jueves, 24 de septiembre de 2015

LOS ASESINOS DE ORLANDO. Que pasó con ellos.



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LOS ASESINOS DE ORLANDO. Que pasó con ellos.

El 17 de marzo de 1975, un grupo de militares y civiles encabezados por el mayor (FAD) Joaquín Pou Castro asesinaron al periodista Orlando Martínez, en un acto terrorista cometido en horas de la noche en la avenida José Contreras casi esquina Cristóbal de Llerena, en la zona universitaria.

Orlando Martínez, de 36 años, era el director ejecutivo de la Revista Ahora, y autor de la muy leída columna Periscopio.

El grupo armado le tendió una emboscada y le bloqueó su vehículo para que no pudiera evitar el atentado.

En una sumaria del juez de la Instrucción Juan Miguel Castillo Pantaleón, fueron acusados del crimen los generales Salvador Lluberes Montás, Joaquín Pou Castro (ya fallecido), e Isidoro Martínez , ya fallecido-, el ex sargento Mariano Durán Cabrera y los civiles Rafael Lluberes Ricart y Luis Emilio de la Rosa.

Del grupo sólo fueron condenados a 30 años de prisión por la jueza de la Décima Cámara Penal, Katia Miguelina Jiménez, los ex militares Joaquín Pou Castro, Rafael Lluberes Ricart, Mariano Durán Cabrera y el civil Emilio de la Rosa.

Mariano Durán Cabrera, quien fue extraditado de Nueva York, ha sostenido que la noche del atentado todos los que participaron en el hecho dispararon contra Orlando Martínez.

Orlando Martínez, quien también era militante del Partido Comunista Dominicano (PCD), fue asesinado por las críticas que hacía a través de su columna Periscopio contra los actos de intolerancia de la cúpula militar del Gobierno de los doce años del Presidente Joaquín Balaguer durante el período 1966-1978.

Pou Castro murió en prisión

El general retirado Joaquín Pou Castro (FAD) cumplía la condena de 30 años por el asesinato del periodista Orlando Martínez, cuando murió el 27 de Abril de 2011, en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas a donde había sido trasladado desde la cárcel de Najayo.

La noche del 17 de Marzo de 1975, cuando fue asesinado Orlando Martínez, Pou Castro era mayor de la Fuerza Aérea Dominicana. A pesar de que era señalado por el PCD y la familia de Orlando, como uno de los autores del crimen, fue ascendido hasta el rango de General de Brigada, por los gobiernos del PRD de los presidentes Antonio Guzmán Fernández (1978-1982) y Salvador Jorge Blanco (1982-1986).

Desde el año 2008 y en múltiples ocasiones Pou Castro había sido recluido en ese centro de salud debido a problemas cardíacos, según habían informado las autoridades penitenciarias.

Condenados los asesinos

El 18 de diciembre de 2007, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia impuso una condena de 30 años de prisión en contra de Pou Castro, quien fue enviado desde un pabellón de la Secretaría de las Fuerzas Armadas a Najayo en julio de 2005.

Con la condena interpuesta por la Suprema Corte de Justicia de 30 años fue revocada una sentencia a 20 años dictada por la Cámara Penal de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís, que lo había sentencia por cómplice en el hecho.

La Corte de Apelación también condenó a Mariano Cabrera Durán y a Rafael Alfredo Lluberes Ricart, a 30 años de prisión, confirmando la sentencia original emitida por la Décima Sala Penal del Distrito Nacional, en agosto de 2000. Al calificar como débil la pena de 20 años contra Pou Castro, la familia Martínez Howley recurrió el caso en casación.

El pleno de la Suprema Corte de Justicia tomó como fundamento para revocar la sentencia, el hecho de que los cargos que se les imputaban a Pou Castro constituyen el hecho punible de asesinato en calidad de autor y no de cómplice como estableció la Corte de Apelación, hecho más grave que debe sancionarse con 30 años de reclusión mayor, por lo que "debe declararse con ha lugar el recurso de los actores civiles y anular la sentencia únicamente en lo concerniente a la determinación de la sanción".

Texto: diariodominicano.com





Joaquín Balaguer le mandó a decir a Orlando que se cuidara de los militares

AL ENTERARSE DEL ASESINATO DEL PERIODISTA, BALAGUER REACCIONÓ DICIENDO: “ESOS BÁRBAROS MATARON A UN PERIODISTA DE RAZA”

El entonces presidente Joaquín Balaguer mandó una vez un consejo al periodista Orlando Martínez, director de la Revista !Ahora! y columnista de El Nacional de !Ahora! para que “se cuidara de los militares” y que “no fuera tan ácido con ellos en sus escritos”, y al enterarse del asesinato del periodista en marzo del 1975, reaccionó diciendo: “Esos bárbaros mataron a un periodista de raza”.

Así lo relata el exsenador y exdirigente reformista José Osvaldo Leger, quien fungió algunas veces como enlace entre Balaguer y Martínez, en unas notas remitidas al director del LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul, para referirse a las revelaciones hechas el pasado domingo por el exdirigente izquierdista José Israel Cuello de sus conversaciones con Balaguer, tras el asesinato de Martínez.

