Cultura política: Las relaciones hibridas entre la cultura parroquial, de súbdito y participación
El
estudio de la política, constituye una labor intensa para el
investigador. La política es uno de los campos más antiguos en la
historia de la humanidad. A partir de la edad antigua, pueden notarse
las formas de gobierno más desarrolladas, pero este no es el objetivo de
este ensayo.
El
análisis que se efectúa en la ciencia política, la sociología y la
economía, requiere de determinados conceptos y términos, que ayudan a
comprender y explicar un contexto especifico. A esto responde la
interdisciplinariedad, al surgir especialidades que combinan el objeto
de estudio de las ciencias sociales, se puede crear una explicación más
vasta. La sociología política, es el resultado por conjugar el objeto de
estudio de la política y lo social. En este quehacer, se requiere de
perspectivas novedosas, que enriquezcan la búsqueda e interpretación de
las causalidades, en otras palabras, los conceptos que se fortalecen por
el estudio empírico, son los más idóneos para emprender investigaciones
precisas.
El
concepto de cultura política, brinda elementos indispensables para
realizar investigaciones serias y bien documentadas. Enriquece la manera
en que se entienden los fenómenos sociológicos de un contexto
determinado. La cultura política se centra en la percepción de los
actores sociales, sobre la esfera política y la manera en que ésta
afecta su realidad. Por lo tanto, la cultura política es una herramienta
conceptual de interpretación sociológica.
Este
ensayo está dividido en dos partes; la primera consiste en definir lo
que es la cultura política, de una forma general, abarcará los conceptos
que integran el término; posteriormente retomaré las subcategorías de
cultura política, expuestas por Almond y Verba en su análisis de los
distintos sistemas políticos. Por último elaboraré una conclusión, a
partir de lo expuesto anteriormente.
¿Qué es la cultura política?
Antes de
entrar en materia, puede entenderse a la cultura política como la manera
en que los actores sociales definen subjetivamnente el terreno de lo
político. De modo genérico, la cultura política es la visión que
comparten los individuos acerca del sistema político y las funciones que
realiza.
En
palabras de Jaqueline Peschard, los conceptos fundamentales que competen
al término de cultura política, deben ser separados
y posteriormente hallar su explicación para completar una exposición. En
su libro “La cultura política democrática”, menciona lo siguiente, acerca de la política:
“La política es el ámbito de la sociedad relativo a la organización del poder. Es el espacio dónde se adoptan las decisiones que tienen la proyección social, es decir, donde se define cómo se distribuyen los bienes de una sociedad…”
(Peschard,: 9)
En esta
tesis, la política es factor determinante sobre la esfera económica y
social. Un dominio particular del poder, y éste ejerce su influencia en
pro de la nación. La política está vinculada a un sistema de
organización social, una forma de gobierno, en algunos casos existe un
sistema de partidos, un partido hegemónico o asociaciones civiles que
influyen en la toma de decisiones. La política está conectada con un
cuerpo orgánico de leyes y estatutos, sin éstos, no habría una
regulación sobre el poder político. La esfera política se centra en tres
aspectos: el Estado, un territorio y el pueblo. Cada elemento conforma
una parte importante, juega un papel esencial en la toma de decisiones.
La cultura
es un concepto bastante amplio, usualmente se le relaciona a la
antropología, y tiene una trascendencia muy fuerte. Peschard define a la
cultura como:
“La cultura es el conjunto de símbolos, normas, creencias, ideales, costumbres, mitos y rituales que se transmite de generación en generación, otorgando identidad a los miembros de una comunidad y que orienta, guía, y da significado a sus distintos quehaceres sociales. La cultura da consistencia a una sociedad(…) se hallan condensadas herencias, imágenes compartidas y experiencias colectivas que dan a la población su sentido de pertenencia”.
(Peschard,: 9)
Desde este
enfoque partimos, para completar la definición de cultura política.
Pero antes de esto, se entiende a la cultura como el molde simbólico,
que permite la interacción cotidiana de los seres humanos. La cultura es
el elemento clave para que la socialización, la interacción social y
las acciones colectivas tengan fruto. La cultura es el factor que
humaniza a los individuos; de animales racionales los transporta a un
mundo donde todo se rige por los símbolos, las imágenes y la herencia de
los antecesores. Sin la cultura, la convivencia humana no es posible,
pues de ella depende la introducción de valores y el comportamiento se
rige por creencias y normas previamente establecidas. También, se puede
modificar con el paso de los años, por lo tanto, es de una trascendencia
inimaginable.
