sábado, 25 de febrero de 2012

LIXUS Y LA ORILLA AFRICANA DEL "CIRCULO DEL ESTRECHO"


javi j. m

LIXUS Y LA ORILLA AFRICANA DEL "CIRCULO DEL ESTRECHO"

Por FRANCISCO JAVIER JIMENEZ MARTINEZ
Una  ciudad del “Circulo del Estrecho” de fundación fenicia y de importancia similar a Gadir era Lixus. A diferencia de la ciudad gaditana, las fuentes clásicas no narran el momento y circunstancias de su fundación, sino que hacen referencia a ella, poniéndola en relación con Gades y el estrecho de Gibraltar, o haciendo mención al propio Heracles- Melkart. Esta ciudad atlántica, fue fundada a unos cuatro km al noreste de la actual Larache, sobre una colina (Tchoummich) en las proximidades de la costa atlántica marroquí, sobre el margen del rio Loukkos.
-Ubicacion de Lixus en la costa atlantica africana-
Los textos de los autores clásicos, como Plinio, el Viejo, datan el momento fundacional de esta colonia en torno al siglo XII a. c, pero hasta la fecha este dato no ha podido ser corroborado por la arqueología, situando su origen en el siglo VIII a. c. Esto parece demostrarlo la convivencia de restos de cerámica elaborada a mano, de factura indígena, junto con recipientes cerámicos de engobe rojo propios del mundo oriental.
En esta discutible problemática fundacional, algunos investigadores defienden la teoría de que desde ciudades como Cádiz, Málaga, Granada o Almería, fundadas en un primer momento por los fenicios orientales, pusieran en marcha la fundación de una segunda generación de fundaciones durante el siglo VII a. c.
No obstante, los recientes hallazgos están arrojando cronologías más elevadas al respecto en relación a algunas de estas colonias que, en principio, fueron consideradas tardías. Por tanto esde mi punto de vista Lixus debe ser considerada como la primera fundación fenicia en la costa atlántica de África. Los textos antiguos, por lo general, se vienen a referir a la ciudad de Lixus con alusiones míticas, legendarias o fabulosas , poniéndolas en muchas ocasiones en relación con la ciudad de Gadir, encuadrándola dentro de este círculo geopolítico, que es el “Circulo del Estrecho”  .
Lo que parece claro es que su fundación se debió exclusivamente a una razón puramente comercial, orientada a la explotación de los innumerables recursos que existían en una región de incuestionables posibilidades comerciales. La importancia de esta colonia fenicia en el área que nos ocupa, debió ser predominante, si tenemos en cuenta a  Estrabon, el cual considera a Lixus capaz de crear nuevas colonias, lo que junto a su importancia en el terreno religioso, debió ejercer una cierta hegemonía territorial, sobre otras ciudades de su entorno. Por tanto desde los primeros momentos de su fundación Lixus se constituyo en el gran foco regional fenicio, dominador de la fachada atlántica africana, equiparándose a la propia Gadir o Cartago.
Centrándonos ahora en el aspecto urbanístico de la ciudad, debemos partir de la idea de que Lixus se trataba de una fundación fenicia de grandes dimensiones. Para  los siglos VIII-VII a. c, Lixus ya contaba con una estructura urbana, al igual que Gadir y el Poblado de Doña Blanca (Puerto de Santa Maria).
No obstante, para esta época no se tiene conocimiento ni de muralla, ni de almacenes, ni tampoco de necrópolis en Lixus (Carmen Aranegui Gasco).Posteriormente se levantara una acrópolis, como dejan constancia los autores clásicos, también  la arqueología ha sacado a la luz una zona industrial, de tipo artesanal, ubicada en la ladera, con estructuras de hábitats de varias dependencias realizadas con cimientos de piedra y paredes de adobe.
La cima de la colina, la ocupaban varias construcciones de recios muros, aunque aún se desconoce su funcionalidad. La ciudad contaba con un templo dedicado a Melkart, según algunos autores, más antiguo que el de Gadir. Al respecto, desde un punto de vista mitológico, y segun Plinio en Lixus, se encontraba el Jardín de las Esperides, lugar  donde Hércules se hizo con las manzanas de oro tras enfrentarse al dragón que las custodiaba. También los textos clásicos sitúan el Palacio de Anteo y la singular batalla que Hércules entablo con Anteo.

