Las Mejores Criaturas Mitológicas y Paranormales de las diferentes culturas
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1. Quetzalcóatl (Serpiente emplumada)
El dios tiene varias etapas, primero como deidad olmeca, tolteca, maya como Kukulcán y más tarde en el grupo de los dioses aztecas. Es claro como la cultura tolteca tomó la figura de este dios de la tradición religiosa de Teotihuacan en donde se encuentra una pirámide dedicada a la serpiente emplumada que data del siglo II de nuestra era. Este dios sin embargo tiene una raíz histórica más antigua. Los estudios recientes demuestran que este personaje se relaciona con la Mitología olmeca y con su visión de la serpiente emplumada. El arte y la iconografía de los olmecas demuestran claramente la importancia de la Deidad de la Serpiente Emplumada en las cronologías de Mesoamérica, así como en el arte olmeca. En las grutas de Juxtlahuaca hay una representación de una serpiente emplumada de estilo olmeca. Incluso, en lugares lejanos como la Laguna de Asososca, en Managua, Nicaragua se encuentran pinturas rupestres representativas de La Serpiente Emplumada.
El nombre de Quetzalcóatl se compone de dos palabras de origen náhuatl: quetzal, que es un ave de hermoso plumaje que habita la selva centroamericana, y cóatl, que significa "serpiente".
Existe otra versión científica según la cual es posible que este Dios tenga raíces Chichimecas. Sus influencias culturales abarcaron gran parte de Mesoamérica, incluyendo a las culturas maya, mixteca. Los mayas retomaron a Quetzalcóatl como Kukulkán o Gucumatz, aunque como se ha dicho antes es más conocida la versión de la cultura tolteca. Los aztecas incorporaron esta deidad a su llegada al valle de México.
Los aztecas relacionaban a Quetzalcóatl con Venus, que se puede observar como si fuera una estrella al lado del volcán Popocatépetl durante ocho meses al año, y desaparece otros tres meses; la profecía indica que esta estrella y los dos solsticios en donde se dice que Quetzalcóatl viene a la tierra dos veces al año a traer fertilidad y cosecha, sucederán hasta la segunda venida de Quetzalcóatl.
Una de las representaciones de esta deidad es la de un hombre barbado y blanco, por lo que durante la conquista de la Nueva España (Mesoamérica) los pueblos indígenas creyeron en un principio que Hernán Cortés era Quetzalcóatl.
A fin de propiciar la conversión de los nativos, los cronistas crearon el mito de que Quetzalcóatl era un apóstol cristiano (Santo Tomás).
En tiempos recientes las religiones de origen neotolteca hablan en sus tradiciones y leyendas urbanas del renacimiento de este personaje. Este concepto está basado en el Códice de Quetzalcóatl.
El nombre de Quetzalcóatl se compone de dos palabras de origen náhuatl: quetzal, que es un ave de hermoso plumaje que habita la selva centroamericana, y cóatl, que significa "serpiente".
Existe otra versión científica según la cual es posible que este Dios tenga raíces Chichimecas. Sus influencias culturales abarcaron gran parte de Mesoamérica, incluyendo a las culturas maya, mixteca. Los mayas retomaron a Quetzalcóatl como Kukulkán o Gucumatz, aunque como se ha dicho antes es más conocida la versión de la cultura tolteca. Los aztecas incorporaron esta deidad a su llegada al valle de México.
Los aztecas relacionaban a Quetzalcóatl con Venus, que se puede observar como si fuera una estrella al lado del volcán Popocatépetl durante ocho meses al año, y desaparece otros tres meses; la profecía indica que esta estrella y los dos solsticios en donde se dice que Quetzalcóatl viene a la tierra dos veces al año a traer fertilidad y cosecha, sucederán hasta la segunda venida de Quetzalcóatl.
Una de las representaciones de esta deidad es la de un hombre barbado y blanco, por lo que durante la conquista de la Nueva España (Mesoamérica) los pueblos indígenas creyeron en un principio que Hernán Cortés era Quetzalcóatl.
A fin de propiciar la conversión de los nativos, los cronistas crearon el mito de que Quetzalcóatl era un apóstol cristiano (Santo Tomás).
En tiempos recientes las religiones de origen neotolteca hablan en sus tradiciones y leyendas urbanas del renacimiento de este personaje. Este concepto está basado en el Códice de Quetzalcóatl.
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2. Fenix
es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África. Muy presente en la poesía árabe (En árabe: العَنْقَاء Al- Anka).
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3. Hombre Lobo
El hombre lobo, también conocido como licántropo , es una criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos los mitos (probablemente junto con el del vampiro), y aún hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de «hombres bestia». Todas las características típicas de aquel animal - como son la ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez- son en ellos claramente manifiestas, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino. Según las creencias populares, este hombre lobo puede permanecer con su aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, generalmente cuando sale la luna llena
En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna. La mayoría de las referencias modernas están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no aparece en las leyendas tradicionales. Como dato adicional, en versiones modernas, se agregó la idea que ha existido una fuerte rivalidad entre vampiros y hombres lobo, debido a que pertenecen a una misma raza de criaturas.
En algunos países y culturas otros animales desempeñan el papel del hombre lobo. Así, en África aún se cree en hombres hiena u hombres leopardo; en India se pensaba que los tigres enemigos de los hombres eran capaces de convertirse en humanos para atraer a estos y en la Amazonía Colombiana,Ecuatoriana, Peruana y Brasileña se cree que el delfín rosado o bufeo se transforma por la noche en un apuesto varón, para seducir y luego robar a las mujeres, aunque con la intención de reproducirse. Abundan hasta hoy en Latinoamérica las leyendas de los «hombres-tigres», asociados con yaguaretés, jaguares, otorongos o pumas ya que éstas son las fieras más temidas en ese continente. Los dos mitos más importantes son: el runa uturuncu, «indio-tigre» u «hombre-puma» en el quichua del noroeste argentino) el Yaguareté-Abá o «tigre-capiango» de las leyendas guaraníticas del noreste argentino y Paraguay. Estas leyendas aparecen también en la obra póstuma del poeta Leopoldo Lugones. Sin embargo, desde cierto punto de vista no sería apropiado llamar a todos los seres citados anteriormente como licántropos ya que como se puede ver en la etimología de arriba, la palabra licántropo designa a un hombre lobo.
El mito de los hombres lobo parece (o es) originario de Europa, y estaba muy vinculado con otras supersticiones y la magia negra. El mito es esencialmente masculino y, entre las causas de que un ser humano se convirtiera en hombre lobo, las más frecuentes eran las siguientes:
Ingerir ciertas plantas vinculadas tradicionalmente con los lobos y la magia negra.
Beber en el mismo lugar donde lo hubiera hecho un lobo.
Cubrirse con la piel de un lobo.
Dormir desnudo a la luz de la luna llena.
Usar una prenda hecha de piel de lobo.
Adquirir la capacidad de transformarse en lobo mediante magia y sortilegios.
Ser el séptimo hijo varón de una familia y no ser bautizado (ver Lobizón).
Ser mordido por otro Hombre Lobo. Esta última forma era la más común.
Tener relaciones sexuales con un hombre lobo.
Nacer después de mellizos o gemelos siendo hijo varón.
En todos los casos la explicación tradicional del mito parece solapar la violación de alguna norma natural o social. Puede, como el más moderno y literario mito de El hombre y la bestia, resumir las tendencias conscientes y sociales del hombre y sus tendencias pulsionales inconscientes, incluso más que pulsionales: instintivas previas a la socialización del sujeto.
En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna. La mayoría de las referencias modernas están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no aparece en las leyendas tradicionales. Como dato adicional, en versiones modernas, se agregó la idea que ha existido una fuerte rivalidad entre vampiros y hombres lobo, debido a que pertenecen a una misma raza de criaturas.
En algunos países y culturas otros animales desempeñan el papel del hombre lobo. Así, en África aún se cree en hombres hiena u hombres leopardo; en India se pensaba que los tigres enemigos de los hombres eran capaces de convertirse en humanos para atraer a estos y en la Amazonía Colombiana,Ecuatoriana, Peruana y Brasileña se cree que el delfín rosado o bufeo se transforma por la noche en un apuesto varón, para seducir y luego robar a las mujeres, aunque con la intención de reproducirse. Abundan hasta hoy en Latinoamérica las leyendas de los «hombres-tigres», asociados con yaguaretés, jaguares, otorongos o pumas ya que éstas son las fieras más temidas en ese continente. Los dos mitos más importantes son: el runa uturuncu, «indio-tigre» u «hombre-puma» en el quichua del noroeste argentino) el Yaguareté-Abá o «tigre-capiango» de las leyendas guaraníticas del noreste argentino y Paraguay. Estas leyendas aparecen también en la obra póstuma del poeta Leopoldo Lugones. Sin embargo, desde cierto punto de vista no sería apropiado llamar a todos los seres citados anteriormente como licántropos ya que como se puede ver en la etimología de arriba, la palabra licántropo designa a un hombre lobo.
El mito de los hombres lobo parece (o es) originario de Europa, y estaba muy vinculado con otras supersticiones y la magia negra. El mito es esencialmente masculino y, entre las causas de que un ser humano se convirtiera en hombre lobo, las más frecuentes eran las siguientes:
Ingerir ciertas plantas vinculadas tradicionalmente con los lobos y la magia negra.
Beber en el mismo lugar donde lo hubiera hecho un lobo.
Cubrirse con la piel de un lobo.
Dormir desnudo a la luz de la luna llena.
Usar una prenda hecha de piel de lobo.
Adquirir la capacidad de transformarse en lobo mediante magia y sortilegios.
Ser el séptimo hijo varón de una familia y no ser bautizado (ver Lobizón).
Ser mordido por otro Hombre Lobo. Esta última forma era la más común.
Tener relaciones sexuales con un hombre lobo.
Nacer después de mellizos o gemelos siendo hijo varón.
En todos los casos la explicación tradicional del mito parece solapar la violación de alguna norma natural o social. Puede, como el más moderno y literario mito de El hombre y la bestia, resumir las tendencias conscientes y sociales del hombre y sus tendencias pulsionales inconscientes, incluso más que pulsionales: instintivas previas a la socialización del sujeto.
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4. Angeles
Un ángel es un ser inmaterial presente en las creencias de muchas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Según las tres principales religiones monoteístas, los ángeles además actúan como mensajeros, ejecutando los juicios de Dios y sirviendo a los creyentes. Desde este punto de vista, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el cristianismo, se habla del ángel de la guarda o custodio, que sería aquel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla. Por contraposición, también existe la figura del ángel caído, aquel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra Dios. El más conocido de ellos, en la tradición cristiana, es Lucifer.
En el cristianismo medieval, el término ángel hace referencia a la categoría más inferior de las nueve en que tradicionalmente se dividen los seres angélicos. La rama de la teología que se ocupa de los ángeles se denomina angelología.
Otro punto de vista dice que un ángel es un ser material, ya que no hay nada inmaterial, ni siquiera la luz es inmaterial.
Como religión emparentada estrechamente con el cristianismo y el judaísmo, en el Islam también existe la creencia en los ángeles, que en lengua árabe reciben el nombre de ملاك, malāk (plural ملائكة, malā'ika), de la misma raíz que el hebreo מלאך, malākh o malāj.
La creencia en los ángeles es tradición en el islam, empezando por el que, según la tradición, fue el jefe de los ángeles, Yibril o Yibrail (Gabriel), quien se dirigió a Mahoma en nombre de Dios para dictarle su revelación, el Corán.
