domingo, 10 de mayo de 2015

89 opiniones Sobre Adolf Hitler ( Segunda parte)

89 opiniones Sobre Adolf Hitler ( Segunda parte)
 33-Dr. Todt
http://vidacotidianitica.blogspot.com/2013/05/89-opiniones-sobre-adolf-hitler-segunda.html

Así como las Pirámides son testigos de la historia de los Faraones y los caminos romanos lo son del poder y de la tarea civilizadora de la Roma de los Césares, de igual modo las fantásticas autopistas de Hitler recordarán su personalidad fuera de lo común en la historia, a un miembro del pueblo sin nombre y sin paria, que de la nada y sin la ayuda de nadie, mediante sus propias fuerzas, creó un nuevo Reich y con su voluntad determinó el destino de todo un Pueblo.

34-Joachim Von Ribbenttrop
En su forma de ser había algo indescriptible que no permitía una aproximación de carácter privado… Su auto confianza y la fuerza de su voluntad, aparejadas con su genial y clara forma de expresión, atraían a todos a su camino.

En discursos populares yo presencié cómo la multitud se emocionaba al conjuro de su palabra… Adolf Hitler era adorado por millones de alemanes, y sin embargo, se encontraba solo.


Así como yo nunca llegué a aproximarme a su intimidad, estoy seguro que nadie lo hizo. Dictaminar sobre el carácter de una figura tan excepcional y genial como Adolf Hitler es muy difícil.

No se puede medir con la medida normal que emplearíamos para los demás seres… En las grandes decisiones se conducía como si obrase arrastrado por la fuerza de un destino prefijado por el Todopoderoso .

35-Emmy Göring
Era un hombre que sabía lo que quería y que estaba seguro de alcanzar su objetivo. Poseía una gran constancia y tenacidad. Estaba convencido de que tenía y de que podía salvar Alemania y que a ello estaba llamado.

36-Hans Baur
Nunca había hecho política, les dije. Simplemente había creído en Adolf Hitler.

37-Arno Breker
Hitler había dado la orden incluso de hacer regresar del frente a las personas con talento fuera de lo común, para que pudiesen trabajar en las obras de arte… Él deseaba que la vida artística no se detuviese. Lo quiso hasta el final.

38-Lothar Rendulic
No encontré en Hitler ningún cambio (Junio 1944). Habló con la misma seguridad y claridad que el pasado otoño… Hitler desarrollaba no raramente ideas geniales sobre problemas de mucho peso y concebía las correspondientes decisiones, que conducían al éxito. En situaciones complicadas encontraba a menudo el socorro correcto.

Por otra parte, le faltaba el pensamiento sistemático militar de una formación de alta escuela castrense. En aquel entonces no se notaba en él una decadencia física (Enero de 1945). Espiritualmente estaba tan despierto y lleno de vida como siempre.

39-Alfred Jodl
Hitler fue una personalidad de tamaño desacostumbrado. Su sabiduría y su intelecto, su retórica y su voluntad triunfaron siempre al final en toda discusión con cualquier otro … Quedé totalmente admirado al comprobar de qué forma consiguió, en el invierno de 1941/42, mantener firme el vacilante Frente del Este, que en esta época amenazaba con una catástrofe como la 1812, gracias a su fe y su energía.

Su vida en el Cuartel General no era otra cosa que deber y trabajo… En el transcurso de los años 1933 a 1938 me convencí de que cuando menos Hitler no era ningún charlatán, sino una personalidad gigantesca, que por mucho que se convierta en el último final en una grandeza infernal, fue entonces Con todo y sin duda un Grande.

40-Walter Funk
La primera conversación con Adolf Hitler transcurrió de forma muy reservada, lo que no es de extrañar, puesto que yo venía de un mundo totalmente ajeno para él. De inmediato me dio la impresión de encontrarme ante una personalidad extraordinaria. Él captaba con la velocidad del rayo todos los problemas y los entendía…

Él tenía la costumbre de introducirse en largas conversaciones consigo mismo, por decirlo de alguna manera, para profundizar el tema y observar el problema desde el más amplio campo…

Él mismo me dijo vivamente, que también su idea de la política económica estaba dominada por el principio de la selección, por el principio de la capacidad de trabajo, de la personalidad creativa, y se felicitaba de que yo me encontrara en la misma dirección.

