UN POCO DE HISTORIA: TERREMOTO DESTRUYE LA VEGA VIEJA EN 1562.
La Historia dice....
".....un furioso movimiento
sísmico convirtió en informe montón de tristes ruinas la blasonada
Concepción de La Vega Real, joven enclavado en la pujante castellana en
el mismo corazón del Cacicato de Magua".....
Así
refiere Guido Despradel Batista en su Historia de La Concepción de La
Vega, la destrucción de la ciudad, El 2 de Diciembre del 1562. Y
prosigue ´´ jalón primerizo del empuje brioso de la Conquista en estas
promisorias vastedades de América, la ciudad cantarina que hiciera
extenderse a través del Océano el vigor y la gracia de Sevilla, después
de un apogeo, y como nueva Pompeya, rodó de bruces al antro oscuro de la
desolación y de la muerte.
Su hermosa Catedral, su Casa de
Fundición (donde quizás en 1510 se acuñó la primera moneda de América),
su extenso Monasterio de San Francisco, su imponente Fortaleza, sus
ricas casas señoriales: todo rodó al suelo.. Pero ya era un pedazo de
alma bizcará de España curtido en la fecundidad del seno joven de
América, y su espíritu, inmortal, buscaría refugio para seguir
realizando su perturbado destino´´
Cristóbal
Colón en 1595. Fundó en el mismo verde corazón del Cacicazgo de Maguá
la Fortaleza de la Concepción, de tapia y con amenas, apenas a diez o
doce leguas de las minas de oro que con quinto al Rey daban a la corona
de España más de trescientos mil (300,000) ducados al año. Alrededor de
la Fortaleza, que es tal vez la primera de tapia que se fundó en
América, se formó la Villa de la Concepción. Llegó a tener miles de
habitantes y a ser cabeza de Obispado y fue además la principal ciudad
de toda la Isla durante los primeros años
Cuentan
los viejos cronicones que el Virrey Don Diego Colón acompañado de Doña
María de Toledo y de su fastuosa corte dejaron la comodidad del Alcázar
de Santo Domingo de Guzmán para visitar la floreciente Vega. Los
virreyes apadrinaron la primera misa de Fray Bartolomé de Las Casas en
la Monumental y rica Catedral Vegana, fue también la primera misa ´´
nueva´´ cantada en América, en la primada sede Episcopal de la Isla
Española y del Nuevo Mundo.
La
ciudad crecía y prosperaba, de todos los contornos isleños y de más
allá de las islas venían ramerías interminables de visitantes, y la
ciudad crecía, crecía y prosperaba, pero un día sonó en el oído de los
conquistadores el cascabel de la codicia y de la aventura anunciando oro
y riquezas nuevas en Costa Firme. La Vega, la Española toda comenzó a
desplomarse y a decaer. La Colonia antes próspera se convirtió en
trampolín para el salto esperanzado hacia las tierras nuevas.
Así
el terremoto destruyó la ciudad de La Concepción de La Vega Real la
noche del 2 de diciembre de 1562, ya eran pocos los habitantes: doce o
veinte, pero talvez cuarenta personas vivían en la grade abandonada
ciudad a esa fecha. Esas mismas personas fueron las que fundaron a
orilla del Río Camú el villorrio de dieciséis (16) bohíos: comienzo de
La Vega actual a ocho (8) kilómetros de la otra. Para ese entonces la
destruida ciudad tenía triste fama de ser ´´ la más pobre y desolada que
debe haber en el mundo´´, según la patética carta del franciscano Fray
Nicolás Ramos a Felipe II.
El
hecho de que en la ciudad destruida y bajo sus escombros no aparecieran
cadáveres parece servir de apoyatura a mi tesis de que no murió casi
nadie o que nadie murió en ese terremoto.
LA LEYENDA CUENTA.....
