viernes, 30 de marzo de 2012

El Culto a la Virgen de la Altagracia: Batalla de la Sabana Real, 1691


El Culto a la Virgen de la Altagracia: Batalla de la Sabana Real, 1691

Fuente: http://www.historiadominicana.com.do/index.php

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El culto a la Virgen de la Altagracia se inició temprano el siglo XVI en la isla de Santo Domingo, tanto en la Capital como en la villa de Higuey, celebrándose el 15 de agosto como el día principal de su culto, el que debía efectuarse en Higuey. De acuerdo a las tradiciones, era el lugar donde Dios quería que ella estuviera y no en la ciudad de Santo Domingo como en algunas ocasiones se pretendió.

Desde Higuey, pasado el tiempo, el cultos se fue extendiendo hasta convertirse en nacional y forma parte de la identidad de los dominicanos. La explicación más socorrida tiene relación con la batalla de la Sabana Real o de la Limonada, próximo a la llanura del Guarico y fue a partir de esa batalla cuando el culto comenzó a ser parte de la cultura religiosa de toda la parte Este de la Isla.

Los franceses, desde el siglo XVII combatieron por el control de los territorios que una vez fueron despoblado en 1605 y 1606. Desde mediado de ese siglo se habían apoderado de la isla la Tortuga y de territorios de lo que ellos llamaban la “Isla Grande” (Isla de Santo Domingo). Con el tiempo y debido a la imposibilidad de España controlar esos territorios, los ingleses primeros, en 1655, y los franceses desde 1689 se habían decidido por el control total de Santo Domingo, apoderándose de Santiago y otros territorios, provocando que el gobernador y capitán general Ignacio Caro organizara una columna al mando de Francisco Segura y Sandoval.

Se hicieron los preparativos militares en la Sabana Real, y utilizando el factor sorpresa los españoles-dominicanos vencieron a los franceses, el 21 de enero de 1691. Se cuenta, que estando los españole en desventajas, y siendo la mayoría de los que formaban las milicias provenientes de la zona de El Seybo e Higuey, estuvo presente la fe que profesaban en la Virgen de la Altagracia, pues ellos eran practicantes del culto altagraciano.

Antes de entrar en el combate que se inició temprano en la mañana, los españoles-dominicanos imploraron la ayudad de la Virgen de las Mercedes y la protección de la Señora de la Alta Gracia, para que por su gracia los ayudara a salir victorioso.

Como el triunfo fue favorable a los españoles-dominicanos, aun siendo minoría en cantidad de soldados, pertrechos y adiestramiento militar, se entendió que ese triunfo sólo era posible por la protección de la Virgen de la Altagracia, consagrándose desde 1692 que el 21 de enero y no el 15 de agosto era el día más propicio para dar las gracias por su valiosa ayuda.

VERSIÓN DE VETILIO ALFAU DURÁN

(Tomada de: Contribución de Higuey a la independencia nacional, C. T., Editora Montalvo, 1944, pag. 5-7).

“El 21 de Enero del año 1691 se libró en Sabana Real o de La Limonada, la célebre batalla que inmortalizó al Maestre de Campo Don Francisco de Segura y Castilla, así como al ilustre santiagués Don Antonio Miniel, bajo cuyo mando combatieron los lanceros del Seibo y de Higuey, a cuyo arrojo y bizarría se debió el espléndido triunfo alcanzado por las armas españolas. Parece ser que allí fue donde por primera vez se usó el machete como arma de combate.

Refiere la tradición que los orientales invocaron l adivina protección del a Santísima Virgen de la Altagracia en lo más comprometido de la acción; y por cuyo motivo resolvieron celebrar todos los años como día de acción de gracias a Nuestra Señora la fecha aniversario de esa celebre batalla, primer soplo de vida del a nacionalidad dominicana.

Como testimonio de ese espléndido triunfo, los higueyanos y seibanos depositaron junto al Altar de la Santísima Virgen el machete que manejado por anónimo soldado, cercenó la engreída testa del gobernador francés Mr. De Cuussy, que comandaba las fuerzas enemigas. El celebre machete desapareció definitivamente del sitio donde fuera depositado cuando dominaban los haitianos.

El eminente historiador Fr. Cipriano de Utrera, a quien debe la historia patria inapreciables servicios, afirma refiriéndose a la batalla de Sabana Real lo siguiente: “Corresponden al Este (Seibo e Higuey) el mayor número de hombres que sabían manejar el machete, arma que Moreau de St. Mery mienta en su obra como poderoso artefacto del criollo dominicano para abatir reses montaraces, y ya sabemos que al este de Higuey se hallaban las más notables y ricas porciones de terreno llamado de “montería”. Estos, pues, alistándose en calidad de buenos “artistas” del machete, acudieron al llamamiento que en aquella ocasión se les hizo, y sea que estuvieran debajo de las ordenes de don Pedro Miniel que mandaba a los lanceros que permanecieron pecho por tierra hasta recibir orden de levantarse y acometer, sea que los propios lanceros hayan de entenderse ser los macheteros de Higuey y del Seybo, no a las lanzas cabalmente, ni a las escopetas y lombardas, sino al espantable y terrible machete en combinación con las demás armas, se debió que, cercenada la cabeza del gobernador francés y las de sus oficiales, el triunfos se lo anotaran por suyo los españoles, como ya está dicho".

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