  
                                                      -  Yacimiento arqueológico de Lixus -
El material cerámico de este periodo, en torno al siglo VIII a. c, apunta a estrechos contactos con las ciudades de la costa de Andalucía, mostrando una tipología variada de recipientes de cerámica de engobe rojo, cerámicas grises, claras, pintadas y material anforico. Estas ánforas demuestran que ya en momentos iniciales la economía de la ciudad empezaba a mostrar un claro interés hacia la pesca y sus derivados, comenzando a gestionar, en torno al siglo IV a. c, industrialmente los recursos del mar, como el atún y sus derivados.
La ciudad de Lixus destacaba por su importante puerto, incluido dentro del circuito comercial del Mediterráneo y punto fundamental para la economía de las ciudades del “Circulo del Estrecho”. A esta ciudad llegaban procedentes de lejanos lugares del Mediterráneo, como Atenas, Marsella o Cerdeña, un sin fin de productos, como cerámica griega y elementos de bronce de gran valor, que posteriormente se encargaban de redistribuir. A la vez Lixus  se caracterizaba por exportar recipientes cerámicos y ánforas, producidas ambas en sus talleres alfareros, además de un amplio catalogo de objetos de lujo como pieles de animales, madera de tuya, marfiles, elefantes, plumas o huevos de avestruz entre otros, así como alimentos. Destaca en este aspecto la cerámica del tipo “Kouass”, procedente la propia Kouass.
Lixus no fue inmune a la crisis del siglo VI a. c  y a la caída de Tiro, al igual que el resto de ciudades fenicias de occidente, sumiéndose en una profunda depresión.
Con los monarcas que reinaron en Mauritania  Occidental en los siglos I y II a.c, y principalmente en tiempos de Juba II y su hijo Ptolomeo, la ciudad experimento un considerable crecimiento demográfico y un desarrollo urbanístico muy importante. En estos siglos se reconstruyo la ciudad según un proyecto de tipología Helenística, destacando edificaciones, tanto civiles como de carácter sagrado, así como un sistema de recogida de aguas a base de cisternas. La rica decoración de sus casas ,demuestra el momento de prosperidad por el que atravesaba la ciudad, lo cual también se refleja en su arquitectura urbana, con casas de diferentes alturas, dispuestas a lo largo de la ladera sur, dotadas de numerosas estancias ,llegando a tener algunas, hasta cinco habitaciones.
Además estas edificaciones contaban con semisótanos y patios enlosados, dispuesto a cielo abierto. La necrópolis se sitúa, como era común en la antigüedad fuera de los muros de la ciudad. Esta bonanza económica que se podía ver reflejada en los más diversos aspectos de la vida cotidiana, se debía al auge comercial que adquiere Lixus y a su relevancia económica dentro de las ciudades del Circulo, llegando al puerto lixita, gran variedad y cantidad de productos, como vino, cerámicas y monedas romanas, al tiempo que desde este mismo puerto partían mercancías con destino a los más diversos puntos del Mediterráneo, exportando sobre todo los apreciados salazones.
Se acuñaron diversas piezas en bronce para facilitar las transacciones comerciales fundamentalmente. Los motivos que aparecen representados en el reverso de las monedas aluden a elementos propios de la economía de la ciudad, como atunes, racimos de uvas o espigas, o elementos religiosos como la representación de altares. Los anversos por lo general representan una cabeza masculina cubierta con una especie de birrete coniforme. Las monedas cuando presentan elementos epigráficos, son caracteres púnicos, ya que era la lengua oficial. No obstante se han hallado estelas con signos epigráficos tanto inscritos en libio como en púnico, lo que puede apuntar a la existencia de una cierta pluralidad étnica.
Con la llegada de la época imperial romana , Augusto, intenta anexionar el reino Mauritano a Roma, aprovechando la muerte de su soberano Boco, aunque finalmente el Emperador desistirá en sus pretensiones conformándose con transformarla en una monarquía vasalla de Roma, colocando al frente de la misma a Juba II, mauritano , pero educado en la propia Roma. En este periodo histórico, la ciudad y su arquitectura monumental experimentaron un gran desarrollo. A través de una exedra o criptoportico se consiguió aunar toda la zona occidental, donde en su parte central se puede observar un pórtico columnado. En la parte posterior de dicho criptoportico, se articula y se dispone espacialmente una serie de salones, jardines enmarcados con grandes exedras y pórticos yuxtapuestos a tres edificaciones de forma rectangular, de época precedente, cuya interpretación y funcionalidad se desconoce  del todo. En este sentido no han faltado autores que le han otorgado un sentido religioso al conjunto.
