martes, 23 de diciembre de 2014

¿Qué le espera a Hillary Clinton?

¿Qué le espera a Hillary Clinton?

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 La ex secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton en una conferencia en Las Vegas, Nevada, abril de 2014. Isaac Brekken/Getty Images

La ex secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton en una conferencia en Las Vegas, Nevada, abril de 2014. Isaac Brekken/Getty Images
La ventaja de ser por el momento una candidata extraoficial y la desventaja de representar la inevitabilidad. Un vistazo a los pasos que podría seguir la ex secretaria de Estado en su camino a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
Muchos analistas (incluido el que esto escribe) insinuaron que Hillary Clinton tal vez anunciaría su candidatura poco después de las elecciones de mitad de mandato del 4 de noviembre, para desviar la atención de las pérdidas sufridas por los demócratas y fijarla en 2016 y la posible elección de la primera mujer presidenta. Pero no lo ha hecho todavía, y Barack Obama ha cambiado el relato con noticias llamativas como su acuerdo con China sobre el clima y su decreto sobre inmigración. ¿Qué va a pasar, pues, con Hillary Clinton y la ya cercana elección presidencial de 2016?

Candidatura extraoficial
Por ahora, Clinton está disfrutando de las ventajas de ser una candidata extraoficial, lo cual no solo le permite ganar tiempo sino que le da margen para eludir cuestiones políticas delicadas que pueden contradecir o no las decisiones de Obama. El oleoducto Keystone XL es una de las más peliagudas, puesto que los votantes demócratas de base están rotundamente en contra y los moderados a favor, de modo que a Clinton le conviene no intervenir en la pelea. Por otro lado, cualquier medida de Obama que beneficie la inmigración es muy positiva para Clinton, que, como todos los candidatos, necesitará una mayoría del voto hispano para llegar a la Casa Blanca. Como expliqué con detalle en un artículo previo, Clinton tendrá que encontrar un delicado equilibrio entre el deseo de distinguirse de Obama y la necesidad de ser una candidata a la que sus partidarios quieran votar y donar dinero en 2016. Desde luego, no tener que pronunciarse sobre asuntos políticos concretos facilita el esfuerzo.
Clinton celebró una reunión en septiembre con el cerebro de la campaña de Obama en 2008, David Plouffe, que, además de darle consejos sobre análisis, argumentos y mensajes, le instó a que anunciara su candidatura cuanto antes. Sin embargo, a pesar de la insistencia de Plouffe, ser la candidata extraoficial le está viniendo bien a Clinton. Aparte de ganar tiempo y margen de maniobra en las cuestiones políticas, también le beneficia retrasar la avalancha de comentarios negativos que surgirán en los medios en cuanto haga el anuncio oficial. Además, si Clinton comienza su campaña muy por delante de sus posibles rivales, los votantes podrían hartarse de ella (y su inevitabilidad) incluso antes de que empiecen las primarias. Para la campaña de 2008, hizo su anuncio el 20 de enero de 2007 a través de su página web, con el mensaje “Me presento”, y varios aliados de Clinton indican que en esta segunda ocasión va a seguir un calendario similar.