El Islam (como en el Cristianismo) concibe a los ángeles como seres creados de luz y dedicados totalmente al servicio de Dios, por cuyo mandato realizan determinadas tareas, como introducir el alma en el cuerpo de los neonatos, recoger el alma de los que mueren, registrar determinados hechos de la vida o servir de mensajeros divinos. Como ejemplo de esto último, además de la revelación hecha a Mahoma y a los profetas anteriores por Gabriel, está la anunciación a Maryam Bint Dawud (la virgen María).
Tanto en el islam como en el cristianismo, los ángeles, al contrario que los seres humanos, no comen ni procrean, no están dotados de libre albedrío y no pueden cometer pecados. Pueden adoptar apariencia humana y generalmente se les describe como seres extraordinariamente bellos que poseen varios pares de alas, aunque pictóricamente se les suele representar con un único par.
En el cristianismo medieval, el término ángel hace referencia a la categoría más inferior de las nueve en que tradicionalmente se dividen los seres angélicos. La rama de la teología que se ocupa de los ángeles se denomina angelología.
Otro punto de vista dice que un ángel es un ser material, ya que no hay nada inmaterial, ni siquiera la luz es inmaterial.
Como religión emparentada estrechamente con el cristianismo y el judaísmo, en el Islam también existe la creencia en los ángeles, que en lengua árabe reciben el nombre de ملاك, malāk (plural ملائكة, malā'ika), de la misma raíz que el hebreo מלאך, malākh o malāj.
La creencia en los ángeles es tradición en el islam, empezando por el que, según la tradición, fue el jefe de los ángeles, Yibril o Yibrail (Gabriel), quien se dirigió a Mahoma en nombre de Dios para dictarle su revelación, el Corán.
El Islam (como en el Cristianismo) concibe a los ángeles como seres creados de luz y dedicados totalmente al servicio de Dios, por cuyo mandato realizan determinadas tareas, como introducir el alma en el cuerpo de los neonatos, recoger el alma de los que mueren, registrar determinados hechos de la vida o servir de mensajeros divinos. Como ejemplo de esto último, además de la revelación hecha a Mahoma y a los profetas anteriores por Gabriel, está la anunciación a Maryam Bint Dawud (la virgen María).
Tanto en el islam como en el cristianismo, los ángeles, al contrario que los seres humanos, no comen ni procrean, no están dotados de libre albedrío y no pueden cometer pecados. Pueden adoptar apariencia humana y generalmente se les describe como seres extraordinariamente bellos que poseen varios pares de alas, aunque pictóricamente se les suele representar con un único par.
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5. Dragón (Europeo)
Las tribus nórdicas de Europa asociaban su folclore con varios aspectos terroríficos del dragón
La mitología germana incluye al dragón (Nidhug o Níðhöggr) entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado que extiende sus raíces a través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos (los vikingos), adornaban las proas de sus naves esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus (Landvaettir) que vigilaban las costas a las que llegaban. También los dragones aparecen en poemas germanos: en Beowulf, un poema épico anglosajón, el más antiguo que se conserva. Un hombre llamado Beowulf, que había librado a su pueblo de un monstruo mitad hombre y mitad diablo, luego, ya convertido en el rey, lucha contra un dragón, disputa en la que ambos mueren. En el Cantar de los Nibelungos, un poema épico medieval anónimo, Sigfrido mata a un dragón, llamado Fafnir, y al ungirse con su sangre se hace inmune a todo mal.
Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos. Entre los conquistadores celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra, convirtiéndose en un símbolo heráldico y luego militar.
Entre los romanos, como se dijo más arriba, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría.
Para la mitología eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del Mundo Subterráneo, adversario de Perún, dios del trueno.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón, que aparece en el Apocalipsis, del apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medievo lo simboliza como el pecado y lo hace aparecer bajo los pies de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y los reinos cristianos sobre el diablo
La mitología germana incluye al dragón (Nidhug o Níðhöggr) entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado que extiende sus raíces a través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos (los vikingos), adornaban las proas de sus naves esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus (Landvaettir) que vigilaban las costas a las que llegaban. También los dragones aparecen en poemas germanos: en Beowulf, un poema épico anglosajón, el más antiguo que se conserva. Un hombre llamado Beowulf, que había librado a su pueblo de un monstruo mitad hombre y mitad diablo, luego, ya convertido en el rey, lucha contra un dragón, disputa en la que ambos mueren. En el Cantar de los Nibelungos, un poema épico medieval anónimo, Sigfrido mata a un dragón, llamado Fafnir, y al ungirse con su sangre se hace inmune a todo mal.
Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos. Entre los conquistadores celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra, convirtiéndose en un símbolo heráldico y luego militar.
Entre los romanos, como se dijo más arriba, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría.
Para la mitología eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del Mundo Subterráneo, adversario de Perún, dios del trueno.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón, que aparece en el Apocalipsis, del apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medievo lo simboliza como el pecado y lo hace aparecer bajo los pies de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y los reinos cristianos sobre el diablo
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6. Dragón (Asiático)
En Oriente Próximo, la figura del dragón, simbolizaba el mal y la ruina. En Enuma Elish, una epopeya escrita alrededor del 2000 a. C., la diosa Tiamat era un dragón que simbolizaba los océanos y comandaba las hordas del mal, cuya destrucción previa era necesaria para crear un nuevo universo ordenado.
También en la Biblia hebrea el dragón representa el mal. En la mitología persa destaca el caso de Azi Dahaka, un dragón malévolo. En Rumanía, se habla del dragón geto-dacio, que tenía cabeza de lobo y cola de serpiente. Esta imagen era empleada en la guerra ya que en la bandera de Dacia aparece un dragón.
En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo.
En Oriente, el dragón siempre se ha considerado una criatura benéfica y un símbolo de buena fortuna.
A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águilas, orejas de toro y bigotes largos como los de los gatos. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, dragones que traen la lluvia, y dragones que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se los tiene por seres sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido, durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.
Los dragones chinos y japoneses simbolizan el poder espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza, y por lo tanto son benévolos. El dragón es la insignia más antigua del arte de estos países. Proporcionan salud y buena suerte y viven en el agua. Según las antiguas creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Es por eso que el dragón se convirtió en el símbolo imperial de ese país.
En el Himalaya representan la buena suerte.
Corea, como se dijo antes, también tiene sus dragones, de similar carácter positivo.
También en la Biblia hebrea el dragón representa el mal. En la mitología persa destaca el caso de Azi Dahaka, un dragón malévolo. En Rumanía, se habla del dragón geto-dacio, que tenía cabeza de lobo y cola de serpiente. Esta imagen era empleada en la guerra ya que en la bandera de Dacia aparece un dragón.
En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo.
En Oriente, el dragón siempre se ha considerado una criatura benéfica y un símbolo de buena fortuna.
A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águilas, orejas de toro y bigotes largos como los de los gatos. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, dragones que traen la lluvia, y dragones que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se los tiene por seres sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido, durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.
Los dragones chinos y japoneses simbolizan el poder espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza, y por lo tanto son benévolos. El dragón es la insignia más antigua del arte de estos países. Proporcionan salud y buena suerte y viven en el agua. Según las antiguas creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Es por eso que el dragón se convirtió en el símbolo imperial de ese país.
En el Himalaya representan la buena suerte.
Corea, como se dijo antes, también tiene sus dragones, de similar carácter positivo.
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7. Vampiros
Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de la esencia vital (usualmente bajo la forma de la sangre) de otros seres vivos para mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes el vampiro es una deidad demoníaca o un dios menor que forma parte del panteón siniestro en sus mitologías.
En la cultura europea y occidental, así como en la cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o reviniente depredador chupasangre.
La descripción de estas criaturas varía de autor en autor y de mitología en mitología. La mayoría de atributos de un vampiro que forman parte del folclore contemporáneo, que a veces incluso contradicen la naturaleza primordial del vampiro tradicional original, provienen de la literatura, sobre todo de la novela Drácula y las películas basadas en ella, así como de los cómics y videojuegos. Por eso, de las siguientes características, solo algunas son las esenciales o comunes en el folclore general o como parte de las creencias de ciertas regiones, y otras inventadas por los novelistas y libretistas de cine o diseñadores de videojuegos.
Fueron humanos, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos, revinientes o redivivos. Esta naturaleza determina su aspecto físico básico:
Entre los eslavos, griegos y pueblos de Europa del este, un cadáver desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre (presuntamente de sus víctimas) de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado e incluso poseía un aspecto más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos o ningún signo de descomposición.
En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas y largos y puntiagudos caninos (colmillos).
En Bulgaria y Polonia se les atribuye tener un solo orificio nasal así como una especie de aguijón en la punta de la lengua.
Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla. La forma más mencionada en la cultura popular es la del murciélago.
Otras características:
Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano o la energía psíquica.
No se reflejan en los espejos ni tienen sombra, tal vez como una manifestación de la carencia de un alma. Este atributo no es universal, pues por ejemplo el vampiro griego vrykolakas/tympanios poseía tanto sombra como reflejo, pero es muy popular gracias a novelistas como Bram Stoker que lo menciona en su novela Drácula.
Los vampiros, por su naturaleza demoniaca, no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o con agua bendita y no pueden cruzar por terrenos consagrados como los de una iglesia.
Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua.
Aunque en general se supone los vampiros son vulnerables a la luz del sol, entre los eslavos se creía que no solo pueden resistir la luz del sol, sino que en algunos casos podían viajar a otro pueblo y llevar allí una vida normal.
Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa si no es invitado por el dueño; pero que una vez es invitado puede entrar y salir a placer.
En algunas zonas de Europa del este, se cree que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal a procrear con su esposa, criaturas con características especiales (que varían en cada región), que se conocen como dhampiros.
Tienen una afinidad natural con la magia negra y concretamente con la necromancia, que dominan con mayor facilidad que el hechicero no vampiro más diestro.
En la cultura europea y occidental, así como en la cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o reviniente depredador chupasangre.
La descripción de estas criaturas varía de autor en autor y de mitología en mitología. La mayoría de atributos de un vampiro que forman parte del folclore contemporáneo, que a veces incluso contradicen la naturaleza primordial del vampiro tradicional original, provienen de la literatura, sobre todo de la novela Drácula y las películas basadas en ella, así como de los cómics y videojuegos. Por eso, de las siguientes características, solo algunas son las esenciales o comunes en el folclore general o como parte de las creencias de ciertas regiones, y otras inventadas por los novelistas y libretistas de cine o diseñadores de videojuegos.
Fueron humanos, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos, revinientes o redivivos. Esta naturaleza determina su aspecto físico básico:
Entre los eslavos, griegos y pueblos de Europa del este, un cadáver desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre (presuntamente de sus víctimas) de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado e incluso poseía un aspecto más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos o ningún signo de descomposición.
En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas y largos y puntiagudos caninos (colmillos).
En Bulgaria y Polonia se les atribuye tener un solo orificio nasal así como una especie de aguijón en la punta de la lengua.
Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla. La forma más mencionada en la cultura popular es la del murciélago.
Otras características:
Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano o la energía psíquica.
No se reflejan en los espejos ni tienen sombra, tal vez como una manifestación de la carencia de un alma. Este atributo no es universal, pues por ejemplo el vampiro griego vrykolakas/tympanios poseía tanto sombra como reflejo, pero es muy popular gracias a novelistas como Bram Stoker que lo menciona en su novela Drácula.
Los vampiros, por su naturaleza demoniaca, no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o con agua bendita y no pueden cruzar por terrenos consagrados como los de una iglesia.
Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua.
Aunque en general se supone los vampiros son vulnerables a la luz del sol, entre los eslavos se creía que no solo pueden resistir la luz del sol, sino que en algunos casos podían viajar a otro pueblo y llevar allí una vida normal.
Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa si no es invitado por el dueño; pero que una vez es invitado puede entrar y salir a placer.
En algunas zonas de Europa del este, se cree que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal a procrear con su esposa, criaturas con características especiales (que varían en cada región), que se conocen como dhampiros.
Tienen una afinidad natural con la magia negra y concretamente con la necromancia, que dominan con mayor facilidad que el hechicero no vampiro más diestro.
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8. Kraken
El Kraken es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos. La leyenda puede realmente haberse originado de avistamientos de calamares gigantes reales que tendrían estimadamente de 13 a 15 metros de largo, incluyendo los tentáculos
Cuentos antiguos, incluyendo los de Pontoppidan, describen al kraken como un animal "del tamaño de una isla flotante" (se decía que el dorso de un Kraken adulto tenía una longitud de 2,4 kilómetros6 ), cuyo verdadero peligro para los marineros no es la criatura misma, sino el remolino que crea después de sumergirse rápidamente en el océano. Sin embargo, Pontoppidan también describe el potencial destructivo de la gran bestia: "Se dice que si se aferra al mayor buque de guerra, podría tirar de él hasta el fondo del océano" (Sjögren, 1980). El Kraken fue siempre distinto de las serpientes marinas, también comunes en la tradición escandinava (Jörmungandr por ejemplo).
Cuentos antiguos, incluyendo los de Pontoppidan, describen al kraken como un animal "del tamaño de una isla flotante" (se decía que el dorso de un Kraken adulto tenía una longitud de 2,4 kilómetros6 ), cuyo verdadero peligro para los marineros no es la criatura misma, sino el remolino que crea después de sumergirse rápidamente en el océano. Sin embargo, Pontoppidan también describe el potencial destructivo de la gran bestia: "Se dice que si se aferra al mayor buque de guerra, podría tirar de él hasta el fondo del océano" (Sjögren, 1980). El Kraken fue siempre distinto de las serpientes marinas, también comunes en la tradición escandinava (Jörmungandr por ejemplo).
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9. Nian
Se cree que esta criatura habita en el fondo del mar y emerge el día en que llega la primavera. Se dice también que es la bestia que realiza el traspaso de un año a otro ya que aparece para el Año Nuevo Chino. Su arribo, sea cual fuere su fecha, infunde el terror en el pueblo chino, ya que ataca a la gente; es por ello que, según las tradición, para Año Nuevo los chinos decoran todo con color rojo, lanzan petardos, fuegos de artificio y sus danzas son ruidosas para asustar a la bestia.
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10. Elfos
Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica que originalmente se trataban de una raza menor de dioses de la fertilidad y representados como hombres jóvenes y mujeres de gran belleza que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se les consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos. A pesar de sus orígenes y raíces nórdicas, también pueden ser comparados con las Hadas y otros seres de culturas europeas.
Las descripciones más tempranas preservadas de los elfos provienen de la mitología nórdica. En nórdico antiguo eran llamados álfar (singular, caso nominativo: álfr), y a pesar de que no existen descripciones más antiguas o contemporáneas, la aparición de seres etimológicamente relacionados a los álfar en varios folklores posteriores, sugiere fuertemente que la creencia en elfos era común entre todos los pueblos germánicos, y que no sólo se limitaba a los antiguos escandinavos.
En novelas de fantasía y folklore, los elfos son frecuentemente descritos como gente pequeña con orejas puntiagudas y personalidades traviesas. Además, en la visión más moderna son imperceptibles, y viven en los bosques y otros lugares naturales; así, se los mezcla con duendes y otros seres faéricos tradicionales.
En La versión literaria moderna, son longevos (pueden vivir milenios) y tienen poderes mágicos, que usan para proteger la naturaleza. Se cuenta que la raza élfica ha precedido a la Humanidad (J. R. R. Tolkien) en un gran número de milenios. Viven en sociedades análogas a las humanas, con reyes a quienes están sometidos. Aman el juego, la danza y el canto. A menudo pasan la noche entera en rondas infatigables que sólo interrumpe el canto del gallo, pues temen la luz del día y la mirada de los humanos. El que, de noche, en una llanura solitaria, se deja fascinar por la belleza de sus hijas y acepta entrar en su ronda, está perdido. Pero lo más frecuente es que sus danzas no tengan testigos; por la mañana se nota solamente en la hierba húmeda el rastro de sus pasos.
En alta fantasía, generalmente los elfos no son hostiles a los humanos, ya que los consideran inferiores y de poca importancia. A menudo desprecian a la especie humana como inferior y bárbara, del mismo modo que algunos miran a los animales de compañía y otros animales; el caso más extremo de eso podemos encontrarlo en los elfos de Pratchett, donde se trata de seres sin ningún tipo de empatía ni remordimientos, que tratan a los humanos (y a todo en general, hasta a ellos mismos) como fuente de entretenimiento, sin darle demasiada importancia al tipo de entretenimiento que proporcionen (música, danza, sujetos para torturar, etc.).
También hay elfos oscuros (svartalfer en la mitología nórdica), los cuales son retorcidos y malignos. Los elfos son enemigos de los orcos y goblins, y suelen estar permanentemente peleados con los enanos.
Las descripciones más tempranas preservadas de los elfos provienen de la mitología nórdica. En nórdico antiguo eran llamados álfar (singular, caso nominativo: álfr), y a pesar de que no existen descripciones más antiguas o contemporáneas, la aparición de seres etimológicamente relacionados a los álfar en varios folklores posteriores, sugiere fuertemente que la creencia en elfos era común entre todos los pueblos germánicos, y que no sólo se limitaba a los antiguos escandinavos.
En novelas de fantasía y folklore, los elfos son frecuentemente descritos como gente pequeña con orejas puntiagudas y personalidades traviesas. Además, en la visión más moderna son imperceptibles, y viven en los bosques y otros lugares naturales; así, se los mezcla con duendes y otros seres faéricos tradicionales.
En La versión literaria moderna, son longevos (pueden vivir milenios) y tienen poderes mágicos, que usan para proteger la naturaleza. Se cuenta que la raza élfica ha precedido a la Humanidad (J. R. R. Tolkien) en un gran número de milenios. Viven en sociedades análogas a las humanas, con reyes a quienes están sometidos. Aman el juego, la danza y el canto. A menudo pasan la noche entera en rondas infatigables que sólo interrumpe el canto del gallo, pues temen la luz del día y la mirada de los humanos. El que, de noche, en una llanura solitaria, se deja fascinar por la belleza de sus hijas y acepta entrar en su ronda, está perdido. Pero lo más frecuente es que sus danzas no tengan testigos; por la mañana se nota solamente en la hierba húmeda el rastro de sus pasos.
En alta fantasía, generalmente los elfos no son hostiles a los humanos, ya que los consideran inferiores y de poca importancia. A menudo desprecian a la especie humana como inferior y bárbara, del mismo modo que algunos miran a los animales de compañía y otros animales; el caso más extremo de eso podemos encontrarlo en los elfos de Pratchett, donde se trata de seres sin ningún tipo de empatía ni remordimientos, que tratan a los humanos (y a todo en general, hasta a ellos mismos) como fuente de entretenimiento, sin darle demasiada importancia al tipo de entretenimiento que proporcionen (música, danza, sujetos para torturar, etc.).
También hay elfos oscuros (svartalfer en la mitología nórdica), los cuales son retorcidos y malignos. Los elfos son enemigos de los orcos y goblins, y suelen estar permanentemente peleados con los enanos.
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11. Demonios
En religión, ocultismo y folclore, un demonio o daemon, daimon (del griego δαίμων daimôn1 ) es un ser supernatural descrito como algo que no es humano y usualmente resulta malévolo. Sin embargo, la palabra griega original "daimon" es neutral y no contiene una connotación necesariamente negativa en sus inicios para los antiguos griegos. Esto sucedió por la aplicación de la koiné (en el helenístico y en el Nuevo Testamento en griego) del término daimonion (δαιμόνιον)2 y más tarde se atribuyó ese sentido maléfico a cualquier palabra afín que compartiera la raíz, cuando originalmente fue previsto para denotar simplemente a un "espíritu" o un "ser espiritual"
En las religiones del oriente cercano así como en las derivadas de las tradiciones Abrahamicas, incluyendo la demonología medieval cristiana, un demonio es considerado un "espíritu impuro", el cual puede causar una posesión demoniáca y puede ser expulsado por el ritual del exorcismo. En el ocultismo de Occidente y la magia renacentista (una mezcla de magia greco-romana, demonología judía y tradición cristiana), un demonio es una entidad espiritual que puede ser conjurada y controlada. En la literatura muchos de los demonios fueron ángeles caídos.
La concepción más extendida en Occidente es la judeocristiana, según la cual los demonios son espíritus del mal con la potestad de poseer a los seres humanos. Para el cristianismo, en particular, los demonios son espíritus inmundos, esbirros de Satanás (príncipe de este mundo y enemigo declarado de Dios y sus ángeles, cuya morada es el regnum caelorum (‘reino de los cielos’). Se identifica a Satanás como el Ángel caído, que se rebeló contra Dios.
No obstante, en un sentido general y apartándose de la cosmovisión judeocristiana, para otras culturas los demonios no son necesariamente considerados seres malvados. Los griegos, por ejemplo, dividían a los demonios entre buenos y malignos: agatho démones (αγαθοδαίμονες) y caco démones (κακοδαίμονες), respectivamente. Mientras que los agatodémones se asemejan a la noción judaica de ángel protector, los cacodémones, por su parte, no serían otros que los ángeles caídos a los que se refiere la tradición judeocristiana. Tal es el caso de Lucifer, príncipe de los demonios, que el cristianismo identifica con Satanás.
En las religiones del oriente cercano así como en las derivadas de las tradiciones Abrahamicas, incluyendo la demonología medieval cristiana, un demonio es considerado un "espíritu impuro", el cual puede causar una posesión demoniáca y puede ser expulsado por el ritual del exorcismo. En el ocultismo de Occidente y la magia renacentista (una mezcla de magia greco-romana, demonología judía y tradición cristiana), un demonio es una entidad espiritual que puede ser conjurada y controlada. En la literatura muchos de los demonios fueron ángeles caídos.
La concepción más extendida en Occidente es la judeocristiana, según la cual los demonios son espíritus del mal con la potestad de poseer a los seres humanos. Para el cristianismo, en particular, los demonios son espíritus inmundos, esbirros de Satanás (príncipe de este mundo y enemigo declarado de Dios y sus ángeles, cuya morada es el regnum caelorum (‘reino de los cielos’). Se identifica a Satanás como el Ángel caído, que se rebeló contra Dios.
No obstante, en un sentido general y apartándose de la cosmovisión judeocristiana, para otras culturas los demonios no son necesariamente considerados seres malvados. Los griegos, por ejemplo, dividían a los demonios entre buenos y malignos: agatho démones (αγαθοδαίμονες) y caco démones (κακοδαίμονες), respectivamente. Mientras que los agatodémones se asemejan a la noción judaica de ángel protector, los cacodémones, por su parte, no serían otros que los ángeles caídos a los que se refiere la tradición judeocristiana. Tal es el caso de Lucifer, príncipe de los demonios, que el cristianismo identifica con Satanás.
