sábado, 25 de octubre de 2014

Chaljub denuncia desprecio a merengue típico y maltrato a María Díaz en el Show del Mediodía

Chaljub denuncia desprecio a merengue típico y maltrato a María Díaz en el Show del Mediodía


Por Rafael Chaljub Mejía. 24 de octubre de 2014 - 3:00 pm
 
 http://acento.com.do/2014/cultura/8188258-chaljub-denuncia-desprecio-a-merengue-tipico-y-maltrato-a-maria-diaz-en-el-show-del-mediodia/
 
Vaya de paso mi solidaridad y mi desagravio a Mar
ía Díaz. Como su amigo y compueblano, como su admirador y seguidor de su música y su canto



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SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Rafael Chaljub Mejía, denunció que en el programa de televisión El Show del Mediodía se despreció al merengue típico y se maltrató a una de las importantes representantes de ese género, María Díaz.
En una comunicación en que pide la atención de Augusto Guerrero, Chaljub Mejía reclama un desagravio para la joven acordeonista y merenguera.
“Algunos de los productores empezaron a maltratar el merengue típico, apocándolo, restándole valor en los términos más desconsiderados, sin reparar ni mucho menos que estaban ante una de sus más destacadas intérpretes y que de esa forma también la injuriaban y la maltrataban a ella”, expresó Chaljub Mejía.
“Aquello fue de muy mal gusto y desdice demasiado del concepto con que al país le consta, fue concebido el Show del Mediodía bajo la rectoría de don Augusto Guerrero”, precisa.
A continuación la comunicación de Rafael Chaljub Mejía:



A la atención de Augusto Guerrero y en desagravio a María Díaz
Rafael Chaljub Mejía
Hace varios días la acordeonista María Diaz fue invitada al Show del Mediodía y en plena actuación, ante la pasividad cómplice del director del programa y sus colaboradores, algunos de los productores empezaron a maltratar el merengue típico, apocándolo, restándole valor en los términos más desconsiderados, sin reparar ni mucho menos que estaban ante una de sus más destacadas intérpretes y que de esa forma también la injuriaban y la maltrataban a ella. Aquello fue de muy mal gusto y desdice demasiado del concepto con que al país le consta, fue concebido el Show del Mediodía bajo la rectoría de don Augusto Guerrero.
Vaya de paso mi solidaridad y mi desagravio a María Díaz. Como su amigo y compueblano, como su admirador y seguidor de su música y su canto
Por eso no culpo a don Augusto, autor de una verdadera hazaña al mantener ese espacio durante décadas. Pero sí me permito decirle, en los términos más amistosos,  que no olvide su obligación de preservar la corrección de su programa, sin permitir que se aleje del tono alegre y divertido, pero sobrio, en que supieron mantenerlo personalidades como Freddy Beras Goico y Yaqui Núñez del Risco, entre otros. Humor y puro relajo y grosería son cosas muy distintas.
Confío en que don Augusto ponderará lo que le digo, por la conciencia que yo se que él tiene de su compromiso y porque sabe que las mías son las opiniones de un amigo.
Por demás, el merengue típico está ahí, siempre ha sido blanco de los más violentos atropellos, pero el pueblo lo hizo suyo y aunque aparezcan los que traten de menospreciarlo, mantiene su vigencia desde hace más siglo y medio y no sé que valor tiene el que por en uno de los más prestigiosos programas de la televisión, se dediquen ataques a ese aspecto de nuestra identidad y nuestra cultura.
María Díaz
María Díaz
Vaya de paso mi solidaridad y mi desagravio a María Díaz. Como su amigo y compueblano, como su admirador y seguidor de su música y su canto.
Ella no merecía ese ultraje y no sé por qué invitar a una persona a un programa, en este caso a María Díaz, y en ese mismo programa tratar de atropellarla y humillarla, de irrespetarla como mujer, como la dama elegante y exquisita que ella ha sido, como la artista consagrada y decente y como la representante musical de la dominicanidad que ella ha sabido ser, desde niña cuando aprendió a coger el acordeón en las manos, sentada en las piernas y acomodada al regazo de su padre Pablo Díaz y al cuidado de su hermano y también acordeonista Adolfo Díaz, allá en la comarca de El Guayabo, de Nagua.
Me consta el efecto que  todo esto le ha causado a la Reina, pero ella debe sentirse desagraviada y acompañada por el afecto de sus admiradores, por el respaldo de sus compañeros de arte y el cariño bien ganado del público que siempre le ha seguido.

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