El mamut de pelo rojizo descuartizado por el hombre
El animal, cuyos restos aparecieron congelados en Siberia, tuvo una trágica muerte: fue destripado por primitivos seres humanos tras ser atacado por leones
Día 05/04/2012 - 12.56h
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Era apenas una cría cuando murió, hará unos 10.000 años. Tenía dos años y medio y, probablemente, fue presa de los leones hasta que un grupo de seres humanos se inmiscuyó de alguna forma en la trágica escena para dar buena cuenta ellos mismos del animal. Se trata de un mamut lanudo al que los paleontólogos han bautizado con el nombre de «Yuka». Su cadáver ha sido descubierto atrapado en el hielo de Siberia, cerca de las costas del Océano Ártico, y encuentra asombrosamente bien conservado y muy completo. Tanto, que los investigadores de la Universidad de Michigan han podido estudiar sucarne rosada y el pelo, de un llamativo color rubio rojizo. Su historia será narrada en un documental producido por BBC y Discovery(«Woolly Mammoth: Secrets from the Ice).
El cazador de mamuts francés Bernard Buigues, de la organización científica «Mammuthus», recuperó el cadáver de caer en manos de coleccionistas privados, según informa la BBC. Aunque la datación de carbono todavía está en marcha, los investigadores creen que «Yuka» murió por lo menos hace 10.000 años, pero puede ser aún más antiguo. El cuerpo presenta tejidos blandos bien conservados que desvelan un brutal encuentro con nuestros antepasados prehistóricos.
Descuartizado por humanos
Los investigadores creen que Yuka fue perseguido por leones u otros grandes felinos, por las heridas profundas en la piel y los mordiscos en la cola. Después, el mamut se cayó y se rompió una de las patas traseras. Entonces, seres humanos intervinieron en la escena. Los investigadores saben que esto ocurrió por otros cortes en el cuerpo del mamut, realizados con herramientas humanas. El animal fue parcialmente descuartizado -han desaparecido los órganos, las vértebras, las costillas...- y lo que quedó intacto posiblemente fue conservado bajo el hielo para un uso posterior. Esos son los restos que han llegado hasta la actualidad. Las partes inferiores de cada pata y el tronco permanecen intactos, explican en la web de Discovery.
El espécimen destaca por su hermoso pelo de color rojizo. Su buen estado de conservación ayudará a los investigadores a conocer sus características morfológicas, las secuencias de ADN y, lo que puede ser la aplicación más atractiva, a traer a un mamut a la vida a través de la clonación. De hecho, un grupo de científicos ya trabaja en el intento con los restos de otro ejemplar hallado en Siberia.
Mammuthus DESCUBRIMIENTO OFRECIDO EN LE MONDE
Vídeo: La ciencia del descubrimiento de
la exploración y la autopsia se muestra en el video son los primeros pasos en un programa de investigación integral que se revelan detalles no sólo de la cría de mamut sino también el entorno en el que vivía. A continuación se muestra un breve extracto. Haga clic aquí para el vídeo completo.
la exploración y la autopsia se muestra en el video son los primeros pasos en un programa de investigación integral que se revelan detalles no sólo de la cría de mamut sino también el entorno en el que vivía. A continuación se muestra un breve extracto. Haga clic aquí para el vídeo completo.
Científicos creen que podrán «resucitar» a un mamut dentro de cinco años
Los investigadores utilizarán ADN del tejido de un ejemplar congelado en Siberia. De lograr su objetivo, sería el primero que vuelve a la vida desde que la especie desapareció de la faz de la Tierra hace cerca de 10.000 años
Un equipo de investigadores japoneses asegura estar en condiciones de llevar a cabo un experimento científico sin precedentes: el nacimiento en laboratorio de un mamut lanudo, el primer ejemplar vivo de una especie que desapareció de la faz de la Tierra hace cerca de 10.000 años. Si todo marcha según lo previsto, el primer mamut de la era moderna podría ser una realidad en un plazo de cinco o seis años.
Están a punto de hacerlo. Y están convencidos de que, esta vez, tendrán éxito en su intento de "resucitar" una especie extinguida hace ya miles de años. Un paso crucial se ha dado ya: fue el pasado verano, cuando los investigadores consiguieron extraer ADN viable del tejido de un mamut congelado en los hielos perpetuos de Siberia y conservado en un laboratorio ruso especializado en los restos de este antiguo pariente de los elefantes.