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12. Esfinges
Esfinge (del griego Σφίγξ) es el nombre helenizado de un ser fabuloso que se suele representar, generalmente, como un león recostado con cabeza humana. Las esfinges fueron ideadas por los antiguos egipcios y formaban parte de su compleja mitología; también tuvieron relevancia cultural en la mitología de los antiguos griegos.
Las esfinges eran símbolo de la realeza, ya que representaban la fuerza y el poder del león, y la vida después de la muerte, motivo por el que aparecen en muchas tumbas en forma de relieve. Durante el Imperio Nuevo se representaron como esfinges a algunos dioses, como Amón.
La mayor y una de las más antiguas representaciones escultóricas es la Gran Esfinge que se encuentra en Guiza. También era habitual situar esfinges a ambos lados de las avenidas que conducían a los templos. Entre el recinto del templo de Amón en Karnak y el de Amón en Luxor, existía una avenida (dromos) de varios kilómetros flanqueada por cientos de esfinges con cabezas de carneros o humanas.
La esfinge egipcia ha ido variando a lo largo de la historia, cambiando su apariencia según las tendencias culturales del momento. Se conocen algunas con aspecto femenino: la esfinge de Hetepheres II es la más antigua conocida. La del Museo Barracco de Roma, realizada en granito negro y atribuida a Hatshepsut, y otra conservada en el Museo del Cairo de la misma reina, sería la imagen de la primera reina-faraón en ser representada en esta forma. Otras reinas cuyo rostro se puede ver en esfinges fueron Mutnedyemet y Nefertiti
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En la mitología griega, la Esfinge (en griego antiguo Σφίγξ, quizá de σφίγγω, ‘estrangular’) era un demonio de destrucción y mala suerte, que se representaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave.
Las esfinges eran símbolo de la realeza, ya que representaban la fuerza y el poder del león, y la vida después de la muerte, motivo por el que aparecen en muchas tumbas en forma de relieve. Durante el Imperio Nuevo se representaron como esfinges a algunos dioses, como Amón.
La mayor y una de las más antiguas representaciones escultóricas es la Gran Esfinge que se encuentra en Guiza. También era habitual situar esfinges a ambos lados de las avenidas que conducían a los templos. Entre el recinto del templo de Amón en Karnak y el de Amón en Luxor, existía una avenida (dromos) de varios kilómetros flanqueada por cientos de esfinges con cabezas de carneros o humanas.
La esfinge egipcia ha ido variando a lo largo de la historia, cambiando su apariencia según las tendencias culturales del momento. Se conocen algunas con aspecto femenino: la esfinge de Hetepheres II es la más antigua conocida. La del Museo Barracco de Roma, realizada en granito negro y atribuida a Hatshepsut, y otra conservada en el Museo del Cairo de la misma reina, sería la imagen de la primera reina-faraón en ser representada en esta forma. Otras reinas cuyo rostro se puede ver en esfinges fueron Mutnedyemet y Nefertiti
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En la mitología griega, la Esfinge (en griego antiguo Σφίγξ, quizá de σφίγγω, ‘estrangular’) era un demonio de destrucción y mala suerte, que se representaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave.
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13. Sirenas
Las sirenas son criaturas míticas que supuestamente viven en los mares del mundo. Su mitad superior luce como una bella mujer de pelo largo y, de la cintura para abajo, tienen el cuerpo de un pez.
Los marineros y pescadores han contado historias de haber visto sirenas durante siglos; las primeras observaciones fueron hechas en Asiria, alrededor del año 1000 aC. La imagen popular de una sirena es sentada en una roca, admirando su belleza en un espejo.
Algunas sirenas eran criaturas bondadosas, y les concedían los deseos a los marineros que las ayudaban. Pero demasiados navegantes viendo a una sirena significaba mala suerte, un presagio de tormenta o un naufragio. También existen los cuentos de las canciones encantadoras de las sirenas, atrayendo a los marineros sobre las rocas, donde sus barcos se rompían en pedazos.
Otra Versión:
Según la mitología griega, las sirenas eran hijas del dios marino Forcis, nacieron con cabeza y rostro de mujer, tenían cuerpo de ave y estaban dotadas de una maravillosa y seductora voz. Se les describe asomándose a la superficie del agua, o sentadas en una roca, peinándose el largo y rubio cabello, como seres inalcanzables, hermosos.
La típica imagen de la sirena que viene a la mente instantáneamente: un ser mítico con cuerpo de mujer y cola de pez, pero la leyenda registra que primero eran medio aves y no peces. Sin embargo, otra versión que se conoce es completamente contradictoria: eran criaturas terribles, adivinaban el futuro, otorgaban poderes sobrenaturales a las personas, con sus cantos hacían que los hombres se enamoraran de ellas y los arrastraban al fondo del mar para devorarlos o transformarlos en sus amantes bajo el agua.
Hay diferentes explicaciones de cómo pasaron de ser medio aves a medio peces; se dice que fue un castigo de Deméter (en la mitología griega, diosa de la tierra y de la agricultura) por no haber protegido a su hija Perséfone (hija de Zeus, padre de los dioses). Otros plantean que fueron ellas mismas las que pidieron la mutación para mantenerse siempre vírgenes. Las sirenas son las tres ninfas del mar: una de ellas toca la lira, la otra la flauta y la tercera canta. Eran conocidas como Parténope (el antiguo nombre de la ciudad de Nápoles), Leucosia (la blanca) y Ligia (la de la voz clara). La leyenda menos benévola narra que con la lira, la flauta y el canto, y utilizando seductoras palabras, inteligentes y tramposas, persuadían a los marineros que pasaban por allí para que se acercaran a ellas y destruirlos. Residían en pequeñas islas muy verdes junto a la península de Sorrento, en un archipiélago que actualmente se denomina Los Galos, en el golfo de Salermo Según el mito, las islas en que vivían están llenas de los huesos de aquellos que cayeron en su trampa. Se había predicho, según el mito, que las sirenas desaparecerían cuando un mortal pudiese resistir el embrujo de sus canciones. En la Odisea (uno de los poemas), de Homero, unas sirenas intentan seducir con sus cantos hechiceros a Ulises y su tripulación cuando navegaban de regreso de la guerra de Troya. Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. En su libro La República, el filósofo griego Platón, sitúa a ocho sirenas en las esferas que separan al mundo de los espacios celestes. La leyenda de las sirenas se inició probablemente en los relatos de los marineros que tomaron como tales a mamíferos marinos, como manatíes, vacas marinas y focas. En la civilización occidental, se continuaron registrando reportes de su presencia hasta el siglo XVIII, cuando el racionalismo empezó a echar abajo la superstición y la fantasía. Su mito es tan popular que muchos han pensado: "Algo de verdad tiene que haber en él". Sin embargo, todas las pruebas para descubrirlas han resultado negativas.
Los marineros y pescadores han contado historias de haber visto sirenas durante siglos; las primeras observaciones fueron hechas en Asiria, alrededor del año 1000 aC. La imagen popular de una sirena es sentada en una roca, admirando su belleza en un espejo.
Algunas sirenas eran criaturas bondadosas, y les concedían los deseos a los marineros que las ayudaban. Pero demasiados navegantes viendo a una sirena significaba mala suerte, un presagio de tormenta o un naufragio. También existen los cuentos de las canciones encantadoras de las sirenas, atrayendo a los marineros sobre las rocas, donde sus barcos se rompían en pedazos.
Otra Versión:
Según la mitología griega, las sirenas eran hijas del dios marino Forcis, nacieron con cabeza y rostro de mujer, tenían cuerpo de ave y estaban dotadas de una maravillosa y seductora voz. Se les describe asomándose a la superficie del agua, o sentadas en una roca, peinándose el largo y rubio cabello, como seres inalcanzables, hermosos.
La típica imagen de la sirena que viene a la mente instantáneamente: un ser mítico con cuerpo de mujer y cola de pez, pero la leyenda registra que primero eran medio aves y no peces. Sin embargo, otra versión que se conoce es completamente contradictoria: eran criaturas terribles, adivinaban el futuro, otorgaban poderes sobrenaturales a las personas, con sus cantos hacían que los hombres se enamoraran de ellas y los arrastraban al fondo del mar para devorarlos o transformarlos en sus amantes bajo el agua.
Hay diferentes explicaciones de cómo pasaron de ser medio aves a medio peces; se dice que fue un castigo de Deméter (en la mitología griega, diosa de la tierra y de la agricultura) por no haber protegido a su hija Perséfone (hija de Zeus, padre de los dioses). Otros plantean que fueron ellas mismas las que pidieron la mutación para mantenerse siempre vírgenes. Las sirenas son las tres ninfas del mar: una de ellas toca la lira, la otra la flauta y la tercera canta. Eran conocidas como Parténope (el antiguo nombre de la ciudad de Nápoles), Leucosia (la blanca) y Ligia (la de la voz clara). La leyenda menos benévola narra que con la lira, la flauta y el canto, y utilizando seductoras palabras, inteligentes y tramposas, persuadían a los marineros que pasaban por allí para que se acercaran a ellas y destruirlos. Residían en pequeñas islas muy verdes junto a la península de Sorrento, en un archipiélago que actualmente se denomina Los Galos, en el golfo de Salermo Según el mito, las islas en que vivían están llenas de los huesos de aquellos que cayeron en su trampa. Se había predicho, según el mito, que las sirenas desaparecerían cuando un mortal pudiese resistir el embrujo de sus canciones. En la Odisea (uno de los poemas), de Homero, unas sirenas intentan seducir con sus cantos hechiceros a Ulises y su tripulación cuando navegaban de regreso de la guerra de Troya. Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. En su libro La República, el filósofo griego Platón, sitúa a ocho sirenas en las esferas que separan al mundo de los espacios celestes. La leyenda de las sirenas se inició probablemente en los relatos de los marineros que tomaron como tales a mamíferos marinos, como manatíes, vacas marinas y focas. En la civilización occidental, se continuaron registrando reportes de su presencia hasta el siglo XVIII, cuando el racionalismo empezó a echar abajo la superstición y la fantasía. Su mito es tan popular que muchos han pensado: "Algo de verdad tiene que haber en él". Sin embargo, todas las pruebas para descubrirlas han resultado negativas.
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14. Chupacabras
El término chupacabras es el nombre de un críptido legendario contemporáneo, que se describe como un ser que atacaría a animales de diferentes especies en zonas ganaderas o rurales. El mito tuvo su origen en la isla de Puerto Rico. Se cuenta que existe en América Central y América del Sur, en países como Costa Rica, México, Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil, Puerto Rico, Honduras, Nicaragua, Colombia, Guatemala, El Salvador, Panamá, Chile, Uruguay, Venezuela, Paraguay, España y en algunas zonas del sur de Estados Unidos.
.La descripción popular de esa entidad es que sería una criatura pequeña (de 1 m de altura o menor tamaño), que presentaría piel verduzca y escamosa, ojos grandes y saltones, y cabeza ovalada. Esta vaga descripción coincide con otro ser de la mitología contemporánea, los pequeños seres alienígenas conocidos como "grises". También se le atribuye un rostro canino de grandes ojos y colmillos y tobillos largos como los de un canguro, de la misma manera se considera peligroso para la especie humana. Los primeros reportes de avistamiento se dieron en Puerto Rico, presentando éste la primera descripción dada (bípedo de aspecto parecido a los "grises"), después fue habría sido avistado en países como Chile y México y en Texas, estado en que se le describió por primera vez con la segunda descripción dada (de aspecto canino).
