domingo, 5 de abril de 2015

LA CORONELA GLADYS BORREL HEROÍNA MARGINADA DE LA REVOLUCIÓN DE ABRIL 1965

LA CORONELA GLADYS BORREL HEROÍNA MARGINADA DE LA REVOLUCIÓN DE ABRIL 1965
 

Todos los combatientes de Abril, conocieron a Gladys Borrel, popularmente ¨La Coronela¨, una mujer color caoba que el 24 de Abril estaba tirada a la calle y el 25 de Abril tirando plomo en la cabeza del puente Duarte y sus alrededores. El 26 de Abril desde temprano en la mañana ella y un grupo de adolescentes de ambos sexos de los barrios marginados luchaban junto a los militares constitucionalistas dirigido por el coronel Peña Taveras y el 27 de Abril se viste de gloria junto al pueblo combatiente.
Ella nos narra en el libro Mujeres de Abril, escrito por Margarita Cordero, los siguientes: ¨El 24 de abril yo me encontraba en mi casa en el ensanche Luperón. Como a eso de la una y media de la tarde, o la una y cuarentaicinco, más o menos sonó una caravana en la calle y salimos a ver que era. Cuando nosotros preguntamos nos dijeron que era un golpe de Estado que le habían dado al gobierno de Donald Red Cabral, respaldando la Constitución del 63. Tan pronto me dijeron eso pues yo me lance a la calle y fui a dar al puente. Lo que hacíamos era cargar gente para el puente. Al otro día, como a las tres o cuatro de la tarde, por ahí –no sé precisar bien qué hora era, con esa emoción que teníamos- bajaron la gente del campamento 16 de Agosto, que venían con el coronel Peña Taveras al frente. Estamos sorprendidos porque nos sabíamos todavía de que bando estaban ellos. Si estaban con el pueblo, si estaban con el gobierno o con quien. Se dirigieron hacia el Malecón, tiraron tres cañonazos y gritaron ¨! Independencia!¨. Entonces ahí dijeron que estaban con el pueblo; de ahí nos dirigimos a la cabeza del puente y les dimos respaldo, los respaldamos hasta la última hora¨.
Una de las tantas mujeres del pueblo llano, que con apenas veinticinco años, descalza, desgreñada, con los ojos del color de la noche y con un fusil FAL en el pecho, que le había regalado el capitán Mario Peña Taveras; en el fragor de las metrallas. Ella, Gladys Borrel, dirigiendo una multitud armadas con bombas molotov, piedras, machetes y garrotes desafiando las metrallas de la aviación genocida; ellos sin entrenamiento militar se enfrentaba a los tanques, los cañones, las bombas y los miles de soldados del CEFA. Al ver llegar al Coronel Francisco Alberto Caamaño acompañados de los patriotas: Capitán de Navío Ramón Montes Arache, el italiano Illio Capocci, Coronel Fabio Chestaro, mayor Noguera, mayor Juan María Lora Fernández, el teniente Jesús de la Rosa, teniente Elías Bisono Mera, Andrés Rivera, Aníbal López, Claudio Caamaño, los Sargentos M de G. Hombre Rana, B.Z. Isidro Quezada Tiburcio, Rodríguez Perdomo, Gregorio Vidal, Alberto Coste Leonardo, Alfredo Rosario Acosta, Plinio de León, Rafael Noboa, Ulises Jiménez Melo y otros. Le grita llena de coraje salido del momento supremo de la guerra -¡Van a dejar que nos maten ¡Coño!- Y el Coronel Francisco Alberto Caamaño, sorprendido de tan valiente reclamo, le grita: -¡A su orden Coronela!-
El 28 de Abril exhibía con orgullo un fusil G-3, que le había obsequiado el coronel Francisco Alberto Caamaño; frente a una montaña de cadáveres del CEFA, en la bomba de gasolina de la Av. Duarte con Av. Teniente Amado García Guerrero.
Cuando el 14 y el 15 de Mayo, los millares del ejército, de la Fuerza Aérea y del CEFA, con apoyo de las fuerzas interventora, denominada Fuerza Interamericana de Paz. FIP, iniciaron el plan de exterminio llamado ¨OPERACIÓN LIMPIEZA¨, la coronela Gladys Borrell dirigiendo un grupo de hombres corajudos, valientes y decididos detenían el avance de los soldados entreguistas y las tropas de intervención estadounidenses. Gladys Borrel, nos narra en el libro ¨Mujeres de Abril ¨de la periodista Margarita Cordero, los siguientes: ¨ Bueno, yo comandaba un grupo de hombres, al frente. Entonces decía que al enemigo había que atacarlo desde dentro, que no podíamos atacarlo desde fuera, y nos metíamos por los patios; un grupo lo agarraba por adelante y otro por atrás. Ellos no sabían cómo era que estaban metidos por medio de dos fuegos, y tenían que pedir refuerzos. Durante un mes combatimos allá arriba¨.
