ENTREVISTA
Rafael Hernández rescata a Guido Despradel
Su pensamiento social se publico en diversos
periódicos de la época, creando controversia y polémica entre los
principales intelectuales que apoyaban la tiranía Trujillista.
El artista visual y profesor de Humanidades de
la Universidad Católica Tecnológica del Cibao (UCATECI), Rafael
Hernández, acaba de compilar, en dos tomos, una amplia selección de
artículos y ensayos del doctor Guido Despradel, intelectual vegano,
expulsado de la Academia Dominicana de la Historia el mismo día de su
ingresó por no rendirle pleitesía al tirano Rafael Leonidas Trujillo.
Además, propuso la edición del tomo “Historia de la concepción de La
Vega” de Despradel, una joya historiográfica sumida en el olvido. En
esta entrevista, Hernández habla de sus experiencias como investigador
de Despradel y de la vida del ilustre intelectual.
¿Por qué se interesa en investigar la vida y las obras de Guido Despradel?
Nuestro propósito es rescatar la historia de La Vega y de este importante investigador e historiador dominicano. En La Vega, Guido era el gran desconocido, pero quizá un desconocido adrede, pues en los últimos años se formaron una serie de historiadores con su obra, entonces me apenaba ver que muchos trabajos firmados por otras personas eran de autoría de Guido. Eso me motivó a rescatarlo. Sobre todo, porque la historia de La Vega se había convertido en un anecdotario, y Guido en ese aspecto había hecho un gran trabajo. Lo que le hizo peculiar es que buscaba las informaciones en fuentes primarias. Guido, como nadie, realizó un trabajo extraordinario en los archivos notariales de La Vega y de esa forma se fue apropiando socialmente del espacio de la cuidad pues en esos archivos encontró importantes hallazgos que proceso intelectualmente y los difundió en su obra y los puso al alcance del país.
¿Pudiera sintetizar la importancia de Despradel para nuestro presente?
Guido fue un personaje histórico que aunque no se lo propusiera, producía historia. Su ascendencia se trasladó del vecino país de Haití y se asentó en La Vega. Y allí, durante varias generaciones, los Despradel engendraron intelectuales y guerreros que participaron en la gesta de la Restauración. Su padre, Napoleón fue un guerrero con mucha experiencia que se mantuvo en la lucha civil, fue gobernador adjunto y fiscal de La Vega, registrador de títulos y secretario de la Cámara de Diputados. Su madre, Rita Elena Batista, fue hija de General Eugenio Generoso Marchena, militar que tuvo una notoria presencia en la vida política de finales del siglo XIX, a quien Lilís fusiló por negarle un préstamo. Guido nació el 20 de septiembre de 1909. Estudiando en el colegio San Sebastián, conoció al ilustre Juan Bosch.
¿Cuáles personajes influenciaron a Despradel?
Uno de ellos fue el doctor Narciso Alberti Bosch, uno de los principales promotores de la cultura en La Vega y en el país. Junto a él, Guido aprendió a tocar flauta y se dedicó en su tiempo libre a la música. Del mismo modo, se formó como arqueólogo. Carlos María Gratereaux fue otro personaje que influyó en la trayectoria de Guido. En la Vega existían varios grupos socialistas y en su adolescencia, Guido participaba junto a otros jóvenes en estos movimientos. Estando en segundo de media junto sus compañeros Ramón Espinal, Juan Bosch, Antonio Guzmán y otros, formó el movimiento Juventud Socialista Dominicana.
¿Y desde el punto de vista de su formación intelectual, cuál fue su trayectoria?