.La descripción popular de esa entidad es que sería una criatura pequeña (de 1 m de altura o menor tamaño), que presentaría piel verduzca y escamosa, ojos grandes y saltones, y cabeza ovalada. Esta vaga descripción coincide con otro ser de la mitología contemporánea, los pequeños seres alienígenas conocidos como "grises". También se le atribuye un rostro canino de grandes ojos y colmillos y tobillos largos como los de un canguro, de la misma manera se considera peligroso para la especie humana. Los primeros reportes de avistamiento se dieron en Puerto Rico, presentando éste la primera descripción dada (bípedo de aspecto parecido a los "grises"), después fue habría sido avistado en países como Chile y México y en Texas, estado en que se le describió por primera vez con la segunda descripción dada (de aspecto canino).
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15. Ángeles caídos
En el cristianismo, un ángel caído es un ángel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra los mandatos de Dios.
El relato de las escrituras cristianas recoge que, tras dicha desobediencia, muchos ángeles fueron expulsados. El más conocido sería Lucifer. El término "Lucifer" (Luzbel) significa "Portador de la luz". Pero desde que se puso en contra de Dios,se le cambió el nombre a Satanas.
El relato de las escrituras cristianas recoge que, tras dicha desobediencia, muchos ángeles fueron expulsados. El más conocido sería Lucifer. El término "Lucifer" (Luzbel) significa "Portador de la luz". Pero desde que se puso en contra de Dios,se le cambió el nombre a Satanas.
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16. Fantasmas
Los fantasmas (del griego φάντασμα, "aparición"), en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas desencarnadas que se manifiestan (aunque no de forma sagrada o hierofanía) entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo, tomando una apariencia visible, produciendo sonidos o aromas o desplazando objetos —poltergeist—), principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas. Constituye uno de los tipos más conocidos de superstición.
Quienes dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras monocromas, por lo general oscuras o blanquecinas, más bien difuminadas, nebulosas o antropomórficas, de carácter inmaterial y trasparentes, que flotan y pueden no estar completas o no tener rasgos definidos ni rostro; pero también y más raramente aparecen opacos, de cuerpo entero y con apariencia humana normal. Algunos parapsicólogos afirman que cuándo se mueven adoptan la apariencia de esferas de luz u orbes. Su aparición no suele sobrepasar unos segundos, raramente un minuto; cuando ocurre la temperatura baja sensiblemente; los pueden acompañar aromas penetrantes, golpes, ruidos, música o voces (los llamados fenómenos electrónicos de voz, mal llamados psicofonías), pero estos fenómenos pueden darse también aisladamente. Su aparición provoca a veces en seres humanos de su entorno fatiga o depresión; en los lugares y en el momento de su manifestación se ha medido una carga electromagnética inusual.1 Es bastante común, además, que en su proximidad se descarguen las baterías de los aparatos eléctricos o se apaguen las luces, de forma que parecen manipular (absorber, y menos frecuentemente expulsar) una cierta energía cinética (en forma de movimientos de objetos, frío o calor) o eléctrica, o estar relacionados con distorsiones en las mismas. Motivo recurrente de su aparición es un cambio físico en su entorno: obras de reforma de una casa, aparición de un nuevo habitante en la misma, etcétera. Otras veces es un cambio anímico: un hecho trágico, o bien un fallecimiento o nacimiento recientes o un hecho emocionalmente significativo.
Quienes dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras monocromas, por lo general oscuras o blanquecinas, más bien difuminadas, nebulosas o antropomórficas, de carácter inmaterial y trasparentes, que flotan y pueden no estar completas o no tener rasgos definidos ni rostro; pero también y más raramente aparecen opacos, de cuerpo entero y con apariencia humana normal. Algunos parapsicólogos afirman que cuándo se mueven adoptan la apariencia de esferas de luz u orbes. Su aparición no suele sobrepasar unos segundos, raramente un minuto; cuando ocurre la temperatura baja sensiblemente; los pueden acompañar aromas penetrantes, golpes, ruidos, música o voces (los llamados fenómenos electrónicos de voz, mal llamados psicofonías), pero estos fenómenos pueden darse también aisladamente. Su aparición provoca a veces en seres humanos de su entorno fatiga o depresión; en los lugares y en el momento de su manifestación se ha medido una carga electromagnética inusual.1 Es bastante común, además, que en su proximidad se descarguen las baterías de los aparatos eléctricos o se apaguen las luces, de forma que parecen manipular (absorber, y menos frecuentemente expulsar) una cierta energía cinética (en forma de movimientos de objetos, frío o calor) o eléctrica, o estar relacionados con distorsiones en las mismas. Motivo recurrente de su aparición es un cambio físico en su entorno: obras de reforma de una casa, aparición de un nuevo habitante en la misma, etcétera. Otras veces es un cambio anímico: un hecho trágico, o bien un fallecimiento o nacimiento recientes o un hecho emocionalmente significativo.
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17. sun wukong (el rey mono)
Sun Wukong, (en chino tradicional: 孫悟空 simplificado: 孙悟空 pinyin: Sūn Wùkōng; Wade-Giles: Sun Wu-k'ung; también surn vukorn), también conocido como el Rey Mono, es el protagonista de la novela clásica épica china Viaje al Oeste, basado en las historias populares que se remontan a la dinastía Tang. La novela narra su existencia desde su nacimiento, se dedica particularmente en como acompañó al monje Xuanzang, también conocido como Sanzang o Tangseng, para recuperar los sutras budistas de la India. Algunos eruditos creen que está inspirado en la leyenda de Hánuman, el héroe mono hindú del libro épico Ramayana.
Sun Wukong posee una fuerza increíble, tiene la facultad de levantar su Ruyi Jingu Bang de 13.500 jīn (8.100 kg) con facilidad. Puede moverse a gran velocidad, atravesando 108.000 li (54000 kilómetros) de un solo salto. Sun conoce 72 transformaciones, lo que le permite transmutarse en distintos animales y objetos. Sin embargo, se le muestra teniendo leves problemas al transformarse en otras personas, ya que no logra completar la transformación de su cola. Es un virtuoso luchador, capaz de darles la batalla a los mejores generales del Cielo. Cada uno de sus vellos posee propiedades mágicas, de manera que puede transformarlos en sus clones, en armas, animales u otros objetos. También sabe varios hechizos para dirigir el viento, separar el agua, conjurar círculos protectores contra demonios, congelar hombres, demonios y deidades, por nombrar algunos. A diferencia de la mayoría de los dioses, Sun Wukong ganó su inmortalidad combatiendo por Cielo y Tierra.
Sun Wukong posee una fuerza increíble, tiene la facultad de levantar su Ruyi Jingu Bang de 13.500 jīn (8.100 kg) con facilidad. Puede moverse a gran velocidad, atravesando 108.000 li (54000 kilómetros) de un solo salto. Sun conoce 72 transformaciones, lo que le permite transmutarse en distintos animales y objetos. Sin embargo, se le muestra teniendo leves problemas al transformarse en otras personas, ya que no logra completar la transformación de su cola. Es un virtuoso luchador, capaz de darles la batalla a los mejores generales del Cielo. Cada uno de sus vellos posee propiedades mágicas, de manera que puede transformarlos en sus clones, en armas, animales u otros objetos. También sabe varios hechizos para dirigir el viento, separar el agua, conjurar círculos protectores contra demonios, congelar hombres, demonios y deidades, por nombrar algunos. A diferencia de la mayoría de los dioses, Sun Wukong ganó su inmortalidad combatiendo por Cielo y Tierra.
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18. Zombis
Un zombi (en ocasiones escrito erróneamente con la grafía inglesa zombie) es, originalmente, una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el culto vudú (África/ América Central y el Caribe). Se trataría de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo. Por extensión, ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas mecánicamente como si estuviera privado de voluntad.
De acuerdo con la creencia, un houngan, bokor o hechicero vudú sería capaz mediante un ritual de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve a la vida. Estos muertos vivientes son llamados zombis. La palabra podría tener relación con el nombre de una serpiente divina que es objeto de culto en las regiones de lenguas níger-congo (también adorada en el vudú bajo el nombre de Damballa), y que está emparentada con el término kikongo nzambi, que significa dios.
De acuerdo con la creencia, un houngan, bokor o hechicero vudú sería capaz mediante un ritual de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve a la vida. Estos muertos vivientes son llamados zombis. La palabra podría tener relación con el nombre de una serpiente divina que es objeto de culto en las regiones de lenguas níger-congo (también adorada en el vudú bajo el nombre de Damballa), y que está emparentada con el término kikongo nzambi, que significa dios.
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19. jinn (genios magicos)
En las tradiciones más antiguas, los genios eran los espíritus de pueblos desaparecidos, que actuaban de noche y se escondían al despuntar el día. Otras tradiciones dicen que son seres de fuego. En todos los casos se trata de seres con características de duendes y otros seres mitológicos elementales de la naturaleza, que pueden, según su talante, atacar o ayudar al ser humano.
El islam incorporó parcialmente la antigua creencia en los genios, y de este modo son hoy en día personajes presentes en las tradiciones de todos los pueblos del área islámica. Es prácticamente seguro, sin embargo, que esos genios no responden únicamente a los genios semíticos originales, ya que la extensión del mensaje del Corán impuso un mismo nombre a muchas manifestaciones distintas propias de los países islamizados. Así, en lugares donde el mazdeísmo hizo mella antes que el islam los genios son protagonistas de diversas prácticas mágicas alejadas de la ortodoxia sunní; para los tuareg, son tentadores del desierto y ladrones nocturnos, así como para los musulmanes de la India pueden ser molestos invasores del hogar que deben ser expulsados usando ciertas suras del Corán, en una ceremonia no muy distinta del exorcismo católico.
El islam considera a los genios seres creados de fuego sin humo, dotados como el ser humano de libre albedrío y que pueden obedecer a Dios o bien a Iblís, el demonio, a quien a veces se describe como tal, es decir como ángel caído, y a veces es considerado geni
El islam incorporó parcialmente la antigua creencia en los genios, y de este modo son hoy en día personajes presentes en las tradiciones de todos los pueblos del área islámica. Es prácticamente seguro, sin embargo, que esos genios no responden únicamente a los genios semíticos originales, ya que la extensión del mensaje del Corán impuso un mismo nombre a muchas manifestaciones distintas propias de los países islamizados. Así, en lugares donde el mazdeísmo hizo mella antes que el islam los genios son protagonistas de diversas prácticas mágicas alejadas de la ortodoxia sunní; para los tuareg, son tentadores del desierto y ladrones nocturnos, así como para los musulmanes de la India pueden ser molestos invasores del hogar que deben ser expulsados usando ciertas suras del Corán, en una ceremonia no muy distinta del exorcismo católico.
El islam considera a los genios seres creados de fuego sin humo, dotados como el ser humano de libre albedrío y que pueden obedecer a Dios o bien a Iblís, el demonio, a quien a veces se describe como tal, es decir como ángel caído, y a veces es considerado geni
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20. Elfos Oscuros
Los elfos oscuros on unas criaturas de la mitología nórdica que residen bajo tierra con características similares a los enanos, y son la contraparte de los elfos de la luz
El Svartalfar original trabajó las fraguas en el nivel más bajo del árbol del mundo. Sus papel y aspecto varía a través de folclore germánico pero se mencionan a veces con la piel negra u oscura como resultado del trabajo en la forja.
Los Dökkálfar ("Elfos oscuros") son espíritus ancestrales que protegen a la gente, si bien pueden también ser amenazadores, especialmente cuando se les trata groseramente. Normalmente intentan evitar la luz, aunque no sean necesariamente subterráneos.
