“El enemigo nos quiere muertos y nos tendrá muertos para defender el privilegio y la tiranía, para humillaros, para acobardaos, para venceros, destruiros y encadenar los pueblos al carro de su esclavitud (…) Y este mismo enemigo, clava sus inmundos tentáculos en la carne de todos los pueblos de la Tierra, prepara el más grande militarismo del mundo y se apresta a esclavizar la entera humanidad. Hay que aplastarle la cabeza..”. Bartolomeo VanzettiEl 23 de Agosto de 1927 en Massachusetts, EEUU, son ejecutados en la silla eléctrica Niccola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, dos inmigrantes italianos y reconocidos anarquistas. Tras 7 años de juicio, son encontrados culpables de robo con homicidio y se los condena a morir electrocutados.
El caso de los compañeros Sacco y Vanzetti es quizá el que ha tenido mayor repercusión internacional, es sin duda un caso emblemático por todo el proceso judicial que los mantuvo en prisión y que generó reacciones a nivel mundial.
Un importante hombre de negocios y su vigilante habían sido asesinados durante un robo, esos eran los hechos y alguien debía ser juzgado por aquello y pagar con la propia vida, para así acallar las críticas de la alta burguesía del país.
Diversas campañas de Solidaridad se levantaron para exigir su liberación, no solo por la férrea oposición ácrata hacia las prisiones, sino que además, por la cantidad de burdos vicios legales y falsedades, cuya único finalidad era la de conseguir la sentencia de culpabilidad. Debían ser considerados culpables, a como diera lugar y
a cualquier costo, el juego típico de la democracia y la justicia que la defiende.
Preparando el terreno, aceitando los engranajes represivos
Para explicar el caso Sacco y Vanzetti, es preciso ambientarlo en la atmósfera envenenada que se generó en los Estados Unidos al término de la primera guerra mundial. Atmósfera saturada de odio patriótico fomentada por el Ministro de Justicia.
En junio de 1919, un compañero de Sacco y Vanzetti, Carlo Valdinoci muere al estallar una bomba que estaba instalando en la casa del Fiscal General Mitchell Palmer, conocido por llevar adelante la campaña de deportación y expulsión de anarquistas en EEUU. Por esta acción será investigado y detenido Andrea Salcedo, quien posteriormente será asesinado por la policía.
El cuerpo muerto del compañero es encontrado en la vereda del edificio del Ministerio de Justicia, donde estaba detenido hace varias semanas. La policía levanta la tesis del suicidio, mientras que lxs compañerxs ácratas hablan de asesinato, pues un método clásico de tortura policial era colgar a lxs detenidxs de los talones y amenazarlxs con arrojarlxs al vacío.
Así entonces diferentes compañerxs comienzan a agitar solidariamente, en ese contexto, dos días después del asesinato de Andrea Salcedo, Sacco y Vanzetti son detenidos portando armas y panfletos en protesta al crimen policial, luego son liberados, pero forman parte ya de un expediente de catastro de anarquistas en la región.
A mano armada
En la tarde del 15 de abril de 1920, frente a una fábrica de calzados, un hombre de negocios y un guardia fueron muertos a tiros y despojados de una suma superior a los 15.000 dólares que llevaban para el pago de salarios.
La cacería se desarrolló con velocidad fulminante. Fue uno de los tantos atracos que entre noviembre de 1919 y julio de 1920 se produjeron en la región occidental del Estado de Massachussets.
El hecho desató la ira de la prensa y el eco de esta indignación repercutió en la Cámara Legislativa del Estado, que votó una recompensa de 25.000 dólares, solicitada por el entonces gobernador Coolidge (más tarde presidente de los Estados Unidos) para pagar a quien hiciera condenar a los delincuentes. Por su parte otras importantes empresas prometieron elevadas recompensas buscando obtener un culpable
Diecinueve días después del crimen, se había apresado a dos italianos, para la policía, la urgencia de resolver el crimen era cuestión de revancha y de dinero.
La venganza judicial
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron arrestados en Brockton la noche del 5 de mayo de 1920, por un policía que buscaba a otro individuo. Llevados a la jefatura, no se les acusó de ningún delito. Sólo se les interrogó acerca de sus actividades políticas, la prensa inmediatamente divulgó el hecho de que eran anarquistas, como prueba moral de la capacidad de aquellos para delinquir.
Estaban condenados desde antes de que empezara el rito del proceso jurídico. Sacco y Vanzetti comprendieron esto de inmediato, razón por la cual decidieron jugar un papel activo en la defensa de sus ideas y convicciones, no ocultando jamás sus posturas políticas y no entrando en el juego de apuntar a otrxs compañerxs o de desmarcarse de alguno de sus vínculos.
Ante la represión y la cárcel, levantaron la oposición anárquica, haciendo frente a todo un engranaje judicial que buscaba no solo su aniquilamiento físico, sino que en realidad perseguía que su derrota moral fuese el caldo de cultivo para el freno de la lucha antiautoritaria en todo el territorio.
