sábado, 16 de mayo de 2015

LA REELECCIÓN PRESIDENCIAL

Te gusta esta página · 11 de mayo ·
 

LA REELECCIÓN PRESIDENCIAL

Desde siempre, República Dominicana ha vivido el drama de la reelección presidencial.

No ha habido un solo presidente , que antes de elegirse no haya dicho que no aspira a reelegirse y que después que ocupe el solio presidencial, no pretenda perpetuarse en él.

Para muestra un botón. Reproducimos este artñiculo de Chichí de Jesús Reyes para el periódico el Nacional, donde habla de la reelección de Horacio Vásquez en 1928 y la feroz oposición que le hiciera ne ese entonces, uno de los juristas más brillantes que ha dado esta tierra, el Licenciado Leoncio Ramos.

ARTÍCULO:
"El licenciado Leoncio Ramos, prominente dirigente del Partido Nacional, gozó siempre del aprecio y el respeto del Presidente Horacio Vásquez. Su verticalidad era tal, que los horacistas de las alturas trataban de marginarlo por la firmeza y decoro en el mantenimiento de sus principios democráticos.

La voz valiente y autorizada del licenciado Ramos, que era Juez de la Corte de Apelación en La Vega, posición a la que renunció, se hizo sentir primero contra la prolonganción de Horacio y posteriormente contra la reelección presidencial

El doctor José Dolores Alfonseca, Presidente de la Junta Superior Directiva del Partido Nacional, fue el principal promotor para que Ramos fuera expulsado de la organización, y en tal virtud, promovió y obtuvo que un llamado Tribunal de Honor juzgara la conducta del destacado abogado.

El tribunal estuvo constituído por los dirigentes horacistas Gustavo A. Díaz, Ernesto Bonetti Burgos y Luis F. Mejía. En su primera sesión se decretó la expulsión del Partido del licenciado Ramos, y de los señores Francisco Espaillat y Ernesto Lluberes, quienes también se habían manifestado contra el continuismo de Horacio.

La ira contra Ramos se extendió luego de la valiente comunicación que en fecha 24 de agosto de 1928, dirigió al Dr. Alfonseca, donde define como improcedente, anti-patriótico y anti-horacista los afanes reeleccionistas de algunos seguidores del caudillo.

A continuación el texto de la carta publicada por Listín Diario, su edición en fecha 28 de agosto del mismo año 1928:

"!La Reelección!. ¿Pero habéis pensando bien la gran responsabilidad que echáis sobre vuestros hombros, al pronunciar esa palabra ante la presente generación, y ante el héroe de la santa revolución del 26 de julio de 1899?

Le temo al precedente; le tomo a ese recurso de que siempre se echaría de mano, llegada la ocasión, para perpetuar en el poder a alguien que, sin merecerlo, en poco o nada tuviera el progreso y la felicidad del pueblo que es, en síntesis, la causa y el motivo de la organización de las sociedades, y la creación de los estados.

Por otra parte, nosotros, mientras fuimos oposición; mientras estuvimos levantados en armas por los montes, prometimos, le prometimos al pueblo, que en nuestro gobierno no habría reelección, y es esta la hora de cumplir como hombres de honor nuestras promesas. ¿Pues qué?

Si nosotros creímos ser justos, ser revolucionarios oponiéndonos a la reelección, a que nadie se perpetuara en el poder, otros, cuando nosotros nos volviéramos contra nuestros principios de ayer, ¿otros no podrían serlo también con muchísima justicia y por el mismo motivo que nosotros? ¿Y tendríamos el impudor de salir a combatirlos luego?

Y cuando ese pueblo ansioso de libertad y de paz siguió al general Vásquez en el año 1899; ese pueblo que hizo la ofrenda gloriosa de su sangre y de su vida luchando contra la reelección en las memorables jornadas de 1903, de 1911 y de 1913; ese pueblo que admira más en el general Vásquez su virtud que su valor y su hidalguía, tras tantas luchas, tras tanto dolor y sacrificios, cuando vea defraudadas sus legítimas aspiraciones; cuando ese pueblo, repito, con esa rabia noble que saber apoderarse de los pueblos nos dijera: Entonces, ¿por qué me he sacrificado ? ¿Qué le contestaríamos; con qué saludable rocío refrescaríamos su alma desolada?.

!Ah, doctor! Nuestro partido, yo lo espero, no ha de hacer, como los tantos que nos han precedido en el poder, que, sí han sido desmedidos en el ofrecer a los pueblos grandes y generosas reformas, a la hora de gobernar, han sido más que tacaños en el conceder esas reformas.

Yo creo, finalmente, que el general Vásquez que supo apelar a la espada como última razón contra todos los tiranos que han ultrajado la dignidad de los hombres de la Patria mía; que el general Vásquez, que supo arrojar con dignidad a los pies de su pueblo en el año 1924 esa espada triunfadora, en este solemne instante de la vida nacional, sabrá cerrar sus oídos a los reclamos de aquellos que, de hoy en adelante, estoy seguro, dando oídos más a las razones de su convencimiento que a los dictados libres de su conciencia, han de ir a rogarle en interminable procesión, que traicione ese apostolado que tanto lustre le ha dado, y tanta gloria le reserva en los años venideros. Atentamente, Leoncio Ramos."

SIN PALABRAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Foto collage: Horacio Vásquez y Leoncio Ramos

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