Despradel estudió en la Escuela Superior Normal Particular de La Vega. Luego de terminar sus estudios secundarios, continuó participando en actividades sindicales y se trasladó a la capital para estudiar Medicina y Derecho en la entonces llamada Universidad de Santo Domingo. Allí fue nombrado presidente de la Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios. Desde 1929, mientras era estudiante, escribía en el periódico “Listín Diario” y “La Palabra” como un gran intelectual. Con sus artículos se enfrentó a otros pensadores del país. Su pensamiento social removió la República e hizo temblar a Trujillo cuando inició la lucha por la autonomía de la universidad, en 1931. Tan rebelde fue que en cierta ocasión Trujillo le mandó a buscar, y estando ante él se negó a estrecharle la mano.
En el año 1933 presentó su tesis sobre la influenza. Luego de realizar sus estudios superiores, se trasladó a su localidad de origen e instaló el primer laboratorio clínico en esa cuidad. Motivado por la situación que ocurría en el país y en el mundo escribió “La juventud necesita un maestro” artículo publicado en el “Listín Diario”, con este escrito ganó el apoyo de importantes intelectuales de la época y se ganó el desprecio de fieles seguidores de la dictadura.
¿Pudiera referirse a otros instantes importantes de su vida intelectual?
Despradel fue un hombre polifacético. Se desempeñó como médico, historiador, investigador, arqueólogo, escritor, músico, periodista y editorialista. En la “Sociedad Amantes de la Luz”, en 1936 presentó el ensayo “Las raíces de nuestro espíritu” que luego fue publicado en el periódico “El Progreso” de Santiago. Entre 1936 hasta 1938 se ocupó como periodista y editorialista del desaparecido periódico “La Renovación”. También en ese período publicó distintos artículos de arqueología junto a la obra “Historia de la concepción de La Vega”. Fue presidente de la “Sociedad Amor al estudio”, y poco a poco se convirtió en el mayor promotor cultural en esa cuidad. Después de su muerte, su biblioteca personal fue donada y constituye la Biblioteca Municipal en la actualidad. En 1946 fue nombrado Diputado, se trasladó a Santo Domingo, vivió en Gazcue y en su patio albergó a grandes pensadores y músicos de la época.
¿Pudiera referirse al incidente que motivó su expulsión de la Academia Dominicana de la Historia?
Guido Despradel realizó una importante investigación acerca de la familia Duarte y Diez, en 1937, e impartió una charla en Puerto Plata que creó cierta controversia. En 1957, por sus meritos es nombrado miembro de la Academia Dominicana de la Historia. El 26 de enero debía pronunciar su discurso de apertura, y para ello amplió su investigación. Como el dictador Trujillo, según los intelectuales vinculados al régimen, era el padre de la patria nueva, debía ser saludado de manera especial por toda persona que ingresara a la entidad. Pero en ninguna parte de su discurso, Despradel mencionó ni alabó al tirano. Como no lo hizo y tuvo la valentía de afirmar que la obra de Duarte estaba inconclusa, colocando la obra de Duarte en el lugar que le correspondía y presentando a Santana como traidor de la patria. Al siguiente día, el escritor Ramón Emilio Jiménez, en un extenso artículo periodístico dividido en dos desmintió a Despradel y ensalzó la figura de Santana y su obra. Por esta acción le quitan la condición de Miembro Numerario de la Academia de la Historia, alegando que se había presentado ebrio para pronunciar su discurso. Como si esto fuese poco, le destituyeron de todos sus cargos, y lo dejaron muerto en vida. Con este discurso Guido se jugó el todo por el todo. Se quedó en Santo Domingo viviendo como médico y un cáncer estomacal acabó con su vida el 4 de julio de 1959.
¿Qué temas se abarcan en la investigación?
Este trabajo fue muy difícil prepararlo porque las informaciones iban apareciendo escasamente. Ambos tomos muestran la historia, educación, pensamiento, política, e incluso literatura creada por Guido Despradel. Presentados en ensayos, artículos, monografías y otras formas.
¿Y con este libro que otros aspectos se propone?