Tras la muerte de Juba II y el asesinato de su hijo Ptolomeo, por orden de Calígula en el siglo I d. c, y ante la falta de sucesores y tras varias revueltas contra Roma, el Reino de Mauritania paso a convertirse en una provincia más del Imperio romano, la Mauritania Tingitana, estableciéndose la capital de tan vasta provincia en la ciudad de Tingis (actual Tánger). Para conseguir doblegar, a quienes se oponían al nuevo orden romano, el Imperio arraso numerosas ciudades, entre ellas la propia Lixus.
Con el Emperador Claudio, siglo I d. c, Lixus recibió la consideración de obtener el estatuto de colonia romana, fomentando de esta manera su actividad portuaria, lo que tuvo su reflejo en una potenciación de su industria pesquera, basada fundamentalmente en el atún y sus derivados. También su agricultura experimento un notable progreso, viéndose aumentada en su producción. Este alto nivel económico experimentado por Lixus le valió para erigirse, junto a Gades, una de las ciudades más importantes del “Circulo del Estrecho”. Pero no solo estuvo en auge la industria pesquera y salazonera, también fueron  muy demandados todos aquellos productos elaborados a base de uva, cuya fabricación estuvo muy extendida en la zona de Marruecos y Andalucía, y que se exportaba fundamentalmente a la región de Britania.
Este auge económico fue paralelo al auge urbanístico, consecuencia de la prosperidad que estaba experimentando la economía Lixita, así se construyen obras públicas, como el acueducto , las termas, el anfiteatro, que fue el unico por aquel entonces en el norte de África, una basílica para impartir justicia y varios templos.
También se construyen residencias nobles, ricamente decoradas con temas al fresco y mosaicos, de los que destacamos el mosaico de Mate y Rhea, de las Tres Gracias, de Helios y del Cortejo de Baco.
Desde finales del siglo II d. c, Roma se vio sometida a constantes tensiones que trajo a Lixus una situación de inseguridad y en cierto modo de desequilibrio, mas aun cuando Diocleciano estableció la frontera de la Tingitana en los límites del rio Loukkos.
Este nuevo escenario se ve reflejado con la construcción en el siglo III a. c de una fortificación en la zona central de la ciudad primitiva. A pesar de ello Lixus consiguió mantener su actividad económica prácticamente hasta el siglo VI d. c.
En cuanto a los trabajos arqueológicos llevados a cabo en Lixus, hay que agradecer las aportaciones y esfuerzos que el Profesor Miguel Tarradell pudo realizar en los años cincuenta del pasado siglo, siendo el primero en practicar, en 1950, el primer sondeo estratigráfico desarrollado en Lixus, en su afán de encontrar la ciudad fenicia que los autores clásicos mencionaban en sus textos. Su esfuerzo tuvo los frutos deseados y un año después los dio a conocer, aunque brevemente, en el II Congreso Nacional de Arqueología cebrado en Madrid, donde el propio Tarradell calificaba sus hallazgos con la siguiente frase; “Se trata del hallazgo de nuevos yacimientos, en número sorprendente”.  Tampoco debemos obviar las aportaciones de M. Ponsich, que junto a Tarradell, dio a conocer muchos de estos yacimientos. De especial interés fue el corte que se denomino “Cata del Algarrobo”, por la significación que tuvo en el aspecto feno-punico, arrojando restos cerámicos de barniz rojo de un gran merito.
Entre las piezas arqueológicas halladas en Lixus, entre otras cabe destacar, una especie de espada de bronce (1000 a. c), conocido como el estoque Rosnoen, hallado en el Lucus, un cazo de bronce con mango acabado en cabeza de cisne, pieza importada de Chipre, con una cronología del siglo VII a. c, lo que deja claro la dispersión hasta Lixus de piezas de lujo de origen oriental. En esta misma línea cabe mencionar una serie de huevos de avestruz o un escarabeo  de pasta vítrea, datados entre los siglos VI-V a. c. En cambio resultan escasas la cerámica de origen griego, abundantes en otros ambientes fenicios.