La legalidad no nos define
Los dos prisioneros entendieron con absoluta claridad el papel que les tocó desempeñar. El proceso en su contra más que la finalidad de encarcelar a los responsables de un atraco, tenía un claro objetivo transmitir el mensaje de represión y amedrentamiento, una señal de alerta para todas aquellas voluntades que osaran levantarse contra el orden impuesto. El Poder se daba “el lujo” de asesinar por electrocución a dos compañeros aún cuando bajo sus propios códigos legales quedaba claro que no eran responsables de la acusación.
Más allá de cualquier argumentación “legalista”, lo cierto es que nunca hubo pruebas que situaran a Sacco y Vanzetti en el lugar del robo y posterior asesinato y este hecho es una clara muestra del absurdo jurídico, del cinismo dentro de la lógica de la Autoridad, pruebas más o pruebas menos, los juicios son instancias teatrales donde simplemente el Poder cobra revancha sobre las vidas que se alzan en su contra, ya sea traspasando una ley específica o cuestionando todo el engranaje de la Autoridad en su conjunto.
El juicio plagado de falsedades, infamias, pericias mal ejecutadas y testimonios inducidos y retractados, fue la puesta en escena de todo un despliegue político- represivo contra de las ideas anarquistas que Sacco y Vanzetti defendieron hasta el momento de su asesinato. El juicio fue un circo, donde desde un inicio la silla eléctrica estuvo encendida. Mención aparte merece el hecho de que la condición de inmigrantes y su origen italiano, pesaron como argumento para tendenciar el caso.
Lo cierto es que inclusive gran parte de la socialdemocracia se movilizó también por su libertad, todo tipo de intelectuales liberales manifestaron públicamente su apoyo intentando ejercer presión, esto simplemente está determinado sobre una categoría jurídica: la inocencia de ambos.
Nosotrxs apoyamos a un/una compañerx en función de su compromiso de lucha antiautoritaria y no por las acusaciones que el Estado haga en su contra. Por lo demás, creemos que llevar a la práctica el discurso de “ni culpables ni inocentes” apunta precisamente a superar la dicotomía entre ambos términos. Será la decisión de lucha del/la compañerx lo que genere la solidaridad. En última instancia, asumir tal o cual acción frente al poder será siempre una decisión individual.
La urgente solidaridad no descansa ni se contiene en las fronteras
Quizás uno de los puntos más ricos de toda la campaña en solidaridad con Sacco y Vanzetti, es aquella combinación de tácticas que se enmarcaban no sólo en la lucha por su libertad, sino la destrucción de todo aquel entramado contra el que ellos lucharon cuando estaban en la calle, oponiéndose al Capital como relación social, develando el rol del Estado asumiéndolo como enemigo, renegando de cualquier tipo de autoridad.
Teniendo esto como punto de origen, la agitación constante rugía en las calles del mundo de manera multiforme. Masivas manifestaciones, mitines de solidaridad, huelgas generales, atentados contra símbolos del capitalismo estadounidense y bienes de personeros responsables, entre otros hechos, formaron parte del extenso abanico de combate. Y si bien, como resulta obvio, existían diferentes ópticas sobre el cómo plasmar el gesto solidario, nunca se perdió de vista que cada una de esas herramientas apuntaban al mismo fin. Aquello es rescatable y trascendente para las luchas del presente-futuro.
El juicio y sentencia contra Sacco y Vanzetti buscaba levantarse como una advertencia a quienes se atrevieran a perturbar la tranquilidad de los explotadores, sus lujos y comodidades. Así entonces, el nombre de los dos anarquistas italianos se transformó en un símbolo para ambos bandos en permanente oposición.
Por una parte los representantes del poder veían en Sacco y Vanzetti el rostro de un entorno anárquico difuso que se atrevía a desafiar con diferentes métodos y herramientas al orden impuesto, razón más que suficiente para encarcelarlos y asesinarlos sin importar si eran o no responsables del cargo que pesaba sobre ellos.
Y al mismo tiempo los dos compañeros encendieron una llama de solidaridad y agitación, de propagación de acciones anárquicas. Sus nombres se volvieron sinónimo de lucha y propiciaron un convulsionado ambiente que desafiaba al poder mismo, más que a una autoridad en particular.
Trascendiendo escenarios: de 1927 a 2014, de EEUU a Chile
La condena a muerte por electrocución es el fiel reflejo de la represión y violencia estatal, pero no es la única. La represión va buscando los caminos por donde avanzar, amoldando y amoldándose a los tiempos y ritmos que corran. En el presente no amenzarà a lxs antiautoritarixs la sombra de la pena de muerte, pero de igual forma se sepulta e intenta aniquilar con sentencias de varios años o de perpetuidad a compañerxs en función de sus opciones de vida. La violencia y la represión es la misma en tanto el poder y la autoridad sigan existiendo.
No es la amenaza de la pena de muerte lo que hace urgente la solidaridad con respecto a nuestrxs compañerxs ya sea encarceladxs o perseguidxs, los lazos anárquicos siempre han sido activamente solidarios, independiente de juicios y sentencias, pero sin duda, debiesen intensificarse cuando sube la oleada represiva.
