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sábado, 16 de mayo de 2015
Palmira, la "Venecia del desierto" amenazada por Estado Islámico
Palmira es una de las ciudades antiguas más conocidas del mundo.
Kevin
Butcher, profesor del Departamento de Clásicos e Historia Antigua de la
Universidad de Warwick (Reino Unido) explica la amenaza que supone
Estado Islámico para la antigua ciudad de Palmira, en Siria.
Palmira
está en peligro. Mientras los combatientes de Estado Islámico se
enfrentan con fuerzas gubernamentales sirias alrededor del histórico
lugar, vale la pena considerar lo que la pérdida de esta maravilla,
apodada en inglés "Venice of the Sands" (la Venecia del desierto),
implicaría para la herencia cultural del mundo.
Palmira es el último lugar donde alguien podría esperarse encontrar un bosque de columnas de piedra y arcos.
Los
viajeros en los siglos XVII y XVIII se asombraron al encontrar un gran
campo de ruinas en medio del desierto de Siria, a medio camino entre la
costa mediterránea y el valle del río Éufrates.
Para cualquier
visitante, sin embargo, la razón principal para la prosperidad del lugar
es obvia: Palmira se encuentra en el borde de un oasis de palmeras de
dátiles y jardines.
La historia de Palmira empezó como lugar de
riego en la ruta comercial desde Oriente, y su mismo nombre se refiere a
las palmeras de dátiles que todavía dominan la zona.
El origen de su nombre semítico, Tadmor, está menos claro.
El poder de Palmira
Para tratarse de una ciudad tan remota, Palmira ocupa un lugar prominente en la historia de Medio Oriente.
Desde
sus modestos inicios en el siglo I a.c., Palmira creció gradualmente
bajo la tutela de Roma hasta que, durante el siglo 3 d.c., los
gobernantes de la ciudad retaron al poder romano y crearon un imperio
propio que alcanzaba desde Turquía a Egipto.
Palmira fue un centro de comercio capaz de rivalizar con cualquier ciudad del Imperio Romano.
La historia de su reina
Zenobia, que luchó contra el emperador romano Aurelio, es bien conocida,
pero lo que se conoce menos es que Palmira también se enfrentó con otro
imperio: el de los persas del Imperio Sasánido.
En medio del
siglo tercero, cuando los persas invadieron el imperio Romano y
capturaron al emperador Valeriano, fueron los habitantes de Palmira los
que los derrotaron y los condujeron de vuelta a través del Éufrates.
Durante varias décadas, Roma tuvo que depender del poder de Palmira para sostener su menguante influencia en el Este.
Atributos únicos
Palmira fue un gran logro en el Medio Oriente y no se parecía a ninguna otra ciudad del Imperio Romano.
Era
única, cultural y artísticamente. En otras ciudades, las élites
terratenientes solían controlar las cosas, mientras que en Palmira una
clase mercantil dominaba la vida política, y los habitantes se
especializaron en proteger las caravanas comerciales que cruzaban el
desierto.
Multitud de turistas visitaban las ruinas de la ciudad antes de estallar la guerra en Siria.
Como Venecia, la ciudad era el
centro de una gran red comercial, solo que el desierto era en este caso
su mar y los camellos, sus barcos.
Incluso así, la arqueología ha revelado que a los habitantes de Palmira el mar no les era algo extraño.
Viajaban
por el Éufrates hasta el Golfo para comerciar con India, e incluso
mantenían una presencia en los puertos egipcios del Mar Rojo.
La
riqueza que acumularon gracias al comercio de productos exóticos en
Oriente la invirtieron en imponentes proyectos arqueológicos en su
ciudad natal.
Los restos bien conservados de edificios, como el
gran santuario de los Dioses de Palmira, conocido generalmente como
Templo de Bel, sobreviven hasta hoy en día.
Amenaza histórica
Las excavaciones revelan una vibrante cultura de Medio Oriente, con su propio sentido de identidad.
Algunos restos se conservan en el museo arqueológico de la ciudad.
Los habitantes de Palmira
adornaban con orgullo sus edificios con escritos en su propio lenguaje
semita en lugar de depender exclusivamente del griego y del latín, como
era la norma en otros lugares.
Palmira desarrolló su propio estilo artístico, y su propia interpretación de la arquitectura clásica.
Los
patrones decorativos en sus edificios y en los vestidos de sus
habitantes denotan amplias conexiones tanto con el Este como con el
Oeste.
En las tumbas de Palmira se han encontrado sedas chinas
adornando las momias. Su cultura era cosmopolita y tenía una perspectiva
internacional.
Sin embargo, todavía sabemos comparativamente poco.
Los enfrentamientos armados se acercan a la ciudad antigua.
Solo se han escavado pequeñas
partes del lugar. La mayor parte de los restos arqueológicos se
encuentran bajo la superficie y no muy enterrados, por lo que son muy
vulnerables a los saqueos.
Como otros lugares de Siria, Palmira ha sido indudablemente saqueada durante el conflicto actual.
Pero
teniendo en cuenta lo que sucedió con Estado Islámico en Irak, hay
razones para temer saqueos sistemáticos y destrucción si Palmira cae en
sus manos.
Si esto pasa, un capítulo fundamental de la historia y
la cultura de Medio Oriente será una nueva víctima de este trágico
conflicto.
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