Historia Antigua V

Civitas Igaeditanorum
Idanha–a–Velha es una de las aldeas históricas de la provincia de Beira Interior, comarca de Castelo Branco (Portugal), que se sitúa junto al río Pônsul. En la actualidad, es una freguesia de unos 20, 98 km², que depende del concelho de Idanha–a–Nova.
El origen de la ciudad romana podría vincularse a la existencia de una ocupación previa del lugar en época indígena y prerromana, que se consolidaría a lo largo del siglo I a.C., como un asentamiento estable con funciones administrativas. Sin embargo, las evidencias arqueológicas más antiguas documentadas se enmarcan cronológicamente al final de época republicana. Se trata de un edificio de función desconocida que fue destruido para la instalación del foro romano durante la fase de monumentalización urbana que tuvo lugar en época augustea, coincidiendo, tal vez, con el proceso de su delimitación o demarcación territorial. Del mismo modo, la referencia epigráfica más antigua conservada en relación a la ciuitas es una inscripción, quizá del 16 a.C., que conmemoraba la donación de un reloj de sol (orarium) a los igaeditanos por el emeritense Quintus Iallius.
La utilización del título de magistrati para denominar a los funcionarios locales, indicaría probablemente su estatuto jurídico de ciudad peregrina o estipendiaria, aunque como numerosos centros urbanos hispanos obtendría el rango de municipium durante el ius Latii de Vespasiano hacia el 70–71 o 73–74 d.C.
La ciuitas Igaeditanorum, integrada en la provincia romana más occidental del Imperio, Lusitania (conventus Scallabitanus), quedó configurada con un amplio territorio que abarcaba parte de la cuenca hidrográfica del Tajo (Tagus), donde se conocen varias explotaciones auríferas, y gozó de una situación geográfica privilegiada en plena vía de comunicación entre Emerita Augusta y Bracara Augusta. El importante conjunto epigrafico recuperado, sobre todo de epigrafía honorífica y funeraria, constituye en la actualidad el principal testimonio de la prosperidad del centro urbano y de las élites locales en época altoimperial. De hecho, la ciudad participó en la financiación del puente de Alcántara, construido entre el 104 y 106, para hacer pasar la vía que unía Norba y Conimbriga. De la ciudad romana se han documentado el templo y algunas estructuras del foro, unas posibles termas situadas al sur del centro monumental, una vía al oeste (¿Decumanus maximus?) y una necrópolis en la zona septentrional a las afueras del centro urbano junto a la citada vía Emerita–Bracara. En cuanto al foro, se elevó sobre una plataforma rectangular sustentada por potentes muros con contrafuertes, cuyo lateral occidental se encuentra preservada hoy en el «Quintal da Torre». A la arquitec- tura doméstica de la ciudad altoimperial pertenecen los alzados estucados y pavimentos de mosaicos documentados en el «Quintal do Lagar», que corresponden a la parte oriental del atrium de una domus del siglo I d.C., de planta rectangular y con un estanque central columnado, reformada en el siglo II, y en uso hasta el siglo el siglo IV ).
La muralla actualmente visible, sin embargo, se construyó en un momento posterior, que la investigacion ha propuesto fijar cronologicamente entre finales del siglo III e inicios del siglo IV d.C. Se trata de un recinto fortificado con 745 m de perímetro que rodea un espacio intramuros de 5 hectáreas . Su construcción supuso una reducción de la superficie urbana altoimperial, como así parece confirmarse en su lienzo meridional que apoya directamente sobre la citada domus de los siglos I–II d.C., aunque aún se desconoce la extension que llegaría a alcanzar el área habitada y urbana altoimperial. Del nuevo recinto amurallado, sobresale la Puerta Norte o de Monsanto que, como sucede en los accesos de otras murallas hispanas coetáneas, está flanqueada por dos torres de planta semicircular . En el tramo suroeste, se abre una poterna junto a la torre rectangular que flanquea la Puerta Sur o del Pônsul , ya que en época romana salía desde este lugar la calzada que conducía al río del mismo nombre, salvado por un puente sobre el que pasaba la vía que unía Emerita y Bracara por Viseum.

Domus altoimperial anulada por la construccion de la muralla.