En la obra El Silmarillion escrita por J. R. R. Tolkien los Elfos Oscuros, según el lenguaje de Aman, son todos los elfos que no cruzaron el Gran Mar (Moriquendi «Elfos de la oscuridad»), y así se utiliza el término. Cuando Caranthir llamó a Thingol «Elfo Oscuro», sus intenciones eran insultantes, especialmente desde que Thingol había estado en Aman «no se lo contó entre los Moriquendi». Pero en el período del exilio de los Noldor se aplicó a menudo a los elfos de la Tierra Media que no pertenecía a los Noldor ni a los Sindar, y por los tanto equivale virtualmente a Avari.
También están presentes en la saga de El Elfo Oscuro, del escritor R. A. Salvatore, cuyo protagonista es un elfo oscuro llamado Drizzt Do Urden. En Reinos Olvidados, los Elfos Oscuros (conocidos también con el término de drow) son una raza maligna y retorcida, en el que las mujeres tienen el máximo poder, y veneran principalmente a Lloth, la Reina Araña (teniendo en cuenta que la araña es muy importante en la simbología drow). Son una raza de elfos que habitan en la Antípoda Oscura, y que al vivir en las oscuras profundiades de la tierra son incapaces de soportar la luz del sol, además de que su piel es oscura y negra como la obsidiana y sus ojos rojos, amarillos o violetas (éstos dos últimos son los menos comunes).
El Svartalfar original trabajó las fraguas en el nivel más bajo del árbol del mundo. Sus papel y aspecto varía a través de folclore germánico pero se mencionan a veces con la piel negra u oscura como resultado del trabajo en la forja.
Los Dökkálfar ("Elfos oscuros") son espíritus ancestrales que protegen a la gente, si bien pueden también ser amenazadores, especialmente cuando se les trata groseramente. Normalmente intentan evitar la luz, aunque no sean necesariamente subterráneos.
En la obra El Silmarillion escrita por J. R. R. Tolkien los Elfos Oscuros, según el lenguaje de Aman, son todos los elfos que no cruzaron el Gran Mar (Moriquendi «Elfos de la oscuridad»), y así se utiliza el término. Cuando Caranthir llamó a Thingol «Elfo Oscuro», sus intenciones eran insultantes, especialmente desde que Thingol había estado en Aman «no se lo contó entre los Moriquendi». Pero en el período del exilio de los Noldor se aplicó a menudo a los elfos de la Tierra Media que no pertenecía a los Noldor ni a los Sindar, y por los tanto equivale virtualmente a Avari.
También están presentes en la saga de El Elfo Oscuro, del escritor R. A. Salvatore, cuyo protagonista es un elfo oscuro llamado Drizzt Do Urden. En Reinos Olvidados, los Elfos Oscuros (conocidos también con el término de drow) son una raza maligna y retorcida, en el que las mujeres tienen el máximo poder, y veneran principalmente a Lloth, la Reina Araña (teniendo en cuenta que la araña es muy importante en la simbología drow). Son una raza de elfos que habitan en la Antípoda Oscura, y que al vivir en las oscuras profundiades de la tierra son incapaces de soportar la luz del sol, además de que su piel es oscura y negra como la obsidiana y sus ojos rojos, amarillos o violetas (éstos dos últimos son los menos comunes).
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21. Wendigo
es una criatura o espíritu propio de la mitología de los indios algonquinos y otros grupos afines culturalmente, que se supone habitaría en los bosques más septentrionales y profundos del continente americano. Aparentemente es una personificación de la llamada atávica -y la fascinación rayana en la locura- que los bosques profundos y la naturaleza más salvaje provoca en los hombres y, en su faceta más oscura, un mito para explicar la bestia en la que se puede convertir un ser humano cuando hace caso de dicha llamada. Este mito podría estar relacionado con historias entre los pueblos indios acerca de casos de canibalismo para sobrevivir a los duros inviernos de estas duras zonas del continente.
Ya que hay muchas historias y cuentos sobre el wendigo, se da hincapié a muchas cosas. Se cree en muchas cosas tanto del mundo sobrenatural como son los espíritus malignos como un gran monstruo que vive en los bosques o en las montañas heladas. También el wendigo se manifiesta cuando el hombre come la carne de otro hombre. supuestamente absorbe su fuerza y espíritu; ésta acción causa en el individuo poseído por el Wendigo un hambre que no se puede saciar con nada y lo único que quiere es comer mas carne humana ya que el hambre a su vez crece y crece hasta que el hombre muere ya que no existe algún exorcismo eficaz contra la posesión de un wendigo. En el famoso cuento de Algernon Blackwood titulado "El Wendigo", aparece como un ser temido por los indígenas de los bosques del norte de América, comedor de musgo y no de humanos. Personifica la llamada atávica de la naturaleza al animal que supuestamente llevamos todos dentro, ya que sus víctimas oyen una voz que les llama, y como hechizadas, inician una alocada carrera que les conduce a lo más profundo de las selvas boscosas del Gran Norte a gran velocidad (y altura), quemándose sus pies (que se convierten en garras) y sangrando sus ojos.
Las leyendas acerca del Wendigo son numerosas, así en unas es una personificación de un gran cazador que se perdió en el bosque y por alimentarse con carne humana fue castigado y se transformó en algo parecido a un zombie, con grandes manos con garras y muy ágil, que se alimenta de carne humana. En otras se dice que es un espíritu del bosque, corpulento y con pelo blanco, que se alimenta de musgo. En casi todas se cuenta que comía guerreros que se aventuraban demasiado en los grandes bosques desiertos y helados del norte de Estados Unidos y Canadá y que se perdían en los mismos.
Sin embargo, existen otras interpretaciones más felices de este ser, convirtiéndolo en un mero acompañante de los viajeros. Cuando una persona viaja sola por el bosque, el wendigo la sigue y desaparece cuando el mismo se vuelve para cerciorarse de si hay alguien a su espalda. En estas interpretaciones el wendigo es totalmente inofensivo en sí mismo, pero el miedo que puede provocar lleva a la pérdida del viajero en el bosque o a su despeño por un precipicio.
Ya que hay muchas historias y cuentos sobre el wendigo, se da hincapié a muchas cosas. Se cree en muchas cosas tanto del mundo sobrenatural como son los espíritus malignos como un gran monstruo que vive en los bosques o en las montañas heladas. También el wendigo se manifiesta cuando el hombre come la carne de otro hombre. supuestamente absorbe su fuerza y espíritu; ésta acción causa en el individuo poseído por el Wendigo un hambre que no se puede saciar con nada y lo único que quiere es comer mas carne humana ya que el hambre a su vez crece y crece hasta que el hombre muere ya que no existe algún exorcismo eficaz contra la posesión de un wendigo. En el famoso cuento de Algernon Blackwood titulado "El Wendigo", aparece como un ser temido por los indígenas de los bosques del norte de América, comedor de musgo y no de humanos. Personifica la llamada atávica de la naturaleza al animal que supuestamente llevamos todos dentro, ya que sus víctimas oyen una voz que les llama, y como hechizadas, inician una alocada carrera que les conduce a lo más profundo de las selvas boscosas del Gran Norte a gran velocidad (y altura), quemándose sus pies (que se convierten en garras) y sangrando sus ojos.
Las leyendas acerca del Wendigo son numerosas, así en unas es una personificación de un gran cazador que se perdió en el bosque y por alimentarse con carne humana fue castigado y se transformó en algo parecido a un zombie, con grandes manos con garras y muy ágil, que se alimenta de carne humana. En otras se dice que es un espíritu del bosque, corpulento y con pelo blanco, que se alimenta de musgo. En casi todas se cuenta que comía guerreros que se aventuraban demasiado en los grandes bosques desiertos y helados del norte de Estados Unidos y Canadá y que se perdían en los mismos.
Sin embargo, existen otras interpretaciones más felices de este ser, convirtiéndolo en un mero acompañante de los viajeros. Cuando una persona viaja sola por el bosque, el wendigo la sigue y desaparece cuando el mismo se vuelve para cerciorarse de si hay alguien a su espalda. En estas interpretaciones el wendigo es totalmente inofensivo en sí mismo, pero el miedo que puede provocar lleva a la pérdida del viajero en el bosque o a su despeño por un precipicio.
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22. La Llorona
La Llorona es un personaje legendario, cuya leyenda se ha difundido por varios países de Hispanoamérica. Se trata de una mujer que pierde a sus hijos y, convertida en un alma en pena, los busca en vano, turbando con su llanto a los que la oyen. Aunque hay muchas versiones de la historia, los hechos principales son siempre los mismos.
La Llorona era una mujer cuyo esposo la abandonó junto a su bebé. Ella enloqueció y ahogó al bebé en el río, pero después se arrepintió y se echó al agua a buscarlo. Cuando lo encontró, ya estaba muerto y sin uno de sus dedos, el meñique. Entonces la Llorona se suicidó y desde entonces su alma en pena vaga, cortando el dedo meñique de quien se le aparezca. Sin embargo, también existe la versión más conocida, en la que ahoga a su bebé y ahora llora buscándolo sin descanso. Estas historias son muy creídas por los campesinos.
La Llorona era una mujer cuyo esposo la abandonó junto a su bebé. Ella enloqueció y ahogó al bebé en el río, pero después se arrepintió y se echó al agua a buscarlo. Cuando lo encontró, ya estaba muerto y sin uno de sus dedos, el meñique. Entonces la Llorona se suicidó y desde entonces su alma en pena vaga, cortando el dedo meñique de quien se le aparezca. Sin embargo, también existe la versión más conocida, en la que ahoga a su bebé y ahora llora buscándolo sin descanso. Estas historias son muy creídas por los campesinos.
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23. Faunos
Como se creía Fauno, y más tarde los Fauni, eran seres alegres y caprichosos, especialmente aficionados a asustar a la gente de diversas formas, no es improbable la conjetura de que Faunus sea un eufemismo relacionado con faveo
Fauno pasó gradualmente así a ser identificado con el Pan arcadio, y los faunos como idénticos a los sátiros griegos, los seguidores salvajes y orgiásticamente ebrios de Dioniso; de aquí que Ovidio use la expresión Fauni et Satyri fratres (‘hermanos faunos y sátiros’). Sin embargo, faunos y sátiros eran originalmente criaturas bastante diferentes: ambos tenían cuernos y se parecía a cabras por debajo de la cintura y a humanos por encima de ésta, pero originalmente los sátiros tenían pies humanos y los faunos pezuñas cabrunas.
Fauno fue adorado en dos roles diferentes: como el dios de los campos y los pastores, y como una divinidad oracular y profética. Como deidad rústica, era un espíritu bueno del bosque, las llanuras y los campos, y cuando hacía fértil al ganado se le llamaba Inuo (Innuus).
Como dios profético, llamado por el nombre de Fatuo (Fatuus), se creía que revelaba el futuro al hombre parte en sueños y parte mediante voces de origen desconocido, que eran comunicados a quienes iban a dormir en sus recintos, tumbándose sobre el vellón de los corderos sacrificados.
W. Warde Fowler sugirió que Fauno es idéntico a Favonio, uno de los dioses-viento romanos
Debido a la forma en que daba sus oráculos, se consideraba a Fauno el autor de apariciones espectrales y sonido terroríficos y por tanto se le describía como un dios lascivo y voluptuoso, que moraba en los bosques y era aficionado a las ninfas.
