Tristán e Isolda, el amor cortés.
mayo 17, 2015 By
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La semana pasada se trataba en un breve artículo la figura de la mujer en las leyendas de la Edad Media. En él se mencionó el amor entre Tristán e Isolda, pero sin profundizar mucho en esta historia. Con el presente escrito se ha querido subsanar esto.
Esta leyenda tiene relación con el ciclo artúrico
y sus primeras versiones escritas se fijan en el siglo xii en Francia
en boca de trovadores como Cecamon, Guerau de Cabrera o Bernat de
Ventadorn. Aunque se cree que pudo haber fuentes más antiguas que hoy se
han perdido y que el poema ya se conociera en la tradición oral. Con
todo se trata de uno de los hitos de amor cortés más
conocidos de la Edad Media. Su relación con la corte del rey Arturo se
debe a que Tristán es considerado en algunos textos como uno de los
caballeros de la mesa redonda. Además es uno de los que sale en busca
del Grial.
A diferencia de Lanzarot, a quien su amor por Ginebra le
lleva a realizar proezas, el amor de Tristán le conduce a romper con
las reglas de caballería y a huir de Cornualles. No obstante, ambos
personajes comparten ciertos rasgos y fueron una fuerte influencia en
obras posteriores como la figura de Amadís de Gauda.
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El caballero Tristán e Isolda la Rubia.
Tristán quedó huérfano siendo muy joven, por lo que es educado por el caballero Governal. Es sobrino del rey Mark de Cornualles,
por lo que éste le ordena caballero en la corte de Tintagel. Después de
recibir las armas vuelve a Lionís a matar al duque Morgan, causante de
la muerte de su padre. Se venga, pues, de su padre en un duelo, del que
sale vencedor.
Ésta es su primera gesta, después retó y mató en duelo al gigante Morholt.
Morholt era el encargado de cobrar un tributo de trescientos jóvenes y
trescientas doncellas a Tintagel para el rey de Irlanda. De esta forma
Tristán libro a su tío y a su reino de este pago. Pero se ganó el odio de Isolda,
sobrina de Morholt. Sin embargo, fue Isolda, conocedora por su madre de
pócimas y ungüentos, la que le cure de una fatal herida recibida en la
lucha contra el gigante. Isolda ignoraba a quien estaba salvando la
vida.
Tiempo después cuando el rey Mark buscó
esposa, fue Tristán el encargado de ir a buscarla. El rey Mark decidió
que sólo se casaría con la mujer al que pertenecieran unos cabellos rubios
que le trajeron unas golondrinas. Tristán recordó a la joven de
cabellera dorada que le atendió cuando estaba herido. De esta forma se
decidió que el héroe viajará hasta Irlanda por segunda vez.
2. El filtro de amor.
Cuando llegó a estas costas liberó a sus habitantes de un poderoso dragón,
pero cayó enfermo por el veneno de la sangre de la bestia. Isolda le
volvió a curar de esta ponzoña y se dio cuenta, por fin, de quien era
él. Por este motivo intentó matarle. Sin embargo, Tristán la convenció
de que no lo hiciera. Después pidió su mano al rey de Irlanda para su
tío, el rey Mark de Cornualles.
Durante el viaje de vuelta a su reino
junto con Isolda ocurrió un fatal incidente que fue el causante de todos
los problemas. La víspera de San Juan Tristán e Isolda bebieron una pócima de amor.
Este brebaje había sido preparado por la madre de Isolda para que lo
bebiera en su noche de boda con el rey Mark. De esta forma se
garantizaba que ambos sintieran un amor eterno. Pero
una criada confundió el elixir de amor con vino y se lo sirvió a Tristán
y a Isolda. En ese mismo se hicieron amantes, ya que no podían luchar
con la magia de la pócima.
Una vez en la corte Isolda contrajo
matrimonio con el rey Mark. Sin embargo, su amor por Tristán era tan
fuerte que continuó viéndolo. Los encuentros de los amantes
se hicieron tan frecuentes que los nobles se dieron que algo ocurría y
alertaron al rey. Éste al principio no averiguó nada y lo achacó todo a
los celos e intrigas palaciegas. No obstante, el amor entre Tristán y la
reina se volvió tan evidente que el propio Mark tuvo que reconocer la
verdad.
En esto la historia vuelve a coincidir con los amores entre Lancerot y Ginebra.
También en este caso son los amantes los que provocan su ruina al no
ser lo suficientemente cuidadosos. Y de la misma manera que el rey Mark
duda de las acusaciones que recaen sobre Tristán, Arturo
duda de lo que le cuentan sus sobrinos y su propia hermana, Morgana,
sobre la traición del mejor de sus caballeros. En ambas historias los
dos caballeros se ven conducidos hasta ese final, el de traicionar a su
señor rey, movidos por un amor que no pueden superar. Aunque en la
leyenda de Tristán se encuentra la referencia al filtro amoroso como
excusa para justificar el adulterio y, a la vez, como elemento mágico,
procedente de la tradición celta. Isolda queda relacionada por su
capacidad para sanar heridas por medio de ungüentos y pócimas con la
magia.
