Transculturación y aculturación. Fragmento.
Fuente;
Luis Alejandro Peguero Guzmán. El
Folk- Life, Conservadurismo y los procesos de la dinámica cultural: Sincretismo
y Transculturización. Boletín del Museo
del Hombre Dominicano. No. 28. Núm. XXVII. Año 2000 Santo Domingo. Pág. 120 y
sig.
Cuando Fernando Ortiz
publica su obra Contrapunteo Cubano del
Tabaco y el Azúcar. (La Habana. Ed. de
Ciencias Sociales, 1983), el
concepto que predomina para describir los procesos que promovían el
cambio cultural y las mutuas influencias
entre cultura era el de:
aculturación. A partir de esa obra, se
introduce un término que matizará la naturaleza del proceso aculturativo,
transparentando un fenómeno de reciprocidad en la transferencia de diversos
sistemas culturales, implicando transformaciones mutuas manifiestas en el
consciente o el inconsciente colectivo. El nuevo término se conoce como:
transculturación.
En ambos casos, los
términos pretenden definir los tipos de cambio cultural a que puedan ser
sometidas dos o más culturas separada y con
cierto grado relativo de autonomía. Es por esto que algunos autores
asumen ambos términos como sinónimos. Sin embargo, “transculturación” implica
un cierto grado de reciprocidad de las influencias culturales entre las sociedades
implicadas en el proceso. Acerca del vocablo “aculturación”, Boronislaw Malinowki, escrita en 1940: “La voz aculturación
contiene todo un conjunto de
indeterminadas e inconvenientes
implicaciones etimológicas. En un
vocablo etnocentrico con una significación moral”. (Ver introducción de Boronislaw Malinowki, a la primera edición de
la obra Contrapunteo Cubano del Tabaco y el Azúcar, de Fernando Ortiz).
La mayor parte de las
veces, los investigadores ponen mayor atención sobre el impacto aculturativo
que se verifica en el interior de la sociedad sometida. Por ejemplo; siempre se habla y entiende el proceso de aculturación que se
verificó entre los colonizadores y los
más antiguos pobladores de la isla donde se produjo un cambio social y cultural
cuyas consecuencias son de todas conocidas.
Sin embargo, nadie ha ponderado suficientemente el proceso
“transculturativo” que se verificó entre
las costumbres adoptadas por los
europeos en estas tierras desde 1492 Colonizadores quienes generalmente,
se incorporaron a las costumbres, normas alimentarias y matrimoniales propias
de los aborígenes, no sin antes propiciar un cierto nivel de reelaboración
social. Además no se ha ponderado el impacto cultural promovido hacia el interior
d la cultura occidental conocida hasta el
momento del contacto universal entre culturas impacto que reformuló profundamente las
formas de vivir de todas los pueblos del mundo.
La transculturación
por otra parte resulta ser un vocablo
más apropiado para reflejar la naturaleza
compleja del intercambio cultural donde se promueven nuevas fórmulas culturales
y nuevos perfiles sociales, como propusiese Riveiro (Darci Ribeiro, introduce la categoría de “ Pueblos Nuevos”,
mediante el cual intenta explicar la naturaleza de las sociedades del Nuevo
Mundo a las cuales también llamó “
Sociedades Emergentes”), al formular
las categorías del pueblo nuevos
o pueblos emergentes
La síntesis, la
transculturación implica en las palabras de Malinowski;
“Un proceso en el cual
ambas partes de la ecuación resultan modificadas. Un proceso en el cual emerge
una nueva realidad que no es una aglomeración mecánica de caracteres, ni siquiera un mosaico, sino un fenómeno
nuevo, original e independiente”. La aculturación, transculturación y
sincretismo, son procesos culturales que implican transformaciones generales o
particulares en el perfil o los perfiles
culturales de las sociedades que protagonizan el contacto que da pie a estos procesos. Las
diferencias entres estos términos, se
puede sugerir, radican en magnitud dirección o especialización del cambio socio-cultural.
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