Primero, debo agradecerle al Archivo General de la Nación, y especialmente al doctor Roberto Cassá, todo el apoyo recibido para mi trabajo. Sin ellos, nada hubiera sido posible. Con este libro, además, se realizó el pasado miércoles 12 de mayo un acto de desagravio en la Academia de la Historia a favor de Guido Despradel y en contra de los intelectuales trujillistas que lo expulsaron de allí sin siquiera levantar un acta haciendo constar la expulsión. Después, los libros serán puestos en circulación en La Vega y quedarán a disposición de las nuevas generaciones de dominicanos y de todas las personas interesadas en nuestra historia.
¿Por qué se interesa en investigar la vida y las obras de Guido Despradel?
Nuestro propósito es rescatar la historia de La Vega y de este importante investigador e historiador dominicano. En La Vega, Guido era el gran desconocido, pero quizá un desconocido adrede, pues en los últimos años se formaron una serie de historiadores con su obra, entonces me apenaba ver que muchos trabajos firmados por otras personas eran de autoría de Guido. Eso me motivó a rescatarlo. Sobre todo, porque la historia de La Vega se había convertido en un anecdotario, y Guido en ese aspecto había hecho un gran trabajo. Lo que le hizo peculiar es que buscaba las informaciones en fuentes primarias. Guido, como nadie, realizó un trabajo extraordinario en los archivos notariales de La Vega y de esa forma se fue apropiando socialmente del espacio de la cuidad pues en esos archivos encontró importantes hallazgos que proceso intelectualmente y los difundió en su obra y los puso al alcance del país.
¿Pudiera sintetizar la importancia de Despradel para nuestro presente?
Guido fue un personaje histórico que aunque no se lo propusiera, producía historia. Su ascendencia se trasladó del vecino país de Haití y se asentó en La Vega. Y allí, durante varias generaciones, los Despradel engendraron intelectuales y guerreros que participaron en la gesta de la Restauración. Su padre, Napoleón fue un guerrero con mucha experiencia que se mantuvo en la lucha civil, fue gobernador adjunto y fiscal de La Vega, registrador de títulos y secretario de la Cámara de Diputados. Su madre, Rita Elena Batista, fue hija de General Eugenio Generoso Marchena, militar que tuvo una notoria presencia en la vida política de finales del siglo XIX, a quien Lilís fusiló por negarle un préstamo. Guido nació el 20 de septiembre de 1909. Estudiando en el colegio San Sebastián, conoció al ilustre Juan Bosch.
¿Cuáles personajes influenciaron a Despradel?
Uno de ellos fue el doctor Narciso Alberti Bosch, uno de los principales promotores de la cultura en La Vega y en el país. Junto a él, Guido aprendió a tocar flauta y se dedicó en su tiempo libre a la música. Del mismo modo, se formó como arqueólogo. Carlos María Gratereaux fue otro personaje que influyó en la trayectoria de Guido. En la Vega existían varios grupos socialistas y en su adolescencia, Guido participaba junto a otros jóvenes en estos movimientos. Estando en segundo de media junto sus compañeros Ramón Espinal, Juan Bosch, Antonio Guzmán y otros, formó el movimiento Juventud Socialista Dominicana.
¿Y desde el punto de vista de su formación intelectual, cuál fue su trayectoria?
Despradel estudió en la Escuela Superior Normal Particular de La Vega. Luego de terminar sus estudios secundarios, continuó participando en actividades sindicales y se trasladó a la capital para estudiar Medicina y Derecho en la entonces llamada Universidad de Santo Domingo. Allí fue nombrado presidente de la Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios. Desde 1929, mientras era estudiante, escribía en el periódico “Listín Diario” y “La Palabra” como un gran intelectual. Con sus artículos se enfrentó a otros pensadores del país. Su pensamiento social removió la República e hizo temblar a Trujillo cuando inició la lucha por la autonomía de la universidad, en 1931. Tan rebelde fue que en cierta ocasión Trujillo le mandó a buscar, y estando ante él se negó a estrecharle la mano.
