La Ciudad de La Vega Modelo de Arquitectura Republicana que Desaparece
La Ciudad de La Vega Modelo de Arquitectura Republicana que Desaparece.
La actual ciudad de La Vega fundada por los
sobrevivientes de La Concepción, antigua fundación española, obra
del Descubridor y Conquistador Cristóbal Colón, que desapareciera en 1562
a consecuencia de un devastador movimiento telúrico que azotó toda las regiones
Central y Norte de la isla, cambiando así el rumbo de
aquellos históricos acontecimientos que se iniciaron a partir de la
epopeya del descubrimiento
Informaciones de diferentes épocas dan
cuenta de que la ciudad actual, segunda de las fundaciones
correspondientes a La Vega, levantada alrededor de un antigua
ermita dedicada al culto de San Sebastián, que
estuviera situada al otro lada del Río de donde
estuviera la ciudad de la Concepción, no llegara a adquirir
la importancia estrategia ni el valor arquitectónico y
urbanístico de aquella
El abandono paulatino de los pobladores de la Concepción
desde mucho antes del terremoto y su traslado a
otras localidades de la isla y fuera de ella, en gran medida
a consecuencia de la decadencia económica y el estancamiento general de la
colonia, así como la incertidumbre que se apodera del ánimo de aquellos
colonizadores que decidieron quedarse al frente de sus intereses,
no obstante los estremecedores acontecimientos causados, por la
naturaleza, fueron más que suficiente para que la nueva
ciudad careciera de edificaciones de
calidad similares a las de la mayorías de las fundaciones
erigidas en el nuevo mundo.
Ni siquiera el templo principal de la nueva ciudad, ni
el santuario erigido en honor a Nuestra Señora de Las Mercedes en
lo alto del Santo Cerro, originalmente construido de
madera y más luego reemplazado por una pequeña y sencilla capilla, fueron
objeto de mayores pretensiones
El profesor Erwin W. Palm en su obra “Los Monumentos
Arquitectónicos de la Española” dice sobre esta situación lo siguiente: “ La
ciudad que fines del siglo XV prometía tanto que el
testamento apócrifo de Cristóbal Colón pudo presumir la voluntad
del Descubridor de grabar en mármol la memoria de su gran empresa precisamente
en la iglesia de La Concepción de La Vega, en 1528, en definitiva
tiene fortaleza e iglesia de piedra y un Monasterio de San
Francisco de Piedra e casa de Cabildo y otros veinticinco
edificios de piedra muy bueno…… no hay agora (ahora) veinte
vecinos. La Vida se ha retirado de la ciudad. A Las Casas le parece soñar
cuando, con el bullicio de los años pasados aún en la retina,
contempla ahora La Vega Real abandonada
De esta forma debe haber transcurrido el
resto del siglo XVI, todo el siglo XVII, de tan ingratos recuerdos en la
historia de La Española y parte del siglo XVIII. Con el apogeo que
toma la colonia de Santo Domingo en el siglo XVIII, resurgen nuevamente las
poblaciones del interior, entre las cuales se encuentra la de La
Vega. No obstante continuar siendo sus edificaciones de madera, y por supuesto
carentes de diseño arquitectónico de valor alguno. Todavía a finales del siglo
XVIII, La Vega sigue siendo una simple y modesta ciudad sin las
pretensiones de su predecesora
El escritor norteamericano Samuel Hazard en su
extraordinaria obra “ Santo Domingo, su pasado y presente”, publicada en
la ciudad de New York en 1873, y reeditada en 1974 por
la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, en la que
refería a nuestra isla la conceptúa como “
victima del infortunio”, refiere de La Vega entre otras cosas lo siguiente: “
Esta constituida de manera ordenada; las calles se cruzan en ángulo
recto, y en el centro de la ciudad se halla la
acostumbrada plaza, cerca de la cual está el único edificio de
importancia en el lugar, la iglesia. Las casas son generalmente de madera,
aunque son mucho mejor que la mayoría de las demás ciudades, siendo
algunas de ellas de una solidez muy respetable…”
Es a finales del siglo XIX, que se
transforma definitivamente la ciudad de La Vega. Es durante el
llamado período del romanticismo que la histórica ciudad
del Camú se transforma de lo que prácticamente podría considerase
una sencilla comunidad en una ciudad con características definidas,
dotada de manzanas rectangulares, como apunta Hazard, y bien
proporcionadas, parque con glorietas y una diversidad de edificaciones entre3 la
que se encuentran las primeras construidas de
mampostería, hasta entonces inexistentes en la ciudad.
