Constitucionalistas derrotaron tropas Wessin en los tres primeros días
Jóvenes preparan bombas
molotov en las inmediaciones del Puente Duarte para repeler el avance de
las tropas del Centro de Enseñanzas de las Fuerzas Armadas (CEFA).
Asumieron el control casi total de la ciudad luego de
asaltar destacamentos policiales y salir victoriosos en el puente
Duarte 7 de 10
Durante toda la mañana del lunes 26 de abril de 1965 continuaron los
bombardeos al Palacio Nacional y otras zonas de la ciudad de Santo
Domingo, pero los constitucionalistas tenían el control de la contienda.
En la Base Aérea de San Isidro, el general Elías Wessin y Wessin se
mantiene firme contra la insurrección constitucionalista y preparaba las
tropas del CEFA para el ataque a la capital.
Los civiles armados superaban en número a las fuerzas militares
regulares y los constitucionalista tenían el control de Radio Santo
Domingo, de la cual exhortaban a la población a respaldar el movimiento.
El Gobierno de Estados Unidos, a través de su embajada en el país,
comenzó los preparativos para la evacuación de sus ciudadanos y otros
extranjeros que pudieran estar deseando salir de la República
Dominicana.
El presidente provisional constitucionalista, Rafael Molina Ureña y
el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó solicitaron al jefe de la
misión de Estados Unidos en el país, William Connett, la mediación
estadounidense para detener los ataques de la Fuerza Aérea Dominicana en
las áreas constitucionalistas. Sin embargo, Connett, quien cubría la
ausencia del embajador, se negó. Molina Ureña, que había asumido la
presidencia el domingo, molesto por este rechazo, renunció. En la base
de San Isidro, los generales leales a Wessin eligieron el coronel Pedro
Bartolomé Benoit para encabezar una nueva Junta.
Ese lunes 26 de abril los combatientes constitucionalistas toman
temprano destacamentos policiales de la capital, excepto la parte
occidental del puente Duarte, Villa Duarte, Sans Soucí, la Base Aérea de
San Isidro, el Aeropuerto Internacional, la Fortaleza Ozama y el
Palacio de la Policía.
Aviones de San Isidro atacan alrededores del puente Duarte, el
Palacio Nacional, los campamentos sublevados y Radio Santo Domingo
Televisión.
Muchos civiles con espejos trataron desde los techos de “enceguecer” a
los pilotos, dirigiendo los reflejos de rayos del Sol a sus caras.
Igualmente, familiares de los pilotos les claman a través de Radio Santo Domingo que “no ametrallen a su pueblo”.
Alrededor del Puente Duarte se incrementaron los enfrentamientos
entre civiles militares constitucionalistas contra las fuerzas del CEFA.
Algunos civiles estaban provistos únicamente de molotov y el valor personal de luchar por una causa que entendían era justa.
El capitán Manuel Ramón Montes Arache moviliza a los hombres hacia el
Puente Duarte y también se presenta el coronel Caamaño, quien había
asumido el mando tras enfermarse el coronel Miguel Angel Hernando
Ramírez, que era el líder de la contienda, en ausencia de Rafael
Fernández Domínguez.
El fuego de artillería arreció entre los constitucionalistas y las
fuerzas de Wessin, que tuvieron que rotroceder cuando se disponían
cruzar el puente.
Las tropas de Wessin -que al máximo de su fuerza llegaban al número
de 2.500 soldados- constituían la élite de las fuerzas armadas
dominicanas y ahora estaban en desbandadas.
En las escaramuzas, Ocasionalmente un tanque de Wessin lograba llegar
a la terminal del puente que daba a la ciudad, pero allí las bazookas y
ametralladoras rebeldes hacían fuego obligándolo a retroceder.
Cientos de militares y civiles constitucionalistas, algunos de ellos
adolescentes, se agazapaban detrás de las barricadas levantadas en los
alrededores del puente Duarte.
Se produjo un total quebrantamiento del orden y la ciudad quedó sin gobierno.
Estados Unidos abrigó temores por el curso de los acontecimientos y
empezó en pensar por la seguridad de los 2.500 norteamericanos
residentes en Santo Domingo. Estaban sorprendidos cuando escuchaban la
radio y la televisión controladas por los constitucionalistas.
Aunque no se había producido ningún incidente antinorteamericano, la
embajada temía algo, como paso siguiente pronosticable en la caótica
situación. A última hora del lunes la embajada recomendó que la Marina
estadounidense, que tenía destacadas fuerzas a cierta distancia de la
costa, evacuara a los norteamericanos.
Países criticaron EEUU por no alentar elementos democráticos en RD
Muchos embajadores acreditados en el países -inclusive algunos
funcionarios de la embajada- criticaron que Estados Unidos, aun temiendo
una toma de mando comunista, no hicieran nada en los primeros días de
la rebelión por alentar a los elementos democráticos comprendidos entre
los constitucionalistas. Refieren que en vez de ello la embajada fue
progresivamente identificándose con las fuerzas de Wessin, si bien el
general de San Isidro personificaba, en el concepto de muchísimos
dominicanos, la amenaza de una nueva dictadura.
De regreso en Santo Domingo desde Washington el martes 27 de abril, el embajador titular William T. Bennett pasó inmediatamente a Washington, juntamente con su propio endoso, el urgente pedido del comando de Wessin solicitando equipo radial. Las fuerzas de Wessin aún no habían conseguido irrumpir en Santo Domingo y los líderes de San Isidro rogaron que les fueran facilitados equipos móviles y otros equipos de radio.
De regreso en Santo Domingo desde Washington el martes 27 de abril, el embajador titular William T. Bennett pasó inmediatamente a Washington, juntamente con su propio endoso, el urgente pedido del comando de Wessin solicitando equipo radial. Las fuerzas de Wessin aún no habían conseguido irrumpir en Santo Domingo y los líderes de San Isidro rogaron que les fueran facilitados equipos móviles y otros equipos de radio.
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