Las
mil lenguas de la leyenda popular cuentan que el terremoto que destruyó
La Vega Vieja fue un Castigo del Cielo, porque los orgullosos señores
que allí vivían en la molicie y a las anchas de su riqueza llegaron a la
herejía de ordenar no oficiar las misas en las horas señaladas hasta
tanto ellos no terminaran su aderezamiento. Y eran crueles con sus
indios esclavos. En el terremoto murieron los más pecadores, y los
atemorizados que sobrevivieron a la catástrofe se reunieron alrededor
del cura que les ordenó seguirles sin volver la cara hacia atrás. Pero
una vieja curiosa desoyó el mandato... y se convirtió en piedra. Esa
piedra de la leyenda, con una cara humana e inscripciones y una cruz en
su superficies, de la piedra labradas por los indios estuvo mucho tiempo
en el patio del Colegio San Sebastián, que funcionó en La Vega por el
esfuerzo altruista y humanitario del Padre Fantino. Contaban los viejos
del lugar que la tierra quedó temblando, temblando, por muchos años y
años.
LA CIUDAD NO SE HUNDIO, LA DERRUMBO EL TERREMOTO.....
Observando
las ruinas que quedan, principalmente los recios paredones de la
catedral, más que hundidos por el terremoto, los edificios se
derrumbaron; igual se v130 en el resto de torre de la fortaleza, con sus
almenas bajas, seis en la torre circular, típicas en las fortalezas
construidas en los siglos XIV y XV. Es probable que la base de esta
fortaleza estuviera hace poco tiempo un poco hundida lo mismo que otras
paredes debido a la naturaleza cenagosa del terreno bajo y a las hojas
podridas de los arboles y las maderas de la vieja ciudad, que con las
aguas de las lluvias que bajan de las lomas y los cerros entre palmares,
cocoteros, tabaco y conucos bien cuidados por los agricultores que hoy
ven esa piedras, esas caritas de indios, resto de la alfarería indígena,
con indiferencia, ajenos al caudal de la historia y de la cultura que
ellas llevan en su abandono y en su antigüedad
LAS TEMBLADERAS......
Las
renombradas TEMBLADERAS, refiere el historiador Manuel Ubaldo Gómez,
que se originaron, después de la destrucción y desaparecieron desde hace
algunos años, a causa de que esos terrenos fueron desmontados y
convertidos en predios agrícolas; sed cree que las tembladeras fueron
originadas por la rotura del acueducto, cuyas aguas estancadas habían
convertido el sitio en una verdadera ciénaga. Pero el estudioso aunque a
veces fantaseador Dr., Narciso Alberty Bosch, va más lejos, y en la
creencia de que hace siglos el Valles de La Vega Real estuvo cubierto
por el mar, dice de las Tembladeras: ´´ lugar situado detrás del Santo
Cerro, más allá del Arroyo Colorado y de donde fue fundada la antigua
ciudad de La Vega Real. Parece, que al ir emergiendo la Isla y
retirándose la Bahía de Samaná, quedó una ciénaga aislada, formó una
laguna, que fue secándose y sobre la cual habían extendido los arboles
sus raíces: haciendo los árboles una especie de piso falso encima del
agua. Si una persona percutía allí, sobre de aquel piso, se movían, se
cimbreaban los árboles del alrededor como sucede con los muebles de una
habitación cuando se va andando sobre de un piso que no esté bien
afirmado
La
vegetación, el légamo, las conchas, los animales acuáticos, los
detritus de todos ese mundo pequeño habitado, y la elevación del
terreno, todo ha sido secado el lugar y las Tembladeras, se han
convertido en tierra donde las campesinos hicieron sus conucos.
Aún
ahora, al uno brincar y pisar con fuerza en esos lugares de las ruinas
la tierra percute y se siente como blanda y poco consistente,
precisamente en los sitios más bajos y por donde pasaban las aguas del
viejo acueducto.
LA CAMPANA DE HIGO......
