miércoles, 6 de mayo de 2015

Decadencia del Ferrocarril y del Puerto de Sánchez.

Decadencia del Ferrocarril y del Puerto de Sánchez.


Decadencia  del Ferrocarril y del Puerto de Sánchez.
Fuente: Licda. Mercedes Mata Olivo,  Prof. Dulce María Olivo. Prof. Graciela  Paredes R. Integrantes de la Comisión de Historia. Obra   SANCHEZ, Cien años de vida Municipal, Editorial  del Nordeste.   Sánchez, RD, 21 de Junio de 1986. Cap. V. pps.59-64
 Causas.
El Ferrocarril Sánchez- Samaná,  primero en el país, que habías surgido como una  necesidad prioritaria para el  transporte de los  productos agropecuarios del Cibao Central, y  de  otras ciudades aldeanas,  y de  igual manera suplir  el comercio cibaeño de todas las provisiones y mercancías que de distintos países se traían  por el puerto local.
Esta magna obra que constituía el Ferrocarril, ligado íntimamente con el puerto, convirtiendo el pueblo de Sánchez un lugar reconocido en muchas naciones, más  que  Santo Domingo en la capital de la República, comenzó a descender sus niveles de importación, cuya causas fundamental es la modernización del automóvil, en especial los vehículos de cargas, que harían más fácil y rápido el transporte de los productos agropecuarios.
Y en natural  el avance de la tecnología del vehiculo de motor, trajera como consecuencia la construcción de la carretera Duarte, inaugurada en 1920, que comunicó a  Santo Domingo capital de la República con Santiago corazón del Cibao Central, unas de las causas  por el cual el Ferrocarril comenzara a desaparecer.
Otras de las causas  fue el acenso al poder de Rafael Leónidas Trujillo Molina, al poder  en 1930, es sin lugar a duda la consecuencia más eficiente de la decadencia del ferrocarril. Trayendo este régimen la  alta tarifa de las aduanas, motivo  por el cual los Británicos se sintieran hostigados por las medidas impositivas en su contra. Incluso ya no era  el ferrocarril un negocio que dejará  márgenes de beneficios amplios; así mismo los grandes  comerciantes  notaban que muchos de los productos  agropecuarios   que traían  del Cibao, y que eran transportados al extranjeros por el Puerto de  Sánchez, estaban  utilizando  como trampolín  el Puerto de Santo Domingo.
Esta merma económica provoca que los comerciantes, paulatinamente, se comenzaran a cerrar  sus negocios, y a  emigrar hacia otras ciudades, que ofrecieran seguridad y beneficios en los mismos. En cuantos a los bancos comerciales, éstos comenzaron a quebrar, no teniendo solvencia para realizar las  diversas transacciones  comerciales cerraron sus puertas a principio de la década del 1930.
Sánchez iba lentamente, con paso firme, hacia la decadencia de su ferrocarril y puerto, los camiones de cargas, la construcción de carreteras y caminos, los bajos precios del barril de petróleo y otras circunstancias desfavorables, para esos años, hicieron cambiar el medio de transporte  de vía férrea, por el transporte automotriz. El modernismo había influido para convertir lo productivo en improductivo.
Hasta que el 27 de agosto de 1939, los británicos escoceses, desesperados por las escasa productividad del ferrocarril, deciden venderlo al gobierno de Trujillo, por la suma de $50,000.00, cantidad de dinero inferior, si se compara con los costos del equipo del ferrocarril  y sus instalaciones en Sánchez, y en las  estaciones, rieles, vagones, grúas, locomotoras, y otros objetos de propiedad de la compañía.
En el 1940, el gobierno de Rafael L. Trujillo Molina, unifica las empresas del Ferrocarril Central Dominicano (línea Santiago-Puerto Plata), con  el Ferrocarril La Vega-Sánchez, formando un solo consorcio denominando Ferrocarriles Unidos Dominicanos (FUD). No  existía en  ese tiempo ninguna empresa de capital extranjero, ya que Trujillo se había encargado de nacionalizarlas todas, recibiendo el apoyo de gran parte de la Nación.
Sin embargo, la nacionalización del Ferrocarril La Vega-Sánchez, en vez  de obrar positivamente, transformaría a Sánchez, tantas veces calificado como una ciudad rica y alegre, en  donde se bailaba al son  de la “Danza de los millones”, en un lugar que convertiría   en una ciudad muy opuesta a la que por tanto años se  había dado a conocer.
Hasta el año  1960, la actividad económica fue decreciendo, por las carreteras, calles y caminos que al final del siglo XIX,  y principio del siglo XX, no existían  ni  eran necesarios, puesto que  ese lapso de tiempo, la única solución viable al transporte de persona y cosas contemplado, era el ferrocarril, y  que estaba sustituido en lo adelante, por la carretera. , puede decirse que le resta importancia al  ferrocarril, porque ya la actividad estaba prácticamente en desuso.
En 1970, el ferrocarril Sánchez La Vega, no funcionaba. Sólo estaba  operando tres autovías también llamado “coches”, los cuales tenían  capacidad para transportar 50 personas cada uno. Es lógico que  esta única  actividad no compensara los gastos que ocasionaba al gobierno dominicano su mantenimiento, por lo que se hizo  necesario cerrar sus puertas, definitivamente en el año de 1975.
Sánchez se encuentra sumido en un estado semidormido, producto de la decadencia del ferrocarril y del puerto. Este, que había  sido un  municipio de los más prósperos del país,  hasta  el año de 1940, añora con tristeza la reconstrucción  del ferrocarril. Sus habitantes, casas y calles ´perecieran contagiados de una enfermedad  común: el atraso.
Es cuando comienza la declinación, la perdida de los pilares que soportaban  el desarrollo y el florecimiento.
Ya en la década de los 80 del siglo XX, en 1986, cuando se cumplió  el centenario del Municipio Sánchez, y del Ferrocarril, ya no quedan más que  recuerdos, ni la ruinas aún quedan , la sustracciones de los rieles han contribuido fuertemente en la desaparición de lo que fue esta magna obra.

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