La riqueza arqueológica de la ciudad de Lixus es sobradamente conocida, destacamos el conocido como barrio industrial pesquero, que  se ubica en la zona inferior del yacimiento, cerca del puerto. En su evolución fue producto de sucesivas transformaciones, llegando a contar con diferentes espacios dedicados a la industria pesquera y conservera, contando con salas destinadas al  desguace de las capturas, cisternas de agua potable, 150 piletas totalmente impermeabilizadas donde se confeccionaba los productos de salazón. Pero la industria salazonera de Lixus precisaba de sal para la correcta elaboración de sus productos, obteniéndola a partir del agua del mar. Este complejo industrial lixita, llegaba a producir ingentes cantidades de productos derivados de las actividades pesqueras, destacando el garum, pero sobre todo el atún.
Otro edificio importante es el Anfiteatro, el cual tras los estudios de rigor, muestra signos de abandono en una cronología cercana al siglo V d. c, como parece demostrar los restos de un ajuar funerario hallado en el. De forma casi circular, se caracteriza además, por  la desigual distribución del graderío en su mitad sur, respecto de la parte norte. Elementos de su fabrica presentan restos de epigrafía latina de forma incisa, así como dibujos de escenas alusivas a las actividades que al parecer se practicaban en este recinto, tales como carreras de carros, si bien esta actividad era más propia de los circos. Las termas, destacan por su esplendida decoración a base  mosaicos decorados con motivos geométricos y naturalistas, como flores, y pintura mural al fresco.
                                                                                  - Lixus, mosaico-
También debemos destacar los barrios residenciales, como el situado en la cima occidental. A través de él se puede conocer la historia de Lixus en dos etapas. En la cota inferior podemos observar restos de muro que al parecer formaron parte de una estructura de forma rectangular, que en su conjunto contaba con puertas y escaleras.
Una pared de gran altura, en torno a los 5 metros, llama poderosamente la atención, y cuya datación es del siglo I a. c. Tanto al norte como al sur  del conjunto mencionado, se puede observar viviendas romanas dotadas de una especie de atrio o peristilo, adornados con rica decoración de mosaicos. Algunas de ellas se caracterizan por su ostentación y opulencia, contando incluso con termas de uso privado, así como una suntuosa ornamentación a base de pintura mural. Más al norte, nos encontramos nuevos edificios romanos adosados a la  muralla, concluyendo en un grandioso portón de dos vanos, con diferentes espacios habitables, que previsiblemente tuvieran como finalidad ser los aposentos de la guardia. Lixus también contaba una serie de inmuebles de uso público de diferentes épocas y estilos. Estos edificios, en general, debieron tener una dedicación administrativa o cultural, aunque en la mayoría de los casos se desconoce su funcionalidad. Algunos investigadores apuntan a un uso  religioso o civil de algunas de estas construcciones, como ocurre con el llamado edificio C, pero otros en cambio no ven clara esta finalidad.
Lixus
                                                                                - Yacimiento de Lixus-
Centrándonos en la importancia económica de la ciudad de Lixus y su papel dentro del ámbito las ciudades del “Circulo del Estrecho”, los estudios derivados de las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo, demuestran una clara dispersión de restos en un amplio recorrido a través de la costa mediterránea, como Sidi Abdeselam del Behar, Kach Kouch, ambas en las proximidades de Tetuán, pasando por Tánger, hasta llegar al Lucus con sus enclaves de Lixus, Rakkada o Aziz Saloui. No obstante hablando en términos arqueológicos, esta dispersión de materiales  fenicios puede incluso llegar, hasta la propia Banasa y el estuario  del Sebu, e incluso extenderse más allá de Mogador. 
Cerca de este enclave marroquí, en la propia Kouass ( Arsila) existía una factoría de producción de cerámica tipo “Kouass” , es decir, cerámica de barniz negro que pretendía imitar la vajilla ática, muy frecuente también en otros puntos del Mediterráneo muy distantes de Lixus ,como era Cádiz, Ibiza o Rosas. Destaca por su abundancia de restos sobre todo en torno al siglo II a. c, presentando claros paralelismos con las producciones gaditanas, como ocurre en la decoración de las piezas a base de palmetas. Este tipo cerámico fue predominante hasta que al parecer se vio en cierto modo desplazado por recipientes de barniz negro de Cales, al mismo  tiempo que las escasas piezas que aun persistían iban perdiendo en calidad.