En
un higo silvestre que existió, y que aún ahora renueva sus ramas
afincando sus raíces sobre unos paredones caídos; parte del campanario
de la catedral; había una vez una campana de bronce de más de un pie de
altura y otro tanto de diámetro en el bocel. Tenía una inscripción: F-I
(iníciales de los reyes católicos de de Fernando e Isabel de un lado: y
del otro el arcángel San Miguel con el demonio a su pies. Esta campana
la buscó inútilmente el padre Dionisio de Moya, quien hizo quemar el
higo creyendo que había cubierto en su seno la campana.
Dicha campana antes de la
infructuosa búsqueda del sacerdote fue regalada a Don Gregorio Riva que a
su vez la regaló al escritor don Manuel de Js. Galván, el ilustre autor
de ´´Enriquillo´´, para que escribiera algo acerca de la ´´ campana del
higo´´. Galván a su vez se la obsequió al padre Francisco X. Billini.
Después de la muerte del padre Billini sus herederos prestaron la famosa
campana a Mr. Curtis, delegado del Gobierno de los Estados Unidos, para
ser exhibida en una exposición de Chicago. En Chicago quedó o sabe Dios
dónde, ´´ la campana del higo´´
SANTOS, AZULEJOS, METALES, LADRILLOS.....
En
la iglesia parroquial de La Vega y en la del Santo Cerro hay objeto de
plata y azulejos provenientes de la antigua ciudad. En la misma iglesia
de La Vega, actualmente hay dos santos pintados al óleo que provienen de
la Catedral de La Vega Antigua. Uno llamado ´´ Piedad´´ y otro con una
imagen de Nuestra Señora de la Antigua, patrona de las dos Vegas. En la
iglesia de San Antonio está la imagen de San Sebastián en una estatuilla
que perteneció al Colegio Padre Las Casas.
En 1881 ´´ el utilitarismo
abatió el campanario de la catedral y sus ladrillos y azulejos fueron
utilizados por el maestro Onofre de Lora en la construcción de la actual
iglesia del Santo Cerro´´.
DE AQUELLA CIUDAD YA SOLO QUEDA......
De la Catedral queda un paredón
con el comienzo de un arco de una puerta en su parte superior. De lo que
fue el campanario hay un gran muro derribado con u n higo parásito en
sus ladrillos junto a un sembradío de tabaco, tabaco que cuando la
conquista, quizás, en esas mismas tierras de Maguá asombró la vista de
los españoles al ver fumar los indios por primera vez. Fumar: el primer
aporte del indígena quisqueyano a la civilización. Más al norte, en un
pequeño cuadro de terreno cercado de mayas, está la base circular de una
de las cuatro torres de la Fortaleza la Concepción, con sus seis
aberturas en forma de cruz abiertas por dentro en una bóveda abocinada,
en la pared de la torre como ocho pies de espesor, desde donde los
soldados disparaban sus arcabuces a los indios cuando la desesperación y
el mal trato los hicieron rebelarse, en raros momentos de belicosidad.
