Rol del periodismo en la sociedad actual
Por Fernando W. Burgos (Presidente de AJUTPREN). Plantear
en estos tiempos “cual es el rol del periodista en la en la sociedad
actual”, es sumirse en un análisis profundo de una realidad que se ha
ido distorsionando a los largo de las últimas décadas y donde el
periodismo y los medios de comunicación han cobrado una importancia
jamás pensada.
El poder que adquirió “la prensa”, es de tal magnitud que la política
y la economía se han plegado a lo que ha sido denominado “El cuarto
poder”. Entonces se hace imprescindible hablar de la ética del
periodista; es decir, de su responsabilidad y de los principios con los
que se supone que ha de actuar para no afectar negativamente el curso de
los acontecimientos.
Las realidades en esta sociedad moderna, fueron cambiando y por lo
tanto manipuló el rol del ejercicio del periodismo que se ha
transformado en una forma aparentemente transparente de escalar
posiciones en la sociedad, de manipular situaciones y de alcanzar fines
no siempre benéficos para la sociedad, los hombres y el mundo.
Entonces, es cuando nos planteamos cual es el rol del periodismo en
la sociedad actual. Cabe aclarar que el papel del periodismo y por tanto
del periodista en la sociedad, es el de crear conciencia sobre las
diferentes situaciones que acontecen en pro de generar una mejor calidad
de vida, así como advertir a la sociedad acerca de las posibles
consecuencias que ciertas acciones pueden acarrear, a la vez que ha de
procurar comunicar todas aquellas acciones que tienden hacia el bien
común de las personas y del mundo.
El periodismo nace a partir de la necesidad del hombre de saber la
realidad de los hechos. Es importante tenerlo en cuenta y recordarlo, la
finalidad del periodismo es dar a conocer a los hombres la verdad sin
añadidos ni recortes. Cuando la verdad es tergiversada para alcanzar
intereses mezquinos y personales, el periodismo se convierte en una
mentira.
La concepción de los medios de comunicación como el principal
elemento a la hora de transferir status social o la entrada de nuevas
tecnologías, con Internet a la cabeza, hacen que la figura del
informador esté obligada a evolucionar para no difuminarse.
Los medios de comunicación de masas confieren un status social, la
gente quiere salir en los medios para existir socialmente. La
consecuencia fundamental de ello es el creciente peso de los gabinetes
de prensa, las direcciones de comunicación etc.
Entonces, la imagen social pasa a ser una clave más del éxito. Las
redacciones de los periódicos se llenan de convocatorias de prensa y de
noticias precocinadas que facilitan de tal modo la labor del periodista
que lo hacen desaparecer.
La necesidad de estos grupos de aparecer en los medios les convierte
en fuente de actualidad, ante la pasividad del periodista y la
indiferencia de la sociedad. La noticia se transforma en mercancía y
utiliza a los periodistas para introducirse en la realidad social, con
el peligro que eso conlleva. Ante ello el periodista actual debe
revelarse aparcando la actualidad teledirigida en favor de aquella
información que realmente se encuentra dentro del interés general.
Existe el peligro de desechar información surgida de forma espontánea
por el mero hecho de no estar en el orden del día, y lo que es peor
abandonar la función social del periodismo negando la voz a aquellos
colectivos que no tienen el suficiente peso o no disponen de un hábil
jefe de prensa que aproveche los huecos de este mercadeo de la
información.
Algunos periodistas se toman a juego la profesión y piensan que no
vale la pena dejar “que la realidad te arruine un gran reportaje”.
Cuando leemos el periódico, hemos de hacerlo con sentido crítico. No
significa desconfiar totalmente de los periódicos, pero tengamos en
cuenta estas deficiencias.
Sepamos abrir los ojos al leer las noticias. Prescindir de los
comentarios gratuitos, y buscar ante todo la verdad. A partir de esta
consigna, el periodismo podrá cumplir con su principio más fundamental:
que la verdad sea conocida.
El periodista actual debe tener presente que toda evolución a la que
se vea abocado debe tener como principio fundamental la de preservar la
función del periodismo ya que lo único que ha cambiado es la forma en
que la información aparece ante él.
Los megamedios o medios masivos de comunicación limitan la libertad
de expresión de los periodistas que trabajan en ellos. Los medios
alternativos o los periodistas que pretendan ser independientes tendrían
que hacer uso de las nuevas tecnologías para poder liberarse de la
lógica mercantilista que envuelve a la profesión hoy en día.
La idea es que desde los medios alternativos se construya un
contrapoder informacional capaz de desbaratar el dato único, la imagen
única, el pensamiento único. Debe haber más producciones periodísticas
más modestas y concretamente a aquellas que se desarrollan de los
movimientos sociales.
La información debe responder, corresponderse con la realidad, si no,
hacemos periodismo militante o lobby con aparatos de prensa.
En estos tiempos, debemos tener vigente y en nuestras mentes la Carta
de Múnich, firmada y promulgada el 24 de noviembre de 1971 en Munich.
CARTA DE MUNICH
En estos tiempos, debemos tener vigente y en nuestras mentes la Carta
de Múnich, firmada y promulgada el 24 de noviembre de 1971 en Munich.
Consta de diez deberes y cinco derechos.
Los Diez Deberes de la Carta
Respetar la verdad, cualesquiera que sean las consecuencias, en razón del derecho del público a estar informado.
Defender la libertad de información, comentarios y críticas.
Publicar solo información de origen conocido o hacer las reservas que
convenga, en caso necesario; no ocultar informaciones esencialesy no
alterar los textos y documentos.
No utilizar métodos desleales para obtener información, fotografías y documentos.
Comprometerse a respetar la privacidad de las personas.
Rectificar cualquier información publicada que resulte inexacta.
Guardar el secreto profesional y no revelar la fuente de informaciones obtenidas confidencialmente.
Abstenerse de plagio, calumnia, difamación, acusaciones infundadas y
de recibir algún beneficio a causa de la publicación o supresión de
información.
Nunca confundir el periodismo con la publicidad o la propaganda o aceptar los pedidos, directa o indirecta, de los anunciantes.
Negarse a cualquier presión y solo aceptar directivas redaccionales de los responsables de la Redacción.
Los cinco derechos de la Carta
Los periodistas reivindican el libre acceso a todas las fuentes de
información y el derecho a investigar libremente todos los hechos que
afectan la vida pública. El secreto de los asuntos públicos o privados
no podrá ser rechazado, en el presente caso, por el reportero sino por
excepción y en virtud de motivos claramente expuestos.
El periodista tiene derecho a rechazar cualquier subordinación que
sería contraria a la línea general de su empresa, según se determine por
escrito en su contrato, y cualquier subordinación que no esté implicada
claramente por esta línea general.
El periodista no puede ser obligado a realizar un acto profesional o
expresar una opinión contraria a su creencia y su conciencia.
El equipo de redacción debe ser informado de cualquier decisión
importante que pueda afectar la vida de la empresa. Debe ser por lo
menos consultado antes de una decisión final sobre cualquier medida
relativa a la composición de la redacción: contratación, despido,
traslado y promoción del periodista.
En consideración a su función y responsabilidades, el periodista
tiene derecho no solo a beneficiarse de los convenios colectivos, sino
también a un contrato personal que garantice su seguridad física y
moral, así como a un cargo equivalente a la función social que es de
ella y suficiente para garantizar su independencia económica
No hay comentarios:
Publicar un comentario