miércoles, 23 de septiembre de 2015

26 de diciembre de 1968. Contrabando de armas que involucró funcionarios del Central Romana y miembros de la Policía Nacional, descubierto en el aeropuerto de Cabo Caucedo.


Te gusta esta página · 15 de septiembre ·Editado 
 

26 de diciembre de 1968. Contrabando de armas que involucró funcionarios del Central Romana y miembros de la Policía Nacional, descubierto en el aeropuerto de Cabo Caucedo. REVISTA AHORA DE ENERO DE 1969.


ARTÍCULO INTEGRO DE LA REVISTA:

Todos los pormenores conocidos hasta ahora apuntan hacia el hecho de que el contrabando de armas recientemente descubierto en el aeropuerto de cabo Caucedo es un asunto gordo, como se dice en la jerga criolla y está posiblemente conectado con los tensos agrupamientos políticos que han venido formándose en los últimos tiempos y con las ambiciones de mando y de provecho que los aglutinan.

En primer lugar, la actuación del presidente Balaguer, quien por vez primera salió del palacio para presenciar un hallazgo de armas. El doctor Balaguer estuvo dos veces en el aeropuerto: el jueves 26 de diciembre a las 8:00 de la noche, hora en que inicialmente se esperaba que llegara el avión de la compañía Dominicana de aviación que portaba el contrabando, pero se retiró al saberse que el avión, atrasado, llegaría pasada la medianoche. No obstante, regresó temprano al día siguiente y ordenó las detenciones que son ya del conocimiento público.

En segundo lugar, la vinculación de elementos pertenecientes a importantes centros de poder en nuestro país, con el referido contrabando de armas: sobre todo tres altos funcionarios del Central Romana, la influyente empresa azucarera norteamericana, dependiente del Consorcio Gulf and Western, y dos altos oficiales de la policía, todos los cuales, tanto los policías como los funcionarios de la Compañía norteamericana, fueron encarcelados inmediatamente por órdenes que impartió el presidente de la República en el mismo aeropuerto.

En tercer lugar, la revelación hecho por el propio doctor Balaguer en cabo Caucedo, en el sentido de que este contrabando de armas no era el primero, sino que él lo vinculo a por lo menos otras 20 maletas que se habían metido de contrabando en los últimos días, según dijo.

Es posible que no siempre se haya utilizado el aeropuerto para introducir los alijos de armas. Hace poco toda la prensa dio cuenta de las armas que, ocultas en un vehículo de motor, fueron encontradas por casualidad en el puerto de Santo Domingo cuando un golpe accidental durante la operación de descarga de un buque, las hizo caer al muelle. Ni entonces ni ahora, que son las dos ocasiones conocidas en que los contrabandos de armas fueron descubiertos, ha dicho el gobierno, concretamente con cuáles propósitos las armas eran introducidas al país en forma oculta. De esta circunstancia los observadores deducen la creencia de que las armas han venido destinadas a grupos muy influyentes y muy metidos en las esferas de gobierno, hasta el punto de haber logrado que "la cosa no pase de ahí". Esto descarta la posibilidad de implicar a elementos de organizaciones de izquierda en esos asuntos, ya que, de haber sido así, se da por seguro que se les hubiera perseguido judicialmente.

Los funcionarios de la Compañía azucarera estadounidense, (aunque son de nacionalidad cubana) apresados, fueron los siguientes: Ramón Nadal García, jefe de campo del Central Romana, así como Arsenio Jurado y Carlos García, que desempeñan también funciones ejecutivas en dicha compañía.

Los oficiales de la policía nacional que el presidente de la República ordenó apresar son dos. El teniente coronel Rafael Lozada Grullón, jefe de los servicios policiales en el aeropuerto y el teniente coronel Raúl Valdés Montás, jefe de policía en la Romana.

