MAÑANA SE CUMPLEN 54 AÑOS DEL VIL ASESINATO DE LAS HERMANAS MIRABAL.
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LAS FOTOS DE LOS ASESINOS
Ramón Emilio Rojas Lora, Jose Alfonso Leon Estevez, Viterbo Alvarez .
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Las hermanas Mirabal fueron asesinadas el viernes 25 de noviembre del
1960 por mandato del entonces dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina. La
ejecución se produjo cuando las luchadoras antitrujillistas regresaban
de visitar a sus respectivos esposos en la cárcel San Felipe, de Puerto
Plata.
En junio del 1962 fue iniciado el juicio contra Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez Terrero, acusados de ser los autores materiales del múltiple crimen.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la estación Central en Ciudad Trujillo; Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao y bajo cuya dirección fue ejecutado el crimen; Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.
La Cámara Penal Nacional Dominicana condenó a los principales acusados a la pena máxima de 30 años de prisión, excepto a Ciriaco de la Rosa, quien fue sentenciado a 20 años.
Respecto al caso, Fafa Taveras relata que los sentenciados fueron llevados a la fortaleza Ozama y cuando explotó la guerra de abril de 1965, junto a Juan Miguel Román, del movimiento 14 de Junio, acudieron al lugar en una acción combinada con los militares comandados por el coronel Lora Fernández, pero ya los prisioneros no estaban allí.
“Fuimos directamente la gente del 14 de Junio a la cárcel, encontramos que habían abierto la cárcel, y no había ningún preso adentro”, narró Fafa Taveras.
Los asesinos de las Mirabal solo duraron dos años en prisión.
Un alto oficial logró sacar esa noche de la fortaleza a los asesinos de las hermanas Mirabal “y salieron en libertad y nunca más volvieron a ser detenidos”, manifestó el veterano dirigente revolucionario.
Qué pasó con los asesinos?
De acuerdo al exmiembro del Movimiento 14 de Junio, en el fondo, los verdugos de las Mirabal sobrevivieron protegidos por los gobiernos dominicanos, sobre todo por los del extinto expresidente Joaquín Balaguer, que protegió a algunos de ellos hasta dándoles empleo con otros nombres.
“Un ejemplo de ello es que en 1971, siendo yo un prisionero me llevaron al hospital Marión, por una dolencia, y allá me encontré con Rojas Lora, quien trabajaba para ese tiempo en la cementera”, sostuvo Taveras.
Precisó que Ciriaco de la Rosa murió en Boston, Estados Unidos, al igual que Alicinio Peña Rivera, quien también falleció fuera del país.
Sobre los demás, Fafa Taveras considera que “de seguro se han camuflado y tienen otras identidades y están vivos”.
Sin embargo, el escritor y poeta Tony Raful, en su libro Movimiento 14 de Junio: Historia y Documentos, afirma que Alicino de la Rosa, quien recibió la orden de matar a las Mirabal, residía en Puerto Rico y era pastor evangélico.
Indica que Emilio Estrada Malleta, quien ejecutó a María Teresa Mirabal, fue muerto en Haití junto a Johnny Abbes García al comprobarse que estaban metidos en un complot para asesinar al Presidente Duvalier.
Agrega que Ramón Emilio Rojas, quien se encargó de asesinar a Patria Mirabal, residía en un barrio de la capital , mientras que Ciriaco de la Rosa, quien mató a garrotazos a Minerva Mirabal, residió en Yamasá y se dedicaba a la actividad de curandero.
Tony Raful sostiene en su libro que Alfonso Cruz Valerio y Nelson Pérez Terrero, matadores de Rufino de la Cruz (el chofer de las Mirabal), también residen en República Dominicana, pero que mantienen un bajo perfil.
Rafael Viterbo Álvarez Corporán (Pechito) murió acribillado en San Cristóbal cuando conversaba con su amigo Papito Encarnación frente a una estación de gasolina en la avenida Libertad, en las proximidades del estadio municipal.
El peor legado de la dictadura
Fafa Taveras lamenta que después de la muerte de Trujillo, el país no haya sido capaz de ni siquiera conformar una Comisión de la Verdad, que reconstruyera los crímenes y los abusos de la dictadura, algo que en todas partes se ha hecho “y ahora, 50 años después se está planteando aquí”.
“Porque no solo es el informe de las devastaciones y los robos y de los muertos de Trujillo, sino los valores de la política, que están permeados de lo que fue la herencia de Trujillo”, puntualizó.
Agregó que cuando mataron a Trujillo y su familia se fue del país, las instituciones con las que él había gobernado se quedaron intactas.
“La Policía, la guardia, el prestigio que acumularon gente de la sociedad sirviéndole a Trujillo se quedó igual y aumentó , y entonces la forma de hacer política que la dictadura tenía como norma quedó como una referencia en un país que nunca criticó ni siquiera los hechos ni mucho menos la herencia cultural que había dejado la dictadura”, afirmó.
Señaló que el peor legado de Trujillo es la presencia que a nivel del alma de los políticos y del pueblo permanece de los valores y modelos de conductas políticas de aquella época.
“De creer (el político) que el poder te da licencia para todo; que tú organices la justicia para que te proteja, no para que alla justicia; que tú uses el poder para enriquecerte y a tus amigos, todo eso es parte de la herencia de Trujillo, que siguió de largo con Balaguer y que asimiló Leonel Fernández y que hoy es parte del desafío que tiene la democracia dominicana de echar hacia atrás”.
Texto: Johanna García para el periódico el día.