Fauno pasó gradualmente así a ser identificado con el Pan arcadio, y los faunos como idénticos a los sátiros griegos, los seguidores salvajes y orgiásticamente ebrios de Dioniso; de aquí que Ovidio use la expresión Fauni et Satyri fratres (‘hermanos faunos y sátiros’). Sin embargo, faunos y sátiros eran originalmente criaturas bastante diferentes: ambos tenían cuernos y se parecía a cabras por debajo de la cintura y a humanos por encima de ésta, pero originalmente los sátiros tenían pies humanos y los faunos pezuñas cabrunas.
Fauno fue adorado en dos roles diferentes: como el dios de los campos y los pastores, y como una divinidad oracular y profética. Como deidad rústica, era un espíritu bueno del bosque, las llanuras y los campos, y cuando hacía fértil al ganado se le llamaba Inuo (Innuus).
Como dios profético, llamado por el nombre de Fatuo (Fatuus), se creía que revelaba el futuro al hombre parte en sueños y parte mediante voces de origen desconocido, que eran comunicados a quienes iban a dormir en sus recintos, tumbándose sobre el vellón de los corderos sacrificados.
W. Warde Fowler sugirió que Fauno es idéntico a Favonio, uno de los dioses-viento romanos
Debido a la forma en que daba sus oráculos, se consideraba a Fauno el autor de apariciones espectrales y sonido terroríficos y por tanto se le describía como un dios lascivo y voluptuoso, que moraba en los bosques y era aficionado a las ninfas.
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24. Trol
Un trol (del nórdico troll) es un temible miembro de una mítica raza antropomorfa del folclore escandinavo. Su papel en los mitos cambia desde gigantes diabólicos —similares a los ogros de los cuentos de hadas ingleses— hasta taimados salvajes más parecidos a hombres que viven bajo tierra en colinas o montículos, inclinados al robo y el rapto de humanos que, en el caso de los infantes, eran sustituidos por niños cambiados. También se les puede llamar ‘gente de la colina’ o ‘del montículo’. En los cuentos de las islas Shetland y Orkney, los troles son llamados trowes.
La literatura, el arte y la música nórdica de la época romántica en adelante ha adaptado los troles de diversas formas; a menudo con la forma de una raza aborigen, dotados de enormes orejas y narices. Desde aquí, así como desde cuentos de hadas escandinavos como El gruñido de los tres chivos, los troles han alcanzado reconocimiento internacional y, en la literatura fantástica y los juegos de rol modernos, aparecen hasta el extremo de ser personajes tipo.
La literatura, el arte y la música nórdica de la época romántica en adelante ha adaptado los troles de diversas formas; a menudo con la forma de una raza aborigen, dotados de enormes orejas y narices. Desde aquí, así como desde cuentos de hadas escandinavos como El gruñido de los tres chivos, los troles han alcanzado reconocimiento internacional y, en la literatura fantástica y los juegos de rol modernos, aparecen hasta el extremo de ser personajes tipo.
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25. Los Nagás
En el marco de la mitología hinduista, los nagás son un tipo de seres o semidioses inferiores con forma de serpiente.
En el gran texto épico Majábharata, la representación de los nagás tiende a ser negativa. Se los retrata como las víctimas que merecían la muerte en el sarpa iagñá (el sacrificio de serpientes) y la predación en manos del hombre ave Garudá. El texto los llama «perseguidores de todas las criaturas» y dice que «las serpientes tenían veneno virulento, gran poder y exceso de fuerza y siempre intentaban morder a otras criaturas». Al mismo tiempo, los nagás juegan un papel importante en las leyendas narradas en el texto, frecuentemente no más malvados o engañadores que los demás protagonistas, e incluso a veces del lado de los buenos.
Generalmente en el texto aparecen con forma mezcla de humanos y serpientes. Otras veces aparecen con forma humana y luego con forma de serpiente.
Por ejemplo, la historia de cómo el príncipe nagá Shesha terminó sosteniendo al mundo sobre sus capuchas comienza con la escena en que él aparece como un dedicado asceta humano, «el cabello recogido con un rodete, la ropa hecha girones, y su carne y piel seca debido a las austeridades que estaba practicando. El dios Brahmá queda complacido con Shesha, y le encarga sostener el mundo sobre su cabeza. En este punto, Shesha aparece con los atributos de una serpiente. Entra por un agujero en la Tierra y se desliza hasta el fondo, donde carga la Tierra sobre su cabeza.
En el gran texto épico Majábharata, la representación de los nagás tiende a ser negativa. Se los retrata como las víctimas que merecían la muerte en el sarpa iagñá (el sacrificio de serpientes) y la predación en manos del hombre ave Garudá. El texto los llama «perseguidores de todas las criaturas» y dice que «las serpientes tenían veneno virulento, gran poder y exceso de fuerza y siempre intentaban morder a otras criaturas». Al mismo tiempo, los nagás juegan un papel importante en las leyendas narradas en el texto, frecuentemente no más malvados o engañadores que los demás protagonistas, e incluso a veces del lado de los buenos.
Generalmente en el texto aparecen con forma mezcla de humanos y serpientes. Otras veces aparecen con forma humana y luego con forma de serpiente.
Por ejemplo, la historia de cómo el príncipe nagá Shesha terminó sosteniendo al mundo sobre sus capuchas comienza con la escena en que él aparece como un dedicado asceta humano, «el cabello recogido con un rodete, la ropa hecha girones, y su carne y piel seca debido a las austeridades que estaba practicando. El dios Brahmá queda complacido con Shesha, y le encarga sostener el mundo sobre su cabeza. En este punto, Shesha aparece con los atributos de una serpiente. Entra por un agujero en la Tierra y se desliza hasta el fondo, donde carga la Tierra sobre su cabeza.
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26. Brujas
Brujería es el conjunto de creencias, conocimientos prácticos y actividades atribuidos a ciertas personas llamadas brujas (existe también la forma masculina, brujos, aunque es menos frecuente) que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas que emplean con la finalidad de causar daño.
La creencia en la brujería es común en numerosas culturas desde la más remota antigüedad, y las interpretaciones del fenómeno varían significativamente de una cultura a otra. En el Occidente cristiano, la brujería se ha relacionado frecuentemente con la creencia en el Diablo, especialmente durante la Edad Moderna, en que se desató en Europa una obsesión por la brujería que desembocó en numerosos procesos y ejecuciones de brujas (lo que se denomina "caza de brujas"). Algunas teorías relacionan la brujería europea con antiguas religiones paganas de la fertilidad, aunque ninguna de ellas ha podido ser demostrada. Las brujas tienen una gran importancia en el folclore de muchas culturas, y forman parte de la cultura popular.
Si bien éste es el concepto más frecuente del término "bruja", desde el siglo XX el término ha sido reivindicado por sectas ocultistas y religiones neopaganas, como la Wicca, para designar a todas aquellas personas que practican cierto tipo de magia, sea esta maléfica (magia negra) o benéfica (magia blanca), o bien a los adeptos de una determinada religión.
Un uso más extenso del término se emplea para designar, en determinadas sociedades, a los magos o chamanes.
La creencia en la brujería es común en numerosas culturas desde la más remota antigüedad, y las interpretaciones del fenómeno varían significativamente de una cultura a otra. En el Occidente cristiano, la brujería se ha relacionado frecuentemente con la creencia en el Diablo, especialmente durante la Edad Moderna, en que se desató en Europa una obsesión por la brujería que desembocó en numerosos procesos y ejecuciones de brujas (lo que se denomina "caza de brujas"). Algunas teorías relacionan la brujería europea con antiguas religiones paganas de la fertilidad, aunque ninguna de ellas ha podido ser demostrada. Las brujas tienen una gran importancia en el folclore de muchas culturas, y forman parte de la cultura popular.
Si bien éste es el concepto más frecuente del término "bruja", desde el siglo XX el término ha sido reivindicado por sectas ocultistas y religiones neopaganas, como la Wicca, para designar a todas aquellas personas que practican cierto tipo de magia, sea esta maléfica (magia negra) o benéfica (magia blanca), o bien a los adeptos de una determinada religión.
Un uso más extenso del término se emplea para designar, en determinadas sociedades, a los magos o chamanes.
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27. extraterrestres
En la cultura popular y en la ufología, se denomina extraterrestre a todo ser vivo originario de algún sitio del Cosmos ajeno a la Tierra o a su atmósfera. Aunque la palabra extraterrestre se emplea para todo aquello que es ajeno a la Tierra, la mayor parte de las personas sólo la tiene en cuenta al referirse a los seres provenientes del espacio exterior. Por lo general, la vida extraterrestre inteligente se asocia al fenómeno ovni.
Según la opinión de los exobiólogos y también de algunos astrónomos, sí es muy probable que la vida haya surgido en otros mundos; la razón de esta afirmación es que las leyes de la física y química son las mismas en todas partes. Los fenómenos que dieron origen a la vida en la Tierra, muchos consideran que pueden repetirse en otro lugar, en donde las condiciones se parezcan lo suficiente.
Empero, debido a que no se dispone todavía de información sobre dichos lugares con condiciones similares (por ejemplo, planetas extrasolares similares a la Tierra), la pregunta sobre la existencia de vida extraterrestre permanece todavía sin una respuesta clara ni científicamente comprobada. Cabe notar que el reconocimiento de la ignorancia en este tema no es sinónimo de denegación. Y que tanto las opiniones a favor como en contra dentro de la comunidad de expertos, hasta la fecha, son opiniones informadas pero sin pruebas irrefutables que establezcan la verdad o falsedad de los hechos. También según la opinión de muchos investigadores es imposible que la Tierra sea el único planeta con vida en un Universo que se está continuamente expandiendo y en el que existen muchos trillones de planetas.
Dicho estado de cosas no impide que existan fuertes críticas hacia la ufología, tanto epistemológicas como metodológicas y semánticas, que hacen que dicha disciplina se encuentre, por consenso general, entre las llamadas seudociencias. Desde el punto de vista epistemológico, se le critica que habitualmente sus expertos hacen afirmaciones infalsificables, es decir, afirmaciones que no pueden rebatirse (por ejemplo, «los ovnis vienen de Ummo»). Desde el lado metodológico, se critica que solamente se limita a observar las reacciones de grupos humanos pero sin entender sus causas; es decir, sin tomar en cuenta que dichas reacciones pueden provenir de fenómenos de histeria colectiva, modas o bromas recurrentes. En el lado semántico, se considera como altamente dudoso que la Tierra sea tan visitada por extraterrestres («la Tierra sería la encrucijada del Universo», afirmaba Arthur C. Clarke en broma), como parece serlo según la ufología: considerando la extensión del cosmos, el esfuerzo necesario para viajar hasta la Tierra, y la posterior carencia de contacto hace que su presencia resulte un absurdo.
Según la opinión de los exobiólogos y también de algunos astrónomos, sí es muy probable que la vida haya surgido en otros mundos; la razón de esta afirmación es que las leyes de la física y química son las mismas en todas partes. Los fenómenos que dieron origen a la vida en la Tierra, muchos consideran que pueden repetirse en otro lugar, en donde las condiciones se parezcan lo suficiente.
Empero, debido a que no se dispone todavía de información sobre dichos lugares con condiciones similares (por ejemplo, planetas extrasolares similares a la Tierra), la pregunta sobre la existencia de vida extraterrestre permanece todavía sin una respuesta clara ni científicamente comprobada. Cabe notar que el reconocimiento de la ignorancia en este tema no es sinónimo de denegación. Y que tanto las opiniones a favor como en contra dentro de la comunidad de expertos, hasta la fecha, son opiniones informadas pero sin pruebas irrefutables que establezcan la verdad o falsedad de los hechos. También según la opinión de muchos investigadores es imposible que la Tierra sea el único planeta con vida en un Universo que se está continuamente expandiendo y en el que existen muchos trillones de planetas.