"Los preparativos para llevar a cabo este objetivo ya se han realizado", afirma Akira Iritani, profesor emérito de la Universidad de Kyoto y director de las investigaciones.
Óvulos de elefante
Según los planes del científico, los núcleos de varias células obtenidas del mamut congelado se insertarán en óvulos de elefante (previa extracción de sus núcleos originales), para crear un embrión que contenga los genes del gigante desaparecido.Después, el embrión se implantará en el útero de una elefanta y, si todo marcha según lo previsto, la naturaleza hará el resto y nacerá el primer mamut que vive en la Tierra desde los lejanos tiempos de su extinción.
El camino para llegar hasta aquí ha sido largo y tortuoso, y a pesar de que la idea de la sustitución nuclear no es nueva, lo cierto es que hasta ahora no había sido posible extraer núcleos celulares de mamut viables, que resultaran adecuados para llevar a cabo el ambicioso experimento.
Desde 1997, en efecto, un equipo de la Universidad de Kinski había logrado obtener, hasta en tres ocasiones diferentes, tejido de la piel y músculos de mamuts congelados en Siberia. Sin embargo, y a pesar de la buena conservación de los tejidos, la mayor parte de los núcleos celulares resultaron estar dañados por los cristales de hielo del permafrost siberiano. Razón por la que el proyecto de clonación de un mamut fue finalmente abandonado.
Pero en 2008, un biólogo japonés, Teruhiko Wakayama, del centro Riken para la Biología del Desarrollo, en Kobe, dio un enorme paso al conseguir, por primera vez en el mundo, clonar con éxito un ratón a partir de células que habían permanecido congeladas durante dieciséis años.
Células intactas
Ahora, y basándose en las técnicas de Wakayama, el equipo de Iritani ha logrado desarrollar un método eficaz para extraer los núcleos celulares de mamut sin dañarlos. Algo extremadamente difícil, ya queapenas entre el 2 y el 3% de las células obtenidas reunían las condiciones adecuadas para intentarlo.
Otro hito importante se dio durante la primavera pasada, cuando el equipo de Iritani invitó a participar en el proyecto a Minoru Miyashita, profesor de la Universidad der Kinki, que había sido director del zoo Tennoji, en Osaka, y que solicitó a zoológicos de todo Japón que cedieran óvulos de elefantas cuando éstas fallecieran.
Por último, el equipo invitó también al director del laboratorio ruso de investigación sobre mamuts y a dos expertos norteamericanos en biología de elefantes y fertilización in vitro de animales.
Así, si Iritani consigue crear por clonación un embrión de mamut, Miyashita y los dos norteamericanos se encargarán de trasplantarlo al útero de una elefanta africana viva. Si todo marcha según lo previsto, dentro de cinco o seis años nacerá un mamut, el primero que se verá en la Tierra desde la última Edad de Hielo.
"Si logramos crear el embrión -afirma Iritani- tendremos que discutir, antes de trasplantarlo al útero de una elefanta, cómo deberemos alimentarlo y cómo lo presentaremos al público. Tras el nacimiento del mamut, estudiaremos su fisiología y sus genes paraaveriguar los motivos que llevaron a la extinción de su especie".
Descifran genomas de hace 3.000 millones de años
la noche de los tiempos
Día 03/04/2012 - 13.55h
Hace unos 580 millones de años, la vida en la Tierra experimentó un cambio radical. Fue entonces cuando se produjo lo que la Ciencia conoce como "explosión del Cámbrico", un periodo durante el que surgieron todas y cada una de las variedades de seres vivientes que, millones de años después, desembocarían en la diversidad biológica que observamos en la actualidad. Desde la aparición de aquellos primeros seres pluricelulares, los fósiles han ido dejando pistas a los paleontólogos para que pudieran seguir, desde entonces y hasta nuestros días, la evolución de miles y miles de formas de vida diferentes.
Pero, ¿y antes? La vida, en forma de seres unicelulares, existe en la Tierra desde hace cerca de 3.700 millones de años. Pero todas las criaturas que vivieron antes de la explosión del Cámbrico eran demasiado "blandas" y ligeras como para dejar fósiles bien definidos. Por eso, establecer los caminos seguidos por la vida durante los 3.000 millones de años que precedieron al Cámbrico es una tarea extraordinariamente difícil. Sin embargo, toda esa multitud de seres primitivos sí que ha ido dejando tras de sí una gran cantidad de fósiles microscópicos: los de su ADN.