Mirando por encima del río Ponsul se descubre el origen del Puente Romano, vincular los ejes viales importantes entre Mérida (Emerita Augusta) y Braga (Bracara Augusta), quien tuvo varias reconstrucciones a lo largo de la Edad Media.
Respecto al paisaje, y los elementos que estructuraban el territorio y motor de los recursos económicos de la ciuitas Igaeditanorum , es significativo el testimonio aportado por el cronista andalusí al–Razi en la primera mitad del siglo X. Además de la viabilidad, alude al control que Idanha ejercía sobre unos campos fértiles que producían cereal y vid, que se utilizaban para la caza; es decir, un sistema estructurado de bienes de producción, explotación y consumo que sería muy similar al modelo romano vigente durante siglos anteriores. El territorium de la ciudad se encontraba igualmente articulado por múltiples asentamientos rurales de tipo secundario. Es el caso de la actual aldea Capinha (Fundão), al norte de Indaha–a–Velha, donde se ha constatado el cruce de varias vías de comunicación importantes que, junto a la recuperación de varios testimonios, inducen a pensar en la existencia de una statio en este lugar. Otros enclaves rurales próximos a la ciudad son el oppdium de Aritium Vetus (Alvega, Abrantes) y las villae de Quinta Nova y Vale do Junco (freguesía de Ortiga). Por las fuentes epigráficas se conoce el vicus Venia (Meimoa/ Canadinha), que al parecer se encontraba localizado al margen de otra vía y una explotación aurífera entre las actuales Ribeira de Bazágueda y la Sierra de Malcasa.
No será hasta el siglo VI cuando la ciudad de los igaeditani aparezca por primera vez denominada con el nombre de Egitania. Se trata del concilio de Lugo de 569, presidido por Martín de Dumio, que subscribe el obispo Adorius o Adoricus. Probablemente la creación de esta nueva sede se debiera a una escision del obispado de Conimbriga, siguiendo las mismas pautas de division del territorio diocesano documentadas, según las fuentes escritas , en otras zonas de Hispania, para una mejor gestión y administracion fiscal de la red episcopal . Sin embargo, a pesar de este testimonio, se ha cuestionado el momento exacto de creación de la sede episcopal, puesto que algunos autores la relacionaron con el rey suevo Teodomiro, ya desde el I Concilio de Braga de 561, su conversión al catolicismo y con la necesidad de crear nuevos obispados para la administración del territorio existente entre Viseo y Coria.
Referente a su extensión, la diócesis limitaba al norte con las sedes episcopales de Lamego y Viseo , al sur con la de Évora, al oeste con Coimbra y Lisboa, y al este, con los obispados de Salamanca y Coria. Transitoriamente, además, el obispado formó parte del reino suevo, hasta que el metropolitano emeritense Oroncio, según las actas del X Concilio de Toledo (656), pudo reintegrarla en el grupo de diócesis lusitanas. De ahí también su inclusión en el Parrochiale Suevum, que atribuye cinco parroquias rurales a la jurisdiccion eclesiástica de Egitania. Otra referencia significativa sobre la restitución de las fronteras del reino suevo en la Lusitania septentrional es el Concilio de Mérida de 666, donde el obispo Selva reclamó la devolución de parte de unos territorios de su diócesis que habían pasado a la sede salmanticense.
La evidencia material, por su parte, desvela que el principal referente urbano y sacro de la ciudad en estos momentos fue el grupo episcopal, que se ha localizado intramuros junto al tramo sur de la muralla bajoimperial . Tampoco se descarta la presencia de una ceca tardoantigua desde el reinado de Recesvinto (649–672), además de haberse encontrado un triente de oro del mismo monarca, pero acuñado en Hispalis , y otro de Rodrigo (710–711) con la leyenda «+ EGITΛNIΛPIVS» en el reverso.
Con la llegada de los árabes en 713, Idania, Exitania o Antaniya, según los textos, situada en la frontera norte de la marca inferior, experimenta una nueva transformación urbana, pero mantuvo su prosperidad económica, administrativa y militar en los siglos IX y X como capital de kura. Incluso, la ciudad, con un perímetro de 700 metros en un área de 5 hectáreas, pudo contar un índice de población relativamente elevado, de unos 1000 habitantes, según se deduce de las informaciones aportadas por las fuentes islámicas . Algunos historiadores son de la opinión de la marcha de los obispos de Egitânea a Penamacor y, siguiendo las dinámicas conocidas en otras sedes episcopales, de la teórica adaptación en mezquita de la iglesia episcopal tardoantigua que, por otro lado, no ha sido identificada hasta la actualidad, ya que los argumentos de su ubicación en el templo actual no son concluyentes.
Del mismo modo, se ha supuesto que el mismo espacio destinado a iglesia y mezquita, fuera nuevamente consagrado al culto cristiano, cumpliendo funciones catedralicias, cuando la plaza fue reconquistada por Sancho I. De hecho, poco después, reaparece un obispo egitanense en la consagración de la catedral de Santiago de Compostela en 1128. A finales del siglo XII, Idanha–a–Velha pasó a ser una villa, abandonando también su estatus episcopal cuando el obispado se traslada definitivamente a Guarda en 1199. En 1244, es cedida por Sancho II a la Orden de los Templarios, que se encargó de fortificar el antiguo templo del foro romano , construyendo una torre sobre su podium e intentando remediar, sin éxito, la situación de decadencia y despoblación a la que gradualmente había llegado Idanha tras la pérdida de la sede episcopal. Por último, la Crónica Albeldense hace referencia igualmente a una intervención de Alfonso III Idanha.
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Puerta Norte de la Ciudad


Detalle de la reutilización de los materiales romanos de expolio en la construcción de la muralla (tramo occidental).

