A 50 años de la Guerra de Abril de 1965
Las cantinas de los militares y policías suscitaron protestas hasta en los círculos del comercio que habían respaldado el derrocamiento del profesor Juan Bosch
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Las cantinas de los militares y policías fue una de las acciones que suscitó mayores protestas hasta en los círculos del comercio que habían respaldado el derrocamiento del profesor Juan Bosch.
La situación llegó al extremo de que fue constituida una compañía por acciones denominada “Cantina Policía Nacional, C. Por A.”, con un capital autorizado por el entonces jefe policial general de brigada Belisario Peguero Guerrero.
La empresa policial-comercial causó un escándalo que conmocionó a los círculos que habían contribuido con el derrocamiento de Bosch.
Se veían por doquier bebidas alcohólicas y cigarrillos extranjeros de contrabando, también había muebles, textiles, enseres domésticos y automóviles.
Estos productos libres de impuestos se vendían al público en general.
Los aviones de la Fuerza Aérea y los barcos de la Marina se utilizaban en la importación de los productos para ser distribuidos en el mercado por civiles.
Propiamente era una orgía de robo sin restricciones de ninguna especie.
Las Cámaras de Comercio de las principales ciudades elevaron su protesta y amenazaron con un cierre general de los comercios en caso de no resolverse la desleal competencia.
El presidente del Triunvirato, doctor Donald Reid Cabral, en un intento de apaciguar las protestas, dijo que la empresa policial era una cooperativa. Sin embargo, el aviso de constitución publicado en La Nación del 15 de junio de 1964 decía que se había constituido una compañía por acciones, en acto bajo firma privada, que tenía por objeto la compra, venta e importación, al por mayor y detalle, de una vasta serie de productos, desde hilos para coser hasta joyas y refrigeradores… La empresa podía establecer sucursales, no sólo en el país sino también en el extranjero.
Los principales comerciantes importadores de entonces denunciaron en repetidas ocasiones las actividades de contrabando que, afirmaban, les resultaban lesivas.
Acusaban en esas actividades de contrabando a altos jefes militares dominicanos.
Los beneficios de esas actividades comerciales de los militares y policías se veía en las lujosas casas que se habían construido muchos altos oficiales, en la que usaban alistados para el trabajo de construcción.
El derrocamiento de Bosch no fue un evento muy beneficioso para el país, pero bueno para los militares. A los pocos meses del golpe de Estado, el déficit en la balanza de pagos llegó a los $45 millones, debido en parte a las importaciones ilegales, mientras los pagos de esa deuda comercial externa se detuvieron completamente.
Reid Cabral lanzó un programa de austeridad para arreglar la declinante situación económica, pero el propósito era obtener un préstamo de $25 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para agravársele la situación el precio del azúcar cayó a dos centavos después que se cotizaba a 11 durante el régimen de Bosch.
Como si fuera un drama se produjo dos años de sequía en el país y el número de desempleados aumentó considerablemente por las importaciones ilegales.
El costo de la vida subía y los salarios estaban congelados. Había queja también de los comerciantes por la situación económica.
El embajador estadounidense ante el Triunvirato, William Tappley Bennet, un funcionario de carrera del Departamento de Estado, tenía mucha simpatía por el Gobierno y era muy amigo de Reid Cabral, hasta el punto de que en Santo Domingo la gente bromeaba con que Bennet era el tercero y faltante miembro del Triunvirato.
Contrariamente a lo que sucedió con Bosch, Estados Unidos le dio todo el apoyo al Triunvirato.
La asistencia de Estados Unidos a través la Alianza para el Progreso alcanzó a $164,144,000, desde 1962 hasta el 24 de abril de 1965, lo que se consideró una suma cuantiosa, tomando en cuenta que la población era cerca de los 3.5 millones.
Eso significaba unos $46 dólares per cápita. El Consejo recibió $52 millones, Bosch $33 millones, el Triunvirato $75 millones y la suma restante fueron garantías para inversionistas privados estadounidenses como el Central Romana Corporation y el First National City Bank, de Nueva York.
Fue sorprendente que el Triunvirato fuera derrocado mientras tenía el apoyo de Estados Unidos y de los poderes fácticos dentro de la sociedad dominicana.
Arguyen que los sectores populistas no sólo lograron juntarse en la causa común de restablecer el Gobierno y la Constitución de 1963, sino que encontraron aliados en el eje central de la política dominicana, que son los militares.
Algunos oficiales conspiraron porque habían abrazado la idelogía liberal y esta contra el statu quo; otros, para traer de nuevo un sentido de legalidad y orden en medio de la increíble corrupción, cinismo, y abuso; otros, para prevenir la consolidación del poder del general Elías Wessin Wessin y Donald Reid.
También había otros que pensaban en restablecer el grupo trujillista trayendo al expresidente Joaquín Balaguer y a Ramfis Trujillo.
Tras Estados Unidos reconocer diplomáticamente al Triunvirato, se intensificaron las rivalidades entre los militares. El grupo de Wessin tenía la ventaja, la recompensa del golpe de Estado contra Bosch, pero el grupo de Imbert adquiría rápidamente más poder.
El presupuesto de la Policía fue duplicado para llegar a un récord de 37.8 millones y su fuerza aumentada a 12,000 hombres.
El clan trujillista de San Cristóbal estaba resentido con el poder de Wessin y por tanto era más cercano al grupo de Imbert, pero debido también a relaciones de familia.
Las Fuerzas Armadas dominicanas estaban intensificando sus disputas internas al extremo de que estaban dispuestas a enfrascarse en una lucha armada. Por ejemplo, un teniente de la Fuerza Aérea, Pascual Arroyo Rosario, mató a balazos al mayor de la Policía Jose Rodolfo Urrutia Portes, pero no fue llevado por sus superiores ante las autoridades judiciales competentes.
En otro caso, el piloto de laFuerza Aérea Román Peralta fue llevado al cuartel de la Policía, donde presumiblemente fue amenazado por oficiales de la Policía. Cuando esto se supo en San Isidro, un grupo de oficiales fuertemente armados, Incluyendo un camión con una ametralladora de 50 mm. se dirigió al cuartel de la Policía y demandó la devolución del piloto.
Un Apunte
Se cumplen 50 años
Mañana se cumplirán 50 años de la gesta de abril de 1965 y el Gobierno encabezado por Danilo Medina ha programado una serie de actividades.
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