Según se informó, Valdés Montás había abandonado su puesto en la ciudad oriental, sin el permiso reglamentario y se hallaba en el aeropuerto de Cabo Caucedo, lo mismo que los tres altos funcionarios del central Romana, cuando llegaba desde Miami el vuelo 301 de la Dominicana de Aviación que traía las armas de contrabando. Los tres ejecutivos del ingenio estadounidense habían estado en Miami pocos días antes, de donde regresaron a nuestro país el 24 de diciembre. Se presume que dicho viaje estuvo conectado con el contrabando y que eso mismo hizo que todos los implicados coincidieran en cabo Caucedo en la fecha de llegada del avión. Allí estaba también, por las funciones que desempeña, el teniente coronel Lozada Grullón, a cuyo nombre venía consignado el cargamento.

Las primeras noticias referentes al descubrimiento del alijo de armas , daban cuenta de que en cabo Caucedo estuvo también el administrador general del central Romana, señor Teobaldo Rosell, también de nacionalidad cubana, quién - se añadía - salió de allí apresuradamente al darse cuenta de lo que pasaba. Aunque estas informaciones han sido posteriormente desmentidas por voceros del central Romana dependientes del señor Rosell, sigue en pie la creencia, sin embargo, de que él podía estar al tanto del asunto.

Esta opinión podría fortalecerse de ser verdadera la respuesta que dio el teniente coronel Lozada Grullón, cuando se le pidió que explicar las circunstancias de que las armas venían consignadas a su nombre. Según han comunicado a nuestra revista informantes fidedignos, el jefe de los servicios policiales del aeropuerto explicó inicialmente que nada de eso se da oculto, que él entendía que la gente del central Romana (destinatarios aparentes de las armas) eran afectos al gobierno del doctor Balaguer y que por eso dejaban entrar las armas.

Tanto es así, añadió Lozada Grullón, que eso lo sabía también el mayor Leoncio García y García, administrador del aeropuerto.

Un comunicado oficial de la presidencia informó que las armas habían sido traídas de Miami por los tres altos funcionarios del central Romana apresados. Sin embargo no pasó inadvertida la circunstancia de que en el mismo comunicado se daba cuenta del nombramiento de una comisión integrada por tres oficiales de la policía nacional, para investigar el contrabando. Integran la comisión los coroneles Jorge Melitón Balderas, Carmelo Fernández y Antonio de los Santos.

Tanto el presidente Balaguer como el jefe de la policía, general Braulio Álvarez, descartaron que las armas estuvieran destinadas a empleo legítimo, como sería el de la cacería y la defensa personal que alegaban los tres cubanos del central Romana y dieron a entender claramente la posibilidad de que se utilizarán con fines ilícitos. El doctor Balaguer admitió que se trataba de armas para ser utilizadas en un plan antigobiernista. El contrabando incluía rifles con miras telescópicas. Los reporteros de nuestra revista, por su parte, detectaron claramente que el comentario prevaleciente en las esferas palaciegas relaciona las armas con una trama para atentar contra la vida del presidente Balaguer.

Una fuente muy cercana al presidente de la República, al preguntarles nuestros reporteros a que atribuía que el presidente Balaguer haya ido personalmente al aeropuerto, respondió así: "es que no se trataba de un contrabando insignificante de armas. A la prensa se le dado la información de que eran pocas y si algo pudieron ver los periodistas, fue sólo una parte. Se ha dicho que eran unas 10. Pero lo cierto es que se trataba de muchas armas y muchos proyectiles. Era un contrabando constituido por una cantidad de armas, cuya cuantía ha sido disminuida en los informes suministrados, para evitar comentarios y bolas alarmantes, pero la cosa era gorda".

Esta revista ha podido saber igualmente, en Fuentes fidedignas que dieron seguridad de la información, que el contrabando de armas fue avisado al gobierno dominicano por el FBI de los Estados Unidos, a través de la embajada norteamericana en nuestro país.

En relación con este asunto, además, los analistas criollos hacen notar lo siguiente. Los Lozada Grullón son generalmente considerados como "hombres del vicepresidente Lora". Sobre todo los tres hermanos ocupan altos cargos estatales: el teniente coronel apresado, otro que es también oficial de la policía y encargado del departamento legal de esa institución y Leandro Lépido Lozada Grullón, todavía subsecretario de interior y policía al momento de escribir estas líneas. Éste último es considerado como el más importante desde el punto de vista político.

