sábado, 30 de mayo de 2015

Citizen Welles 100 años para un iconoclasta brillante y paradigmatico Artículo siguiente » Areíto sábado 30 de mayo, 2015 « Artículo anterior ¡Otra vez: Picasso en las nubes! Por CARLOS FRANCISCO ELÍAS (cfeliasi@yahoo.es)

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El mundo del cine y las ideas estéticas, recuerda de modo consensual la obra y vida de un genio : George Orson Welles.
” Creo que el hombre es un animal loco. Creo que también somos gente maravillosas, divinos en nuestras potencialidades ” Orson Welles
( Entrevista Televisiva con Dick Shmooze, Londres )
Como se comprenderá, en este espacio no pretenderé abordar ni la obra ni la vida de George Orson Welles (Wiscosin 1915- Hollywood California, 1985), en plan ” lo he dicho todo “…
Todos los que han intentado, incluyendo las revistas Positiv, Cahier Du Cinema, entre otras, se han excusado en el intento.
Solo la bibliografía vieja y la nueva sobre Orson Welles ocuparía un espacio laberíntico, es decir : varias ediciones no de Areito, sino del periódico entero, de modo que declino.
He preferido tocar tópicos diversos, entre biografía, rasgos personales, radio algo de teatro, cine y televisión, de modo muy a ras de página, porque resulta que la obra de Orson Welles, por más inconclusa que fuere, sigue siendo extensa y amplia para ser intervenida con un simple texto de suplemento, como es el caso.
A Orson Welles siempre valdrá el esfuerzo y la importancia de recordarlo con aprecio y admiración, de parte de quienes hemos hecho de su obra y memoria, el mejor culto cinéfilo e intelectual del siglo XX : veneremos este ícono, inconfudible y felizmente precoz de toda precocidad.
Razón por la cual estas líneas sí tienen el entusiasmo y el fabuloso deber de recordar en su aniversario natal, la agudeza, la brillantez y el instinto de cineasta de Orson Welles.
La génesis de la rebeldía pura le vino de su madre, Beatriz Ive Welles, pianista y feminista (sufragista, aquellas que pedían el derecho al voto de las mujeres a inicios del siglo XX ).
Vivió un mundo de infancia entre la horfandad, la creatividad febril y la pasión de viajar. Dublin se convierte en su gran bautismo teatral, apenas tiene 16 años, mucho antes, a los 7 años había interpretado él solo el Rey Lear de William Shakespeare.
Cuando a Welles le adjudicamos los siguientes títulos : director, actor, guionista y productor de cine, no se está perdiendo el tiempo, Orson Welles lo merece porque los ejercició, cada uno de ellos, con certeza sobrada.
Al margen de tener conciencia de que su voz en off, era a veces la base del punto de partida de sus guiones.
Mastodóntico, tenía conciencia plena de su físico, usando con maestría parte de su lado narcisista y pícaro que le creó fama en Hollywood y en Europa, cuando se marcha al exilio en 1946. Eran los años del llamado Macarthismo, dícese la caza de los intelectuales de Hollywood y sus sindicatos, los de guionistas en especial.
Orson Welles, en aquel momento, llegó a criticar con dureza a los sindicatos de Hollywood, a los que acusó de “izquierdistas cómodos”, llegando a decir que el hundimiento de esas organizaciones no fue solo las acciones espúreas de J. Mccarthy, sino por el miedo mismo de muchos autores de guiones y filmes, que no querían perder su comodidad material, a eso atribuyó las delaciones en los famosos juicios fascistas que entonces aparecían en el corazón de una democracia, ya en guerra con Hitler y aliada de Europa.
Justo es recordar que Orson Welles hizo historia cuando apenas con 23 años filma su primera película, ‘Too much Johnson’. De ella quedan 40 minutos y fue exhibida no hace mucho por un nostálgico canal de cine: TCM.
La irrupción clásica de Well al mundo mediático fue en 1938, cuando adaptó con un guión radial de su pluma, la famosa novela de H.G. Welles, La guerra de los mundos.
Inventada la radionovela, Wellles con sus compinches y autores del Mercury Theatre, algunos de cuyos actores tendrán un rol importante en el elenco de Citizen Kane (1941), sería el caso especial del genio de la escena Joseph Cotten, que haría hazañas radiales importantes.
La adaptación radial de La Guerra de los mundos, radiada por CBS de costa a costa (Pacífico y Atlántico ), supuso ese 30 octubre de 1938, una noche trágica en los Estados Unidos de América, porque lo de la invasión de los marcianos a la tierra fue hecho con tanto realismo sonoro, que la población aterrorizada salía en la noche despavorida hacia las calles, prendida de un pánico enfurecido, sin consuelo.
Esa fascinante locura y desafío le valió un contrato de RKO para realizar la obra que lo inmortalizaría y que hoy aún a sus 74 años, la estudiamos como el primer día de su estreno en enero de aquel año, Citizen Kane (1941). Ciudadano Kane, cuyo personaje principal, Charles Foster Kane, estaría basado en el perfil biográfico de William Randolph Hearts, famoso magnate de la prensa en los Estados Unidos de América, instigador del conflicto bélico que le impodría a Cuba la Enmienda Platt, 1899-1902, huelga decir que se anexa invasión a Cuba, de parte de los Marines y su “manager, Teddy ” Rooselvet.
Queda claro, a partir de siempre, que Charles Foster Kane está construido como un héroe trágico shakespiriano, en sus desmesuras de magnate atormentado del capitalismo en plena ebullición…
Ciudadano Kane (1941) tiene además de habilidosos movimientos de cámara, uso de grandes angulares y una sensual orgía de imágenes casi saboreables con la retina atenta. Tiene un puente con el Jazz manejado por Welles y Bernard Hermann (*) con sentido claro de contrapunto entre Música + Atmósfera dramática en la película, de tal modo que en la secuencia del Picnic, cuando toca el conjunto de jazz no toca como música incidental, los movimientos de cámaras en contrapunto con la música (Paralelismo de intensidad sonora y visual unidos) le otorgan a la película en esa secuencia donde además existe un conflicto en la pareja, una significación y fuerza expresiva, sin par.
El mundo sensible se inclina en estos días, ante la obra de Orson Welles y de paso, rinde tributo a un hombre cuyos aportes al cine, su sentido de genio y su humor, se destacan con alta memoria (CFE)
(*) Bernard Herrmann. Especialista en banda sonora musicales de películas. (Score Film)… Su primera experiencia fue con el trabajo de la banda musical de Ciudadano Kane (1941) y en la radio también le musicalizaba a Orson Welles sus obras del Mercury Theatre Brillante compositor de música de cine, quien revolucionó los criterios para grabar las bandas sonoras de las películas. Es conocido también por su trabajo con Alfred Hitchcock director con el que Herrmann cosechará la mayoría de sus grandes éxitos tales como Vértigo (1958), El hombre que sabía demasiado (1956) Psicosis (1960), Los Pájaros (1963 mezcla del sonido electrónico), En 1941 ganó el oscar por su banda sonora a la película El hombre que vendió su alma, del director William Dieterle. Herrmann, en innúmeras ocasiones fue candidato al Oscar de nuevo.

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