistas
desde el Antiguo Egipto, fascinados por sus romances con Julio César y Marco Antonio y por su trágica muerte.
Un protagonismo histórico que quedará recogido en una exposición monográfica en el Centro Arte Canal
que llegará a los antiguos depósitos de agua de Plaza de Castilla a
finales de noviembre. La muestra, que reunirá 400 piezas –desde el año
3.000 a.C hasta la actualidad– procedentes de más de 80 museos y
colecciones españolas e internacionales, estará abierta hasta mayo de
2016.
La sala de exposiciones del Canal de Isabel II ya ha
comenzado a preparar este evento, que intentará trazar un recorrido
histórico sobre los acontecimientos que marcaron la fugaz e intensa vida
de la «reina del Nilo» en el siglo I a. C. –murió con 39 años–. Una
biografía, a mitad de camino entre el mito y la realidad, que el arte,
la literatura o el cine ha representado siempre a su antojo.
Para unos fue solo una criatura lujuriosa devoradora de
hombres. Una visión a la que contribuyeron con fuerza autores como
Boccaccio o Dante, que la describieron como «la prostituta de los reyes
de Oriente». Para otros fue una mujer frágil, sacudida por un destino
trágico, en la línea de lo que William Shakespeare apuntaló en su obra «Antonio y Cleopatra».
No obstante, fue en el siglo XVIII cuando la fascinación por el mundo
egipcio y por la historia de Cleopatra le concedió una belleza y una
seducción legendaria.
Un mito que el cine –que estará muy presente en esta
exposición– ha contribuido a agrandar. Sobre todo, por la magistral
interpretación que Elizabeth Taylor
hizo de la reina egipcia en su historia de pasión con Marco Antonio
–representado por Richard Burton–. Algunas piezas de aquella
superproducción de Hollywood –costó 44 millones de dólares, en 1963–
podrán verse de cerca en la exposición. Por ejemplo, los vestidos que
lucieron los protagonistas de la película que logró cuatro Oscar. Además, los responsables de la muestra están estudiando realizar algún pase para dar a conocer este clásico del cine.
Lienzos, restos arqueológicos, esculturas o joyas
serán el hilo conductor que enfrentará las distintas visiones que
existen sobre su figura. Unas piezas que intentan dar respuesta a la
incógnita de si Cleopatra fue tan bella como la ha representado la
historia. Una tarea compleja por las escasas y contradictorias
referencias que la arqueología y la historiografía han dejado sobre la
reina ptolomeica.
Ha sido representada con facciones africanas, egipcias o nubias.
Sin embargo, no hay imágenes de ella con rasgos griegos, que es lo que
era –nació en Alejandría–. Pero no todos los expertos coinciden en su
belleza. Algunos, incluso, la ponen en duda y la atribuyen a un
atractivo basado más en su capacidad de seducción y su astucia
que en sus dotes físicas. Otros historiadores le atribuyen directamente
una nariz prominente, una baja estatura y cierto sobrepeso.
Avances arqueológicos
Incógnitas que la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez
podría resolver en los próximos años si logra hallar los restos de la
última faraona de Egipto. Cleopatra se suicidó el 14 de agosto del año
30 a. C., después de que su amante Marco Antonio falleciera. Desde
entonces, el destino de su cuerpo ha sido un enigma que podría
resolverse relativamente pronto.
Los arqueólogos llevan años trabajando en el enclave de
Taposiris Magna, en el Bajo Egipto. Allí han descubierto importantes
hallazgos de la historia de la ciudad costera de Alejandría. Entre
ellas, tumbas de funcionarios y nobles, además de estatuas de la diosa Isis y monedas de bronce,
algunas de ellas del periodo de Cleopatra. El último gran hallazgo que
mantiene la esperanza de la arqueóloga Kathleen Martínez ha sido una
estela de piedra caliza. En ella hay veinte líneas de alfabeto
jeroglífico con los nombres del rey Ptolomeo IV Filopator y de su hijo
Ptolomeo V, tatarabuelo de la protagonista de la exposición del Canal de
Isabel II.
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