Y dado que todos los seres vivos han heredado sus genomas de otras criaturas más antiguas, resulta teóricamente posible ir remontándose, en un extraordinario viaje hacia el pasado, desde el ADN actual hasta sus mismísimos orígenes, perdidos en la noche de los tiempos. Eso es precisamente lo que ha hecho un grupo de biólogos del MIT (Instituto de Tecnología de Massachussetts), sirviéndose de potentes programas informáticos y de modelos matemáticos especialmente diseñados para tal fin.
Utilizando genomas modernos, razonaron los investigadores, debe ser posible reconstruir su evolución en microorganismos antiguos. Y así, combinando toda la información disponible de las más completas librerías genómicas de la actualidad, e introduciendo esos datos en un modelo matemático desarrollado por ellos mismos, los científicos han logrado averiguar cómo esos genomas primitivos evolucionaron hasta los actuales.
Para empezar, Eric Alm y Lawrence David, científicos del MIT, rastrearon cientos de genes de cien genomas modernos hasta su primera aparición en la Tierra, de forma que crearon una especie de "genoma fósil" capaz de decirnos no sólo el momento en que esos genes empezaron a existir, sino también qué clase de criaturas los poseyeron. El trabajo sugiere que la totalidad de este "genoma colectivo", que comparten todas las formas de vida, sufrió una gran expansión entre hace 3.300 y 2.800 millones de años. Un tiempo durante el que, en efecto, surgieron hasta el 27 % de todas las familias de genes conocidos en el presente.
El momento más catastrófico
Debido a que la mayor parte de los nuevos genes que identificaron están relacionados con el oxígeno, Alm y David llegaron a pensar que fue precisamente el surgimiento del oxígeno el responsable de esta expansión. El oxígeno, de hecho, no existió en la atmósfera terrestre hasta hace cerca de 2.500 millones de años, período en el que empezó a acumularse, acabando con la vida de incontables criaturas anaerobias (que viven sin oxígeno) en un evento que la Ciencia conoce como "La gran Oxidación". Para Alm, fue precisamente ese "el acontecimiento más catastrófico en toda la historia de la vida celular, pero no tenemos ningún registro".
Una inspección más detallada, sin embargo, muestra que los genes capaces de utilizar oxígeno no aparecieron hasta el mismísimo final de la expansión del Arcáico de hace 2.800 millones de años, lo que es altamente consistente con las fechas que los geoquímicos han establecido para la Gran Oxidación. En lugar de eso, Alm y David creen haber detectado el nacimiento de la cadena de transporte de electrones moderna, el proceso bioquímico responsable de llevar electrones al interior de las membranas celulares.
El transporte de electrones es necesario para las criaturas que respiran oxígeno y para las plantas y muchos microorganismos durante la fotosíntesis, momento en que obtienen su energía directamente del Sol. Se cree que, precisamente, fue una forma de fotosíntesis basada en el oxígeno la responsable de generar el la cantidad de oxígeno necesaria para provocar la Gran Oxidación. Un evento, por cierto, sin el cual no existiría el aire que respiramos hoy.
Fotosíntesis y respiración
La evolución de la cadena de transporte de electrones durante la Expansión del Arcáico podría, pues, haber desencadenado diversos procesos clave en la historia de la vida, incluidos la fotosíntesis y la respiración. "Nuestros resultados -asegura David- no pueden decir si el desarrollo de la cadena de transporte de electrones fue la causante directa de la Expansión del Arcáico. Aún así, podemos decir que el hecho de tener acceso a una cantidad mucho mayor de energía capacitó a la biosfera para albergar ecosistemas microbianos mucho mayores y más complejos".
Alm y David investigan también la forma en que, después de la Expansión, los genomas microbianos evolucionaron. Observando los metales y las moléculas asociadas a los genes y la manera en que su abundancia y distribución cambió a lo largo del tiempo, los investigadores se dieron cuenta de que iba aumentando el porcentaje de genes capaces de utilizar oxígeno, algo que resulta consistente con los registros geológicos.
"Lo que resulta realmente asombroso en estos hallazgos -concluye Alm- es que prueban que las historias de eventos muy antiguos pueden quedar registradas en el ADN que comparten todos los organismos vivientes. Y ahora que hemos empezado a comprender cómo descodificar esa historia, espero que podremos reconstruir con gran detalle algunos de los primeros eventos en la evolución de la vida".
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