viernes, 15 de mayo de 2015

Claves de la batalla electoral de 2016

Claves de la batalla electoral de 2016

Por Felipe Ciprián. 15 de mayo de 2015 - 12:10 am -
 http://acento.com.do/2015/opinion/8249259-claves-de-la-batalla-electoral-de-2016/
 
Creo que Leonel tiene la posibilidad de cerrarle el paso a la modificación constitucional pero no puede llegar más lejos de ahí porque la reacción del danilismo será lo suficientemente vengativa
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Felipe Ciprián

Es licenciado en Ciencias de la Comunicación Social y como periodista fue jefe de redacción de El Caribe, del diario Hoy y de Listín Diario, en los que además se desempeñó como editorialista y columnista.
Cuando falta exactamente un año para la celebración de las elecciones presidenciales, legislativas y municipales, definir qué partido será el ganador es tarea difícil dado que el enfrentamiento interno de los peledeístas y la aun débil oposición necesitan evolucionar para ver más claro el cuadro que tendremos al amanecer del 16 de mayo de 2016.
No obstante, ya hay definidos tres perdedores netos con muy pocas posibilidades de recomponer sus situación: Hipólito Mejía (que ya aceptó su condición), Leonel Fernández que está en el pataleo de la agonía amenazando la unidad de los peledeístas y Miguel Vargas Maldonado que está enterrado desde abril de 2010 pero él no se da cuenta y con sus actos ha logrado la proeza de convertir al otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en una entelequia que se asemeja más a un conuco de mandioca, frijoles y plátanos para venderle al Estado, que a una organización de activistas políticos.
El Partido Revolucionario Moderno (PRM) acaba de elegir a Luis Abinader candidato presidencial por aplastante mayoría, quien a su vez forma parte de un esfuerzo conjunto con pequeños partidos progresistas que luchan por forjar una fuerza opositora para tratar de disputarle el poder al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
A un año de las elecciones el PLD atraviesa por la más virulenta confrontación de su historia entre los grupos que siguen a Fernández y al presidente Danilo Medina.
La lucha por el poder interno en el PLD y por la Presidencia de la República entre Danilo y Leonel ahora es irreconciliable porque hay cuentas mutuas que ajustar y ambos dirigentes políticos están conscientes de que quien pierda la confrontación queda aplastado para siempre.
Lo he dicho antes: Si Leonel pierde y Danilo retiene el poder, en cuatro años más de gobierno el actual Presidente se encargará de borrar lo que queda del leonelismo con la facilidad que otorga el poder como si se tratara de “una huella estampada sobre arena”. Por igual, si Danilo “manca” y le deja un resquicio por donde Leonel pueda pasar, que se olvide de la política pues la revancha será demoledora.
Creo que Leonel tiene la posibilidad de cerrarle el paso a la modificación constitucional pero no puede llegar más lejos de ahí porque la reacción del danilismo será lo suficientemente vengativa como para impedirle ganar la convención interna y peor aun, difícilmente lo apoye en nombre de una disciplina partidaria puesta en serio cuestionamiento por el propio presidente del PLD.
Pero Leonel no tiene alternativa. Si no ataja a Danilo como candidato, no tiene forma de sobrevivir políticamente.  Falta saber si el danilismo, ante el hecho consumado de que Leonel lideró el desconocimiento de una resolución del Comité Político, está en disposición de expulsarlo del PLD junto a los legisladores que no se acojan a esa decisión atropellada en términos políticos, pero legítima estatutariamente.
Lo que parece más probable es que Leonel y sus parciales impedirán con éxito en el Congreso Nacional que Danilo pueda postularse y que a su vez Danilo y los suyos les imposibiliten en las primarias del PLD que Leonel pueda pasar como candidato presidencial.
En una situación así y siendo Danilo quien controla los organismos de decisión del PLD, los recursos del Estado, es el patrón (¿o socio minoritario?) de los grandes grupos constructores y goza de la mayor popularidad en toda la población, no hay duda de que el actual gobernante apoyará abiertamente un candidato peledeísta lo más lejano posible a Leonel para unir fuerzas en su aplastamiento definitivo.
PLD y PRM se disputarán el poder
Con una parte importante del PLD sentada o expulsada (Leonel y su grupo), al candidato peledeísta le será más difícil retener el poder frente a un candidato que como Abinader tiene el potencial para desarrollarse y los cuestionamientos a su persona son escasos.
La candidatura de Abinader, aunque carece de arraigo popular porque no se ha vinculado efectivamente a la lucha ni a las demandas cotidianas de los sectores marginados en todo el país, tiene todavía la posibilidad de despertar simpatías en amplios segmentos de población ignorados por los gobiernos peledeístas.
Las posibilidades de algún éxito de Abinader están asociadas –sépalo él o no- a una articulación de fuerzas políticas dispuestas a vincularse día a día con las luchas reivindicativas para forjar un polo verdaderamente progresista, movilizado, que abra una esperanza de victoria frente al bloque conservador que anteriormente forjó Leonel Fernández y que se articuló armoniosamente entre dirigentes del PLD y la oligarquía post-lilisista y post-trujillista devorando el Presupuesto del Estado con megaobras y concesiones jugosas.
El más grave peligro que corre la candidatura de Abinader es que se ponga de tonto a cortejar a los sectores más conservadores de la sociedad dominicana para afianzar su proyecto. Lo que le conviene es darle un giro más hacia la izquierda, a tono con la corriente predominante en América Latina. Compitiendo por el voto y el programa de los conservadores, Abinader nunca le va a ganar al PLD porque este partido ha probado ser un socio leal con esa oligarquía insaciable que lo quiere todo para sí. Sí ignora a las grandes masas populares marginadas y convertidas en clientela política, el pueblo percibirá que lo suyo es “más de lo mismo”.
Otro riesgo de Abinader y el PRM es que pierdan su tiempo buscando alianzas con Vargas Maldonado, que como tal no aporta nada y en cambio resta prestigio y nadie puede considerarlo un aliado seguro en una situación difícil. Con las bases que aun quedan en el PRD, es factible pactar directamente, pero con la cúpula sería un ejercicio inútil.
Abinader necesita el apoyo de las fuerzas del Frente Amplio, Dominicanos por el Cambio, Alianza País, Alianza por la Democracia y sobre todo de personalidades y ex militantes revolucionarios que han visto frustrada más de una generación con los gobiernos corruptos de Leonel y con la impunidad del período de Danilo.
Las fuerzas de izquierda necesitan comprender que tienen que lograr un pacto general para ganar espacios parlamentarios propios en el Congreso y en los cabildos para poder hacer una experiencia y luego tratar de impulsar un proyecto de poder. Si pasan esto por alto, debilitarán el polo progresista y seguirán siendo una fuerza testimonial sin ninguna vinculación con las decisiones populares y de poder.

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