RUMBOS DE ÉTICA
Fuente: este articulo fue escrito por Ramón Antonio Espinal Rosario
(Van Elder Espinal) el día 30 de enero de 1937, para El Observador,
año I. No. 25.
Esos nobles arranque de bondad, de juicios y de
amor a la verdad, como que emergen a
veces de un fondo misteriosamente irrevelado. Y es como para dejar entrever, que el hombre lleva consigo y en su interior, una
cantera de virtudes civilistas.
Todo moralista,
ya proceda de la escolástica religiosa o de la racionalista, se propone
hacer constantes en el individuo, esos
nobles chispazos que en ciertos momentos enaltecen la personalidad humana, situándola
por encima del entesto hermosimio
antropoideo.
Pero le detiene un valladar. La humanidad
adolecente de una persistente e irreductible perversidad, es refractaria al
bien. Y he aquí cómo surge la cuestión
de profundidad en las raíces del Mal para contrarrestarlo.
Estamos ante la concepción
teologal de la primigenia del maleficio. Se inventa una rebelión angélica. Derrotadas
las legiones réprobas, Luzbel fue proscrito. Desde entonces, el infierno es el cuco adstrato con
que los moralistas religiosos pretenden
en vano suprimir el Mal
¡Inmenso drama
doctoral encumbrado como para servir de comedia alegre a cualquier teórico
de Vaudeville!. Estudiamos, ahora, el primer trágico evento de la leyenda bíblica: Se favorece a Abel, y se menosprecia a Caín: y éste de muerte a
aquel. Caín se disculpa. Quien hizo la dádiva suscrito el egoísmo y
provocó la envidia.
Desde entonces
discurren, pasan, pasan los siglos desenvolviendo esa gama de pasiones protervas que muestran sus horrores en el drama imperecedero de
Alighieri
El hombre devora
al hombre. Una permanente conflagración de intereses opuestos no da tregua al ejercicio de la maldad. Y a sus consecuencias
disolventes.
Los unos
egoístas, los otros envidiosos. Cada quien con su moral. Porque la moral no ha sido
una e inamovible. Hay la moral del escolástico y la del libre pensador; la moral del plutócrata y la del ilota asalariado. Es decir, que los
principios de ética social han estado subordinados a las varias conveniencias
de los individuos.
De ahí, el parto
de una moral teológica que robusteció durante épocas seculares el derecho
divino del trono y del altar. La humanidad no ha encontrado aún las rectas
normas de la convivencia.
“La Sociología—nos
dice el ilustre publicista suizo
Ludwig Stein—no es en modo alguno favorable a las actual escrutara
social, religión, instituciones, leyes, por
cuanto aquella se funda en los derechos
sensibles, demostrados, y la actual organización social en innumerables prejuicios supersticiosos,
exclusivismos y absurdos, todos ellos signos de
un estado social de inferioridad y de incultura”
La sociedad
presente conserva encubiertas, las características
de la zarpa troglodita; medio ambiente
que favoreciendo al despertar de
los herederos y perversos instintos atávicos
de la especie, que duermen en el subconsciente individual, imposibilita
el desarrollo efectivo y acelerado de las virtudes generosas, en las cuales
reside el anhelado y supremo bien.
Vencida en sus
últimos reductos, la moral dogmática,
entrevemos ya la ciencia,
positiva, concreta y experimental, que
interroga la naturaleza, -a decir de Bacón- elaborar la sola ética del porvenir, que inspirada por las virtuales conveniencia e intereses
universales, sea capaz de lograr la revisión integral de la sociedad, y de encaminar una humanidad menos perversa y
egoísta hacia una indeterminada, pero segura perfección cósmica
Nota. de U. Solís.
Por considerar que este escrito de
1937, refleja aún hoy, en la
actualidad lo que es la
sociedad dominicana hoy día, donde los valores humanos se ha
ido por la borda y que nos enrumbamos
hacia el despeñadero moral por las
ambiciones, es querido llevar a los amigos lectores este pequeño
aporte, del pensamiento de un ser extraordinario que
lucho hasta el final sus días , por el
ideal de libertad, acecinado
en 1945 por orden de Trujillo, su
cuerpo jamás apareció, con apena 39 años de edad. Vegano, nacido en 1906. Un hombre
comprometido con los mejores intereses de la clase trabajadora.
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