Puerta sur de la ciudad

Vista de las estructuras documentadas en el Paço dos Bispos desde el lienzo occidental de la muralla.

Vista de las estructuras del conjunto episcopal desde el norte.
El interés científico de Idanha–a–Velha reside precisamente en la ocupación ininterrumpida de diversos pueblos y culturas que han legado un valioso patrimonio histórico y arqueológico. Desde el Renacimiento, los humanistas se vieron atraídos por la colección de epigrafía latina que custodiaba esta pequeña po- blación, y por la exploración y conocimiento del pasado de Egitânia . Sin embargo, no será hasta finales del siglo XIX– primeros años del siglo XX cuando José Leite de Vasconcelos y Félix Alves Pereira realicen los primeros estudios monográficos de carácter científico sobre la ocupación de época romana y la producción epigráfica latina.
Después de un largo paréntesis, las investigaciones fueron reemprendidas a principios de los años 50 del pasado siglo XX por Fernando de Almeida, profesor de la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa . Las excavaciones arqueológicas que ininterrumpidamente llevó a cabo Almeida en el entorno de la Sé-Catedral entre 1955 hasta mediados de la década de los años 70, posicionaron las estructuras encontradas en Idanha–a–Velha entre los conjuntos arqueológicos más importantes en el ámbito de la arqueología medieval de Portugal, siendo declarados «Inmueble de Interés Público » y «Monumento Nacional». Su libro «Egitânia. História e arqueologia » (1956) ha constituido, hasta hace algunos años, la única síntesis monográfica sobre la ciudad.
Al iniciar los primeros trabajos arqueológicos, la iglesia era un edificio en ruinas y semienterrado que había servido durante un siglo al cementerio de la aldea. También Almeida acometió la excavación de los solares situados al oeste y al sur de la Sé. Por un lado, bajo el terreno de cultivo de un olivar aparecieron numerosos muros, claramente de épocas dis- tintas, que nunca fueron diferenciadas con rigor por su excavador, quien solamente los interpretó como el palacio episcopa. Entre los restos más próximos a la iglesia actual se documentaron algunas sepulturas definidas como «paleocristianas o medievales», pero la necrópolis episcopal que estaría relacionada con este espacio todavía no se ha localizado. Por otro lado, al sur, se puso al descubierto en 1962 una piscina bautismal de planta cruciforme y algunas otras estructuras significativas que se adscribieron a la iglesia episcopal tardoantigua, pero sin una coherencia comprensible tanto de la planta como de la orientación del edificio de culto.

Entre las nuevas construcciones documentadas en la zona norte al exterior de la Sé, destaca otro nuevo baptisterio, de planta rectangular con dos peldaños en los extremos, que se ha fechado a finales del siglo IV o en el siglo V; unos muros tardoantiguos alineados con la fachada este y norte de la Sé, a los que parcialmente se superponen otros muros pertenecientes, al parecer, al nártex de un edificio del siglo IX.

Investigaciones recientes han rebatido en múltiples ocasiones la veracidad de algunas de las hipótesis formuladas por F. Almeida, sobre todo de aquéllas referidas a los orígenes de la iglesia, que él pretendía fechar entre mediados del siglo VI y la séptima centuria. Sus argumentos eran, por un lado, la distinción de una hilera de sillares en la parte inferior de los alzados del edificio de culto, que adscribió a la fase episcopal inicial; y por otro, la recuperación de decoración y material litúrgico tardoantiguo en las excavaciones realizadas en el interior del templo , caso de una columnita de balaustrada. En el lado sur de la iglesia actual (cercano al baptisterio meridional), se documentaron pequeños pilares, tres pilastras de mármol o barroteras de cancel, y en el lado norte de la Sé al rebajar el suelo, una placa rectangular identificada como mesa de altar que contaba con una cavidad para albergar una lipsanoteca . A ellas hay que añadir una ara de altar tardoantigua (siglo VII) que reutilizaba un pedestal romano dedicado a Marte, con loculus rectangular de escalón para custodiar reliquias.

