lunes, 27 de abril de 2015

Constitucionalistas derrotaron tropas Wessin en los tres primeros días

Constitucionalistas derrotaron tropas Wessin en los tres primeros días

Publicado el 10:46 am por Hector Minaya h.minaya@elnacional.com.do
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Jóvenes preparan bombas molotov en las inmediaciones del Puente Duarte para repeler el avance de las tropas del Centro de Enseñanzas de las Fuerzas Armadas (CEFA).
Asumieron el control casi total de la ciudad luego de asaltar destacamentos policiales y salir victoriosos en el puente Duarte  7 de 10
Durante toda la mañana del lunes 26 de abril de 1965 continuaron los bombardeos al Palacio Nacional y otras zonas de la ciudad de Santo Domingo, pero los constitucionalistas tenían el control de la contienda.
En la Base Aérea de San Isidro, el general Elías Wessin y Wessin se mantiene firme contra la insurrección constitucionalista y preparaba las tropas del CEFA para el ataque a la capital.
Los civiles armados superaban en número a las fuerzas militares regulares y los constitucionalista tenían el control de Radio Santo Domingo, de la cual exhortaban a la población a respaldar el movimiento.
El Gobierno de Estados Unidos, a través de su embajada en el país, comenzó los preparativos para la evacuación de sus ciudadanos y otros extranjeros que pudieran estar deseando salir de la República Dominicana.
El presidente provisional constitucionalista, Rafael Molina Ureña y el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó solicitaron al jefe de la misión de Estados Unidos en el país, William Connett, la mediación estadounidense para detener los ataques de la Fuerza Aérea Dominicana en las áreas constitucionalistas. Sin embargo, Connett, quien cubría la ausencia del embajador, se negó. Molina Ureña, que había asumido la presidencia el domingo, molesto por este rechazo, renunció. En la base de San Isidro, los generales leales a Wessin eligieron el coronel Pedro Bartolomé Benoit para encabezar una nueva Junta.
Ese lunes 26 de abril los combatientes constitucionalistas toman temprano destacamentos policiales de la capital, excepto la parte occidental del puente Duarte, Villa Duarte, Sans Soucí, la Base Aérea de San Isidro, el Aeropuerto Internacional, la Fortaleza Ozama y el Palacio de la Policía.
Aviones de San Isidro atacan alrededores del puente Duarte, el Palacio Nacional, los campamentos sublevados y Radio Santo Domingo Televisión.
Muchos civiles con espejos trataron desde los techos de “enceguecer” a los pilotos, dirigiendo los reflejos de rayos del Sol a sus caras.
Igualmente, familiares de los pilotos les claman a través de Radio Santo Domingo que “no ametrallen a su pueblo”.
Alrededor del Puente Duarte se incrementaron los enfrentamientos entre civiles militares constitucionalistas contra las fuerzas del CEFA.
Algunos civiles estaban provistos únicamente de molotov y el valor personal de luchar por una causa que entendían era justa.
El capitán Manuel Ramón Montes Arache moviliza a los hombres hacia el Puente Duarte y también se presenta el coronel Caamaño, quien había asumido el mando tras enfermarse el coronel Miguel Angel Hernando Ramírez, que era el líder de la contienda, en ausencia de Rafael Fernández Domínguez.
El fuego de artillería arreció entre los constitucionalistas y las fuerzas de Wessin, que tuvieron que rotroceder cuando se disponían cruzar el puente.
Las tropas de Wessin -que al máximo de su fuerza llegaban al número de 2.500 soldados- constituían la élite de las fuerzas armadas dominicanas y ahora estaban en desbandadas.
En las escaramuzas, Ocasionalmente un tanque de Wessin lograba llegar a la terminal del puente que daba a la ciudad, pero allí las bazookas y ametralladoras rebeldes hacían fuego obligándolo a retroceder.
Cientos de militares y civiles constitucionalistas, algunos de ellos adolescentes, se agazapaban detrás de las barricadas levantadas en los alrededores del puente Duarte.
Se produjo un total quebrantamiento del orden y la ciudad quedó sin gobierno.
Estados Unidos abrigó temores por el curso de los acontecimientos y empezó en pensar por la seguridad de los 2.500 norteamericanos residentes en Santo Domingo. Estaban sorprendidos cuando escuchaban la radio y la televisión controladas por los constitucionalistas.
Aunque no se había producido ningún incidente antinorteamericano, la embajada temía algo, como paso siguiente pronosticable en la caótica situación. A última hora del lunes la embajada recomendó que la Marina estadounidense, que tenía destacadas fuerzas a cierta distancia de la costa, evacuara a los norteamericanos.
Países criticaron EEUU por no alentar elementos democráticos en RD
Muchos embajadores acreditados en el países -inclusive algunos funcionarios de la embajada- criticaron que Estados Unidos, aun temiendo una toma de mando comunista, no hicieran nada en los primeros días de la rebelión por alentar a los elementos democráticos comprendidos entre los constitucionalistas. Refieren que en vez de ello la embajada fue progresivamente identificándose con las fuerzas de Wessin, si bien el general de San Isidro personificaba, en el concepto de muchísimos dominicanos, la amenaza de una nueva dictadura.
De regreso en Santo Domingo desde Washington el martes 27 de abril, el embajador titular William T. Bennett pasó inmediatamente a Washington, juntamente con su propio endoso, el urgente pedido del comando de Wessin solicitando equipo radial. Las fuerzas de Wessin aún no habían conseguido irrumpir en Santo Domingo y los líderes de San Isidro rogaron que les fueran facilitados equipos móviles y otros equipos de radio.

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