domingo, 22 de enero de 2012

VALORIZACIÓN DE LA CULTURA


VALORIZACION DE LA CULTURA
Fuente: este articulo  fue escrito por Ramón Antonio Espinal Rosario (Van Elder Espinal)  el  día 29 de junio de 1938, para El Observador, año V. No. 23.
¿Cuál  de las dos es más firme y sólida base  para  el progreso de los pueblos, la cultura  del sentimiento o emocional, ola que radica  con el entendimiento? Materia  de mucha discusión ha sido  esta, que  glosamos ahora.
 Significativamente en principio, que  él sólo único, el propósito exclusivo de la cultura, en sus variaciones múltiples,  es capacitar al individuo a fin de conseguir que, de una manera consciente y eficaz, desenvuelva su existencia en el organismo social sirviendo con los suyos  propios, los elevados intereses materiales y morales de la humanidad.
El mérito de las civilizaciones históricas  que desfilaron en los continentes  varios,  se mide  por el grado de bienestar social que  lograron, a impulso de sus respectivas  culturas.
Valorizando con su justo  precio la más célebre de todas, la famosa  civilización helénica, cabe decir, que  su refinamiento estético puramente emocional, no cuajo en el fruto sazonado de perfección  humana, hacia la cual, como principal objetivo, debió encaminar sus esplendorosas manifestaciones  artísticas. Como lo higuera maldita  que no prohijaba, la civilización griega  secó fulminada por la prostitución moral, inficionada por los privilegios  aristocráticos, esclavitudes oprobiosas, y relajamiento inmorales, contra lo que estrelló impotente el clásico sentimentalismos cultural estético de esos días.
Las estimables instituciones romanas de los republicanos evidencian  que con  tener menos renombre la cultura del Lacio fue más trascendente para la humanidad que la  athenea de la Hélade. Sencillamente, porque  el elemento cultural racionalista entró en proporción mayor en la formación  de la base  inamovible de las civilización romana.
Apostrofado  una y mil veces por los devotos del  clasicismo  decadente y  contemplativo, y que no han podido  liberarse rompiendo los fieros tradicionalistas de un pasado infecundo al avance cultural moderno, valiéndose del apoyo racionalista de la ciencia, está por realizar cabalmente profundos cambios,  tanto en la instituciones políticas, económicas, en miras  de levantar unos codos más de desnivel de la organización   social contemporánea.
Y así los tropezones de su marcha, culpa es de las piedras  del conservatismo,  que  imposibilitan la  aplicación amplia del derecho natural de las juntes, con los mismos  bríos y método de resistencias que opusieron a su nacimiento, allá por  la época revolucionaria de los enciclopedistas.
No hasta sentimantalizar a los pueblos  e individuos con el Arte; lo que  precisa ante  todo es,   ampliar casa vez más, el entendimiento de ellos, a fin de capacitarlos para que  comprendan la conveniencia de utilizar la propicias energías, y las  naturales  del medio ambiente, en  una  más justa convivencia humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario