lunes, 18 de mayo de 2015

LA MEDIACIÓN DE LA OEA, DURANTE LA GUERRA DE ABRIL DE 1965

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LA MEDIACIÓN DE LA OEA, DURANTE LA GUERRA DE ABRIL DE 1965

Por: Dr. Jottyn Cury, para el Listín Diario

La memoria del hombre es frágil, quebradiza; muchas cosas ella retiene, pero también muchas se les escapan. En mis frecuentes correrías por las librerías, tropecé con un libro de reciente tirada, titulado Juan Bosch, Documentos Inéditos de la Revolución de Abril de 1965, cuyo autor es Cándido Gerón.

Lo adquirí de inmediato, y ya en mi casa, me introduje en su contenido. Mi memoria, nada quebradiza, recordó un suceso que hasta hoy me había negado a ventilar en público para que no se me tildara de exhibicionismo moral. Me refiero a una carta que le escribí el 31 de mayo de 1965 a Rubén Brache, héroe olvidado, quien ostentaba la representación del Gobierno Constitucional en armas por ante la Organización de las Naciones Unidas.

Dada la importancia de la misma, no vacilo ahora en transcribirla, para que perdure en la mente del dominicano de todos los tiempos y pondere la dignidad que demostraron ante el mundo quienes asumieron la lucha por la soberanía nacional en aquella batalla desigual. He aquí el documento revelador:

HF 12 L0069 DRN 1326 ZX URNY BQ DRSI 274 SANTODOMINGODR 274 29 612P EST DOMGOVT.- 1965 MAY 31 AM 9 33.-ETAT.- RUBEN BRACHE TURYCENCOY NEWYORKNY.- Para su conocimiento le transcribo texto comunicación dirigida hoy a Secretario General Dr. José Mora:”En estos momentos hemos tenido conocimiento a través de la Voz de los Estados Unidos de América que el Gobierno Norteamericano ha facilitado seis millones de dólares a la Organización de Estados Americanos para que ésta realice el pago de los servidores públicos nacionales, de acuerdo a la nómina del MSS FE abril de este año. Ante este hecho, el gobierno constitucional ratifica su posición expresando que: Primero: se opone categóricamente a cualquier tipo de pago o entrega de dinero realizado por la Organización de Estados Americanos porque ello constituiría una legalización a la ocupación e intervención que en la actualidad padece nuestro país en flagrante e inaceptable violación a los acuerdos internacionales que hemos suscrito en su Organización de las Naciones Unidas y en la Organización de Estados Americanos: segundo, dicha decisión de la Organización de Estados Americanos de pagar la nómina de los servidores públicos nacionales, conforme a la nómina del mes de abril del año en curso, constituye de hecho la abrogación de parte de la Organización de Estados Americanos en funciones privativas del gobierno dominicano, con lo cual da un paso más en su intento de suprimir todo aquello que constituye nuestra soberanía nacional. En consecuencia el Gobierno Constitucional confía firmemente en que la Organización de Estados Americanos revocara su anunciada decisión y advierte que, en caso contrario, considerará la misma como un grave escollo a los esfuerzos que vienen realizando para encontrar una solución pacífica a la crisis dominicana”.- Atentamente.- Dr. Jottin Cury.- Ministro de Relaciones Exteriores.

Obsérvese que en nuestra comunicación a Rubén Brache empleamos la expresión “El gobierno constitucional ratifica su posición expresando que: Primero: se opone categóricamente a cualquier tipo de pago o entrega de dinero realizado por la Organización de Estados Americanos porque ello constituiría una legalización a la ocupación e intervención que en la actualidad padece nuestro país en flagrante e inaceptable violación a los acuerdos internacionales que hemos suscrito en su Organización de las Naciones Unidas y en la Organización de Estados Americanos”. Es evidente que los directivos del organismo regional presidido por José Mora anticiparon la aceptación nuestra del dinero norteamericano antes de ser ofrecido en una reunión celebrada en el edificio que una vez figuró como sede del Partido Dominicano.