                                                                                            - Vista de Lixus-
La importancia en la economía de Lixus, al igual que ocurre en las restantes ciudades del “Circulo del Estrecho” estaba claramente basada en las actividades pesqueras y sus derivados, principalmente el atún, prueba de ello fue el hallazgo en la ladera sur del yacimiento de un lugar de almacenaje de recipientes anforicos, que representa un claro ejemplo de un típico almacén lixita. Gracias a su hallazgo en el 2002, se pudo realizar, no solo un estudio en profundidad del tipo de ánforas y su datación cronológica, sino además pudimos conocer a qué tipo de contenido venían destinadas, llegándose a la conclusión de que en el pasado sirvieron para contener moluscos, como era el caso de las Maña C2b. Eran muchos los productos que se obtenían del aprovechamiento de los recursos pesqueros, distinguiendo, lo que podemos denominar una pesca menor, a base de especies de reducido tamaño, como anguilas, sepias etc.,  que se capturaban en puntos muy próximos a la costa y que era destinada a abastecer la demanda alimenticia de la población, mientras que por otro lado, una industria a mayor escala consistente en especies que eran capturadas en alta mar y que se destinaba principalmente a la industria salazonera. Estos últimos, eran productos mucho más elaborados y que tenían como destino la exportación. También en sus factorías, se preparaba la “cordula”, un producto obtenido a partir del atún, muy apreciado en la época del Alto Imperio. La ganadería venia a complementar la riqueza económica de Lixus, adquiriendo mayor importancia en época púnico-mauritana con respecto a la fenicia, destacando el ganado porcino y bovino, aunque también destacaban cabras, ovejas y el caballo
Pero, a diferencia de Lixus , al  intentar hacer un estudio sobre otras fundaciones fenicias de la costa atlántica africana, nos encontramos con escasas informaciones,  debido a los exiguos estudios arqueológicos  llevados a cabo hasta la fecha, así como  a prospecciones poco fructíferas. No obstante algo puede ser indicativo de la importancia comercial de esta zona y como apunta Estrabon, estamos hablando de una zona conocida en la antigüedad como Golfo Emporico, denominado así, al parecer, por los innumerables centros comerciales que proliferaban antaño. Por otro lado es lógico pensar que entre Lixus y Essaouira (antigua Mogador), existiera alguna otra fundación. A pesar de las dificultades mencionadas intentaremos precisar los yacimientos arqueológicos aparecidos en mayor o menor medida, en esta costa atlántica africana.
En primer lugar nos encontramos con Ras Achakar-Yebila, donde al abrigo del cabo Achakar, aparece un fondeadero. En esta zona se documento algún material cerámico consistente en ánforas de época fenicia y púnica, así como cerámica ática. Este enclave cuenta con dos necrópolis, una relacionada con la población indígena y otra de corte fenicio. Siguiendo nuestro recorrido y a medio camino entre Tingis y Lixus, nos encontramos con Kouass. En este enclave llama poderosamente la atención la profusa existencia de material anafórico destinado al envase de productos derivados de la pesca, y que nos lleva a  pensar que debió existir en sus proximidades, una factoría de salazones. Aquí contamos con un conjunto de alfares, dedicados a la elaboración de ánforas del tipo Maña-Pascual A4, típicas de la economía productiva del “Circulo del Estrecho”. También destacan los platos de engobe rojo, y cerámica ática del siglo IV a. c.Del estudio  del material arqueológico, llevo a la conclusión de que la fundación de Kouass está estrechamente relacionada con la explotación de los recursos pesqueros y ser un centro manufacturero de primer orden. Otro enclave seria Salat, aquí aparecieron diversos fragmentos de cerámica ibero-púnica y fenicia. Destaca fragmentos de cerámica de de engobe rojo, aunque difícil de datar, dado que no ha sido objeto de un estudio en profundidad. Hay que destacar restos de muros al parecer de factura fenicia que formaba parte de una edificación de época romana.
Mogador, actual Essaouira, hay quien piensa que  debió tratarse en época fenicia  de una factoría de tipo estacional, basándose en la inexistencia de elementos defensivos y el hecho de que los restos cerámicos presenten claros rasgos de una posible reutilización tras su deterioro. Pero actualmente, se piensa más que se tratara de una reconocida factoría permanente.  Destaca por sus cerámicas pintadas, son un centenar de piezas que se agrupan por tipos: jarras de cuello, jarras pithoides, cuencos hemiesféricos, carenados, cazuelas y vasos cerrados. También se encontró restos de ánforas del tipo Maña-Pascual A4a, Tras un profundo análisis de todos estos restos cerámicos se pudo concluir señalando importantes  similitudes con piezas de Gadir-Castillo de Dª Blanca y de las factorías malagueñas.  Como bien señala  López Pardo F, el interés que pudieron mostrar los fenicios, al menos hasta el siglo IV a. c y lejos de meros viajes exploratorios, por los territorios ubicados más abajo de  Essaouira, debió ser escaso o nulo , dado la aridez y lo inhóspito de aquellas tierras.