Hay muros hundidos, y paredes
dispersas entres conucos y entres montes de dadillos. Por ahí mismo
siguiendo el camino desde la torre del fuerte está al oeste de la
catedral en ruinas un aljibe: depósito del acueducto que llevaba por
canales de piedra el agua abastecedora de la gran ciudad. Hasta hace
poco, los campesinos simples, de ahí tomaban el agua, de allí regaban la
tranquilidad próspera de sus conucos. Aún hoy cerca estuvo edificada la
ciudad de los orgullos, del oro y de los blasones españoles! El sitio
así se llama hoy: El Aljibe.( nota es bueno señalar que este el Dr. Luís
Manuel Despradel, escribió este trabajo, en abril del 1952, y desde
esta hecha hasta el día de hoy las cosas con relación a las ruinas de la
Vega Vieja, han cambiando mucho, la depredación, la falta de conciencia
de los ciudadanos, el menosprecios de las autoridades veganas pasadas y
presentes por la preservación de estos legado historio único en América
con estas características, por ser la primera educaciones hecha por los
colonizadores españoles, hacen que las descripciones hecha por el
historiador vegano, sean hoy diferentes, pero una diferencia en sentido
contrario de retraso que dicen mucho de nuestro apego a las tradiciones y
a nuestro legado histórico, U. Solís)
Por otros estrechos caminos,
ahora al este, se llega a una hondonada, cruce de caminos reales, donde
hay miles de ladrillos enteros y en fragmentos: ahí estaban los tejares,
los hornos que suministraban los ladrillos de las altivas
construcciones veganas. El sitio por amor a la tradición aún se llama:
Los Hornos ( nota, sobre los ladrillos, la manos destructoras e
ignorantes arrasaron con todos, nada queda hoy día solo pequeños
escombros, todo los destruyeron, U. Solís
Las buenas gentes dicen que
entre todas esas ruinas hay muchas riquezas enterradas. Puede ser que
haya riqueza, pero no en la cantidad que cree la imaginación popular si
se recuerda que cuando el terremoto destruyo La Vega ésta era una ciudad
simi abandonada y apuradamente pobre.,( nota. Hay riqueza pero no la
riqueza que se imagina la gente, es la riqueza de nuestra historia, de
lo que fueron nuestros ancestro, la lucha del aborigen explotado, los
signos de opresión y crueldad de nuestra razas, es la riquezas que puede
ser encontrada en las ruinas de la ciudad de la Concepción de La Vega.
U. Solís)
En la Iglesia de La Vega, hay
muchos objetos de plata provenientes de la antigua catedral (nota. Luis
Ml. Despradel, apunta de manera sutil el saqueo de las riquezas de la
antigua ciudad de La Vega, es realmente cierto, coleccionista nativos y
extranjeros tienen en su poder más del 70% de los tesoros arqueológicos
del este pueblo dominicano, pero lamentablemente los veganos nos tenemos
historia, la hemos hachado por la borda, la hemos despreciado, no le
interesas a las autoridades pasadas y presentes porque esto no es
materia de la politiquería barata, ya que n o producen voto, así estamos
culturalmente con una clase política ignorante, sin ningún sentido de
su responsabilidad histórica, y una clase intelectual que vive en el
aire, solo le interesa las lisonjas del poder, mendigo de su intelecto,
salvo algunos figura que como el quijote pelean con los molino de la
monstruosidad de la ignorancia.
La Catedral de La Concepción de
La Vega, alberga muy poco conocido por la generalidad de las personas,
una gran riquezas de piezas, objetos y otros cosas de la Vega Vieja,
pero éstos objetos valiosísimos no se pueden mostrar, donde, no hay un
lugar en la ciudad para que ellos puedan estar y ser objeto de la
contemplación y la admiración de los visitantes nacionales y
extranjeros, por la incapacidad, la desidia, la falta de conciencia del
valor histórico de este pueblo, de sus autoridades n propiciar la
instalación de un archivo y museo histórico de La Vega. U. Solís)
El
Dr. Luis Ml. Despradel, que hace un llamado a la redención, de la
historia de La Vega, que aún escrito en 1952, permanece con actual
vigencia, Cuando dice ´´ aquí reunidos pidamos al Ayuntamiento Vegano
que en las ruinas se haga un local en cual se aloje un museo que recoja
las piezas de La Vega, que andan dispersas (monedas, alhajas,
documentos, metales, objetos de ladrillos, cuadros etc.), para que
puedan decir como era, cual era la historia, y la cultura de la vieja
grande ciudad destruida. Donde haya un personal especializado encargado
de practicar excavaciones y reconstruir la ciudad. Que se consigne
planos, mapas, etc. Y todas las bibliografías para que el visitante, el
estudioso y el turista puedan tener idea cabal del significado de esas
piedras. Para tal petición la época se propicia pues existe en nuestro
país.... .
La Vega, abril de 1952. (http://uval.lacoctelera.net/post/2009/06/15/paredones-ladrillos-y-leyendas).