Si la
política es el espacio donde se reparte el poder, se gesta la toma de
decisiones y se debate el futuro de una sociedad; la cultura es el
conjunto de valores, normas, costumbres y tradiciones que rigen la vida
social de una comunidad y adentra a los sujetos a un proceso de
humanización, la cultura política sería el conjunto de valores y
costumbres relacionados al terreno de lo político. En palabras de
Peschard, la cultura política es:
“Los valores, concepciones y actitudes que se orientan hacia el ámbito específicamente político, es decir, el conjunto de elementos que configuran la percepción subjetiva que tiene una población respecto al poder , se denomina cultura política”.
(Peschard,: 9)
La cultura
política varía acorde al contexto social. La cultura política cuenta
con un protagonismo fuerte para el enfoque cualitativo. La cultura
política se adentra en el imaginario social de los individuos y
evidencia cuales son los principales elementos identitarios de una
sociedad con respecto al poder político y su aplicación. Es la
cosmovisión de una sociedad con respecto a las relaciones de poder, la
dominación y la sumisión y los valores que ostentan los actores
sociales, referente a las instituciones políticas.
Almod y Verba: las subcategorías de cultura política.
El estudio
realizado por Almod y Verba, revela las variaciones de la cultura
política, respecto a la forma de gobierno y el sistema polìtico. En su
análisis, centran su atención en distintos contextos sociales. Es
importante mencionar, que cada forma de gobierno se relaciona de una
manera con la población.
El sistema
político es determinante en las relaciones se dominación y sumisión.
Crea y reproduce los vinculos con la poblaciòn, y esto alienta los
futuros procesos políticos. Almond y Verba toman en cuenta, los tipos de
sociedades que van a examinar; va desde lo tradicional, pasa por las
sociedades feudales y finaliza con la modernización en el mundo
occidental.
Éstas
subcateogorías establecidas por Almond y Verba, tienen un papel
primordial en la clasificaciòn de la cultura polìtica, si bien no son
generales, si intervienen en los fenómenos sociopolíticos de una
sociedad. Sin embargo, estos tipos de cultura polìtica son localizables a
nivel empírico. La magnitud de éstos aportes teóricos, permiten
esclarecer algunas trabas en la investigaciòn, pero es su interpretaciòn
y acoplamiento con la realidad concreta, donde se halla su mayor
virtud.
La cultura
política parroquial, surge en un contexto social donde no hay signos de
instituciones previamente organizadas. La cultura polìtica parroquial
es empleada en comunidades pequeñas o medianas, regidas por los usos y
costumbres y con una jerarquìa social horizontal. Esto es lo que
argumentan Almond y Verba:
“En estas sociedades no hay roles políticos especializados: el liderazgo, la jefatura del clan o de la tribu(…) para los miembros de estas sociedades las orientaciones políticas hacia dichos roles no están separadas de sus orientaciones religiosas o sociales. Una orientación parroquial supone también la ausencia relativa de de previsiones de evolución iniciadas por el sistema político. El individuo en este caso no espera nada del sistema político”.(Almond y Verba,: 182)
De
cualquier manera, la cultura política parroquial arrastra una herencia
del pasado, las figuras de estatus tienen control sobre la toma de
decisiones. Los pobladores no tienen ninguna participación en la toma de
las decisiones; tomando en cuenta que el imaginario social està
conformado por la religión profesada.
La cultura
política de súbdito, se desarrolla en un ambiente donde predomina el
control total o parcial de las instituciones. En este tipo de sistemas
políticos, el súbdito es aquel individuo identificado con un régimen no
especializado. Las instituciones varían y el súbdito tiene una noción
general de las autoridades pertinentes, pero sus orientaciones
cognitivas y afectivas no están emparentadas con el sistema política. En
otras palabras, Almond y Verba lo defienden del siguiente modo:
“El súbdito tiene conciencia de una de la existencia de una autoridad gobernativa especializada: está afectivamente orientado hacia ella (…) Pero la relación con el sistema se da en un nivel general y respecto al elemento administrativo (…) consiste, esencialmente, en una relación pasiva (…) Estamos hablando de nuevo de una orientación puramente subjetiva que se dará de un modo preferente en una sociedad donde no existe una estructura política diferenciada”.
(Almond y Verba: 184)
La cultura
política de súbdito, entabla ciertos rasgos donde los ciudadanos
conocen de un modo superficial el sistema político; las instituciones
están construidas, pero no tienen una forma definida, es decir, aún
tienen una faceta primeriza para ejercer el poder y atender las demandas
de la población.