La orografía tan accidentada de la costa correspondiente al Estrecho de Gibraltar y la región montañosa del noroeste de África, con costa en el Mediterráneo, ha hecho tradicionalmente difícil encontrar hallazgos de época antigua. No obstante si tenemos en cuenta los relatos de los autores clásicos, fueron muy escasas las poblaciones allí establecidas. En este área destacaTingis, Ksar Seguir, donde que parece que existió una factoría de explotación pesquera en tiempos púnicos.
Otro asentamiento seria el señalado por Tarradell, en una colina próxima al estuario del Uadi Martil, Sidi Abdeselam del Bear, donde tras realizar varios sondeos se descubrio una zona de hábitat cuyo nivel mas actual parece ser del siglo III-II a. c, aportando diferentes restos cerámicos a base de ánforas del tipo Maña C, cerámica de engobe rojo de variada tipología, campanienses A y B, como restos más destacados.
También son importantes dos enclaves de época púnica como son Cudia Tebmain y Russadir, la actual Melilla. La primera es una pequeña estación pesquera del siglo III-II a. c, donde al parecer destaco por la producción de ánforas del tipo Maña Pascual A4  tipo C. Russadir, por su parte ya aparece mencionada en el Periplo de Escilax, a finales del siglo IV o principios del III a. c. y en el que se describía un  apasionante periplo por el  Mediterráneo, el Mar Negro y las costas de África, más allá de las Columnas de Hércules. Se trata de un valioso enclave portuario, por ocupar un lugar estratégicamente destacado en la ruta marítima del Mediterráneo. También las fuentes clásicas hacen mención con frecuencia a esta fundación. No obstante a pesar de ello las fuentes de las que disponemos para conocer el pasado de Russadir, son en la mayoría de las ocasiones reducidas, esporádicas y confusas. Lo que sí parece claro, como indica la Doctora Vázquez Hoys, que la ciudad pudo estar incluida dentro del “Circulo del Estrecho”, como realidad histórica, política y económica de la historia del Mediterráneo.  Hasta hace muy poco tiempo los hallazgos arqueológicos más importantes, sacados a la luz por Fernández de Castro durante las excavaciones en el Cerro de San Lorenzo, situaban el pasado fenicio de la ciudad en el siglo III a. c, pero posteriormente el hallazgo de  250 fragmentos de cerámica en la Casa del Gobernador, que apuntan a una cronología en torno al siglo VII antes de Cristo, llevo a replantear el origen de la ciudad de  Melilla.
En relación a Russadir, poco más nos aventuramos a exponer, hasta que se lleven a cabo una actuación arqueológica más profunda que aporte datos concluyentes.
Rachgoun, fue un asentamiento fenicio que llego a albergar una  reducida zona de hábitat y una necrópolis, con unos niveles de ocupación que se inicio en el siglo VII a. c y concluyo en torno al siglo V a. c. Todo parece indicar que sus habitantes vivían principalmente de la pesca y del mercadeo con los indígenas de la zona, pero sin poder afirmar con rotundidad si se trataba de una escala náutica o más bien una factoría comercial estable a falta de la realización de estudios hechos más en profundidad.
En Mersa Madakh, Vuillemont, llevo a cabo una breve intervención arqueológica, exhumando restos del siglo VI a. c. Se trataría de un pequeño yacimiento, que pudo haber contado con un recinto amurallado y a pesar de tener una importancia portuaria destacable, carecemos de datos fiables para indicar cuál fue la función concreta de este asentamiento. Dadas las escasas posibilidades económicas del entorno, no aptas para la agricultura y el pastoreo es más probable que se tratara de una escala náutica más que de una factoría comercial de carácter estable. 
Finalmente no podemos olvidarnos de Banassa, yacimiento arqueológico, situado hacia el interior del país, según seguimos el curso del Uadi Sebu. Fue fundado en el siglo III a. c., en época púnica, aunque ya era visitado por mercaderes fenicios  en el siglo VI a. c. Son frecuentes las ánforas del tipo Maña-Pascual A4, aunque posiblemente su presencia se deba a la importación.

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