«Lo más turbio sobre el Titanic son las dudas sobre una posible conspiración»
«Cuarto milenio» emite este domingo una edición especial sobre los misterios que rodearon el hundimiento
Día 07/04/2012 - 22.12h
Parece difícil creer que, cien años después de su hundimiento, el Titanic siga dando de qué hablar...
Pues así es, el programa dura dos horas y grabamos material como para tres. Hemos tenido que dejar muchas cosas fuera como, por ejemplo, los «Titanic» españoles que sufrieron naufragios extraños, como el Barbanera o el Príncipe de Asturias... El contenido es apasionante. El fuerte de las historias que rodean el Titanic es la potencia. El 75% de la información que damos es desconocida.
¿Qué significó este gran suceso?
La historia del Titanic es la gran novela de la vida, que refleja las bondades y miserias de la humanidad. Y a nosotros, como periodistas, nos tiene que generar una gran admiración. Puesto que fue la primera gran tragedia mediática que la prensa contó.
¿En qué aspectos de análisis se van a centrar?
El programa está estructurado en tres bloques muy interesantes. En primer lugar, todo lo misterioso que rodea al barco. Las profecías y corazonadas, el caso de Morgan Roberson, que escribió una novela con enormes similitudes al Titanic, pero su barco se llamaba Titán; o el caso del periodista Willen Steve, que dejó escrito que iba a morir en el barco. Luego hablaremos del aspecto más bonito de esta historia, el factor humano. Los españoles heroicos, la correspondencia que mantuvo un matrimonio... También trataremos el asunto de todos los cuerpos que aún quedan sin identificar (43). Y por último, los aspectos técnicos. Contaremos con gente muy avezada que reproducirá paso a paso lo que ocurrió y las concatenaciones de fallos que pudieron desencadenar el desastre. Y descubriremos cosas reveladoras, como que quizá no fue un choque cotnra un iceberg, sino un corte como un cuchillo.
¿Qué es lo más turbio que rodea al Titanic?
Quizá las dudas acerca de una posible conspiración, de un posible atentado. Escucharemos a marinos mercantes que hablarán de sucesos raros que ocurrieron antes del choque.
¿Cuánto tiempo ha llevado preparar este especial?
Pues, aunque resulte sorprendente, fue algo que se me ocurrió hace bastante poco tiempo. Algo teníamos que hacer, miramos contenidos, las veces que ya habíamos tratado el tema, consultamos todo tipo de fuentes y libros... En dos semanas aproximadamente ya teníamos la forma de lo que queríamos contar.
¿Y cómo ha conseguido información tan novedosa y desconocida?
Muchas veces no nos damos cuenta de que vivimos en una gran biblioteca. Yo tengo libros de consulta sobre el Titanic en los que encontré mucha información reveladora. Por otra parte, el conocimiento de las personas que colaboran con nosotros en el programa es fundamental. Y, sobre todo, los marinos. Una cosa que me llama mucho la atención es que la gente que se gana la vida en el mar siente pasión por el tema del Titanic.
Hábleme de los objetos que mostrarán en el programa. ¿Son auténticos de la época?
Por completo. Llevaremos un plato de tercera clase, cuya última puja en EE.UU. alcanzó la cifra de 600.000 euros. La historia de cómo se encontró es muy curiosa. Antes de llegar a la zona donde se encuentra hundido el Titanic, en el camino, hay restos del barco, de materiales, etcétera. Un pesquero gallego, en los años 70, recogió en sus redes este plato. El pescador se lo regaló a su hijo y cuando este creció, un día que visitaba el museo en La Coruña sobre el Titanic, descubrió que un plato de la exposición era igual que el que le había dado su padre. Descubrieron que el que tenía era original. Fue el primer resto de la historia del Titanic que se encontró. Traerlo ha sido muy costoso.
Otro de los objetos que mostraremos es un trozo de carbón enorme que sobrevivió dentro de las calderas. Lo llevamos como recuerdo a los 86 hombres que trabajaban en ese infierno y que, aún sabiendo que el barco se hundía, continuaron echando carbón para que las luces no se apagaran y cundiera entonces más el pánico.
Cuarto milenio lleva siete años en antena y es el programa más veterano de la programación de Cuatro. ¿Cuál es su secreto?
Intentamos reiventarnos constántemente. A mí me interesan este tipo de temas desde niño, es una vocación. Además, hay mucha gente que siente que a nuestro equipo le gusta lo que hacemos. Por otra parte, nuestra fama o marca de la casa se relaciona con lo sobrenatural, con el terror... pero hemos ampliado mucho el abanico de temas, lo que pasa es que el enfoque que les damos es diferenciador. A mí, en verdad, me interesa poco lo macabro o lo oscuro. Y muchas veces los temas que son menos oscuros son los que más audiencia nos dan. «Cuarto Milenio» cuenta cosas que nadie más cuenta y eso a la gente le gusta, porque están acostumbrados a que les cuenten siempre lo mismo.
¿Qué es para usted el misterio?
Todo lo que desconozco. Por eso el abanico de temas es tan amplio. El misterio existe en muchísimas cosas, en las cuevas de Altamira, en el sistema solar, en la mente humana...
¿Ha habido algún tema que haya descartado tratar?
Si, por ser peligrosos, o comprometedores para algunas personas. Hay temas que requieren un excesivo cuidado para tratarlos, y que, sinceramente, creo que es mejor no tocar.
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