Esa reunión discurrió del siguiente modo: a las cuatro de la tarde de uno de los días finales del mes de mayo, el Coronel Caamaño me fue a buscar en su jeep para llevarme a una reunión que se celebraría ese mismo día con George McBundy, Cyrus Vance, José A. Mora, Héctor Aristy y yo. Era una tarde tormentosa, de fuego cruzado entre los combatientes que se hallaban atrincherados en posiciones contrarias deslindadas por la calle Pasteur. Ya reunidos, y antes de entrar sobre los temas referentes al cese de fuego y otros relacionados con el conflicto armado, tomó la palabra el Secretario General de la OEA señalando que nosotros podíamos disponer de inmediato de la suma de seis millones de dólares para pagar a los empleados que se hallaban en la zona constitucionalista.

Ante el silencio que se operó en ese instante, y mientras las balas rechinaban sobre las paredes y techo del edificio, Caamaño me miró indicándome con un movimiento de cabeza que le contestara a la Organización de Estados Americanos, que a través de ella nos ofrecía el gobierno de los Estados Unidos de América la suma señalada para repartirla entre quienes combatían la violación de la soberanía nacional.

Más o menos contesté que bajo ningún concepto estábamos dispuestos a aceptar esta oferta porque nadie, absolutamente nadie de los que se hallaban en la zona en armas luchaba por dinero sino por principios, y además, que aceptar del país invasor un dólar de lo ofrecido se interpretaría justamente como una canallada de los dirigentes del movimiento, que rechazaba con energía tanto el Presidente Caamaño, aquí presente , como el Ministro Héctor Aristy y los millones de hombres y mujeres de este pueblo maltratado por las tropas norteamericanas y las del puñado de naciones vasallas que lo acompañan en esta grosera aventura política.

Conjeturo que esa contestación no era la que esperaban McBundy, Cyrus Vance y José A. Mora, sobre todo este último; si examinamos la noticia propalada por la Voz de los Estados Unidos de América (ver mi carta a Rubén Brache transcrita más arriba), esta emisora y el propio José A. Mora se cuidaban de señalarnos en la oferta como Gobierno Constitucional, sino que ponía en nuestras manos la cantidad mencionada para que la repartiéramos como “pago de los servidores públicos nacionales”. Se me ocurre pensar que éste fue el postrer intento de resolver la crisis política provocada por Washington con su brutal intervención, para colocar en la presidencia provisional a Héctor García Cáceres y darle el esquinazo final a Antonio Guzmán. Se me ocurre pensar también que la oferta envenenada perseguía desacreditar a los constitucionalistas sindicándolos como receptores del dinero americano, y despojarnos así de la enorme fuerza moral que sostenía nacional e internacionalmente nuestra lucha patriótica.

Y ahora voy a apartarme del camino recto para penetrar en un andurrial que me quita el sueño, y es éste: ¿le ofrecieron igual, menor o mayor suma de dólares al mal llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional? Realmente no lo se, y si aceptaron recibirlo, ¿qué hicieron con ellos? Tampoco lo sé. El lector de estas breves memorias que saque las conclusiones de sus propias vivencias, y ojalá que a los Estados Unidos de los americanos del norte no se les ocurra meternos otra vez en los vericuetos de la democracia que nos dejaron en 1965.

TESTIGO DE LOS HECHOS OCURRIDOS EN 1965
El jurista Jottin Cury dirige uno de los bufetes de abogados de mayor prestigio en el país. Ocupó la rectoría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en los primeros años del Movimiento Renovador en esa academia estatal. Tuvo además una participación destacada en la Guerra de Abril de 1965, ocupando la posición de canciller del gobierno constitucionalista que dirigió Francisco Alberto Caamaño Deñó. Durante muchos años ha escrito artículos para diferentes periódicos de circulación nacional, en especial para LISTÍN DIARIO.

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