Leger dice que estando Balaguer acompañando en su lecho de muerte a su hermana Carmen, le preguntó: ¿Quiénes dicen en la calle que mataron a Orlando, Leger? y yo le contesté de inmediato: “sus guardias Presidente”. Meditó un segundo y me dijo: “Esos bárbaros mataron un periodista de raza”.

Leger afirma que el periodista Martínez le enviaba libros de regalo al doctor Balaguer y que en una ocasión en que le pidió consejos al Presidente de la República, éste le mandó a decir: “que se cuidara de los militares; que no fuera tan ácido con ellos en sus escritos y que era un lector asiduo de sus artículos en El Nacional y que sentía admiración por él”.

A continuación, la nota enviada por Leger a este diario:
“Leí con agradable sorpresa los relatos de José Israel Cuello publicados por César Medina en el Listín Diario, sobre su entrevista con el doctor Balaguer y quedé sorprendido no de su estilo inconfundible y depurado de escritor y de relator de hechos presentes y pasados, sino de su prodigiosa memoria. Tal y como él relata sucedieron esos hechos”.

“Mi amistad con Orlando se origina por su hermano Sergio Martínez, compañero de aulas de la UASD. Me acostumbré, por las tareas propias de nuestros estudios, a visitar su casa paterna donde siempre fui recibido con mucho agrado por doña Adriana y su esposo. Así conocí a Orlando y construimos una amistad sólida hasta el día que lo mataron alevosamente”.

“Fui emisario varias veces de libros que él gentilmente le regalaba al doctor Balaguer. Recuerdo uno en especial: Juan Salvador Gaviota, que el doctor Balaguer lo recibió no sin antes decirme que lo había leído. También en otra ocasión memorable para mi cuando Orlando le pidió consejos al Presidente y éste le respondió sobre su brillante futuro, pero que se cuidará de los militares; que no fuera tan ácido con ellos en sus escritos y que era un lector asiduo de sus artículos en El Nacional y de su admiración por él.

Pasó el tiempo y una noche (Orlando) me llama por teléfono a mi casa en Arroyo Hondo y me dijo: “Hermano, su jefe debe estar bravo conmigo”, ya que Orlando había publicado su artículo sobre Silvano (Lora), pero me dijo: “Yo quiero enviarle de regalo, con usted, las memorias de Neruda al doctor Balaguer, no las encuentro en el país pero las pedí fuera”. Los libros nunca los recibió pues le sorprendió su muerte y yo los compré y se los entregué al doctor Balaguer con esta dedicatoria: “Al Presidente Balaguer, como un deseo póstumo de un amigo Orlando Martínez”.

“El doctor Balaguer tenía la costumbre de visitar a su hermana Carmen en lecho de muerte y la visitaba religiosamente todas las tardes, cuando sus obligaciones se lo permitían.

En una de esas ocasiones llegué a la residencia de la hermana en lecho de muerte y él se encontraba sólo, meditando en su habitación. Le pedí permiso al general Pérez Bello para que me permitiera entrar en ese lugar y entré solo y el Presidente, como si me esperara, me preguntó: ¿Quiénes dicen en la calle que mataron a Orlando, Leger? y yo le contesté de inmediato: “sus guardias Presidente. Meditó un segundo y me dijo: “Esos bárbaros mataron un periodista de raza”.

“Orlando me acompañó a Palenque a conversar con los campesinos sobre las leyes agrarias, me hizo publicar un artículo en El Nacional que titulé “Violencia legal”. Se refería a la aplicación del código agrario del doctor Balaguer. Orlando me enmendó la plana públicamente cuando incursioné en problema políticos urbanos y me enviaba para el campo.

Lo visitaba frecuentemente en sus oficinas de la Revista !Ahora!. En una ocasión en que un coronel de la Policía me envió a buscar preso a San Francisco de Macorís, Orlando, enterado de eso, llegó primero a mi casa y me pedía que me cuidara y yo se lo reiteraba a él. Orlando era un enamorado de la vida, de las cosas simples, de mucho valor personal.

Descuidado, no hacía caso a los consejos que muchos amigos le ofrecíamos sobre su seguridad”. He mencionado sobre el coronel que mandó a un mayor y dos policías a buscarme preso a mi casa de Las Colinas No. 1 de Arroyo Hondo y quiero precisar que el coronel era Paulino Reyes de León.

Estuve en el programa de televisión de Ramón Puello Báez y lo denuncié como autor de fuertes torturas a un dirigente del MAR (Movimiento Agrario Reformista) en esa ciudad.

El coronel Paulino se molestó y actuó en la forma que te relaté. Gracias al sargento Dionisio Bidó, del Ejército Nacional, quien sobó su ametralladora y se enfrentó con coraje al mayor con palabras y hechos: se paró frente al mayor y le dijo “este hombre –refiriéndose a mí– el doctor Balaguer me ha encargado de protegerle la vida; solo si me mata se lo podrá llevar”.

Texto: Listín Diario, sala de redacción

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