Dicho estado de cosas no impide que existan fuertes críticas hacia la ufología, tanto epistemológicas como metodológicas y semánticas, que hacen que dicha disciplina se encuentre, por consenso general, entre las llamadas seudociencias. Desde el punto de vista epistemológico, se le critica que habitualmente sus expertos hacen afirmaciones infalsificables, es decir, afirmaciones que no pueden rebatirse (por ejemplo, «los ovnis vienen de Ummo»). Desde el lado metodológico, se critica que solamente se limita a observar las reacciones de grupos humanos pero sin entender sus causas; es decir, sin tomar en cuenta que dichas reacciones pueden provenir de fenómenos de histeria colectiva, modas o bromas recurrentes. En el lado semántico, se considera como altamente dudoso que la Tierra sea tan visitada por extraterrestres («la Tierra sería la encrucijada del Universo», afirmaba Arthur C. Clarke en broma), como parece serlo según la ufología: considerando la extensión del cosmos, el esfuerzo necesario para viajar hasta la Tierra, y la posterior carencia de contacto hace que su presencia resulte un absurdo.
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28. Oni (Ogro japones)
Los oni (鬼?) son criaturas del folclore japonés, similares a los demonios u ogros occidentales. Son personajes populares en el arte, literatura y teatro japoneses
Las representaciones de onis varían ampliamente, pero es frecuente mostrarles como gigantescas criaturas de afiladas garras, pelo revuelto y dos largos cuernos surgiendo de sus cabezas. La mayoría de las veces poseen forma humanoide, aunque en ocasiones han sido mostrados con características antinaturales, poseyendo gran número de ojos o dedos extra. Su piel puede ser de un variado rango de colores, pero rojo, azul, negro, rosa y verde son particularmente comunes. Su fiera apariencia se vえ incrementada por las pieles de tigre que tienen tendencia a vestir y los garrotes de hierro, llamados kanabō (金棒?) o tetsubō (鉄棒?), que suelen llevar. Esta imagen ha dado lugar a la expresión oni con garrote de hierro (鬼に金棒?), que denota resistencia e invencibilidad. También usado en el sentido de "fuerza para el fuerte", o poseer una habilidad natural incrementada gracias al uso de alguna herramienta.Suelen aparecer como seres malvados pero en algunos cuentos también ayudan a las buenas personas.
Las representaciones de onis varían ampliamente, pero es frecuente mostrarles como gigantescas criaturas de afiladas garras, pelo revuelto y dos largos cuernos surgiendo de sus cabezas. La mayoría de las veces poseen forma humanoide, aunque en ocasiones han sido mostrados con características antinaturales, poseyendo gran número de ojos o dedos extra. Su piel puede ser de un variado rango de colores, pero rojo, azul, negro, rosa y verde son particularmente comunes. Su fiera apariencia se vえ incrementada por las pieles de tigre que tienen tendencia a vestir y los garrotes de hierro, llamados kanabō (金棒?) o tetsubō (鉄棒?), que suelen llevar. Esta imagen ha dado lugar a la expresión oni con garrote de hierro (鬼に金棒?), que denota resistencia e invencibilidad. También usado en el sentido de "fuerza para el fuerte", o poseer una habilidad natural incrementada gracias al uso de alguna herramienta.Suelen aparecer como seres malvados pero en algunos cuentos también ayudan a las buenas personas.
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29. Momias
Se denomina momia al cadáver de un ser humano o de un animal que, mediante embalsamamiento o por circunstancias naturales, se ha mantenido en aceptable estado de conservación mucho tiempo después de la muerte.
La noción de momia está asociada a la de un cadáver embalsamado o preparado con la intención de conservarlo el mayor tiempo posible, usualmente por razones religiosas. Los cadáveres muy rara vez se mantienen incorruptos, debido a que las condiciones para su conservación natural son fortuitas y escasas.
Algunas antiguas culturas han dado, en variadas ocasiones a lo largo de la historia, una gran importancia a la conservación de los cadáveres de sus difuntos como parte de sus ritos y costumbres funerarias. El Antiguo Egipto es el ejemplo más conocido de cultura que efectuaba la momificación ritual de sus muertos.
en la visión contemporánea se les a atribuido características mágicas y oscuras a las momias, debido principalmente al papel que se les a dado en peliculas hollywoodenses, novelas de ciencia ficción, y series de televisión, aunque esta visión generalmente se contradice con el significado y visión que la momificacion tenían los pueblos antiguos de Egipto y Nativo Americanos que realizaban esta practica.
La noción de momia está asociada a la de un cadáver embalsamado o preparado con la intención de conservarlo el mayor tiempo posible, usualmente por razones religiosas. Los cadáveres muy rara vez se mantienen incorruptos, debido a que las condiciones para su conservación natural son fortuitas y escasas.
Algunas antiguas culturas han dado, en variadas ocasiones a lo largo de la historia, una gran importancia a la conservación de los cadáveres de sus difuntos como parte de sus ritos y costumbres funerarias. El Antiguo Egipto es el ejemplo más conocido de cultura que efectuaba la momificación ritual de sus muertos.
en la visión contemporánea se les a atribuido características mágicas y oscuras a las momias, debido principalmente al papel que se les a dado en peliculas hollywoodenses, novelas de ciencia ficción, y series de televisión, aunque esta visión generalmente se contradice con el significado y visión que la momificacion tenían los pueblos antiguos de Egipto y Nativo Americanos que realizaban esta practica.
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30. Orcos/ Ogros
Orco es la deformación de un término, proveniente del inglés antiguo, que se refería a numerosos monstruos de la mitología celta. La existencia de estas criaturas fue inventada para dar explicación a los hechos de sangre y asaltos acaecidos en los campos y bosques. En español la palabra ha evolucionado como «ogro». En la mitología romana la palabra Orcus («Orco») es sinónimo de inframundo y, en ocasiones, también es el nombre de un gigante hijo del dios Plutón. La palabra castellana derivada de la latina es Huerco.
J. R. R. Tolkien fue el primero en utilizar la palabra orc («orco») para designar un tipo concreto de ser humanoide, de aspecto desagradable y actitud agresiva.
J. R. R. Tolkien fue el primero en utilizar la palabra orc («orco») para designar un tipo concreto de ser humanoide, de aspecto desagradable y actitud agresiva.
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31. Goblin/ Trasgo
El trasgo es una criatura mitológica presente en la tradición de muchas culturas del norte de España, como pueden ser la asturiana, la gallega o la cántabra, y presente en general en la cultura española. En otros lugares de Europa también es conocido como gnomo, silfo, kobold. El origen de este mito es céltico-romano y proviene del norte de Europa.
Es un humanoide que vive en el hogar de carácter travieso e inquieto. Se le representa como un hombre pequeño y cojo de la pierna derecha, con la piel morena, vestido de rojo y tocado de un gorro picudo también rojo, tiene un agujero en la mano izquierda. Se le adjudican aquellos ruidos nocturnos que nos despiertan y pequeñas diabluras como cambiar objetos de sitio. Penetra por las noches en las casas cuando duermen sus moradores, y si está de mal humor rompe cacharros, espanta reses, revuelve la ropa de las arcas, trasiega con agua, etc. Estos desperfectos no causan daño material, ya que los moradores lo vuelven a encontrar luego todo como lo dejaron. En cambio, cuando es tratado bien, se dedica por la noche a hacer las labores de la casa.
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otra versión
En Cantabria, los trasgos son unos pequeños duendes de cara negra y ojos verdes que habitan en los bosques y cuya actividad es burlar a las personas y hacerles gamberradas, sobre todo a las muchachas que están haciendo alguna tarea como por ejemplo pastorear. Puesto que deben esconderse de los humanos, su vestimenta se compone de hojas de árboles y musgo.
Es un humanoide que vive en el hogar de carácter travieso e inquieto. Se le representa como un hombre pequeño y cojo de la pierna derecha, con la piel morena, vestido de rojo y tocado de un gorro picudo también rojo, tiene un agujero en la mano izquierda. Se le adjudican aquellos ruidos nocturnos que nos despiertan y pequeñas diabluras como cambiar objetos de sitio. Penetra por las noches en las casas cuando duermen sus moradores, y si está de mal humor rompe cacharros, espanta reses, revuelve la ropa de las arcas, trasiega con agua, etc. Estos desperfectos no causan daño material, ya que los moradores lo vuelven a encontrar luego todo como lo dejaron. En cambio, cuando es tratado bien, se dedica por la noche a hacer las labores de la casa.
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otra versión
En Cantabria, los trasgos son unos pequeños duendes de cara negra y ojos verdes que habitan en los bosques y cuya actividad es burlar a las personas y hacerles gamberradas, sobre todo a las muchachas que están haciendo alguna tarea como por ejemplo pastorear. Puesto que deben esconderse de los humanos, su vestimenta se compone de hojas de árboles y musgo.
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32. Duendes
El Duende, del francés normando Gobelin, es un ser del Folclore escandinavo de naturaleza maliciosa hacia los humanos, perteneciente al reino de lo material y espiritual, se les describe como criaturas no mayores a un metro, que son escurridizas y de aspecto humanoide; de piel verdosa.
El nombre tiene origen "supuestamente" en un fantasma que asolaba el pueblo de Evreux en el siglo XII, una criatura feérica, seres relacionados a las hadas o relativos a ellas.
En la actualidad se considera duende a toda criatura de tamaño pequeño, de aspecto humanoide que comparta similitudes, muchas veces confundiéndoseles con los gnomos y el Leprechaun irlandés.
El nombre tiene origen "supuestamente" en un fantasma que asolaba el pueblo de Evreux en el siglo XII, una criatura feérica, seres relacionados a las hadas o relativos a ellas.
En la actualidad se considera duende a toda criatura de tamaño pequeño, de aspecto humanoide que comparta similitudes, muchas veces confundiéndoseles con los gnomos y el Leprechaun irlandés.
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33. Tengu
Tengu (天狗?) es un demonio dentro de los elementos del folclore y mitología japonesa que suelen tener forma animaloide. Habitan en los árboles, generalmente pinos y cedros, de las zonas montañosas. Algunas fuentes opinan que los Tengu son descendientes de Susanowo-no-mikoto, el dios de la tormenta hermano de Amaterasu, la diosa Sol. Sus características son su cara color rojo, y su prolongada nariz. En algunos rubros populares, se relaciona a esta entidad con el concepto de extranjeros en Japón. Se les considera fundadores de escuelas de esgrima y de Jujitsu, y reivindican el origen divino de las artes marciales.
El templo de Takao al oeste de Tokio es uno de los templos con más tengus de Japón.
Entre los objetos a menudo asociados con los tengu se encuentran el shakujo, unos báculos en forma de anillo usados para la magia y combate físico; el tokin, un sombrero con una forma rara, la cual es usada como copa; y el abanico hauchiwa, el cual está hecho de hojas de Aralia Japonés o de plumas y se dice que tiene el poder de crear grandes rafagas de viento.
El templo de Takao al oeste de Tokio es uno de los templos con más tengus de Japón.
Entre los objetos a menudo asociados con los tengu se encuentran el shakujo, unos báculos en forma de anillo usados para la magia y combate físico; el tokin, un sombrero con una forma rara, la cual es usada como copa; y el abanico hauchiwa, el cual está hecho de hojas de Aralia Japonés o de plumas y se dice que tiene el poder de crear grandes rafagas de viento.
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