Actualmente es civil, en 1940 se había enrolado en el ejército, donde llegó hasta el grado de sargento. Hizo la campaña de Balaguer en la línea noroeste, y es el caudillo reformista de Guayubín. Pero en los últimos tiempos, al agrietarse la unidad del partido gobernante con la pugna entre el presidente y el vicepresidente por la candidatura presidencial para 1970, quedo ubicado en los grupos más adictos al actual vicepresidente Lora.

Todas estas relaciones de los Lozada Grullón con el partido gobernante hacen descartar, a los analistas citados, la vinculación del contrabando con elementos ligados al Wessinismo. Para ello se necesitaría que primero Lora entrara en alianza política con Wessin: "sólo así" dijeron.

Por otra parte, señalan, en caso de confirmarse la posibilidad señalada por el presidente Balaguer, de que sean armas para llevar a cabo algún plan antigobiernista, este estaría promovido principalmente por civiles o por gente que no controla (aún siendo militares ) los arsenales de las fuerzas armadas. Por esta sencilla razón, se han visto forzados a buscar las armas fuera del país, y, por tanto, fuera de los cuarteles.

El asunto que tratamos plantea también otra cuestión de capital importancia: ya se trate de una trama de la oposición derechista o de elementos pertenecientes al régimen actual de gobierno, la presencia de tres altos funcionarios de una poderosa compañía norteamericana hace brotar esta interrogación: ¿ habrá acaso, frente al apoyo oficial que evidentemente brinda Washington al presidente Balaguer y a su política, algún sector del imperio financiero norteamericano más vinculado con otras fuerzas del propio reformismo gobernante o de la oposición derechista ( según sea el caso ), e interesado en secundar los planes políticos que se les atribuyen?

Ninguna de las versiones oficiales difundidas hasta ahora dan respuesta a esa pregunta que han estado haciéndose con insistencia gran número de observadores y analistas. En todo caso, si hay apoyo financiero norteamericano al plan gobiernista de qué hablo el presidente Balaguer, no sería apoyo del gobierno de Johnson, ya que el descubrimiento del contrabando obedece a un aviso dado a Balaguer por el FBI.

Queda otra posibilidad: la mafia desde hace tiempo viene comentándose en el país, como prueba de connivencia y estrechas vinculaciones, que el incremento de las actividades de la mafia en la República Dominicana coincide con la sostenida inmigración de cubanos anticastristas, algunos de los cuales han aparecido mezclados en el tráfico de drogas. Es frecuente hallarlos aquí en el negocio de operación de Casinos de juego, después de haberlo hecho en Cuba donde esa actividad se hallaba controlada por conocidos personajes de la mafia. Sin llegar a sostenerlo, registramos aquí el comentario, también insistente, de que algunos cubanos que hoy trabajan en el central Romana se hallaron en Cuba ligados algunas de estas actividades.

Y a propósito: es hora ya de que el gobierno aplique a los delincuentes y contrabandistas extranjeros, que al parecer toman a nuestro país como campo de operaciones, todo el peso de la ley. Entre estos delincuentes, no pocos provienen de Miami, donde han ido a exiliarse. Y decimos que debe aplicársele todo el peso de la ley, no sólo porque las leyes de un país son para ser cumplidas sino porque en los círculos de cubanos residentes en Miami y vinculados al contrabando, se hace con frecuencia el siguiente comentario, según nos lo han comunicado ya muchos viajeros procedentes de la ciudad floridiana: "no hay problemas en intentar cualquier cosa en Santo Domingo. Si sale bien, se gana mucha plata y si sale mal y descubren a uno, lo único que hacen es deportarte y vuelves para Miami a seguir viviendo como antes. No hay problemas". SIC

FOTOS: Balaguer , el jefe de la policía de entonces Braulio Alvarez y el Coronel Salvador Escarramán , analizan el contrabando y en la otra los cubanos apresados Arsenio Jurado y Carlos García. Revista Ahora

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