41-Nikolaus von Below
Aunque no tenía posibilidad de compararlo, encontré sin embargo que se podía entablar relación con él rápidamente. Hitler tampoco era pobre en cuanto a capacidad de relación se refiere, pero necesitaba de ello… Hitler veía venir el desenvolvimiento de los acontecimientos antes y más claramente que sus consejeros.

42-Birger Dahlerus
Yo sabía ahora, que ésto tenía que ver con un hombre que no podía ser tenido como normal. Esta era la opinión que me formé con ocasión de nuestro primer encuentro.


43-Fritz Erich von Lawinski, llamado von Manstein
No se puede marcar a Hitler como jefe militar con el apelativo de “Cabo de la I Guerra Mundial”. Él poseía sin duda conocimientos sobre las posibilidades operativas… Por el contrario no se tiene conocimiento en la historia de muchos príncipes o duques de los que se sepa que fueran jefes de ejército con éxito.

Más lejos aún, Hitler gastaba una memoria sorprendente y poseía vastos conocimientos, una fantasía creadora en relación a cuestiones técnicas y a problemas de armamento… En realidad él era desde un punto de vista del soldado incluso demasiado blando, en cualquier caso dominado por sentimientos. Era sintomático, que no soportaba encontrarse con la crueldad de la guerra. Se asustaba incluso de su propia blandura y sensibilidad, que le habría impedido tomar decisiones que le exigía su voluntad política.

Las pérdidas sobre las que se debía discutir o que eran presentadas de forma plástica, eran para el horrorosas, y padecía por ello, así como ante la muerte de seres humanos que le eran conocidos. Tras años de observación, no creo que esto fuera teatro, sino una cara de su propio ser.

He aquí también el profundo fundamento de que no fuera al Frente y tampoco a las ciudades bombardeadas. Sin duda no se trataba de una falta de valor personal, sino de miedo ante la crueldad de tal experiencia.

44-Sefton Delmer
Pero ninguno de ellos me habló entonces con tanta pasión, con tanta elocuencia y con semejante concentración como Hitler. Tras esta conversación tuve a menudo oportunidad de hablar con Hitler tanto de forma oficial como no oficial. Pero en cada una de estas ocasiones tenía lugar lo mismo: Yo hacía una pregunta.. Él respondía, y su respuesta desembocaba en un discurso, mientras nuevos pensamientos irrumpían siempre de nuevo de su cerebro lleno de fantasía y tremendamente claro y despierto.

45-André François Poncet
Un rostro de “Sturmund Drang”, un rostro no natural… Es seguro que no era normaL Era un ser enfermizo, que podríamos denominar loco, una figura tal y como las dibujaba Dostojewski, un “Poseído”… La fantasía de Hitler era de un romanticismo salvaje. Se alimentaba de elementos que había leído un poco en todas partes. No era un hombre sin cultura. Pero era la cultura defectuosa del autodidacta…

No estaba únicamente entusiasmado por la música de Wagner, no tenía a Wagner únicamente por un profeta, un profeta del Nacionalsocialismo, él vivía en su obra, se consideraba un héroe del mundo de Wagner, él era Lohengrin, Siegfried, Walther von Stoizing y sobre todo Parsifal, que curaba la herida sangrante de Amfortas y devolvía al Gral su fuerza maravillosa. En él vivía algo de Luis II de Baviera.

46-Hjalmar Schacht
Era un hombre de energía tenaz, de una voluntad que vencía toda resistencia. A estas dos cualidades, su psicología de las masas y su fuerza de voluntad, debe agradecer Hitler, que consiguiera atraer tras de sí al 40 por ciento y más adelante al 50 por ciento de todo el pueblo alemán.

47-Kurt Edler v. Schuchnigq
Hitler es un fenómeno. Carece de sentido mentir sobre ello… No se le pueden poner en duda ni voluntad ni aplicación, resolución y valor, capacidad e ingenio. Lo que permanece cuestionable, es si el avance sin barreras a través de la genialidad es un principio amoral y encuentra en el justificación.

Machiavelo y Nietzsche lo afirmaban, Kant y Goethe, Leibnitz y Schiller, Platón y Aristóteles lo negaban. ¿Y Cristo?… Hitler tiene una fuerza mágica sobre los hombres; bien los arrastra con fuerza magnética hacia sí y ya no los deja escapar de su ruta o bien chocaba desde el primer momento violentamente, de forma que les separaba un abismo, sobre el que nunca más podía tenderse un puente… Yo pertenecía a éstos.