‘Ready for Hillary’
Si por fin se presenta, Clinton no solo será una de las personas más cualificadas que han aspirado a la Casa Blanca, sino que será probablemente la candidata con la campaña mejor preparada de la historia. Existen ya varios súper PAC (Comités de Acción Política, organizaciones sin ánimo de lucro que recaudan y gastan dinero para promover a los candidatos) que están trabajando para la posible candidatura. La lista, que no deja de crecer, incluye, entre otras, Hillary PAC, Hillary For The Win, Time for Hillary, Madam Hillary 2016 y Hillary Clinton Super PAC; las tres que están más involucradas son Ready for Hillary, Correct the Record y Priorities USA.
Ready for Hillary ha sido noticia en los últimos tiempos porque ha logrado reunir una lista de tres millones de seguidores y 35.000 voluntarios, y ha recaudado más de 10 millones de dólares, con muchas donaciones en la simbólica cantidad de 20,16 dólares. Las cifras han sobrepasado con creces los objetivos iniciales del grupo, que afirma ser “un súper PAC de base” y fue creado por un antiguo miembro del equipo de Clinton, de 29 años.
El pasado 21 de noviembre, Ready for Hillary organizó una reunión de estrategia con gente muy destacada en Nueva York. La jornada, dedicada a los donantes que han recaudado o aportado 5.000 dólares, contó con oradores como Guy Cecil, director ejecutivo del Comité de la Campaña Demócrata al Senado, y Stephanie Schriock, directora de EMILY’s List, dos personas que, en opinión de muchos, son posibles directores de campaña de Clinton.
El grupo llegó a organizar campañas locales para fomentar el voto a los candidatos que apoyaba Clinton durante las elecciones legislativas. Se puede decir que los resultados fueron desiguales, con 12 victorias, 13 derrotas y un empate en Luisiana. No está claro si eso refleja la verdadera fuerza de Clinton y de Ready for Hillary. En cualquier caso, estos candidatos, tanto elegidos como no, forman ya parte del equipo de Clinton y su apoyo será muy valioso en 2016. Además, con la campaña, Ready for Hillary obtuvo experiencia organizativa sobre el terreno.
La gran pregunta es: ¿qué papel desempeñará esa campaña en la sombra cuando llegue el momento de la oficial? Los súper PAC tienen cada vez más importancia en la política estadounidense, pero esta estrategia de construir una base de datos y una infraestructura para traspasarlas luego a la campaña oficial es una nueva variante. Los responsables de Ready for Hillary han prometido entregar todo lo que han recopilado en cuanto Clinton ponga en marcha su candidatura, pero quizá decidan que pueden ayudarla mejor si siguen siendo una organización de campaña paralela, como otros muchos súper PAC. Además, desde el punto de vista legal, será complicado dar esa lista, porque los súper PAC tienen expresamente prohibido coordinarse con las campañas.

Posibles rivales
Aunque pueda parecer que sí, sobre todo desde el extranjero, Clinton no es la única demócrata que está reflexionando sobre su posible candidatura a la Casa Blanca. Su viejo aliado Martin O’Malley, gobernador de Maryland, lleva un tiempo viajando por el país y recaudando fondos. También se habla de dos héroes del ala izquierda del partido: Elizabeth Warren, que no ha dado ninguna señal de que esté interesada, y Bernie Sanders, que sí está haciendo campaña pero tiene que decidir si se va a presentar como demócrata o como independiente.
En el lado republicano hay muchos más posibles candidatos que están pensándoselo. En la parte moderada y más tradicional del partido están varios gobernadores en activo o retirados, entre ellos, tal vez, el ex gobernador Jeb Bush, hermano de George W. Bush (desde luego, si Clinton y él ganasen sus respectivas primarias, la elección sería un curioso enfrentamiento entre dinastías políticas). También en el ala más tradicional están los gobernadores Chris Christie, Bobbie Jindal, Scott Walker, Mike Huckabee y Rick Perry. En el ala del Tea Party se encuentran tres senadores: Marco Rubio, Ted Cruz y Rand Paul. Las elecciones de 2016 serán completamente distintas de las de mitad de mandato de 2014, y habrá más participación de grupos que tradicionalmente votan demócrata, como los negros, los hispanos, las mujeres solteras y los jóvenes; será una situación más difícil para los republicanos, que dependen sobre todo de los hombres blancos mayores y las mujeres casadas.

El intento de no ser inevitable
En 2008, el hecho de que se la considerase inevitable no favoreció nada a Clinton cuando la base demócrata prefirió el cambio. Clinton nunca va a poder decir que no tiene nada que ver con Washington, es la pura encarnación del sistema, algo que los votantes, muchas veces, están dispuestos a aceptar porque significa que ya la conocen. Pero tener el sambenito de inevitable indica a los votantes que no tienen elección, un mensaje desastroso para un partido al que le cuesta convencerles de que acudan a los colegios.
En los últimos tiempos, los aliados de Clinton han tratado de eliminar la etiqueta de la inevitabilidad, que consideran una invención de los medios de comunicación. El consultor político y viejo aliado de Clinton James Carville declaró hace poco a Business Insider: “Es una estupidez. Es una percepción estúpida. En política no existe la inevitabilidad, en mi opinión es una idea propuesta por gente sin experiencia, que no sabe de lo que habla”. Inevitable o no, Estados Unidos y el mundo aguardan la respuesta.
 Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

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