Áreas protegidas: el Parque Nacional Cabo Cabrón
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Este área protegida creada en 1996 se encuentra ubicada al noroeste de la República Dominicana, en la provincia de Samaná. El Parque está formado por un cabo sumamente abrupto y montañoso. Su zona costera presenta espectaculares acantilados cubiertos por vegetación tropical, mientras que tierra adentro presenta una sucesión de montañas en su mayor parte vírgenes debido a su inaccesibilidad. En la zona costera destaca la belleza de la bahía de Puerto Escondido, con una pequeña playa en el fondo donde recalan los pescadores que faenan en la zona.
Sus límites costeros comienzan en el extremo oriental de la playa de El Valle y acaban en el extremo occidental de Playa Rincón, extiendiéndose a lo largo de unos 20 Kms en dirección noroeste, cubriendo una superficie de 35.87 Km². Su altura máxima es de 605 metros en el sector de Monte Mesa.
El área protegida de Cabo Cabrón presenta una interesante geología en su zona costera. Los acantilados que lo caracterizan se formaron debido a la falla geológica de Milwaukee y frente a ellos, bajo el mar, casi no existe plataforma continental. La geología del parque se integra dentro de la Sierra de Samaná y está constituida básicamente por rocas calizas del cretácico. Un hecho destacable es que en el parque no existen ríos, solamente algunos torrentes que desembocan en Puerto Escondido y en el pequeño entrante de Punta Mala.
El Parque Nacional Cabo Cabrón presenta una vegetación típica del bosque húmedo. Contiene una de las muestras más significativas de la vegetación peinada o recostada de las costas húmedas dominicanas, condicionada por la acción permanente de los vientos alisios del Atlántico norte y el salitre. Además, alberga una importante biodiversidad a nivel de la flora, siendo las especies más comunes: el amacey (Tetragastris balsamífera), la cigua blanca (Ocotea coriácea), el palo de burro (Dendropanax arboreus), la caya amarilla (Sideroxylon foetidissimum), el palo amargo (Trichilia pallida) y la uva de playa (Coccoloba uvifera).
A nivel faunístico, el grupo mejor representado son las aves, siendo las más comunes: el pájaro bobo (Saurothera longirostris), el pájaro carpintero (Melanerpes striatus), el pelícano (Pelacanus Occidentalis), las tijeretas (Fregata magnificens), y el ruiseñor (Mimus polyglottos). La biodiversidad cultural también esté representada en este área pues se tiene noticia de la existencia de algunas cavernas y de restos arqueológicos prehispánicos en la zona aledaña a la Bahía de Rincón.
Este área protegida creada en 1996 se encuentra ubicada al noroeste de la República Dominicana, en la provincia de Samaná. El Parque está formado por un cabo sumamente abrupto y montañoso. Su zona costera presenta espectaculares acantilados cubiertos por vegetación tropical, mientras que tierra adentro presenta una sucesión de montañas en su mayor parte vírgenes debido a su inaccesibilidad. En la zona costera destaca la belleza de la bahía de Puerto Escondido, con una pequeña playa en el fondo donde recalan los pescadores que faenan en la zona.
Sus límites costeros comienzan en el extremo oriental de la playa de El Valle y acaban en el extremo occidental de Playa Rincón, extiendiéndose a lo largo de unos 20 Kms en dirección noroeste, cubriendo una superficie de 35.87 Km². Su altura máxima es de 605 metros en el sector de Monte Mesa.
El área protegida de Cabo Cabrón presenta una interesante geología en su zona costera. Los acantilados que lo caracterizan se formaron debido a la falla geológica de Milwaukee y frente a ellos, bajo el mar, casi no existe plataforma continental. La geología del parque se integra dentro de la Sierra de Samaná y está constituida básicamente por rocas calizas del cretácico. Un hecho destacable es que en el parque no existen ríos, solamente algunos torrentes que desembocan en Puerto Escondido y en el pequeño entrante de Punta Mala.
El Parque Nacional Cabo Cabrón presenta una vegetación típica del bosque húmedo. Contiene una de las muestras más significativas de la vegetación peinada o recostada de las costas húmedas dominicanas, condicionada por la acción permanente de los vientos alisios del Atlántico norte y el salitre. Además, alberga una importante biodiversidad a nivel de la flora, siendo las especies más comunes: el amacey (Tetragastris balsamífera), la cigua blanca (Ocotea coriácea), el palo de burro (Dendropanax arboreus), la caya amarilla (Sideroxylon foetidissimum), el palo amargo (Trichilia pallida) y la uva de playa (Coccoloba uvifera).
A nivel faunístico, el grupo mejor representado son las aves, siendo las más comunes: el pájaro bobo (Saurothera longirostris), el pájaro carpintero (Melanerpes striatus), el pelícano (Pelacanus Occidentalis), las tijeretas (Fregata magnificens), y el ruiseñor (Mimus polyglottos). La biodiversidad cultural también esté representada en este área pues se tiene noticia de la existencia de algunas cavernas y de restos arqueológicos prehispánicos en la zona aledaña a la Bahía de Rincón.
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