48-Lloyd Georg
Me considero feliz de encontrarme ante aquél que, tras la derrota, ha arrastrado tras de sí y conducido al levantamiento a todo el pueblo alemán.

49-Boston Evening Transcript
Cuanto más poder tiene Hitler en sus manos, tanto más serenidad hay en su cabeza.

50-Winston Churchill
La verdad sobre Hitler: Mientras tenían lugar en Europa los más terribles cambios, combatió el cabo Hitler en una lucha incansable por ganarse el corazón alemán. La historia de esta lucha no puede ser leída sin admiración por el valor, la sinceridad y la fuerza de su personalidad …

“No es posible establecer un juicio justo sobre un hombre de Estado de las dimensiones de Adolf Hitler, hasta que la obra de su vida no aparezca completa ante nosotros…

“Quince años después de su decisión de rehabilitar Alemania, ha conseguido no sólo devolver a Alemania su posición de poder en Europa, sino que ha conseguido además en gran medida, darle la vuelta a las consecuencias de la Gran Guerra…

“Estos grandes acontecimientos pertenecen sin duda a los más señalados de la historia mundial …

“Podemos aborrecer el sistema de Hitler y a pesar de ello admirar su servicio a la patria. Si una vez nuestro país fuera vencido, espero que también nosotros encontremos un adalid tan maravilloso, que nos devuelva el valor y el lugar que le corresponde a nuestra nación entre los pueblos.

51-Sir. Basill H. Lidell Hart
A este proceso Nuremberg en 1946, le basta subordinarse a la idea de que la guerra, con todas sus consecuencias, era conducida contra la agresión de Hitler. Pero esta declaración es demasiado simple. No corresponde a los hechos, puesto que Hitler quería cualquier cosa menos una guerra mundial.

Tras el final de la guerra los archivos alemanes más importantes han caído en nuestras manos, y podemos hacernos una idea del extraordinario miedo a una guerra existente en los círculos dirigentes alemanes. El repentino giro de Inglaterra en Marzo de 1938, hizo la guerra inevitable.

52-Revista Foreign Affairs. New York. 1944
La desnuda verdad grita: Adolf Hitler tiene la respuesta a las cuestiones del Siglo XX, mientras nosotros por nuestra parte no hemos encontrado ninguna. Cuando se tiene sentido de la realidad, entonces se debe reconocer, que dadas las circunstancias de nuestro siglo, hay muchas cosas que nos conducen directamente al Nacionalsocialismo.

Nos encontramos en un cambio de época, cuyas consecuencias fueron reconocidas por Adolf Hitler como el primero. Si se reconocen los hechos de este cambio de época, entonces hay que aceptar también las consecuencias. Sean cuales sean las ideas, seguro que no conducen a la democracia de nuevo.

53-Otto Skorzeny
La entrada de Adolf Hitler en Viena la vi desde muy arriba: de lo alto de uno de nuestros andamios, levantado para restaurar un museo que se encuentra sobre el Ring. Mis obreros estaban más entusiasmados que yo y les comprendía.

Era uno de los suyos al que acogían. Desde lo alto de nuestro andamio mirábamos a aquel hombre prodigioso. Digan lo que quieran hoy en Viena, él se había muerto de hambre. Ahora, ante nuestros ojos, venía a tomar en la historia el lugar de los más grandes soberanos austríacos, el de los Rodolfo, Maximiliano, Carlos, José, que habían sido emperadores de Alemania.

Era imposible y, sin embargo, era verdad. Con nosotros, cientos de miles de personas gritaban que era verdad. En el cuadro, suntuoso, con el mar de banderas y flores y aclamaciones sin fin, las marchas militares, las tropas alemanas aclamadas como ningún otro ejército lo había sido jamás en Austria.

Hubo un instante en que la inmensa muchedumbre tuvo un movimiento de curiosidad: la guardia personal del Führer, la SS?Leibstandarte Adolf Hitler, acababa de aparecer. Su porte nos impresionó, sin que yo pudiera figurarme que un día bien cercano formaría parte de ella.

54-Sir Oswald Mosley
Mis dos entrevistas con Hitler en Abril de 1935 y en octubre de 1936 se desarrollaron bien, porque no mediaba un choque frontal de intereses. Me pareció un tipo tranquilo, frío, ciertamente endurecido, pero de ningún modo neurótico. Más tarde recuerdo haber observado: si es cierto que se come la alfombra, debe conocer al milímetro el alcance de sus dientes.

