La Tarraco romana
Breve recorrido por la historia romana de Tarraco
Tarraco llegó a ser, a nivel funcional la capital del Imperio Romano durante los tres años en los que fue la residencia oficial del emperador Augusto quien además la convirtió en capital de la Citerior. Durante siglos fue la más importante urbe romana de Hispania.
Como dijo Plinio, autor de la “Historia natural”: «Tarraco es obra de los Escipiones»La Tarraco de los Escipiones
Los orígenes
Digamos que los orígenes de la ciudad de Tarraco fueron militares. En el 218 a.d.C Gneo Cornelio Escipión desembarcaba en Empúries durante el trancurso de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago, cuyo desencadenante había sido la toma de Saguntum por parte de los púnicos.
Los hermanos Escipión se dirigen en esta fecha desde Roma a la vieja Iberia fijando su centro de operaciones en Tarraco para después conquistar Carthago Nova,-epicentro del poder cartaginés en la península- erradicando definitivamente los restos del imperio bárquida de la nueva Hispania.
Resulta interesante en este capítulo de la Historia la información que proporciona el Museo Arqueológico de Tarragona:
“Instaladas las tropas y asegurada la tiría en campamento de invirdefensa de la nueva base militar mediante la construcción de una muralla, los romanos iniciaron -en el año 217 aC- la conquista de las tierras interiores ocupadas por las tribus de los ilergetes, lacetanos y ausetanos, aliadas de los cartagineses”.
Tarraco adquirirá, de este modo, el carácter de fortaleza. Dos elementos resultarán decisivos para su posterior evolución urbana e, incluso, la condicionarán en gran manera: la muralla y el puerto.
Los dos se construyeron y adecuaron, respectivamente, por orden de los Escipiones, por lo que la ciudad se ganó el calificativo de Tarraco Scipionum Opus (Tárraco, obra de los Escipiones) que ya la dio el historiador romano Plinio el Viejo (s. I a.C.). Actualmente, Tarraco es la única construcción monumental conservada de la época republicana romana.
La Tarraco Imperial de Augusto
La relación de Augusto, el primer emperador del Imperio Romano, con Tarraco adquiere, dos mil años después, la relevancia que debió representar para Hispania en los inicios de nuestra era.
Tarraco era la primera ciudad del imperio Romano que construía un altar en su honor como ahgradecimiento de los tarraconenes de los favores y honores con los que el César había enriquecido a su ciudad, como la concesión del título de Trinphalis y como capital de la provincia Citerior.
Además del altar Tarraco, en el año 14 tras la muerte de Augusto, se le construyó un templo, convirtiéndose Tarraco en la primera ciudad de culto imperial en occidente.
El pasado verano un equipo de arqueólogos parece haber encontrado los restos de los cimientos de ese centro de culto de época romana bajo el subsuelo de la catedral de Tarragona.
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