En junio del 1962 fue iniciado el juicio contra Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez Terrero, acusados de ser los autores materiales del múltiple crimen.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la estación Central en Ciudad Trujillo; Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao y bajo cuya dirección fue ejecutado el crimen; Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.
La Cámara Penal Nacional Dominicana condenó a los principales acusados a la pena máxima de 30 años de prisión, excepto a Ciriaco de la Rosa, quien fue sentenciado a 20 años.
Respecto al caso, Fafa Taveras relata que los sentenciados fueron llevados a la fortaleza Ozama y cuando explotó la guerra de abril de 1965, junto a Juan Miguel Román, del movimiento 14 de Junio, acudieron al lugar en una acción combinada con los militares comandados por el coronel Lora Fernández, pero ya los prisioneros no estaban allí.
“Fuimos directamente la gente del 14 de Junio a la cárcel, encontramos que habían abierto la cárcel, y no había ningún preso adentro”, narró Fafa Taveras.
Los asesinos de las Mirabal solo duraron dos años en prisión.
Un alto oficial logró sacar esa noche de la fortaleza a los asesinos de las hermanas Mirabal “y salieron en libertad y nunca más volvieron a ser detenidos”, manifestó el veterano dirigente revolucionario.
Qué pasó con los asesinos?
De acuerdo al exmiembro del Movimiento 14 de Junio, en el fondo, los verdugos de las Mirabal sobrevivieron protegidos por los gobiernos dominicanos, sobre todo por los del extinto expresidente Joaquín Balaguer, que protegió a algunos de ellos hasta dándoles empleo con otros nombres.
“Un ejemplo de ello es que en 1971, siendo yo un prisionero me llevaron al hospital Marión, por una dolencia, y allá me encontré con Rojas Lora, quien trabajaba para ese tiempo en la cementera”, sostuvo Taveras.
Precisó que Ciriaco de la Rosa murió en Boston, Estados Unidos, al igual que Alicinio Peña Rivera, quien también falleció fuera del país.
Sobre los demás, Fafa Taveras considera que “de seguro se han camuflado y tienen otras identidades y están vivos”.
Sin embargo, el escritor y poeta Tony Raful, en su libro Movimiento 14 de Junio: Historia y Documentos, afirma que Alicino de la Rosa, quien recibió la orden de matar a las Mirabal, residía en Puerto Rico y era pastor evangélico.
Indica que Emilio Estrada Malleta, quien ejecutó a María Teresa Mirabal, fue muerto en Haití junto a Johnny Abbes García al comprobarse que estaban metidos en un complot para asesinar al Presidente Duvalier.
Agrega que Ramón Emilio Rojas, quien se encargó de asesinar a Patria Mirabal, residía en un barrio de la capital , mientras que Ciriaco de la Rosa, quien mató a garrotazos a Minerva Mirabal, residió en Yamasá y se dedicaba a la actividad de curandero.
Tony Raful sostiene en su libro que Alfonso Cruz Valerio y Nelson Pérez Terrero, matadores de Rufino de la Cruz (el chofer de las Mirabal), también residen en República Dominicana, pero que mantienen un bajo perfil.
Rafael Viterbo Álvarez Corporán (Pechito) murió acribillado en San Cristóbal cuando conversaba con su amigo Papito Encarnación frente a una estación de gasolina en la avenida Libertad, en las proximidades del estadio municipal.
El peor legado de la dictadura
Fafa Taveras lamenta que después de la muerte de Trujillo, el país no haya sido capaz de ni siquiera conformar una Comisión de la Verdad, que reconstruyera los crímenes y los abusos de la dictadura, algo que en todas partes se ha hecho “y ahora, 50 años después se está planteando aquí”.
“Porque no solo es el informe de las devastaciones y los robos y de los muertos de Trujillo, sino los valores de la política, que están permeados de lo que fue la herencia de Trujillo”, puntualizó.
Agregó que cuando mataron a Trujillo y su familia se fue del país, las instituciones con las que él había gobernado se quedaron intactas.
“La Policía, la guardia, el prestigio que acumularon gente de la sociedad sirviéndole a Trujillo se quedó igual y aumentó , y entonces la forma de hacer política que la dictadura tenía como norma quedó como una referencia en un país que nunca criticó ni siquiera los hechos ni mucho menos la herencia cultural que había dejado la dictadura”, afirmó.
Señaló que el peor legado de Trujillo es la presencia que a nivel del alma de los políticos y del pueblo permanece de los valores y modelos de conductas políticas de aquella época.
“De creer (el político) que el poder te da licencia para todo; que tú organices la justicia para que te proteja, no para que alla justicia; que tú uses el poder para enriquecerte y a tus amigos, todo eso es parte de la herencia de Trujillo, que siguió de largo con Balaguer y que asimiló Leonel Fernández y que hoy es parte del desafío que tiene la democracia dominicana de echar hacia atrás”.
Texto: Johanna García para el periódico el día.
En
junio del 1962 fue iniciado el juicio contra Ciriaco de la Rosa,
Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y
Néstor Antonio Pérez Terrero, acusados de ser los autores materiales del
múltiple crimen.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la estación Central en Ciudad Trujillo; Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao y bajo cuya dirección fue ejecutado el crimen; Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.
La Cámara Penal Nacional Dominicana condenó a los principales acusados a la pena máxima de 30 años de prisión, excepto a Ciriaco de la Rosa, quien fue sentenciado a 20 años.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) en la estación Central en Ciudad Trujillo; Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao y bajo cuya dirección fue ejecutado el crimen; Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.
La Cámara Penal Nacional Dominicana condenó a los principales acusados a la pena máxima de 30 años de prisión, excepto a Ciriaco de la Rosa, quien fue sentenciado a 20 años.
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