El lastre de la economía
- Mass Flourishing: how grassroots innovation created jobs, challenge and change
Edmund S. Phelps
378 páginas
Princeton University Press, 2013 (en inglés)
Dinamismo e innovación: bases del modelo económico capitalista moderno
Edmund S. Phelps hace un análisis histórico del sistema capitalista para conocer las causas de su deterioro y las claves para su regeneración. El autor defiende que los estudios de economía del siglo xix constituyeron el modelo económico actual. Se produjo un florecimiento único del individuo, que se guiaba por su creatividad e intuición. Los conceptos de dinamismo e innovación sirvieron de base para la construcción del modelo capitalista. Aumentó la productividad y los niveles de vida, mientras que la naturaleza del trabajo y el sentido de la vida adoptaron un nuevo significado.
A pesar de las desigualdades que generó el sistema, criticadas ferozmente por Marx, el sistema capitalista aportó grandes beneficios a la humanidad. La concepción del trabajo cambió radicalmente y se convirtió en una actividad que podía satisfacer las necesidades intelectuales de la población e, incluso, aportar alegría. Este cambio de mentalidad se vio reflejado en el arte, la literatura, la música y la filosofía, creando una nueva cultura que permitiría el nacimiento de la economía moderna. Estas innovaciones encontraron en las nuevas instituciones económicas y políticas el respaldo que necesitaban. La democracia representativa, por ejemplo, garantizó el derecho a la propiedad y promovió la confianza en uno mismo tan necesaria para renovar las estructuras existentes.
Socialismo y corporativismo: enemigos de la economía moderna
En la segunda parte de su libro, Phelps estudia la impopularidad del capitalismo moderno en el siglo xx y las corrientes que surgieron como alternativas al modelo. Tanto el socialismo como el corporativismo florecieron en Estados Unidos y Europa, lo que supuso el fin del auge vivido hasta entonces.
El socialismo criticó las desigualdades que sufría el proletariado en este nuevo modelo. Aunque ya en el Manifiesto Comunista, Marx y Engels denunciaron las condiciones de vida de esta clase social. Phelps ahora señala que el modelo económico propuesto por los socialistas era débil y poco concreto. Promovía el estancamiento, puesto que no ofrecía a los obreros ningún incentivo para superarse en su trabajo, y tuvo efectos catastróficos para la economía y el individuo.
No obstante, la crítica del autor se centra en el corporativismo, al que responsabiliza directamente de la actual situación económica de Europa y EE UU. Los corporativistas criticaban el modelo capitalista por la ausencia de un líder que estableciera una dirección común y concreta. También proponían la recuperación de los valores más tradicionales. Benito Mussolini fue el primero en poner en práctica estas ideas. Como se creía que la unión de todos llevaría al progreso de la sociedad, el Estado se convirtió en guía supremo de toda actividad y controlaba a las empresas privadas para aumentar su productividad. La Alemania nazi o la España franquista se convirtieron en regímenes totalitarios al aplicar el modelo corporativista.
En la actualidad, el modelo corporativista sigue vigente, aunque ha sufrido algunas transformaciones. El Estado ya no actúa de guía, sino que las grandes empresas le pagan para que redirija la actividad. Según el autor el modelo corporativista no funciona, ya que la oposición a la propiedad privada de las empresas refleja un pobre desarrollo económico. Además, este patrón ha llevado a las cuatro grandes potencias europeas (Alemania, Italia, España y Francia) al estancamiento. Ahora basan su crecimiento en avances externos, especialmente en los de Estados Unidos. La innovación que tantos beneficios aportó a finales del siglo xix y principios del xx ya quedó atrás, uniendo el destino de Europa al de EE UU, como se comprobó en la crisis de 2008.
Las claves para la regeneración del modelo capitalista
Edmund Phelps enumera las causas del declive de la economía, entre ellas la falta de dinamismo. Fueron las decisiones de los gobiernos las que llevaron a la crisis de 2008 y empeoraron la situación al negarse a reconocer la realidad. Como resultado, la sociedad ha enfermado y el electorado asume que los políticos no dirán la verdad.
Los valores tradicionales y el corporativismo son un lastre para el florecimiento de la economía, puesto que frenan la competitividad y suprimen la motivación para innovar. Para el autor, deben producirse cambios estructurales y culturales profundos a la mayor brevedad para que la economía vuelva a prosperar. Por ejemplo, los gobiernos tienen que aprobar políticas que fomenten la innovación y cambiar las leyes de propiedad y de la empresa. En cuanto al personal funcionario, resulta indispensable que haya trabajado en empresas con anterioridad y que reciba educación económica orientada a su trabajo.
El sector privado también debe renovarse, en especial las empresas, los bancos o los sindicatos. Los directores de las empresas deberían recibir un salario menor para incentivar que centren sus esfuerzos en estrategias a largo plazo y eliminar el cortoplacismo existente. En lo que respecta a los bancos, deben revisarse a conciencia y establecer regulaciones que eviten las prácticas de riesgo. Los sindicatos también son objeto del análisis de Phelps, puesto que les acusa de reducir la innovación y apuesta por revisar sus cimientos por completo. El autor hace especial hincapié en la necesidad de promover la cultura como base sólida de la economía. Valores como la creatividad, la curiosidad, el vitalismo y el individualismo garantizarán la buena vida de los ciudadanos.
La reseña original ha sido publicada completa por ESADEgeo, el Centro de Economía Global y Geopolítica de ESADE.
Edmund S. Phelps obtuvo el premio Nobel de Economía en 2006. En la actualidad, es director del Centro de Capitalismo y Sociedad de la Universidad de Columbia. Entre sus obras destacan Designing Inclusion, Rewarding Work y Seven Schools of Macroeconomic Thoughts.
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