La Coronela, Gladys Borrell, nos sigue narrando ¨Y yo decía que no me entregaba y que pasaba para Ciudad Nueva, que yo tenía que pasar para donde estaban mis compañeros. Lo que si era que yo les decía a mis compañeros que ellos nos iban a llevar retrocediendo, retrocediendo, hasta el rio Ozama, o moríamos ahogados o moríamos peleando porque eso era una frontera para nosotros, no teníamos otra alternativa. Entonces, yo le pedía a cada compañero que el que pudiera se salvara cruzando para abajo, para Ciudad Nueva; y que si alguno le tocaba pasar para allá dijera que yo estaba viva, dando lo último. Ese comando se había formado en el ensanche Luperón y llego hasta el cementerio de la calle Máximo Gómez, donde combatimos una semana. En ese grupito nada más estaba yo sola. Si habían muchas mujeres, pero las otras mujeres no estaban haciendo el mismo trabajo que yo estaba haciendo¨.
Los días 15 y 16 de junio la mal llamada Fuerza Interamericana de Paz, compuesta por más de 42 mil soldados, estadounidenses; más los soldados brasileños, paraguayos, uruguayos y hondureños y los cientos de miles de soldados del Ejército, la Marina y el CEFA, de la Republica Dominicana. Atacaron de con saña y alevosía, dirigiendo un bombardeo continuo e inmisericorde contra la ciudad de Santo Domingo en arma. La Ciudad Colonial, bautizada como, Ciudad Nueva y los barrios de la zona norte o la parte alta de la ciudad: San Carlos, Borojol, Mejoramiento Social, Villa Francisca, Villa Consuelo, Villa Juana, Villas Agrícolas, Ensanche la Fe, Ensanche Luperón, María Auxiliadora y Villa María; donde la Coronela Gladys Borrell, se vistió de laureles en defensa de la Patria invadida, humillada y ensangrentada.
De esos tristes momentos la Coronela Gladys Borrel nos narra: ¨Cuando nosotros estábamos en la zona Norte, muchísimas compañeras pasaban a allá abajo para buscarnos tiros, porque nosotros no teníamos tiros aquí arriba; nos hacían falta tiros. Y ellas, en sus partes interiores, venían con fundas de tiros, que nos los pasaban. Los limpiabotas chiquitos, en sus cajas de limpiabotas, nos traían cargamentos de tiros, que nos los mandaban de allá abajo; pero como eran limpiabotas pequeños no los registraban los americanos. Y así fue como nosotros pudimos mantenernos allá arriba; durar más días peleando. Entonces, para mí eso tiene tanto valor como coger un fusil en la mano¨.
Así como Gladys Borrel, hubo muchas mujeres sin nombres, ni apellidos; de los extractos sociales más bajos; sin escolaridad y sin partido político. Muchas salida de la cárcel de un burdel o de una casa de familia, clase media como chopa y cortesana. Esas mujeres de la parte alta de la ciudad donde estaban y siguen estando los barrios más pobres de la ciudad hoy Distrito Nacional de Santo Domingo; fueron al igual que los hombres de esos barrios los verdaderos héroes y heroínas, patriotas y mártires de la Revolución de Abril de 1965. Ellos los y las que sin ningún ideal partidario, salieron a dar su vida en el momento que la Patria lo reclamaba.
De ella nos cuenta Brunilda Amaral ¨La Coronela¨, de la cual tampoco se el nombre, se entrenaba con los ¨hombres-rana¨. Esta señora fue de las que estuvieron en la parte Norte. Cuando se armaba cualquier barahúnda era la primera que corría; andaba en un jeep, no para exhibirse, sino que andaba, y nunca estaba diciendo que cosas hacia¨.
En la postrimería de los años, la vieron camuflajeada, huyéndole a los garrotes de las cárceles por haber defendido la Constitución del 1963 y su legítimo gobierno, que es lo mismo por defender Patria, con un delantal vendiendo pollo vivo y matado en una mesa del mercado de la provincia de Puerto Plata.
Por: Tirso Medrano.
Imágenes de Nuestra Historia ®

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