viernes, 15 de mayo de 2015

Demuestran que los faraones mantenían relaciones sexuales con miembros de su familia

Demuestran que los faraones mantenían relaciones sexuales con miembros de su familia

El incesto hizo que los faraones fueran considerablemente más altos que los plebeyos de la época
Fuente: ABC.es | 14 de mayo de 2015
Desde bastante antes de que Howard Carter   (izquierda) descubriera la tumba de Tutankamón en 1922, ya eran muchos los expertos que hablaban de los faraones y las relaciones sexuales que se producían en el Antiguo Egipto entre los miembros su familia. Se podría decir, por lo tanto, que no es un tema novedoso.
Sin embargo, una nueva investigación realizada por la Universidad de Zurich ha logrado corroborarlo finalmente de manera científica al establecer que la altura de una parte de las momias que se conservan en la actualidad se vio alterada por el incesto.
Así lo ha afirmado el profesor Frank Rühli (derecha, uno de los principales artífices de la investigación), a «Discovery News», cadena que se ha hecho eco del estudio publicado en la revista especializada «American Journal of Physical Anthropology».
En el mismo medio de comunicación, el experto ha señalado además que estas relaciones antinaturales se sucedían debido a que los faraones creían haber sido enviados por los dioses y, en determinados casos, no estaban dispuestos a yacer con una mortal. Por ello, veían el incesto como una forma de mantener su sangre y linaje limpios.

Un estudio de altura

Para llegar a esta conclusión, Rühli y su equipo (del Instituto de Medicina Evolutiva en la Universidad de Zurich) estudiaron 259 momias, todas ellas de miembros de la realeza de la época. Con todo, y debido a que no les fue permitido analizar los restos debido a que son celosamente guardados por los museos, se propusieron establecer la altura de los fallecidos y compararla con la de los plebeyos de entonces.
«Tras terminar las mediciones, nos percatamos de que la altura de los faraones cambió menos a lo largo del tiempo que la de los plebeyos. Eso es un indicador de consanguineidad», destaca Rühli en declaraciones recogidas por la cadena anglosajona.
Foto: Cabeza momificada de faraón egipcio Ahmose I, cuyos padres y abuelos eran probablemente hermanos. Imagen: WIKIMEDIA COMMONS

A su vez, el equipo de investigadores determinó que estos dirigentes (en el caso de los hombres) eran más altos que los plebeyos. La talla de las reinas, por su parte, no variaba demasiado con respecto a la de sus contemporáneas «pobres».
Concretamente, Rühli ha establecido que la diferencia radicaba en unos5 centímetros en el caso de los hombres. Y es que, mientras que la altura media de un plebeyo entre los años 2925 y 1070 a.C. era de 1,61 metros, la de los miembros de la alta realeza era de 1,66 metros. En el caso de las mujeres sin dinero de la época destaca que su talla media era de 1,57 metros, mientras que la de las reinas era de 1,56. De entre todas momias estudiadas cabe reseñar la de Ramsés II, el faraón de más envergadura al contar con 1,73 metros.
Foto: Amenhotep I (o Amenofis I) marca el punto más alto en el ranking sobre el estudio del incesto. Los 165 cm de altura del faraón fueron probablemente el producto de tres generaciones de matrimonios entre hermanos. Amenhotep I gobernó desde 1526 hasta 1506 a.C., y fue el último gobernante de la familia Ahmoside, habiendo muerto sin un sucesor masculino. Las fuentes históricas informan que la familia Ahmoside tuvo un alto nivel de matrimonios incestuosos. La variación de la altura dentro de la familia es la más baja de todas las familias reales investigadas. Imagen: WIKIMEDIA COMMONS.
Foto: En 2010 las pruebas genéticas revelaron que joven mujer de la tumba KV35 era hermana del esqueleto de la tumba KV55, atribuido (con debate) al faraón hereje Akenatón. Ellos fueron los hermanos-padres del rey Tutankamón, el cual alcanzó una altura corporal de 167 a 169 cm, similar a su padre, cuya estatura se estimó en 167 a 168 cm. Imagen: WIKIMEDIA COMMONS
Foto: En la posición más baja del ranking debido al factor del incesto está, por ejemplo, Tutmosis III, sexto faraón de la XVIII dinastía. Sus abuelos eran hermanos, pero no sus padres.

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