Tengo entendido que le entraban a veces violentos ataques de rabia, al parecer con el propósito de impresionar a los que le rodeaban para que hiciesen las cosas; una prueba de dinamismo…

Entonces saqué la impresión de que Hitler no era en absoluto un demente, y esta opinión se fortaleció tras sus apariciones privadas en pequeñas fiestas que ofrecía y a las que asistían Diana y su hermana. Ella le describía como un hombre capaz de desplegar una mímica excepcional, igual que un gran actor ante un auditorio entendido.

En los tiempos en que fumaba se imitaba a sí mismo, liando cigarrillos y lamiendo el papel pegajoso con el mismo ritual ceremonioso de los viejos fumadores del continente, y diciendo de pronto: si te crees un dictador no puedes hacer determinado tipo de cosas. Esto es un detalle importante, porque los paranoicos no acostumbran a guasearse de sí mismos.

En otra ocasión, imitó a Mussolini cuando los árabes le regalaron una espada, desenvainándola y blandiéndola hacia el cielo; entonces dijo: “Yo no sirvo para eso, me limitaría a decirle a mi ayudante: Aquí, Schaub, cuelga eso”.

55-David Irving
La historia del “Paciente A” echa por tierra muchas leyendas fomentadas por los historiadores, por ejemplo, las especulaciones de William C. Langer, anterior consejero de la OSS, sobre los problemas sexuales y psicológicos de Hitler.

Las teorías de Charles Heston sobre la adicción de Hitler a los narcóticos también quedan rebatidas. Mitos americanos sobre la “sífilis congénita” de Hitler y cuchicheos soviéticos de su “impotencia” carecen ambos de fundamento.

56-Capitán Naval Heinz Assmann
Es un factor principal de consideración en la carrera de Hitler que le preocupaba constantemente poder vivir para ver todos sus planes llevados a efecto. Como él estaba siempre trabajando bajo una presión terrible, a mi modo de ver, esto no derivaba de ningún conocimiento íntimo, de alguna enfermedad u otra cosa, pero sí de la consciencia de la pura magnitud de los planes de tiempo de paz que él soñaba como real misión de futuro.

Estos abarcaban planes de cobertura para la reconstrucción arquitectónica, bienestar social, viviendas para los trabajadores, centros de recreo y cultura, puertos, servicios portuarios, puentes y autopistas.

57-Dr. Prof. von Hasselbach
Hitler tenía una extrema oposición a dejar que la gente viera su cuerpo. Incluso yo nunca le vi completamente desnudo, ni pude explorarle en este estado…

La relación con las mujeres era completamente normal. El instinto sexual de Hitler no estaba aumentado ni disminuido, y no era un pervertido, ni tampoco homosexual. La serología de 1940 y particularmente el resultado negativo de los análisis y pruebas de Wassermann, Meinicke y Kalin, demuestran que nunca contrajo sífilis,

58-Dr. Theo Morell
Le gustaba pasear por el jardín y sentarse junto a la chimenea de la casa: la llamaba la tahona, ya que le hacían pasteles de almendra, justo lo que le gustaba a él… Siempre quería que los médicos le dijeran la verdad sobre su condición física…

Hitler tomó la costumbre de no irse nunca a la cama hasta estar seguro de que el último avión enemigo había abandonado el espacio aéreo alemán… Solía hacer una corta siesta por la tarde de 10 minutos… Lee mucho, por supuesto, mucho, especialmente antes de quedarse dormido… El Führer le da mucha importancia a estar delgado.

59-General Heinz Guderian
Una cabeza de talento sobresaliente unida a una memoria no vulgar, especialmente para las fechas históricas, cifras técnicas y estadísticas económicas. Leía cuanto caía en sus manos llenando así las lagunas de su formación. Sorprendía cada vez más por la retención de lo leído o escuchado en las conferencias:

“Hace seis semanas me dijo Vd. algo completamente distinto” era una réplica temida y acostumbrada en él, pues controlaba las contradicciones en las aseveraciones que se le habían hecho como si estuviera en su mano la nota taquigráfica de cada conversación…

Hitler era vegetariano, abstemio, no fumador. Estas eran para él muy apreciables cualidades, de las que resaltaba el testimonio de una vida ascética. Pero fatalmente repercutían en su aislamiento corno ser humano. No tenía un verdadero amigo… Caminó solo por el mundo.