El rey Mark condenó a ambos amantes a morir en la hoguera, castigo que también comparten con la reina Ginebra. Pero los dos jóvenes huyeron al bosque de Morois,
donde se escondieron durante dos años. El rey Mark los encontró pasado
ese tiempo de casualidad. Los dos amantes estaban dormidos, pero,
gracias a que llevaban la ropa, salvaron la vida. El monarca al verlos
así, pensó que su relación era casta y les perdonó. Dejó en aquel lugar
algún objeto para mostrar que había estado ahí. Este fue el primer paso
para que el rey se reconciliara con su esposa.
Isolda volvió con el rey Mark por la mediación del ermitaño Ogrín
y Tristán se exilió fuera de Cornualles. El filtro de amor aseguraba un
amor eterno, pero sólo en los primeros años este amor era tal que los
dos amantes no podían separarse el uno del otro sin sentirlo. Después de
pasados esos años, el efecto de la pócima continuaba de forma más
suave. Éste fue el motivo por el cual Tristán e Isolda aceptaron la paz
que les ofreció el monarca y la separación.
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El exilio de Tristán y el final de los amantes.
Tristán sirvió a varios a reyes, cumpliendo el papel de caballero andante. En esto sus pasos se dirigieron hasta la Bretaña francesa donde conoce a Isolda de las Blancas manos,
hija del duque Hoel y hermana del caballero Kaherdín. El recuerdo de su
amada fue despertado por esta joven, con la que Tristán contrajo
matrimonio. El joven caballero intentó suplantar a la reina Isolda, pero
no lo logró. Su tristeza fue tal que hizo honor a su nombre.
Kaherdín se enteró por
su hermana de que Tristán no mantenía relación con ella y, al preguntar
al héroe, éste le habló de su amada en el reino de Cornualles. Por ello
ambos decidieron viajar de incógnito hasta ahí y así poder ver a la
bella Isolda. Kaherdín reconoció la belleza de la reina de Cornualles y
disculpó a Tristán por no cumplir con su hermana.
Al regresar a su país ambos héroes entablaron una lucha contra el caballero Estolt el orgulloso de Castel fer
y sus seis hermanos. La batalla se decidió a favor de Tristán y su
amigo, pero no sin que una desgracia sucediera. Tristán recibió una
herida con una espada envenenada. Ningún médico de
Bretaña sabía cómo sanar el corte y el héroe empeoró rápidamente. Por
ello pidió a Kaherdín que fuera a Cornualles y volviera con Isolda la Rubia, su amada. Sólo ella podría curarle con sus pócimas.
Kaherdín partió hacia el reino de Mark, diciéndole a Tristán que si conseguía volver con Isolda la Rubia pondría velas blancas a la nave como señal. Sin embargo, los celos
de Isolda de las Blancas Manos se hicieron insoportables, ya que ella
amaba realmente a Tristán. Por ello cuando su marido le preguntó qué
velas llevaba el barco ella le dijo que eran negras. El caballero pensó
que su amada no iba en la nave y murió de pena. Isolda la Rubia saltó a
tierra en cuanto pudo y corrió en busca de su caballero. Pero lo
encontró ya muerto. La joven se tendió a su lado presa de una honda
tristeza y no volvió a levantarse. Ambos amantes murieron juntos.
Se han encontrado algunas
referencias históricas a estos personajes, aunque sean muy breves. En el
castillo de Dore, cerca del pueblo Fowey, en Cornualles hay un
monumento funerario llamado la Piedra de Tristán y en Irlanda se encuentra una capilla dedicada a la reina Isolda en el pueblo de Chapelizop.
El amor de Tristán e Isolda es un amor trágico.
La poción de amor es fuente al final de dolor y muerte. El rey Mark
pierde a su sobrino y su mejor caballero y, luego, a su propia mujer. El
propio Tristán tiene que exiliarse de su propia tierra y alejarse de su
familia y amigos.
La historia de estos dos amantes, como la Lancelot y Ginebra, tiene su base en las leyendas gaélicas primitivas irlandesas.
Los argumentos se repiten en el relato de Devorgilla, Grainne y
Deirdre. Las tres son jóvenes que se ven obligadas a casarse con un rey
al que no aman y se acaban fugando con otro hombre. En estos relatos se
repiten ciertos rasgos comunes, como el adulterio, el amor trágico y el final. Éste suele acabar con la muerte de los amantes o con su reclusión en algún convento, como es el caso de Ginebra.
El amor de estos amantes no sólo les
trae desgracias a ellos, sino también al reino. En la historia de
Lancelot y la reina Ginebra el final del reinado de Arturo y la propia
muerte de éste se debe en parte a la relación de los amantes. Arturo
inicia la guerra contra Lancelot y su primos para
vengarse de la deshonra, mientras deja el reino bajo la protección de
Morder, su propio hijo, que le traicionara.
Bibliografía:Anónimo, (1981), La muerte del rey Arturo, Madrid, ed Alianza.
Anónimo, (2000), Tristán e Iseo, Madrid, ed. Alianza.
González Ruiz, David, (2010), Breve historia de las leyendas medievales, Madrid, ed. Nowtilus.
Sainero, Ramón, (1993), Sagas celtas primitivas, Madrid, ed Akal.
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