Lo último: un asombroso monasterio con Budas de oro y celdas antibalas
Día 03/04/2015 - 01.41h
El monasterio Tsz Shan se inaugurará en Hong Kong este mes. Lo ha financiado Li Ka-shing, el hombre más rico de Asia
Después de más de una década de obras, a mediados de este mes abre sus puertas al público el monasterio de Tsz Shan,
un fastuoso templo budista levantado en la parte continental de Hong
Kong, cerca de la frontera con China. Erigido en el distrito de Tai Po,
en una frondosa colina con espectaculares vistas al mar, está presidido
por una descomunal estatua de bronce de Guanyin,
el «Bodhisattva» («iluminado») de la compasión en el que muchos en
Occidente quieren ver a una diosa de la misericordia por sus rasgos
femeninos. Con 76 metros, incluyendo el pedestal, dobla al Buda gigante
de la isla de Lantau, también en Hong Kong, y ya se perfila como una de las principales atracciones turísticas de la antigua colonia británica.
Además de visitar el monasterio, que tiene una sala con
tres estatuas budistas recubiertas de oro de 24 kilates, los peregrinos
podrán alojarse en algunas de sus celdas para meditar y aprender las
enseñanzas de los monjes. Según informa la CNN, uno de los tres
dormitorios preparados para alojar a los huéspedes que estén de paso
tiene las ventanas blindadas con el fin de proteger a los «invitados importantes».
Uno de ellos podría ser Li Ka-shing, el hombre más rico de Asia gracias
a la fortuna de 30.000 millones de euros que, a sus 86 años, atesora
como dueño fundador del potente consorcio Hutchison Whampoa, que acaba
de comprarle a Telefónica su filial británica O2. A tenor de la CNN, el
anciano magnate ha financiado enteramente los 180 millones de euros que
ha costado construir el monasterio, cuyo presupuesto es cifrado en unos
50 millones de euros por una página «web» turística de Hong Kong.
Como Li Ka-shing pertenece a la junta directiva de la
Asociación Budista de Hong Kong, cuyo presidente es el abad del
monasterio, el reverendo Sik Kwok-kwong, el diario local «Apple» publicó
que este templo serviría como futura tumba para el magnate. Una
información que fue negada categóricamente por los monjes, que incluso
amenazaron con denunciar al citado periódico.
Al margen de esta polémica, y de las protestas de algunos
vecinos por el impacto medioambiental de la construcción en uno de los
pocos espacios naturales que quedan en Hong Kong, el templo de Tsz Shan
se propone recibir entre 400 y 500 visitantes diarios,
pero no permitirá grupos para preservar su recogido ambiente de
contemplación espiritual. Para no dañar el entorno, los monjes tampoco
permitirán a los visitantes que traigan a los Budas ofrendas como barras
de incienso, comida y bebida, ya que en su lugar les proporcionarán
solo agua.
Como si fuera un faro espiritual, la estatua de Guanyin ya
sobresale entre los puntiagudos tejados negros del monasterio y se asoma
compasiva a la bahía de Hong Kong, posiblemente uno de los lugares más materialistas del mundo y donde no hay más que una religión: el dinero.
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