Fachada Norte de la Sé–Catedral.
La Sé de Idanha–a–Velha, que ha sufrido múltiples transformaciones a lo largo del tiempo, es una reconstruccion de finales de la Edad Media de la que se conocen reformas en el siglo XVI que están incluso documentadas por testimonios escritos. Su distribución en tres naves con orientación nordeste–suroeste ha llamado la atención de los especialistas puesto que no se ajusta canónicamente ni a un templo cristiano ni a uno islámico.
En este sentido, C. Torres, por ejemplo, ha reivindicado el origen mozárabe del edificio actual, al igual que M. Real, pero construido sobre uno más antiguo no documentado que condicionaria el desarrollo de su planta, aunque C. Torres, y también P. Fernandes, consideran que hubo una mezquita previa del siglo IX


Reutilización de material romano y epigrafía altoimperial en los alzados de la iglesia actual.
la Iglesia de Santa María de Idanha–a–Velha.La Sé de Idanha–a–Velha emplea abundante material romano como fustes y basas que habrían sido recuperados con anterioridad para ser utilizado en la construcción de los edificios cristianos de la Antigüedad tardía. Por un lado, aprovecha como cimentación el nivel geológico de pizarra y la existencia de varios muros que pertenecen a fases anteriores sin que conozcamos su cronología
Los procesos de transformación, continuidad y ruptura que modificaron el paisaje urbano de la antigua ciuitas Igaeditanorum, fueron comunes a los cambios producidos en las ciudades del mediterráneo occidental . En este panorama, Egitania constituye un ejemplo excepcional por disponer de un valioso patrimonio arqueológico del que destacaríamos la preservación del grupo episcopal tardoantiguo, que ya en el siglo XV y XVI estaría completamente cubierto por otras ocupaciones como demuestra la existencia de una escalera (de fecha incierta) por la que se accedía al adarve de la muralla, y la documentación de una sepultura perteneciente a este periodo

Escalera de acceso al adarve de la muralla de época renacentista o posterior.

En el entorno de la capela de San Sebastião fue hallada una necrópolis romana, quizá también utilizada como tal durante la Antigüedad tardía, a la que pudieron pertenecer las fosas simples, cistas con paredes de ladrillo y piedra allí constatadas, y los sarcófagos de granito expuestos hoy en el «Paço dos Bispos».

La colección epigráfica romana de Idanha-a-Velha es una de las colecciones más grandes y representativas del país, se reunieron en diversas etapas de exploración arqueológica de la aldea.

Epigrafía y elementos de decoración arquitectónica romana recuperados durante las excavaciones en el Paço dos Bispos.
EPIGRÁFICO MUSEO EGITANIENSE (IDANHA-A-VELHA)
Los Archivos epigráficos, ubicadas en el patio de la antigua almazara en el sector suroeste del pueblo, fue creado para mostrar selectivamente esta colección, que estaba previamente en la antigua Catedral.El proyecto del museo para este espacio permitió que el estudio y la publicación de esta importante colección epigráfica, así como la exposición Verba Volant, Scripta Manent (palabras vuelan, los escritos permanecen).
Su muestra son 86 piezas, un total de 210, la armonización de las técnicas expositivas tradicionales con tecnología multimedia.

El cuidado en el rigor científico se entendió que era necesario promover la accesibilidad efectiva a contenido epigráfico a un público más amplio, por lo que ideó un viaje interactivo donde la tecnología sirve para el propósito de contextualizar e interpretar las partes expuestas.

El proyecto promueve el uso y la apreciación de los recursos patrimoniales indígenas a través de la investigación científica, la preservación del patrimonio arqueológico y la aplicación de nuevas tecnologías para satisfacer las demandas de un recorrido calificado que desea para el sitio.


Placa enmarcado en monumento funerario de mármol enviado a la Curia por Vital para su marido y ella misma.

El estudio de los parámetros registrados en decenas de inscripciones romanas entre16 aC y el siglo IV. En este trabajo se presenta el conjunto actualizado de la epigrafía de Idanha-a-Velha y su región (Idanha-a-Nova) que consiste en docenas de entradas, de las cuales 163 son funeraria, votiva 50, 15 monumental, 2 honorífico, miliarias 3, 3 anepígrafas indeterminadas y 36, un total de 274 piezas, que no entre forjaron 6, que es el país más grande nucleo epigráfica. El contenido de este valioso cuerpo epigráfica, que nos proporciona información sobre las características sociales de los residentes, muchos de ellos con sus nombres lusitanos característicos, que especifica, por ejemplo, igual a la media con edades que murieron a los 36 y 37 años; todavía hay indicios de militar, la política administrativa y la religión, que tratan a sí mismos-a saber, la coexistencia de los dioses romanos adoración, romana e indígena a indígena epíteto que sigue el culto imperial ".
La Torre de los Templarios, construcción militar del siglo XIII, se construyó en el foro romano (siglo I), en el podio - los restos de un templo romano, posiblemente dedicados a Venus.Este punto más alto, está dominado con un panorama excepcional del paisaje de la aldea. Al sur del foro, estaban los baños, las dimensiones de las estructuras que ya se supone que se han excavado permiten un edificio público.

Torre medieval que reaprovecha como base el podium del templo del foro romano. Vista desde el oeste.
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