El establecimiento en le Cibao de la Compañía Escocesa
de Ferrocarril Santiago-Samaná, (Nota.
U. Solís U., el proyecto del Ferrocarril Samaná- Santiago, nunca se dio, este
solamente llegó, y fue se consolido el proyecto Sánchez-La
Vega, el proyecto de una de las mentes más
progresistas que haya tenido la República Dominicana, de todos los
tiempos hasta el día de hoy, y nos referimos a Don Gregorio Riva, a
quien la Nación Dominicana le debe mucho y aún la Región del Cibao en especial
la Ciudad de La Vega.). Trae a La Vega cierto progreso a la vez que
conecta con las corrientes artísticas y culturales cada vez más
florecientes en la Europa romántica de finales del siglo XIX y comienzo del XX,
La comunicación con el puesto de Sánchez,
abierta por el ferrocarril en el año de 1886 pone a La Vega
en contacto con los estilos arquitectónicos europeos, así como con los patrones
de construcción de aquellos tiempos, tantos del viejo
mundo como de Norteamérica, permitiendo además la
oportunidad de conocer y ponerse en contacto con los nuevos materiales
que procedían de ambos lugares
Con la llegada de varias empresas extranjeras a la
región, y la afluencia de materiales
industrializados al mercado local, como madera procesada,
acero, cemento, planchas lisas y acanaladas de
zinc para cubiertas y otros más, por la cual se desarrolla una
actividad constructora similar a las de otras ciudades importantes
de la República.
La arquitectura republicana, denominación adquirida por
las edificaciones que del período que se inicia con la
Independencia de la República a mediado de siglo XIX, entre los
cuales florecieron los estilos neoclásicos y victoriano, se
desarrolla con singular apogeo, llegando en cierto modo a llamar a
atención de todo el país que, en aquellos tiempos se
debatía entre levantamientos políticos y guerras revolucionarias.
El eclecticismo de la arquitectura republicana vegana es
tan característico que, según expresa el arquitecto Pedro Gamundy
en su trabajo sobre la Tipología Arquitectónica
Dominicana, es casi imposible establecer un orden por
estilos
Al igual que en otras ciudades del país los
veganos se apoderaron de otros estilos arquitectónicos de aquellos momentos,
tales como el Art. Nouveau, Art. Deco, El Pradera,
este último proveniente de las llanuras del Medio-Oeste
de los Estados Unidos donde el gran maestro Frank Lloyd Whight, uno
de los padres de la arquitectura contemporáneo fuera
su líder, y el estilo Bungalow, que floreciera junto al
Pradera en los comienzos del siglo XX
La radicación en La Vega a principio
del siglo XX del arquitecto Italiano Alfredo J. Scaroina contribuyó de
manera notable al mejoramiento del perfil urbanístico de la ciudad.
Entre sus principales obras estuvo la del Mercado de La Vega,
demolido penosamente y sustituido por una inhóspita plaza.
Similar a lo sucedido a todas las demás
ciudades dl país, el progreso, en su más funesta
expresión , continua haciendo estragos en la mayoría de las edificaciones que
dieron identidad y categoría a la ciudad Olímpica,
dándole paso a una serie de nuevas edificaciones que, a diferencia
de las sustituidas, carecen de estilo arquitectónico alguno, y más
bien constituyen, a darle a esa esta ciudad el sello
de uniformidad e impersonalidad que caracteriza a todas las demás
ciudades importantes de la República
Paralelamente con estas devastaciones
se han estado efectuando recientemente unas
pseudo restauraciones de fachadas en la que predominan la eliminación del
recubrimiento de los ladrillos que están construidas , de igual manera que se
hiciera en el interior del Santuario del Santo Cerro,
contradiciendo la naturaleza de los estilos arquitectónicos en
que están inspiradas estas edificaciones
La Vega está llamada a jugar un papel
estelar en el desarrollo económico de nuestro país. Esperamos que todos los
veganos, vinculado al progreso, no solo en el orden económico sino en el social
y cultural, se ponga a tono con el clamor nacional, contribuyendo, por un lado
al rescate de la antigua Concepción
y por otro a la revalorización de la zona antigua de
la ciudad , de forma que junta a todas las demás
ciudades importantes de la República Dominicana reciba la
admiración y el respecto de cuantos la visiten
Fuente,
consultada.
Manuel
del Monte Urraca, colección Vega Vieja, Vol.III, pps 15al 20
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