domingo, 27 de septiembre de 2015

“Eva no duerme”, la increíble historia de un cadáver 25 años sin enterrar

“Eva no duerme”, la increíble historia de un cadáver 25 años sin enterrar

Publicado el 21 de septiembre del 2015 - 9:47 am por Alicia G.Arribas
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“Eva no duerme”, la increíble historia de un cadáver 25 años sin enterrar
San Sebastián, 21 de Septiembre (EFE).- El argentino Pablo Agüero, de 38 años, presentó hoy en el Festival de San Sebastián “Eva no duerme”, la increíble historia del cadáver de Eva Perón que, embalsamado por un español, estuvo 25 años rodando por el mundo, “escondido, vejado y violado” por el poder, que la temía más muerta que viva. Así lo explica a Efe el “embalsamador” Imanol Arias, un prodigio de contención en esta película, que se enamoró de la historia a través del libro “Santa Evita”, del argentino Tomás Eloy Martín, de donde sacó “muchas herramientas”.
“La película habla de la imposibilidad de morir, pero todo parte de la perfección en el trabajo de este español al que interpreto”, apunta Arias y, con todo lujo de detalles, cuenta cómo el doctor Pedro Ara aprendió en Alemania antes de la I Guerra Mundial una técnica nueva para conservar intactos los cuerpos de los grandes militares que pudieran morir. “(Ara) es un hombre conservador militarista, monárquico, odiaba al peronismo (…). Su primer trabajo fue embalsamar las manos de Manuel de Falla”.
Cobró 100.000 dólares de la época por embalsamar a Evita, que murió el 26 de julio de 1952 y tardó tres años y cuatro meses en terminar el trabajo. “Con Eva termina de perfeccionar su técnica; no tiene un rasguño, sus órganos están intactos. Hasta le cambia el gesto para darle la paz que ese cadáver nunca consiguió”, explica el actor vasco en una entrevista con Efe. Arias sólo aparece en el primer capítulo de una historia que, según precisa a Efe el director, es en sí “una de las más increíbles” que había oído nunca y “extremadamente compleja” para ser contada en una sola película. “Daría para una serie -dice-, pero podría ser a veces demasiado delirante y otras, demasiado sórdida.
Yo decidí al final, por la dinámica narrativa e incluso por cuestiones de pudor, de respeto, dejar en elipsis una gran parte y también decidí contar solo tres capítulos que, por metonimia, representaran todo el resto”. Así redujo la historia a tres momentos del periplo del cadáver que no tienen conexión entre sí, mientras el ojo del coronel que la persiguió los 25 años que el cuerpo estuvo insepulto marca el hilo conductor, narrado por el mexicano Gael García Bernal. “Eva fue una mujer política, una de las más influyentes del siglo XX, que murió a los 33 años, la edad de Cristo, en lo más alto de su gloria, embalsamada con una técnica única que la transforma en una bella durmiente, y convertida en un objeto precioso de la guerra fría que se disputan los militares”.
Por eso, dice, le “daba risa” cuando leía que “las revoluciones árabes habían ocurrido por Facebook. Esto sucedió en 1946 en Argentina, la gente salió a la calle e hizo caer una dictadura. Los medios de comunicación pueden cambiar, pero lo esencial es la gente”, resume Agüero. Arias abunda en que ese temor que provocaba la primera dama en los intolerantes “tiene que ver con el miedo del poder a las personas que llegan al alma de las gentes”. “Ni siquiera la ideología, ni los discursos de Eva, eran importantes; era lo que ella producía en la gente y eso -señala- es lo que hace que no la dejaran descansar; en el intermedio la vejaron, la violaron, la ocultaron”.
El cadáver “era incómodo hasta para el general Perón, que prometió un catafalco para ella pero nunca lo construyó y, curiosamente, donde iba a estar ese monumento es donde está hoy el de (Néstor) Kirchner”, comenta Arias. El actor, que se llevó la Concha de Plata de San Saebastián al mejor actor por “El Lute- Camina o revienta” (1987), aseguró a Efe que el rodaje de película ha sido “único” en su vida laboral. “Tenía muy poco tiempo para hacerlo, debía encajar el rodaje entre medias de (la serie de televisión) ‘Cuéntame’ (…). Se rodaba a un plano por día; cada secuencia, de doce minutos, era un plano continuado, de manera que solo se hacían tres tomas en total.
Es decir, he hecho esta película en quince tomas en cinco días”. Cuenta también que conoció a Agüero el primer día de rodaje y que, directamente, le dijo- “cualquier cosa que haga usted en referencia a lo que le ha hecho a usted más popular será ridículo en esta película” Y se ríe, dice, porque es la primera vez que le dicen algo así, “a mis 59″. EFE

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