60-Richard Grunberger
Hitler fue el primer jefe de Estado alemán que adoptó la costumbre de pasear por los talleres de las fábricas y de compartir el estrado con los trabajadores de los astilleros.
Todas las Navidades ordenaba personalmente la liberación de un cierto número de prisioneros de campos de concentración, recluidos allí por su conducta antisocial”.
Hitler se detiene en una pequeña fonda de pueblo.

Viene el camarero y Hitler pide agua mineral. Todos los demás le imitan, excepto un hombrecillo de aspecto despiadado que se sienta al otro extremo de la mesa, que pide una cerveza. Sus vecinos le dan codazos, aparentemente escandalizados.

Desde su sitio, Hitler le dice: “Me parece que usted y yo somos los únicos hombres honrados del pueblo”.

La actitud de los trabajadores hacia el régimen fue de una abrumadora lealtad. Creían en Hitler como en nadie más, creían en él y sólo él podía comprender al mismo tiempo a la clase obrera de la que procedía y el misterio de la política, que había sido ocultado a la raza alemana.

61-Adolf Galland
Vestía ropas civiles y durante su breve discurso apenas elevó la voz. Era otro Hitler que aquel conocido a través de las películas de actualidades y la radio, lo que constituyó para mí una grata sorpresa…

Hitler pasaba de un grupo a otro, también por el mío, conversando brevemente y terminando por conquistar a todos con su personalidad. Lo único desagradable ?casi insoportable? para mí era que estaba prohibido fumar… La cuestión de las condiciones climatológicas era la especialidad de Hitler, en este sentido poseía no sólo un afortunado poder de intuición, sino también de consejeros capaces…

Hitler tenía aversión desde un principio a una guerra con Occidente. Hitler se informó con el mayor interés y plena comprensión de nuestra lucha en el Canal … Poco más tarde nos encontrábamos en el refugio de Hitler. Este me impresionó estaba excitado en extremo, extenuado por el exceso de trabajo y afectado física y psíquicamente,

62-General Neusinger
Su memoria y el talento que tenía de reducir las cosas a su más sencillo denominador le eran de gran ayuda… Cuando fracasaban todos los medios de persuasión, Hitler utilizaba en su calidad de Jefe de Estado y del Ejército, el recurso supremo: la orden. Pero creo que entonces no estaba satisfecho…

No se podía adivinar a Hitler: a menudo era tierno y flexible, pero por lo general llegaba a la brutalidad en la dureza y a la testarudez en la tenacidad. Era esencialmente un temperamento de artista recubierto progresivamente con una triple coraza de inflexibilidad… Gozaba de una imaginación fecunda para prever las modificaciones de las armas futuras…

“En los planes que Hitler trazó, agrega Neusinger, la audacia de las ideas estratégicas se manifiesta siempre de manera notoria; la campaña de Noruega, la de Francia y la de los Balcanes son ejemplos muy claros.

63-Conde Schwerin von Krosigk
Me llamaba la atención la memoria de Hitler y sus capacidades para ir al meollo de las cosas.

“La fuerza sugestiva que emanaba de Hitler y de la cual ni yo mismo pude sustraerme parecía surgir ante todo de la emoción, de la convicción íntima que ponía en sus palabras… Hitler creía juzgar a la gente a primera vista. Su famosa intuición le inspiraba juicios de sorprendente exactitud o errores fantásticos.

“Hitler aunaba los dones de la bondad y la dureza y los golpes de la vida, en vez de suavizarlo, lo galvanizaron más.

64-Allan Bullock
Hitler tenía una creencia firme en su papel histórico y en que él mismo era una criatura del destino… Poseía una férrea voluntad de afrontar los riesgos y un talento especial para simplificar los asuntos que otros hombres creerían difíciles…

Mientras sus peritos se ataban solos en retorcidas complicaciones, su mente tenía la facultad de dirigirse hacia la médula del asunto o del problema y aun su perito financiero Schacht tuvo que admitir en varias ocasiones con cierto dejo de resentimiento: “Hitler con frecuencia encuentra soluciones extremadamente sencillas para problemas que a otros hubieran parecido insolubles”.


65-A. Zoller
Hitler carecía del cariño, de la alegría familiar y de todo lo que crea la dicha en la célula natural de la sociedad, y él sufría por eso. Aquella alma insatisfecha que se prohibía la entrega a la dicha natural y simple, estaba constantemente en busca de su equilibrio… Hitler jugaba con su perrita “Blondi” como un niño, pero hacía lo posible para entregarse a esta distracción sólo cuando estaba lejos de toda mirada extraña.

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