2012.03.27 - 20:52:46 / web@radiorebelde.icrt.cu / Sarahí García Contreras
Sabían ustedes que Simón Bolívar en una ocasión visitó Cuba. Pues sí, lo que les cuento no es para nada fruto de mi invención sino que es totalmente cierto. Para adentrarnos en esa historia el único requisito que necesitamos es atrasar algunos siglos.
De repente y sólo gracias a la imaginación de ustedes y mía nos hallamos en el año 1799. Ante nosotros se encuentra un joven de unos dieciséis, algo delgado, de mirada penetrante y espíritu aventuresco. Sin duda alguna les estoy hablando de Simón Bolívar, quien para ese entonces es Subteniente, grado obtenido en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua.
Dispuesto a viajar a España se embarca en uno de los navíos de mayor importancia de la época: el San Ildefonso. Según la museóloga Mabel Morales, el joven Bolívar partió del puerto de la Guaira a Madrid; su breve estancia en La Habana fue una de las tantas escalas que haría el buque de guerra a lo largo de su travesía.
Veracruz, sin embargo, fue la primera ciudad donde debería atracar el barco. En aquel momento el puerto de La Habana se hallaba bloqueado, motivo por lo que la estancia en Veracruz se extendió más de lo planificado. Aprovechando la circunstancia el Subteniente Bolívar a través del Obispo de Caracas pasa a la ciudad de México, donde según la especialista Mabel Morales fue recibido por el Oidor Aguirre y Viana.
Tras salir de México, regresa Bolívar a Veracruz y de ahí sale directo hacia la Habana donde permaneció sólo 48 horas. De nuestra Isla, aclara Morales, parte en convoy de embarcaciones de guerra para arribar a Santoña, Puerto de la Vizcaya y luego a Madrid.
Para muchos historiadores aún es tema de discusión si el joven Bolívar estuvo o no en nuestra capital. Lo que sí es sabido, apunta la museóloga, es que a los 18 días de navegación arribó a La Habana, pues así está asentado en los documentos portuarios del Archivo Nacional de Cuba. Sobre el día y el mes, también existen incógnitas aún sin despejar.
Sin duda, cuando Simón Bolívar era todavía un adolescente es que realiza su primer viaje por mar con destino a España, con el objetivo de completar su educación. Cerca de 115 días duró la travesía que hizo desde el navío San Ildefonso, escoltado siempre por otro buque de la Armada Española: el San Fulgencio.
La museóloga de la Casa Simón Bolívar, Mabel Morales explica que una vez en Europa nuestro protagonista contaría con la hospitalidad de su amigo el Marqués de Ustáriz y Tovar.
De su primer viaje a Europa resulta su matrimonio con María Teresa Toro el 26 de mayo de 1802. Como hombre casado regresa el Subteniente Bolívar a Venezuela en viaje rápido de 27 días sin hacer escala. Un año más tarde, en 1803, muere su esposa, detonante que provocó la decisión del futuro Libertador de partir una vez más a Europa. En esa segunda ocasión, Bolívar no pasaría por el puerto de La Habana, como tampoco lo haría en su tercer y último viaje al Viejo Continente.
Según el biógrafo del Libertador, el autor Polanco Alcántara el segundo viaje de Simón Bolívar a Europa duró un mes, por lo que ya ha mediados de diciembre de 1803 se encuentra instalado en Cádiz. En este margen de tiempo Bolívar se reencuentra con su maestro Simón Rodríguez y asiste al coronamiento de Napoleón Bonaparte.
La museóloga Mabel Morales refiere que la Casa Simón Bolívar es un espacio dedicado en La Habana a honrar el pensamiento del Libertador. La misión de ese museo ha sido el de divulgar la obra del prócer venezolano a través de una importante biblioteca que atesora más de 10 mil ejemplares, donde hay una excelente bibliografía sobre la vida del Libertador. En los anales de esa biblioteca llamada Simón Rodríguez se halla los 34 tomos del general Oligari que recogen casi todos los decretos políticos del Libertador.
La institución museológica posee también una exposición titulada “Bolívar Humanado” de la artista venezolana Glenda Mendosa, quien arcilló pasajes de la vida del héroe. La Casa, por tanto, es una especie de puente cultural no sólo entre Cuba y Venezuela, sino a su vez, entre estas dos naciones y todas aquellas que siguen los preceptos bolivarianos de la Gran Colombia, en los que también se incluye Panamá, pues Simón Bolívar quería que esa nación fuese lo mismo que el Corintio para los griegos.
Cerca de 200 años lleva la edificación que hoy, en La Habana Vieja, es la Casa Museo Simón Bolívar. El inmueble perteneció en sus inicios a los marqueses de Aguas Claras y condeses de Villanueva. Después de varios usos que tuvo la edificación en el siglo XIX y parte del XX, se decidió convertirla en Museo, tras una ardua restauración de dos años. La idea de destinar esta casa a honrar a Bolívar, surgió a partir de una petición que el gobierno venezolano le hizo a la Oficina del Historiador de la capital cubana, con el fin de establecer en la Isla un espacio para venerar el pensamiento del prócer.
A pesar de los debates históricos no se puede negar el hecho de que Bolívar con 16 años visitó la Isla ¿qué hizo durante las 48 horas que pasó en La Habana? La verdad es que no lo sabemos ni lo sabremos jamás, aunque es preferible imaginar que aquel joven no debió haberse quedado esos días dentro del San Idelfonso sin bajar a tierra. Entonces, que mejor que idear a una Bolívar caminando por las calles adoquinadas de esta capital, almorzando y cenando en una de esas fondas extintas, conversando con los cubanos y hasta obnubilado por la belleza de alguna criolla. Ese comportamiento tiene más que ver con el joven impetuoso que para ese tiempo ostentaba la orden de Subteniente. Así de seguro nos parecerá más real la imagen de ese Bolívar que sólo una vez visitó a la Villa de San Cristóbal de La Habana
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