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Folklore dominicano: En defensa del merengue de palo echao
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SANTO DOMINGO, República Dominicana, 30 de noviembre de 2014.- Aunque algunos investigadores consideran que el priprí no debe llamarse merengue de palo echao sino “palo amerengueao”, porque no lleva la base rítmica de la tambora como en el merengue tradicional, la primera directora nacional de Folklore Xiomarita Pérez considera que este ritmo festivo debe ser más apreciado por los dominicanos, por ser una música y baile que todavía tienen vigencia en Villa Mella y zonas aledañas.
Algunos
apuntes sobre las costumbres de los habitantes del Distrito Escolar No.
12 de las comunes de Villa Mella, La Victoria y Yamasá, recogidos por
Emilio Rodríguez Demorizi en su obra Lengua y Folklore de Santo Domingo
(1975) indican que ya para 1921 este baile se efectuaba “en espaciosas
enramadas fabricadas a propósito”.
“La rústica orquesta, que se compone de güira, balsié y
acordeón entona merengues y jaleos que son las delicias de la
concurrencia”, señalan los apuntes publicados por Rodríguez Demorizi.
El investigador y coreógrafo costumbrista René Carrasco,
en el Álbum de la Cueva Colonial, escribe: “El merengue de tambora, a
pesar de haberse originado en el Cibao, ha cruzado las fronteras
provinciales....”.
Esto significa, según Pérez, que existía, en ese entonces, otro tipo de
merengue tocado con balsié.
Pareja original (de la zona de Villa Mella) bailando priprí.
Otros investigadores señalan que el nombre de priprí no
tiene su origen en el conjunto que lo acompaña, sino en el sonido que
emite el balsié al ser tocado.
Sin embargo, Xiomarita dice que habría que seguir
investigando, en vista de que dentro de la música que recogió Edna
Garrido en el año 1947 en Estebanía, Azua, y que reposa en el Archivo de
Etnomusicología de la Biblioteca del Congreso, en Washington, se
encuentran grabaciones de priprí (música y baile) con esos instrumentos,
interpretadas por Ramón Amador y su orquesta, las cuales han sido
identificadas por la investigadora folklórica y recolectora de datos.
Al escuchar esas grabaciones, Xiomarita Pérez se percató
de que Ramón Amador, además de tocar priprí con el conjunto homónimo
también tocaba mangulina, carabiné y merengue y, no duda la
especialista, también interpretara valse y contradanza.
Este conjunto de priprí en el Sur, integrado por güira,
acordeón, balsié y pandero (muchas veces tambora), que interpreta
merengue, mangulina, carabiné, valse, comarca, hasta ranchera y
guaracha, es el mismo conjunto folklórico llamado “perico ripiao
(güira, tambora, acordeón y marimba) que interpreta merengue, pambiche,
etcétera, que antes acompañaba la polka y la mazurca en el Cibao.
Considera que es el mismo “perico ripiao” que en Villa
Montellano (Puerto Plata) y otras zonas aledañas le decían “güiri-güiri”
y “guribalsié”, este último término de origen haitiano.
Recuento
Los únicos priprí que Pérez conoce y que fueron grabados por dos
merengueros populares son “Las mujeres” de Dionisio Mejía (Guandulito) y
“Marola”, por Joseíto Mateo, ya que el “Marola” que interpreta Isidoro
Flores es un merengue tradicional, no un priprí.
Cuando Luis Días expresó en el año 1999 en una
entrevista que “descubrió” el abuelo del merengue, refiriéndose al
priprí, balsié o merengue de palo echao, ya Heriberto Germán (Nicito) lo
interpretaba, antes de los años 30 en Manoguayabo, con los mismos
instrumentos musicales característicos: balsié, instrumento clave en el
conjunto, acordeón y güira metálica. Solo tres priprí están recogidos en
el disco compacto “Jaleo dominicano, homenaje a Luis Días” (1999).
La maestra de baile expresa que en el priprí, la güira
es la que marca el ritmo en los bailadores (la güira va lineal) y la
coreografía es circular, donde las parejas giran contrario a las
manecillas del reloj.
El grupo de proyección folklórica que hizo el primer
montaje del baile fue el Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD) en los años 70.
La periodista e investigadora folklórica propone a los
merengueros retomar la idiosincrasia del dominicano, recreando las
coplas, plenas y otras expresiones orales (así como la música) y
convirtiéndolas en ritmos bailables, como hizo Luis Días y en la
actualidad hacen Kinito Méndez, Juan Luis Guerra y Johnny Ventura, que
han tomado el folklore para hacer música dominicana.
Fuente: Listín Diario
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