LAS RUINAS DEL MONASTERIO DE SAN FRANCISCO, están bajo la mirilla de Patrimonio Cultural , para realizar una remodelación, a cuyo ejecutor se le aprobó ya el proyecto, desvirtuando su apariencia original, cosa que estamos totalmente opuestos. Aprendamos el origen de este importante monumento histórico.
El Monasterio de San Francisco, fue una de las maravillosas obras de Nicolás de Ovando, el cual inició su construcción cuando se inicia la llegada de los padres franciscanos a partir de 1508 y fue el primer monasterio del Nuevo Mundo, y tiempo después fue azotado por un huracán.
La parte principal de la iglesia, es iniciada por Liendo en 1544 sobre una colina y fue terminada el 23 de julio de 1556. En 1586 fue saqueada por el pirata inglés Francis Drake, y luego se inicia nuevamente su reparación, la cual fue terminada en 1664, pero según los historiadores, en 1673 y 1751, se producen dos terremotos, los cuales causaron daños a la arquitectura del Monasterio de San Francisco.
Según los historiadores, en la entrada principal del monasterio fue sepultado Alonso de Ojeda. Tiempo después, fueron trasladados sus restos al ex Convento Dominico el 12 de octubre de 1942, en el mismo sitio en donde furon encontrado en 1892. También fueron encontrados los restos de Bartolomé Colón.
Durante la Batalla de Palo Hincado, contra los franceses, se inició su destrucción y asediados en la ciudad emplazaron un pedazo de artillería sobre el techo en 1805 y en 1809 es cortada la bóveda, y en su lugar es colocada una explanada de madera con un cañón que al segundo disparo se desplomó con todo y techo.
Durante la dominación de los haitianos 1822-1844, en 1831 éstos se llevan las piedras y detalle arquitectónicos y en 1847 se vuelven a emplean en las paredes como material de construcción.
Durante el paso del ciclón San Zenón en 1930, se destruye gran parte del edificio y en 1940 se instaló allí el procomio y el manicomio Padre Billini. Las campanas de San Francisco son las que lanzan el ronco lamento del campanario de Santa Bárbara.
En los alrededores del Monasterio de San Francisco, aún existen ruinas de la capilla de la Tercera Orden de Garay o de María Toledo. A través de su tina, se distribuye en todas las tuberías el agua a los habitantes de la Zona Colonial, incluso fue el primer acueducto de la ciudad. Durante mucho tiempo, estas ruinas fueron utilizadas para eventos sociales y culturales y es cuidada y protegida por Ley y por Efemérides Patria.
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