CIENCIA
Rusia culmina la perforación del lago Vostok en la Antártida
La controvertida operación, aplazada varias veces, abre un gigantesco depósito de agua bajo el hielo que ha estado sellado durante más de 20 millones de años
Muchos científicos temen que se contamine el mismo lago (a 3.766 metros de profundidad) o las muestras que se extraigan
La ya vieja controversia acerca de si debía completarse o no la perforación hasta la superficie del lago subglacial Vostok, a 3.766 metros bajo el hielo del corazón de la Antártida, ha terminado con el anuncio hoy de que los expertos rusos finalmente lo han hecho. La perforación ha alcanzado la superficie del lago. Las aguas aisladas durante más de 20 millones de años, que pueden albergar microbios adaptados a vivir en esas condiciones extremas, son ahora accesibles. Para los científicos es una oportunidad única de investigar, si existen, unos seres remotos que estarían aislados desde el pasado remoto; además, serían una pista importante acerca de si puede haber formas de vida similares en otros cuerpos del sistema solar, como Europa, la luna de Júpiter, que tal vez tiene océanos bajo su capa helada. Pero para muchos esa perforación no debería de haberse hecho hasta que no se tuvieran unas tecnologías capaces de evitar cualquier riesgo de contaminación.
Habrá que esperar para saber qué hay allí abajo porque los rusos han dicho que no tomarán muestras limpias del agua hasta diciembre de este año (el próximo verano antártico) y que el agua recuperada inmediatamente después de culminar ahora la perforación está contaminada con los productos químicos (lubricantes y anticongelantes) utilizados para hacerla, según informa The New York Times. Han brotado entre 30 y 40 litros de agua que se han congelado inmediatamente en el agujero de perforación, sellándolo, según han declarado los científicos de la base Vostok, en un comunicado oficial de la Expedición Antártica Rusa, liderada por Valery Lukin.
“Probablemente se trate del agua más pura y antigua del planeta. No tenemos pruebas directas, pero sí datos de que la superficie será estéril, aunque en el fondo del lago habrá formas de vida como termófilos y extremófilos [microrganismos que viven en condiciones extremas]”, ha declarado Lukin, informa Efe. El lago Vostok mide unos 250 kilómetros de largo y 50 de ancho y la presencia allí o no de microrganismos dependería, según argumentan los científicos, de si se formó cuando el continente blanco estaba ya helado o se formó antes de que se congelara.
De momento, y a la espera de los primeros resultados científicos, la perforación del Vostok sigue rodeada de la controversia de la contaminación. Los expertos rusos, que iniciaron estas perforaciones hace más de 20 años, estaban utilizando queroseno en las operaciones y, desde 2005, fue sustituido freón como anticongelante para avanzar los últimos metros hasta el agua del lago. La idea es que, nada más romper el último trozo de hielo que aislaba el lago, el agua sube por la presión y no se contamina nada más que el primer chorro. Pero muchos expertos ya habían sugerido que había que tomar medidas adicionales para garantizar la pureza del lago y que las muestras tendrían que recorrer más de tres mil metros de hielo agujereados con equipos contaminantes. En todo caso, segerían muchos, hubiera sido mejor hacerlo con agua caliente, como lo hacen los estadounidenses y británicos en sus proyectos de acceso a otros lagos bajo el hielo antártico, aunque no tan profundos, ni grandes ni emblemáticos. Pero los rusos descartaron la opción del agua caliente porque esa tecnología exige mucha energía, que no tienen en la base Vostok.
El temor de la comunidad científica a la contaminación logró detener durante unos años la perforación de los rusos, que se quedó parada a unas decenas de metros de la superficie del lago, pero los rusos retomaron el proyecto tras varios estudios e informes. Luego se retrasó la perforación final por problemas técnicos y, el año pasado, porque el invierno se echo encima antes de poder culminarla.
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