Por
ultimo, la cultura política de participación, está vinculada a las
orientaciones afectivas y cognitivas de los ciudadanos. En este tipo de
cultura política, la población está más adentrada en los procesos
políticos, se informan al respecto de lo que acontece en la estructura
política y las instituciones. La cultura de participación es una faceta
avanzada, aquí los rasgos distintivos son: un mayor apego hacia una
postura política, aprobación o desaprobación a la toma de decisiones,
conocimiento a profundidad de la instituciones políticas, entre otros.
Almond y Verba ofrecen una perspectiva más profunda:
“(…) es aquella en que los miembros de la sociedad tienden a estar implícitamente orientados hacia el sistema como un todo y hacia sus estructuras y procesos políticos y administrativos (…) Los diversos individuos de este sistema político de participación pueden estar orientados favorable o desfavorablemente hacia las diversas clases de objetos políticos. Tienden a orientarse hacia un rol activo de su persona en la política (…)”
(Almond y Verba: 184).
La cultura
política de participación es producto de los procesos de modernización.
Aunque, no se ha perfeccionado totalmente, su presencia es más activa
en contextos donde la población tiene una calidad de vida elevada;
cubren de manera oportuna sus necesidades; hay una disposición a hacer
pública cualquier decisión tomada, etc.
Hablar de
cultura política, es abarcar un concepto bastante amplio; depende del
contexto al que se haga referencia, ya que, no existe una uniformidad en
los diversos sistemas políticos. Culturas políticas heterogéneas, es lo
que consideran Almond y Verba más pertinente al abordar el tema:
“Nuestra clasificación no supone homogeneidad o uniformidad en las culturas políticas. Así, los sistemas políticos de culturas predominantemente de participación, incluirán, aún en los casos concretos culturas de súbdito y parroquialismo. Las imperfecciones de los procesos de socializaciòn política, las preferencias personales y las limitaciones de la inteligencia o las limitaciones para aprender continuaran dando paso a elementos de súbdito o parroquiales, incluso en las democracias bien aseguradas y estables. (…) Las culturas políticas pueden o no ser congruentes con las estructuras del sistema político. Una estructura política congruente serìa apropiada para la cultura; en otras palabras, aquella en que el conocimiento político de la población tiende a ser exacto y preciso, y el afecto y la elevación tienden a ser favorables. En general, una cultura parroquial, de súbdito o participante, serían más congruentes con una estructura política tradicional, una estructura autoritaria centralizada y una estructura política democrática”. (Almond y Verba: 185)
Por
último, la clasificación de las culturas políticas, constituye una
contribución elemental al quehacer sociológico, por comprender las
estructuras de poder y su relación ambivalente entre las instituciones
políticas y la sociedad en conjunto. Las culturas políticas emergen como
una respuesta a la familiarización de los ciudadanos, con el sistema
político. La forma de gobierno, el Estado y la distribución de poder,
conforman las estructuras de poder; cada una tiene un marco definido de
acción. Las culturas políticas retoman elementos capaces de interpretar
esa realidad y que los actores sociales las asimilen.
Conclusiones
La cultura
política es un concepto de una importancia sin precedentes. Dentro de
la sociología política, su utilidad llena vacíos metodológicos y su
análisis construye categorías para comprender la realidad social y
política de México.
La cultura
política, como un elemento de investigación, arraiga dentro de si, la
capacidad de los seres humanos para dar un significado a las
instituciones políticas, en el marco de las relaciones sociales. Es a
través de la socialización y la interacción social, donde los valores,
creencias, actitudes, comportamientos y visiones compartidas cobran
sentido. La cultura política se esparce por medio de lo simbólico.
La importancia de estudiar y analizar la cultura política dentro de la sociología política, se divide en cuatro temáticas:
- Permite contextualizar los valores en torno a la política dentro de un grupo social, una colectividad, una comunidad, un conglomerado social o una sociedad.
- Las subcategorías de la cultura política son estándares de medición que se complemente con un sustento teòrico y un respaldo empìrico.
- Las interrelaciones de las distintas culturas políticas, dictaminan el tipo de estructuras polìticas existentes en un contexto.
- Traslada el terreno de lo simbólico a los aspectos concretos de la realidad social.
Bibliografìa
Almond y Verba, Gabriel y Sidney, La cultura política, en La cultura cìvica, Princeton University Press, 1963. Pàg. 171-201.Peschard, Jaqueline, La cultura polìtica democrática, IFE, Mèxico D.F. 2001
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