En el año 1933 presentó su tesis sobre la influenza. Luego de realizar sus estudios superiores, se trasladó a su localidad de origen e instaló el primer laboratorio clínico en esa cuidad. Motivado por la situación que ocurría en el país y en el mundo escribió “La juventud necesita un maestro” artículo publicado en el “Listín Diario”, con este escrito ganó el apoyo de importantes intelectuales de la época y se ganó el desprecio de fieles seguidores de la dictadura.
¿Pudiera referirse a otros instantes importantes de su vida intelectual?
Despradel fue un hombre polifacético. Se desempeñó como médico, historiador, investigador, arqueólogo, escritor, músico, periodista y editorialista. En la “Sociedad Amantes de la Luz”, en 1936 presentó el ensayo “Las raíces de nuestro espíritu” que luego fue publicado en el periódico “El Progreso” de Santiago. Entre 1936 hasta 1938 se ocupó como periodista y editorialista del desaparecido periódico “La Renovación”. También en ese período publicó distintos artículos de arqueología junto a la obra “Historia de la concepción de La Vega”. Fue presidente de la “Sociedad Amor al estudio”, y poco a poco se convirtió en el mayor promotor cultural en esa cuidad. Después de su muerte, su biblioteca personal fue donada y constituye la Biblioteca Municipal en la actualidad. En 1946 fue nombrado Diputado, se trasladó a Santo Domingo, vivió en Gazcue y en su patio albergó a grandes pensadores y músicos de la época.
¿Pudiera referirse al incidente que motivó su expulsión de la Academia Dominicana de la Historia?
Guido Despradel realizó una importante investigación acerca de la familia Duarte y Diez, en 1937, e impartió una charla en Puerto Plata que creó cierta controversia. En 1957, por sus meritos es nombrado miembro de la Academia Dominicana de la Historia. El 26 de enero debía pronunciar su discurso de apertura, y para ello amplió su investigación. Como el dictador Trujillo, según los intelectuales vinculados al régimen, era el padre de la patria nueva, debía ser saludado de manera especial por toda persona que ingresara a la entidad. Pero en ninguna parte de su discurso, Despradel mencionó ni alabó al tirano. Como no lo hizo y tuvo la valentía de afirmar que la obra de Duarte estaba inconclusa, colocando la obra de Duarte en el lugar que le correspondía y presentando a Santana como traidor de la patria. Al siguiente día, el escritor Ramón Emilio Jiménez, en un extenso artículo periodístico dividido en dos desmintió a Despradel y ensalzó la figura de Santana y su obra. Por esta acción le quitan la condición de Miembro Numerario de la Academia de la Historia, alegando que se había presentado ebrio para pronunciar su discurso. Como si esto fuese poco, le destituyeron de todos sus cargos, y lo dejaron muerto en vida. Con este discurso Guido se jugó el todo por el todo. Se quedó en Santo Domingo viviendo como médico y un cáncer estomacal acabó con su vida el 4 de julio de 1959.
¿Qué temas se abarcan en la investigación?
Este trabajo fue muy difícil prepararlo porque las informaciones iban apareciendo escasamente. Ambos tomos muestran la historia, educación, pensamiento, política, e incluso literatura creada por Guido Despradel. Presentados en ensayos, artículos, monografías y otras formas.
¿Y con este libro que otros aspectos se propone?
Primero, debo agradecerle al Archivo General de la Nación, y especialmente al doctor Roberto Cassá, todo el apoyo recibido para mi trabajo. Sin ellos, nada hubiera sido posible. Con este libro, además, se realizó el pasado miércoles 12 de mayo un acto de desagravio en la Academia de la Historia a favor de Guido Despradel y en contra de los intelectuales trujillistas que lo expulsaron de allí sin siquiera levantar un acta haciendo constar la expulsión. Después, los libros serán puestos en circulación en La Vega y quedarán a disposición de las nuevas generaciones de dominicanos y de todas las personas interesadas en nuestra historia.
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