Y así como la represión se mantiene pese a cambiar de modalidad, la solidaridad debiese explotar cualquier canal para continuar siempre vigente, perpetuando y proyectando la lucha más allá de cualquier frontera y dificultad coyuntural, porque la guerra social no se detiene, avanza o se define en función de la represión, son otros los vaivenes que van acelerando o relentando los pasos. Por ello es tan importante aportar, desde lo individual y colectivo, a un flujo de energía común, de pasión destructora contra el dominio, no delegando el aporte como si fuese tarea de alguien màs que nosotrxs mismxs.
Quizá la idea/acción trascendente a todo este proceso contra los compañeros Sacco y Vanzetti es que en el momento más duro de la lucha, decidieron abrazar con más fuerza y pasión las ideas anárquicas. Mientras llovían las amenazas y las condenas, los dos compañeros se afirmaron en la lucha contra toda autoridad, en la lucha por la libertad plena. Ese valor y esa coherencia de vida se vuelven el mayor combustible para continuar encendiendo el fuego de la irreductible llamarada antiautoritaria.
En ese sentido, la fuerza de los hechos, anulan el carácter y aura victimista con el que algunas tendencias intentan envolver a los compañeros, haciéndolos aparecer como inocentones e ingenuos, alejados de todo plano confrontacional contra el Poder. Nosotrxs recordamos su carácter esencialmente anárquico, sin renegar nunca de sus ideas y vínculos a cambio de clemencia.
Si hoy lanzamos estas líneas a su memoria es para traerlos al presente, pelear a su lado y al lado de todxs aquellxs solidarixs que hicieron algo por detener el engranaje asesino. Los saludamos a ellxs, no a nosotrxs. Rescatamos sus experiencias de vida, no como mera consigna o fotografía, la memoria iconoclasta es capaz de ver, tras el rostro difamado por la prensa y la justicia, a compañeros de carne y hueso, equivalentes a todxs nosotrxs en la lucha contra el Poder.
Lejos de los museos y la historiografía, avanzan en nuestra memoria, conversaciones y pasos, los traemos en complicidad a la calle, como compañeros de acción que enfrentados a situaciones adversas supieron vivir con dignidad el encierro, abrazando la idea/pràctica antiautoritaria.
Mantenemos su nombre el alto para traerlos a un continuo presente de lucha, aún cuando en momentos podía verse amarillo llamarse así, por la forma legalista e “inocente” en que constantemente son recordados pero para nosotrxs siempre han sido compañeros de ideas y vidas negras, que no le pertenecen a la “bondadosa campaña cultural anarquista” sino que son parte de una irrefrenable marea contra la dominación. Y en ese tránsito histórico de lucha, enmarcamos cada una de nuestras vivencias y sus proyecciones.
Saludamos cada instancia y gesto que mantiene viva la memoria de Sacco y Vanzetti, como es el reciente llamado y convocatoria a una Semana de Solidaridad Internacionalista con lxs Anarquistas en Prisión que lleva el nombre de los compañeros y recuerda el día de su ejecución
La afinidad en las ideas/prácticas que desafían al Poder y combaten la autoridad allí donde ésta resida, merecen nuestra cómplice hermandad, por ello más que circunscribirnos a una ideología determinada y alejándonos de caricaturas y barreras, vinculamos nuestros pasos con quienes sin ser necesariamente Anarquistas nos encontramos en el camino de negación al orden impuesto, independiente de las maniobras represivas.
A 87 años de la ejecución de ambos compañeros, nos parece importante rescatar su historia, sus vidas, traer al presente una historia que mucha más que “inocencia”, “injusticia”, “làstima”, “discriminación”, nos habla de convicción, de lucha y de enfrentar con decisión de combate ante cualquier escenario en que nos encontremos. Hoy, tal cual como lo hemos hecho durante años anteriores y en distintas circunstancias recordamos con memoria y decisión de lucha la insurrecta vida de los dos compañeros.
Porque la lucha contra el poder avanza y se desarrolla con la memoria de todxs nuestrxs compañerxs muertxs. Porque sus nombres y rostros no son meros datos a recordar o recopilar sino que energía creadora en un presente de lucha sin retorno.
Mantenemos vivxs en nuestra negra memoria a lxs compañerxs Carlo Valdinoci, Andrea Salcedo, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, a nuestrxs hermanxs Claudia Lopez, Mauricio Morales, Johnny Cariqueo y Sebastian Oversluij entre tantxs otrxs.
Más información:
Sacco y Vanzetti: Condenados a muerte por pobres, inmigrantes y anarquistas
Sacco y Vanzetti: Sus vidas, sus alegatos, sus cartas [libro]
[Documental] Sacco and Vanzetti (Peter Miller, 2006)
Película Sacco y Vanzetti
Biblioteca Antiautoritaria Sacco y Vanzetti Agosto 2014. $hile. http://bibliotecasaccoyvanzetti.wordpress.com/2014/08/26/sacco-y-vanzetti-a-87-anos-de-su-ejecucion-con-la-memoria-anarquica-intacta/
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