La amistad.
La Amistad es el más perfecto de los sentimientos del hombre, pues es
el más libre, el más puro y el más profundo (Lacordaire)
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua dice, al definir la
amistad “un efecto personal, puro y desinteresado, ordinariamente reciproco,
que nace y se fortalece en el trato”
Y es que la amistad enriquece, fortalece y ensancha el corazón del
hombre y de la mujer, porque está
cimentada en la sinceridad, la generosidad y el afecto mutuo.
La amistad es una virtud que debe empezar desde la infancia en la
medida en que los padres ayudan a que los niños se relacionen de un modo
natural, evitando la superstición, la baja autoestima y los complejos de superioridad o inferioridad
Kongley nos
dice que la amistad se contagia y se aprende de aquellos con quienes
convivimos: “Los hombres son falsos si
conviven con mentirosos; ruines, si lo hacen con avaros, vanidosos, si se
juntan con presumidos, y en general, sin se asimilan los vicios de las gentes
de sus intimidad”
Por eso los amigos terminan por
ser los libros del corazón, y cosechamos amistad si sembramos amistad, comprensión, y sinceridad con nuestros semejantes. Porque el
verdadero amigo—al decir de Shakespeare. “te socorrerá en la necesidad, llorará
si te entristeces, no podrá dormir si tú
velas y compartirá contigo las penas del corazón”
La amistad es un don que ha estado
presente en todos los tiempos y en todas las culturas. Ya Aristóteles consideraba la amistad algo tan
grande y tan sencillo a la vez como “querer
procurar el bien del amigo por el amigo
mismo”, y estos lo complementa Martin
Descalzo al decir que “ser un buen amigo encontrar un buen amigo son las
dos casas más difíciles del mundo, porque suponen la renuncia a dos egoísmos y
la suma de dos generosidades. Suponen, además y sobre todo, un doble respeto a la libertad
del otro y estos sí que es pedir un milagro”
Bernabé
Tierno, nos dice las calidades que deben adornar un buen amigo.
…
Te acepta como ere y te valora y aprecia
por ti mismo.
….
Respeta tu forma de pesar y es tu amigo aunque todos te abandonen.
….
Te comprende y jamás te traiciona ni habla
mal de ti a tus espaldas.
…. No es posesivo y te deja ser, es comprensivo
y es fiel y jamás te aprecia por interés.
…. Sabe perdonar
y pedirte perdón.
…. No es
acaparador y te permite que estés abierto a otras amistades.
…. Sabe guardar secretos y no usa bromas pesadas
que puedan molestarte.
….
Se alegra de tus éxitos y acepta tus
limitaciones.
….
Está más interesado en dar que en
recibir.
Es
que la verdadera amistad, como toda lo
auténtico, no es ni fugaz ni engañosa: tiene vocación de futuro, por eso suele decirse que un buen
amigo lo es para toda la vida, con razón dirá Voltaire: “Toda las gloria de
este mundo no valen lo que es un buen amigo”.
Y
es que la amistad al decir también de Carl Rogers, tiene la autenticidad,
cordialidad, empatía, y disposición de apertura hacia el otro. La amistad
se identifica con el amor, en ser una relación intima de dar y recibir. Con
razón dirá San Agustín: “Feliz el hombre y la mujer
que encuentra un amigo en su vida”
Fuente:
Mons. Dr. Fausto Ramón Mejía Vallejo, en su obra; Los Valores están ahí y te
llaman. Cuarta Edición, Impresos Norte, San Francisco de Macorís, Rep. Dominicana,
enero 2012. Págs. 82-83
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