sábado, 11 de julio de 2015

Mi voto-Pilarín para el 15 de mayo de 2016

Mi voto-Pilarín para el 15 de mayo de 2016

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 (Proyecto para una revolución burguesa en la RD), 2
El Estado que nos gastamos desde el 27 de febrero de 1844 es a partir de la Constitución de Pedro Santana y su artículo 210 es, además de clientelista y patrimonialista, un Estado oligárquico a partir de la dictadura de Ulises Heureaux y el matrimonio de José María Cabral y Báez y María Petronila Bermúdez Rochet, según lo ha demostrado Esteban Rosario en su libro “Los dueños de la República Dominicana”. (SD: Búho, 2008).
Los antecedentes de esa oligarquía vienen de la unión de Pablo Altagracia Báez, hijo del cura Antonio Sánchez Valverde y la Sra. de Filpo, de Azua, y su esclava negra Teresa Méndez (Camateta), genitores de Buenaventura Báez, quien procreó con Fermina Andújar de Soto a Altagracia Amelia Báez, y esta a su vez se matrimonió con el general Marcos Antonio Cabral Figueredo, hijo de José María Cabral y Luna, restaurador y presidente de la República, padres ambos del susodicho Cabral y Báez (1864-1936), quien, junto con un grupo de banilejos, se instaló en Santiago de los Caballeros.
El árbol genealógico de la oligarquía dominicana que trae en su página 152 el libro de Rosario muestra los cruces matrimoniales familiares de esa clase social cuya característica fundamental es el control por parte de 23 familias de toda la economía del país y de las infraestructuras ideológicas que definen nuestra formación social. El rasgo distinto de una oligarquía es su carácter extremadamente minoritario y el segundo es la concentración económica en esas pocas manos, que le permiten controlar el 85 al 90 por ciento de la riqueza total del país. Según José Israel Cuello son 3 familias las dueñas del país.
Esta situación genera una profunda pobreza y una depresión de los proyectos democráticos en nuestra sociedad. El tercer rasgo de nuestra oligarquía es el haberse subsumido la fracción burguesa que Trujillo castró al sustituirse a ella. Luego de la muerte de este dictador feroz, celoso y único gran acumulador original que ha tenido el país, fue recompuesta dicha oligarquía y su fracción burguesa subordinada en un frente oligárquico, no solo en nuestro país, sino en América Latina entera, con el pretexto del miedo al comunismo y para evitar el surgimiento de una nueva Cuba en el hemisferio occidental. Nueve golpes de Estado en cadena signaron el surgimiento de ese frente oligárquico y a Juan Bosch le tocó en 1963 la de perder. La frustrada revolución contra el gobierno oligárquico del Triunvirato en abril de 1965, la intervención norteamericana para apuntalar ese frente a través de uno de los matadores de Trujillo, Antonio Imbert Barreras, y su gobierno de Concentración Nacional apoyado militarmente por Elías Wessin fueron la respuesta a la guerra patria contra el imperialismo norteamericano que juega el papel de Persia con respecto a todas las Espartas latinoamericanas.
El predominio oligárquico y su esfera de acción son amplísimos. Un oligarca puede ser al mismo tiempo capitalista financiero, banquero, lavador de activos, estafador, burgués, importador, empresario deportivo, terrateniente, exportador, gallero, industrial, productor azucarero, maquilador, diseñador de interiores, transportista, almacenista, dueño de abastos, emisoras de radio, periódicos, restaurantes, compañías de seguros e inmobiliarias, patronatos artísticos, literarios y culturales y asociaciones sin fines de lucro, medioambientalista, filántropo, educador, empresario turístico, muelles y aeropuertos, ganadería, industria farmacéutica, ARS-AFP-ARL, hotelería, sector agroalimenticio, lácteos, sector eléctrico, gasolineras, maquinarias agrícolas y de construcción, compañías de automóviles y camiones, universidades, televisoras por cable o sin cable, cineasta, empresas telefónicas y de telecomunicaciones, librero, cura, militar, abogado o diplomático y muchas otras profesiones creadoras de monopolios y riquezas, o sea, un héroe balzaciano.
Como no creo en nuestro Estado santanista, clientelita, patrimonialista y oligárquico, invento esta ficción teórica cuya realización puede situarse en el año 2500, si no es un sueño como el de la novela de Abigaíl Mejía o el de Alain Robbe-Grillet y su “Proyecto para una revolución en Nueva York”, orientado a transformar el verismo de la literatura norteamericana, el cual, gracias a Joyce Carol Oates, Thomas Pinchon, Kurt Vonegut y otros, le lavó un poco la cara a la literatura del signo en los Estados Unidos.
Como no creo en ese sistema social oligárquico, mi voto-Pilarín para el 15 de mayo de 2016 será por el partido que presente un programa a favor de la creación de un verdadero Estado nacional que no sea clientelista, patrimonialista ni oligárquico y que, para lograr esta meta, hasta tanto los sujetos de este país no decidan construir otro sistema social que no se fundamente en el Soberano de Juan Jacobo Rousseau, se constitucionalice y legisle así:
1. Existe fundado temor en las élites intelectuales dominicanas ante la posibilidad de instauración de una dictadura de partido único tipo PRI de México en el país por parte del PLD. Se dan pasos en esa dirección con la destrucción de los partidos de oposición, gracias al desgaste y corrupción de las cúpulas de esas organizaciones. No hay ley ni canon constitucional contra estos tipos de dictaduras de derechas o de izquierdas. Si estas son instaladas, sus dirigentes y secuaces niegan su carácter dictatorial, al poseer el poder absoluto y la verdad. Solo queda ante este peligro una solución: La consagración de la figura nueva en nuestra Constitución del derecho del pueblo a rebelarse en armas contra los gobiernos tiránicos o dictatoriales. [Comentario de DC: Y si tal rebelión no se produjese, habría que apelar al valor de los mocanos, quienes hasta prueba en contrario, son los únicos que nos han librado de los dos dictadores más feroces que ha producido la república: Lilís y Trujillo].
2. Para corregir la distorsión de la democracia representativa y el Soberano de Rousseau, el sujeto será la categoría político-social fundamental del nuevo orden burgués, no el individuo. La voluntad general (llamada el Soberano) no aplastará a la minoría, la que estará representada en el sistema social según la ley de la proporcionalidad y con el 50 por ciento del sexo masculino y el femenino en todos los cargos altos, medios y bajos de la administración pública como forma de restablecer el equilibrio de poderes que existió entre hombres y mujeres desde el Paleolítico hasta la edad de los metales y terminó con la instauración en Grecia e Israel de un dios único, padre-supremo- creador de todo lo existente en los cielos y la tierra.
3. No habrá fondos públicos para los partidos políticos. Que los financien sus miembros. La construcción de la democracia es una elevada responsabilidad de los sujetos que poseen los seis tipos de conciencia, no un obsequio clientelista del dinero del erario que hasta ahora solo ha contribuido a la corrupción y a la vagancia de los políticos clientelistas y patrimonialistas.
4. Por razones de seguridad nacional, el Estado nacional burgués asumirá el control de las riquezas renovables y no renovables del país, tales como electricidad, telefonía, aguas y bosques, aviación, telecomunicaciones, minas, petróleo, etc., sin crear monopolios, una vez caduque la ola neoliberal que arropa el mundo, la que deja irresponsablemente la producción de un país a la ley del mercado impuesta por una minoría de empresas privadas, desprovista dicha producción de todo control estratégico y regulación estatal y sin contrapeso de los poderes públicos, cuya finalidad es el bienestar económico y la felicidad de todos los ciudadanos. (Continuará).

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